¡°Siento que estoy asistiendo a mi propio funeral¡±
El delirante juicio por las protestas en Turqu¨ªa en 2013 amenaza con condenar a cadena perpetua a observadores inocentes
Si no fuese porque ya ha ocurrido antes, se podr¨ªa pensar que el juicio a la revuelta turca de Gezi es una burda copia de El proceso de Franz Kafka. El pr¨®ximo martes, el tribunal encargado del caso tiene previsto leer la sentencia y los nueve acusados de ¡°dirigir¡± las protestas que sacudieron Turqu¨ªa en primavera de 2013 no tienen muchas esperanzas de que les sea favorable. Tres de ellos se enfrentan a cadena perpetua no revisable y seis a penas de entre 15 y 20 a?os de c¨¢rcel bajo la acusaci¨®n de liderar una ¡°insurrecci¨®n para derrocar al Gobierno¡±, si bien las defensas sostienen que las imputaciones son una ¡°farsa¡±.
¡°Siento que estoy asistiendo a mi propio funeral. Todos los d¨ªas viene gente a mi casa a mostrar solidaridad, pero el ambiente es triste, vienen a despedirse¡±, explica a EL PA?S el acad¨¦mico y trabajador de ONG, Yigit Aksakoglu, para el que la Fiscal¨ªa pide cadena perpetua no revisable. Si se le pregunta por la posibilidad de que el tribunal desestime las acusaciones, responde: ¡°No hay justicia. No hubo justicia cuando me detuvieron en 2018 y me mantuvieron 221 d¨ªas en una celda de aislamiento. El tribunal ni siquiera nos escucha¡±. Y pone un sencillo ejemplo: una y otra vez los diversos jueces que han pasado por el tribunal ¡ªha habido varias sustituciones¡ª le preguntan si trabaja en la Universidad de Bilgi, pese a que desde la fase de instrucci¨®n explic¨® que dej¨® de pertenecer a esa instituci¨®n en 2008 (y la propia universidad lo corrobor¨®). Aun as¨ª, en los documentos de la Fiscal¨ªa sigue constando como profesor de Bilgi. ¡°La sentencia est¨¢ escrita de antemano¡±, dice con pesar.
A finales de mayo de 2013 un grupo de activistas acamparon en el c¨¦ntrico parque Gezi de Estambul para protestar contra la tala de unos ¨¢rboles. Fueron desalojados por la polic¨ªa. Al d¨ªa siguiente, los manifestantes fueron decenas; al otro, cientos. A la semana, las manifestaciones y ocupaciones de plazas se extendieron por todo el pa¨ªs y se convirtieron en un movimiento de protesta contra el creciente autoritarismo del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan. El entonces primer ministro y hoy presidente de Turqu¨ªa, en lugar establecer un di¨¢logo como le recomendaron algunos de sus colaboradores, orden¨® acabar a toda costa con las protestas. En menos de un mes ¡ªocho muertos y 8.000 heridos mediante¡ª la polic¨ªa hab¨ªa barrido la revuelta de Gezi.
Hubo un primer intento de juzgar a los responsables de Gezi, si bien se trataba de un movimiento horizontal que se articul¨® a trav¨¦s de asambleas, de modo parecido al 15-M en Espa?a. Algunos activistas fueron llamados a declarar pero aquella instrucci¨®n qued¨® r¨¢pidamente desacreditada pues sus autores eran agentes de polic¨ªa y fiscales vinculados a la organizaci¨®n pol¨ªtico-religiosa del predicador Fethullah G¨¹len, cuyos seguidores infiltraron durante d¨¦cadas la Administraci¨®n p¨²blica y colaboraron activamente con el partido de Erdogan hasta que ambos iniciaron una cruda lucha por el poder que culmin¨® en el intento de golpe de estado de 2016.
¡°Esta banda criminal g¨¹lenista hab¨ªa pinchado ilegalmente los tel¨¦fonos de miles de personas y la investigaci¨®n se sobresey¨®. A pesar de ello, a?os despu¨¦s la Fiscal¨ªa recupera aquella investigaci¨®n sin siquiera cambiar un punto o una coma¡±, se queja Aksakoglu, quien asegura que s¨®lo asisti¨® a Gezi como observador pues su especialidad son los movimientos sociales. Adem¨¢s, alega que las conversaciones telef¨®nicas que cita la Fiscal¨ªa para acusarlo empiezan el 21 de junio de 2013, cuando la revuelta ya hab¨ªa sido reprimida: ¡°?C¨®mo puedo organizar una protesta que ya hab¨ªa terminado?¡±.
La Fiscal¨ªa arguye que Gezi fue ¡°planeado de manera sistem¨¢tica¡± como una adaptaci¨®n de la Primavera ?rabe: ¡°El principal objetivo era crear un ambiente de caos y desorden en todo el pa¨ªs por medio de la violencia y actos terroristas, incitando a la rebeli¨®n armada y la revuelta contra el Gobierno¡±. Todo ello se habr¨ªa hecho con financiaci¨®n del fil¨¢ntropo y especulador George Soros, vehiculada a trav¨¦s de la fundaci¨®n K¨¹lt¨¹r A.S., una instituci¨®n dedicada a actividades culturales y a la promoci¨®n de derechos de las minor¨ªas que dirige el fil¨¢ntropo turco Osman Kavala. Kavala es el ¨²nico de los acusados que sigue en prisi¨®n preventiva desde su detenci¨®n en 2017, pese a que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha ordenado su liberaci¨®n. Junto a Kavala y a Aksakoglu, se pide tambi¨¦n la cadena perpetua para M¨¹cella Yapici, en su momento secretaria general de la C¨¢mara de Arquitectos e Ingenieros y que estuvo involucrada en la Plataforma Taksim de apoyo a Gezi. Los otros acusados son cuatro empleados de K¨¹lt¨¹r A.S., un abogado y otro arquitecto involucrados en la plataforma. Hay otros seis imputados (actores, periodistas y activistas) que se han exiliado y para los que se constituir¨¢ una pieza separada del sumario principal.
¡°Kavala es el verdadero objetivo. Se ha construido un juicio farsa para justificar la encarcelaci¨®n de Kavala, y el resto son meros figurantes a los que les ha tocado¡±, sostiene el polit¨®logo Umut ?zkirimli del Institut Barcelona d'Estudis Internacionals. Erdogan se ha personado como acusaci¨®n en el juicio a Gezi y ha calificado a Kavala de ¡°financiador de terroristas¡± y ¡°representante del famoso jud¨ªo h¨²ngaro Soros¡±. ¡°Hay personas con las que Erdogan tiene una fijaci¨®n particular, como Kavala o el escritor Ahmet Altan, condenado a perpetua por enviar mensajes subliminales¡±, opina ?zkirimli: ¡°Desde el golpe de Estado, Erdogan se ha vuelto cada vez m¨¢s autoritario y paranoico, y lo que nos dice gente cercana a ¨¦l es que realmente se cree que Gezi fue un movimiento organizado para derrocarlo y que lo dirigi¨® Kavala¡±.
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