La se?ora ¡®presidente¡¯ de Grecia
Una magistrada es la nueva jefa del Estado heleno, que lidera el r¨¢nking de desigualdad de g¨¦nero de la UE
Ekaterini Sakelaropulu, una magistrada de talante progresista, ser¨¢ a partir de marzo la nueva presidente de Grecia. Presidente, como suena, porque la morfolog¨ªa de la lengua griega as¨ª lo impone y porque no hay atisbos de lenguaje inclusivo, ni nada que se le parezca, en un pa¨ªs cuyo actual Gobierno tiene solo dos ministras ¡ª"las ministros", tambi¨¦n¡ª entre 22 carteras. As¨ª que lo de menos, dicen algunos, es que la palabra no admita el femenino, porque lo importante es dar pasos adelante y porque la feminista Sakelaropulu, elegida por el Parlamento el 22 de enero, ha demostrado estar dispuesta incluso a las zancadas.
M¨¢s all¨¢ del papel ceremonial que la Constituci¨®n reserva a su funci¨®n, la nueva jefa del Estado y de las fuerzas armadas de Grecia apel¨® en su primera alocuci¨®n p¨²blica a la ciudadan¨ªa de sus compatriotas: ¡°Espero ver una sociedad que respeta los derechos, tal como est¨¢n recogidos en la Constituci¨®n, la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos y el Convenio Europeo de Derechos Humanos¡±. Sakelaropulu subray¨® dos cuestiones, la emergencia clim¨¢tica ¡ªes especialista en derecho medioambiental¡ª y el fen¨®meno migratorio, precisamente cuando el Gobierno afronta severas cr¨ªticas por el abandono, por no llamarlo indigencia, en que viven decenas de miles de refugiados y migrantes, sobre todo en las islas del Egeo. ¡°Nuestro pa¨ªs es un Estado moderno gobernado por el imperio de la ley¡±, record¨® a modo de sutil admonici¨®n.
La tesalonicense Sakelaropulu, de 63 a?os, franc¨®fila y franc¨®fona ¡ªampli¨® estudios en la Sorbona II tras licenciarse en Derecho en Atenas¡ª, presid¨ªa hasta ahora el Consejo de Estado, la m¨¢s alta instancia administrativa del pa¨ªs (tambi¨¦n fue la primera mujer en hacerlo). Divorciada y con un hijo, defiende los derechos civiles, el matrimonio homosexual, los derechos de los refugiados y la protecci¨®n del medio ambiente, ¨¢mbitos en los que Grecia va a la zaga de sus pares europeos. La defensa de la naturaleza a veces ha entrado en conflicto con su trabajo, como cuando aval¨® un ambicioso proyecto minero en el norte del pa¨ªs muy criticado por los ecologistas, por garantizar una inversi¨®n millonaria en plena crisis.
En Grecia ¡ªdonde la pol¨ªtica es casi una disciplina ol¨ªmpica que se vive con pasi¨®n, como una gran final permanente¡ª, a un Gobierno progresista le suele corresponder un presidente conservador, y a la inversa, por mor del presunto consenso. Por eso la propuesta de Sakelaropulu por parte del primer ministro conservador Kyriakos Mitsotakis, a quien compete la designaci¨®n, no extra?¨® a nadie. Lo que s¨ª ha llamado la atenci¨®n es el un¨¢nime respaldo en el Parlamento: la mandataria recibi¨® 261 votos a favor ¡ªdel Gobierno y de buena parte de la oposici¨®n¡ª de un total de 300 esca?os. De hecho, en un pa¨ªs polarizado y habitualmente a la gresca, el 55,5% de los ciudadanos aprobaron la elecci¨®n de Mitsotakis, y el 61,6%, la decisi¨®n de Syriza de votar a favor de la candidata, seg¨²n un sondeo.
Del raro consenso se desmarc¨®, tan airado como siempre, el ex primer ministro conservador Andonis Samar¨¢s, porque su nombre hab¨ªa sonado con cierta insistencia en las primeras quinielas¡ Otra propuesta, sorprendente incluso para la propia interesada, fue la de Magda Fyssas, madre de un rapero asesinado por un militante neonazi en 2013, que se enter¨® de su candidatura cuando su promotor, el inefable Yanis Varufakis, la hizo p¨²blica.
El hecho de proponer a una mujer como presidenta (o presidente) hace entrar a Grecia en una nueva era, ha subrayado Mitsotakis, para quien Sakelaropulu encarna "la unidad y el progreso". Una etapa m¨¢s propicia para las mujeres en la vida p¨²blica, en un pa¨ªs con un patriarcado inscrito hasta el ADN y donde solo el 18% de los parlamentarios son mujeres (por no hablar de la gran empresa, con el 9,3% de ejecutivas). Grecia, donde una de cada cinco mujeres est¨¢ en paro seg¨²n las estad¨ªsticas m¨¢s amables, lidera la lista los pa¨ªses miembros de la UE en desigualdad de g¨¦nero.
Un rol protocolario
M¨¢s all¨¢ del papel protocolario ¡ªaunque pueden declarar la guerra a instancias del Ejecutivo¡ª, de los presidentes griegos se espera de vez en cuando alg¨²n alarde, una r¨²brica de su estilo personal. El mandatario saliente, el conservador Prokopis Pavl¨®pulos ¡ªque coexisti¨® amablemente con el Gobierno de Syriza¡ª, no se arredr¨® a la hora de reclamar las anheladas compensaciones de guerra por la invasi¨®n nazi (1941-44) a su hom¨®logo alem¨¢n Frank-Walter Steinmeier durante una visita oficial de este a Atenas. La hipot¨¦tica v¨ªa de expresi¨®n de Sakelaropulu puede discurrir, por tanto, por el amplio ¨¢mbito de los derechos humanos, y el primer indicio podr¨ªa ser la propuesta del Tribunal Europeo de Derechos Humanos para el Nobel de la Paz de este a?o, formulada este viernes por Atenas.
En cualquier caso, con una figura de consenso como ella, Grecia solventa para los pr¨®ximos cinco a?os de su mandato un tr¨¢mite algo m¨¢s que administrativo o protocolario. El fiasco de la elecci¨®n presidencial anterior, a finales de 2014, precipit¨® la convocatoria de elecciones, las que gan¨® Syriza. Aunque parezca que hace un siglo de aquel episodio, del espejismo de la revoluci¨®n y del frecuentado precipicio del Grexit, la institucionalidad se consolida en Grecia... aunque sea a costa del lenguaje inclusivo.
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