La ovaci¨®n a Guaid¨® y los papeles rasgados de Nancy Pelosi: los momentos del discurso de Trump
El acto pol¨ªtico se vivi¨® dentro del Capitolio como un verdadero duelo entre republicanos y dem¨®cratas
Iban vestidas de blanco, pero parec¨ªan llevar el luto. Las congresistas dem¨®cratas y sus compa?eros de formaci¨®n vivieron este martes el discurso del estado de la Uni¨®n proclamado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con semblante serio, casi lastimoso. La resaca de un caos en el recuento de los caucus de Iowa (pistoletazo de salida de las primarias del partido en la carrera hacia la Casa Blanca) y la certeza de que Trump ser¨¢ casi con total seguridad absuelto del impeachment en las pr¨®ximas horas se respiraban en el ambiente.
Los republicanos, por otro lado, llegaron exultantes a la cita. Con el desenfreno de una hinchada futbolera recibieron a Trump entre gritos de ¡°?Cuatro a?os m¨¢s! ?Cuatro a?os m¨¢s!¡± y aplausos que retumbaban en las paredes del Capitolio, en Washington. La tensi¨®n era tan evidente que el discurso del pol¨¦mico mandatario acab¨® con un sorprendente final: con Nancy Pelosi, l¨ªder dem¨®crata de la C¨¢mara de Representantes ¡ªe impulsora del impeachment¡ª, rompiendo los folios del discurso escrito que acababa de pronunciar Trump. El gesto de la tercera autoridad del pa¨ªs fue la respuesta a que el propio presidente le hab¨ªa negado antes el saludo al inicio del encuentro.
Casi una hora antes de que arrancara el acto institucional, Juan Guaid¨®, presidente interino de Venezuela reconocido por al menos 60 pa¨ªses (entre ellos EE UU), ya hab¨ªa ocupado su sitio, solo, en la primera fila de la galer¨ªa de invitados. Se confirmaban as¨ª, los rumores sobre su asistencia que se hab¨ªan extendido como la p¨®lvora en los pasillos del Capitolio. El l¨ªder venezolano miraba constantemente su m¨®vil y parec¨ªa inquieto. Pero el saludo de la hija del presidente Ivanka Trump, con quien convers¨® varios minutos, pareci¨® relajarlo. M¨¢s tarde se le acerc¨® Jared Kushner, yerno del mandatario, pero apenas intercambiaron palabras. Los congresistas republicanos, desde la bancada del partido, lo saludaban e incluso uno de ellos se atrevi¨® a violar las normas y le tom¨® una fotograf¨ªa con el tel¨¦fono m¨®vil. En el listado de invitados oficiales al acto no figuraba Guaid¨®, pero s¨ª aparec¨ªa el nombre del comisario venezolano Iv¨¢n Simonovis, antiguo preso pol¨ªtico del r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro radicado ahora en EE UU.?
Trump provoc¨® una gran ovaci¨®n en la C¨¢mara cuando?present¨® a Guaid¨® como ¡°el verdadero y leg¨ªtimo presidente de Venezuela¡±. Practicamente todos los presentes se pusieron de pie, con algunas excepciones, como las congresistas dem¨®cratas Ilhan Omar y Rashida Tlaib, que no se levantaron de sus sillas ni aplaudieron en ning¨²n momento. El presidente continu¨® hablando de Venezuela y tach¨® a Maduro de?¡°un dictador que act¨²a brutalmente contra su pueblo¡±.
Boicot
En la previa de la ceremonia ya se notaba que el ambiente estaba enrarecido. Al menos ocho congresistas dem¨®cratas hab¨ªan anunciado que boicotear¨ªan el discurso. La medi¨¢tica Alexandria Ocasio-Cortez, que en su primer discurso del estado de la Uni¨®n llev¨® un pin con el eslogan ¡°las mujeres que se portan bien rara vez hacen historia¡±, se excus¨® porque no quer¨ªa contribuir a normalizar ¡°la conducta ilegal de Trump¡±. Ayanna Pressley, en la misma l¨ªnea, dijo que no pod¨ªa asistir ¡°en buena conciencia¡± a escuchar a un ¡°okupa¡± de la Casa Blanca.
Pelosi no fue la ¨²nica que demostr¨® su enfado una vez dentro. Cuando el republicano ofreci¨® buenas palabras al juez del Tribunal Supremo Brett Kavanaugh ¡ªuno de los cuatro magistrados que asistieron, de un total de nueve, protagonista de un esc¨¢ndalo de abusos sexuales¡ª, las congresistas Omar y Tlaib se retiraron del hemiciclo. Otras abuchearon con fuerza cuando se refiri¨® al desempleo entre la comunidad afroamericana o a sus promesas para mejorar el sistema de salud.
Las dos excandidatas presidenciales dem¨®cratas, Kamala Harris y Kirsten Gillibrand, comentaban cada rato, incr¨¦dulas, las promesas del mandatario. Jerrold Nadler, presidente del Comit¨¦ Judicial, y Adam Schiff, del Comit¨¦ de Inteligencia de la C¨¢mara, ¡ªambos han ejercido estos d¨ªas de fiscales del impeachment¡ª, evidenciaban, inm¨®viles, su desagrado hacia el presidente.
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