La Fiscal¨ªa denuncia a Greenwald por piratear en Brasil tel¨¦fonos de autoridades

La Fiscal¨ªa federal de Brasil ha denunciado este martes al periodista Glenn Greenwald, que revel¨® el espionaje masivo de la NSA de Estados Unidos, por "ayudar, incentivar y orientar" a un grupo de hackers?que intervino los tel¨¦fonos m¨®viles del exjuez y actual ministro de Justicia S¨¦rgio Moro y de los fiscales del caso Lava Jato, el mayor caso de corrupci¨®n de Am¨¦rica Latina.

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Los mensajes privados que los espiados intercambiaron entre s¨ª y llegaron a manos del estadounidense Greenwald originaron una serie de reportajes que la revista?The Intercept?-fundada por el periodista- elabor¨® junto con otros medios, incluido EL PA?S. Los textos?revelaron la proximidad entre Moro, entonces juez de la Operaci¨®n Lava Jato, y los fiscales, lo que puso en duda su imparcialidad. Greenwald siempre ha negado que ayudara a los hackers y considera la acusaci¨®n un ¡°ataque a la prensa libre en represalia por nuestras revelaciones¡±.

Seis personas m¨¢s han sido acusadas por la Fiscal¨ªa, que pide que los siete sean procesados por pertenencia a organizaci¨®n criminal, blanqueo de dinero (excepto Greenwald) y escuchas telef¨®nicas ilegales. Para la Fiscal¨ªa, los sospechosos lo hicieron para obtener dinero. Un juez debe decidir ahora si acepta o rechaza la denuncia.

Se da circunstancia de que la Fiscal¨ªa pide que se presenten cargos contra el periodista cuando la polic¨ªa descart¨® acusarle formalmente. El fiscal Wellington Oliveira afirma en el auto que ¡°Glenn Greenwald, de forma libre, consciente y voluntaria, ayud¨®, incentiv¨® y aconsej¨®, directamente, a la banda criminal, durante la pr¨¢ctica del delito, actuando como garante de la banda y obteniendo ventajas financieras con la conducta descrita aqu¨ª¡±. El representante del Ministerio P¨²blico no ofrece m¨¢s detalles.

El periodista de The Intercept siempre ha negado que ayudara a hackear los tel¨¦fonos y defiende el derecho constitucional a no desvelar sus fuentes. Este martes, en un comunicado enviado al peri¨®dico Folha de S. Paulo, ha declarado: ¡°Hace menos de dos meses, la Polic¨ªa Federal, al examinar todas las mismas pruebas citadas por la Fiscal¨ªa, declar¨® expl¨ªcitamente que no solo nunca he cometido ning¨²n delito, sino que tambi¨¦n he actuado con extrema cautela como periodista y que no particip¨¦. Incluso la Polic¨ªa Federal, bajo el mando del ministro Moro, dijo lo que est¨¢ claro para cualquiera: no hice nada m¨¢s que mi trabajo como periodista, ¨¦ticamente y dentro de la ley¡±.

El relator especial de ONU para la libertad de expresi¨®n, David Kaye, ha publicado el mismo martes en Twitter que pedir¨¢ m¨¢s informaci¨®n al Gobierno brasile?o, pero que la denuncia parece ¡°un esfuerzo para intimidar a Glenn Greenwald y The Intercept para que dejen de informar¡±. En la misma plataforma, el relator de la OEA para la libertad de expresi¨®n, Edison Lanza, ha expresado su inquietud en un tuit en el que afirma que la acusaci¨®n contra el reportero tiene ¡°preocupantes implicaciones para la libertad de prensa¡±. La Asociaci¨®n Brasile?a de Periodismo de Investigaci¨®n (Abraji), el Comit¨¦ para la Protecci¨®n de los Periodistas (CPJ) y Amnist¨ªa Internacional tambi¨¦n han criticado la denuncia.

Greenwald ha a?adido que ¡°el Gobierno de Bolsonaro y el movimiento que lo apoya han dejado claro continuamente que no creen en la libertad de prensa¡±. El periodista, que se instal¨® hace a?os en Brasil tras conocer a su actual marido, diputado por un partido de izquierda desde hace un a?o, se han visto atrapado en la polarizaci¨®n brasile?a. El presidente lleg¨® a bromear con que quiz¨¢ ir¨ªa por un tiempo a la c¨¢rcel, lo que gener¨® criticas de entidades que defienden la libertad de expresi¨®n en Brasil y en el extranjero. Los reportajes sobre Lava Jato han marcado la agenda pol¨ªtica brasile?a desde junio y ha sacudido la percepci¨®n p¨²blica de la operaci¨®n anticorrupci¨®n.

Los ataques a la prensa han aumentado desde que el ultraderechista lleg¨® al poder y las mayor¨ªa de amenazas parten precisamente del ¨¦l, seg¨²n un recuento difundido hace unos d¨ªas por la Federaci¨®n Nacional de Periodistas.

Seg¨²n el auto de la fiscal¨ªa, Greenwald al principio no estaba siendo investigado. Sin embargo, durante el an¨¢lisis del material incautado, se encontr¨® un audio en el que el periodista habla con uno de los investigados despu¨¦s de que la prensa publicara que el m¨®vil de Moro hab¨ªa sido espiado. ¡°En ese momento, Moli??o deja claro que todav¨ªa siguen investigando y controlando las comunicaciones telef¨®nicas y le pide al periodista orientaci¨®n sobre la posibilidad de descargar el contenido de las cuentas de Telegram de otras personas antes de que The Intercept publique los reportajes¡±, dice la denuncia. ¡°Greenwald, entonces, recomienda a los delincuentes que borren los mensajes que ya han sido enviados al periodista para que no se les vincule con el material il¨ªcito¡±.

El fiscal Wellington Oliveira acusa a Greenwald de aconsejar al grupo, lo que, sostiene implica ¡°una participaci¨®n auxiliar en el delito, que busca subvertir la idea de proteger la fuente period¨ªstica para convertirla en inmunidad para aconsejar a delincuentes¡±. La Fiscal¨ªa se?ala que la Polic¨ªa Federal no investig¨® al periodista por respeto a una decisi¨®n de un juez del Tribunal Supremo que vet¨® que se implicara a Greenwald en el caso.

Entre los otros seis acusados est¨¢ Walter Delgatti Neto, que confes¨® haber pirateado las cuentas.

EL PA?S, que, al igual que el peri¨®dico Folha de S. Paulo, la revista Veja y otros medios, utiliz¨® los mensajes para realizar reportajes, reitera que no paga para obtener informaci¨®n confidencial ni estimula que se cometan actos criminales para conseguirla, pero no se abstiene de presentar a sus lectores material de notable inter¨¦s period¨ªstico, independientemente de la forma en que haya llegado a la prensa protegido por el secreto profesional.