El deterioro de la democracia en Brasil se agrava bajo el mandato de Bolsonaro
El presidente ahonda en su primer a?o la polarizaci¨®n con un discurso hostil y amenazas a sus adversarios mientras el Congreso y el Tribunal Supremo frenan sus iniciativas m¨¢s radicales
La llegada al poder en Brasil de Jair Bolsonaro ¨Cel primer presidente ultraderechista desde la restauraci¨®n de la democracia en 1985¡ª estuvo acompa?ada de grandes temores por parte de sus adversarios y las minor¨ªas. El primer a?o de mandato ha incluido pulsos a los otros poderes del Estado, ataques a la prensa, la ciencia, la historia¡ decisiones controvertidas e infinitas pol¨¦micas. El militar retirado, que mantiene vivo el discurso de ellos contra nosotros de la campa?a y es abiertamente hostil hacia la izquierda, ha puesto a prueba las instituciones de Brasil.
El apoyo a la democracia ha ca¨ªdo siete puntos, al 62%, desde su toma de posesi¨®n, los indiferentes a la forma de gobierno aumentan mientras se mantiene el 12% que cree que en ciertas circunstancias es mejor la dictadura, seg¨²n la encuesta de Datafolha difundida en A?o Nuevo.
El Congreso, donde no tiene mayor¨ªa, ha frenado sus iniciativas legislativas m¨¢s radicales como eximir a polic¨ªas y militares de responsabilidad en tiroteos con criminales o purgar de izquierdismo los libros escolares. El Supremo tambi¨¦n ha sido un dique. Pero en ¨¢reas como la pol¨ªtica cultural, ha metido la tijera a todo aquello que no cuadra con su visi¨®n. Los editoriales contra sus instintos autoritarios son frecuentes.
La ONU dio la voz de alarma ya en septiembre, por boca de su comisionada de derechos humanos, la expresidenta Michelle Bachelet, que tras criticar el aumento de muertos por disparos policiales afirm¨®: ¡°Estos ¨²ltimos meses, hemos observado una reducci¨®n del espacio c¨ªvico y democr¨¢tico, caracterizado por ataques contra los defensores de los derechos humanos y restricciones impuestas al trabajo de la sociedad civil¡±. El brasile?o respondi¨® con sa?a al ofender la memoria del padre de la chilena, un militar asesinado por la dictadura al que acus¨® de comunista.
El ¨²ltimo informe anual sobre la calidad de la democracia en el mundo de V-dem, un instituto de la Universidad de Gotemburgo, coloca a Brasil en el 30% de los m¨¢s democr¨¢ticos (es el puesto 53 de 179 pa¨ªses, con Espa?a en el 26 y EEUU en el 27) pero alerta de su autocratizaci¨®n (y la de EEUU, entre otros). Ese balance de 2018, antes de Bolsonaro, ya apunta un deterioro desde los convulsos a?os de la destituci¨®n de la izquierdista Dilma Rousseff.
Aunque el informe sobre 2019 estar¨¢ listo en unos meses, el director de V-dem, el profesor Staffan I. Lindberg, alerta de que, en base a sus observaciones, Brasil vive ¡°una autocratizaci¨®n de las m¨¢s r¨¢pidas e intensas del mundo en los ¨²ltimos a?os¡±.
Lo que m¨¢s preocupa a estos acad¨¦micos, explica por tel¨¦fono desde Suecia, son los esfuerzos del presidente y su Gobierno para acallar a los cr¨ªticos, sean adversarios pol¨ªticos, jueces que investigan la corrupci¨®n, periodistas, acad¨¦micos o miembros de la sociedad civil. ¡°Es lo que hizo (Recep Tayyip) Erdogan cuando llev¨® a Turqu¨ªa de la democracia a la dictadura, lo que hace (Viktor) Orban en Hungr¨ªa, que est¨¢ cerca de dejar de ser una democracia, y exactamente lo que (Narendra) Modi hace en India¡±, advierte Lindberg.
Abundan los ejemplos. Bolsonaro destituy¨® al director del instituto que realiza la medici¨®n oficial de la deforestaci¨®n en Amazonia, llam¨® a boicotear el diario Folha de S.Paulo y las empresas que se anuncian en ¨¦l, sugiri¨® que el periodista estadounidense Glenn Greenwald podr¨ªa ir a la c¨¢rcel en Brasil por unas revelaciones period¨ªsticas, y en un discurso en Chile elogi¨® a Pinochet, y en Paraguay, a Stroessner. La lista sigue y es larga.
El director de V-dem afirma que ¡°Bolsonaro es el presidente con menos restricciones (de las instituciones democr¨¢ticas) desde el final del r¨¦gimen militar¡± porque cuando asumi¨® la Presidencia las instituciones ¡ªdel Congreso a la Fiscal¨ªa General del Estado¡ª ya sufr¨ªan un debilitamiento. De hecho, desde 2017 este instituto de an¨¢lisis no considera Brasil una democracia liberal, sino una democracia electoral.
La visi¨®n de la abogada constitucionalista brasile?a Vera Chemim es menos sombr¨ªa. Afirma que el presidente ¡°no supone una amenaza real para la democracia aunque sigue dispar¨¢ndose al pie¡± con pol¨¦micas innecesaria que pueden llegar a ser contraproducentes para sus intereses porque refuerzan a la izquierda y eclipsan la acci¨®n de su Gobierno.
Chemim sostiene que ¡°el Estado de derecho democr¨¢tico es lo suficientemente s¨®lido y relativamente maduro para sobrevivir a cualquier intento de intervenci¨®n pol¨ªtico-ideol¨®gica que pueda deconstruir el r¨¦gimen democr¨¢tico conquistado a duras penas en 1985¡± y consagrado en la Constituci¨®n. Dice que este presidente ¡°no afect¨® a las instituciones democr¨¢ticas aunque s¨ª agit¨® la coyuntura pol¨ªtica y jur¨ªdica desde el momento en que expresa o act¨²a de forma impulsiva y explosiva, alimentando a¨²n m¨¢s la aguda polarizaci¨®n ideol¨®gica entre la supuesta derecha e izquierda¡±.
Bolsonaro hace constantes referencias a la necesidad de gobernar para la mayor¨ªa y a eliminar hasta el ¨²ltimo vestigio de sus antecesores izquierdistas, como recalc¨® hace unos d¨ªas al hilo de los libros de texto. Sac¨® el tema sin que le preguntara ninguno de los periodistas que le esperaban ante su residencia en Brasilia, su lugar favorito para comunicarse con la prensa. ¡°A partir de 2021, todos los libros ser¨¢n nuestros, hechos por nosotros. Los padres van a estar encantados. Van a tener la bandera en la portada. Tendr¨¢n el himno. Hoy, como norma, los libros son un mont¨®n de cosas escritas, hay que suavizarlo (¡) Que no sea como esa esa basura que ahora tenemos como norma¡±.
El experto sueco alerta sobre dos asuntos: una vez acallados los cr¨ªticos y la prensa, los Gobiernos tienen el dominio absoluto de la informaci¨®n. Y ¡°no son necesarios cambios legales para que un pa¨ªs se convierta en una autocracia electoral. Mire Bielorrusia¡±.
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