Adi¨®s al ¨²ltimo heterodoxo de Oriente Pr¨®ximo
El periodista brit¨¢nico Robert Fisk, fallecido a los 74 a?os, cre¨® escuela tras cubrir decenas de conflictos y cuestionar por sistema la versi¨®n oficial
Cuando Robert Fisk viaj¨® a los campamentos saharauis de Tinduf (Argelia) en 1997, coincidiendo con la visita del ex secretario de Estado de EE UU James Baker, ya era todo un sant¨®n de la prensa internacional. Su mueca de escepticismo ante los j¨®venes periodistas que le escoltaban bajo el palio de la admiraci¨®n daba por ya sentando el fracaso de la en¨¦sima mediaci¨®n de la ONU entre el Frente Polisario y Marruecos. El veterano corresponsal brit¨¢nico, que cubri¨® casi todos los conflictos de Oriente Pr¨®ximo durante las cuatro ¨²ltimas d¨¦cadas, falleci¨® a causa de un fulminante derrame cerebral el domingo en Dubl¨ªn, su patria de elecci¨®n tras haber adquirido la nacionalidad irlandesa y doctorarse en el Trinity College.
Nacido en Maidstone (sur de Inglaterra) hace 74 a?os y graduado en Literatura por la Universidad de Lancaster en 1968, Fisk fue enviado por el Sunday Express a Belfast en el cenit de los disturbios norirlandeses en 1972 antes de cubrir la Revoluci¨®n de los Claveles en Portugal. Pero su destino estaba en la Corniche de Beirut, el paseo mar¨ªtimo donde se asent¨® como corresponsal del Times a partir de 1976. La guerra civil de L¨ªbano, que se prolong¨® hasta 1990; la llegada al poder de los ayatol¨¢s en Ir¨¢n en 1979; las incursiones libanesas de Israel de 1982 y 2006, las guerras en Irak de 1991 y 2003, o la ¨²ltima d¨¦cada de contienda en Siria fueron escenarios desde los que inform¨® sobre el terreno. ¡°Con su valor y su independencia ayud¨® a mucha gente a entender mejor las complejidades de Oriente Pr¨®ximo¡±, le despidi¨® en Twitter el primer ministro irland¨¦s, Miche¨¢l Martin.
Fue uno de los primeros periodistas en alertar sobre la matanza de los campamentos de Shabra y Chatila, en la que al menos 2.000 refugiados palestinos fueron asesinados por milicias radicales cristianas en 1982 en las afueras de la capital libanesa ante la pasividad de fuerzas invasoras israel¨ªes. Fisk recordaba en este mismo peri¨®dico a su compa?ero y amigo en Beirut Juan Carlos Gumucio veinte a?os despu¨¦s de una masacre de la que ambos informaron. ¡°Era un hombre de recursos, valiente, c¨ªnico y profundamente subversivo en el mejor sentido de esa palabra¡±, rezaba su nota necrol¨®gica sobre el reportero boliviano, que lleg¨® a ser corresponsal de EL PA?S en Jerusal¨¦n y Londres.
La semblanza se ajusta a la perfecci¨®n a la personalidad del periodista ahora fallecido, que expandi¨® las coberturas a las guerras de Afganist¨¢n y los Balcanes o a los conflictos del Magreb. Heterodoxo en sus observaciones, cr¨ªtico por sistema con la versi¨®n oficial ¨Cse anticip¨® al denunciar el fiasco del pretexto norteamericano de las armas de destrucci¨®n masiva para atacar Irak¨C, Fisk tampoco sol¨ªa perder la iron¨ªa burlona. ¡°?Es cierto que Gumucio se vuelve a casar [con la c¨¦lebre reportera de guerra estadounidense Marie Colvin]?¡±, meneaba la cabeza Fisk en una aldea diezmada por cientos de degollamientos de las bandas integristas en la Mitiya de Argelia a finales de los a?os noventa.
Entonces ya hab¨ªa roto con el Times de Rupert Murdoch para fichar de por vida por el Independent. En este diario actualmente publicado en Irlanda alcanz¨® reconocimiento internacional por sus entrevistas exclusivas al l¨ªder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, antes del 11-S. Varios libros condensan la obra period¨ªstica a la que dedico su vida, como Pity of nation, sobre la reciente historia de L¨ªbano o el cl¨¢sico La gran guerra por la civilizaci¨®n: la conquista de Oriente Pr¨®ximo. Divorciado desde 2006, Fisk no deja hijos.
Acerado detractor de las pol¨ªticas de Estados Unidos e Israel en la regi¨®n, Fisk ha sido a la vez cuestionado por su l¨ªnea informativa durante la guerra en Siria, en la que se abstuvo de criticar ataques deliberados del r¨¦gimen de Damasco contra la poblaci¨®n civil. ¡°Muchos medios se confunden con este conflicto y muestran una Siria deformada¡±, recuerda Natalia Sancha, corresponsal de EL PA?S en Beirut, que dijo a modo de consejo a los periodistas que aguardaban a recibir la acreditaci¨®n en el Ministerio de Informaci¨®n en Damasco. En contra de la imposici¨®n al resto de los medios, ¨¦l gozaba del privilegio de recorrer el pa¨ªs sin restricciones y sin ¡°acompa?ante¡± oficial.
Sin rehuir la autocr¨ªtica, el iconoclasta Fisk cabalg¨® sobre pol¨¦micas casi hasta la muerte. ¡°No me gustan las historias sobre el efecto que tienen en los periodistas los acontecimientos que cubren, sino las de las v¨ªctimas y los supervivientes¡±, resum¨ªa el eje central de su trabajo en una entrevista con el diario liban¨¦s L¡¯Orient le Jour. ¡°En cuanto hay problemas¡±, dec¨ªa, ¡°los reporteros siempre pueden sacar un billete de primera clase y darse un respiro¡±.
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