La UE pasa p¨¢gina tras el Brexit
Bruselas busca recomponer el orden multilateral tras la salida del Reino Unido a la vez que fija la reconstrucci¨®n econ¨®mica y social como principal prioridad
La Uni¨®n Europea entra en una nueva d¨¦cada en plena resaca del se¨ªsmo pol¨ªtico del Brexit. El club comunitario busca pasar p¨¢gina tras haber sufrido su primera escisi¨®n con la marcha de un socio, el Reino Unido, que se incorpor¨® en la primera ampliaci¨®n, en 1973. Bruselas cree haber encontrado el impulso suficiente para afrontar una nueva era tras haber cerrado proyectos de gran calado, como la campa?a europea de vacunaci¨®n, el fondo de reconstrucci¨®n y el acuerdo de inversi¨®n con China, que supone una pica hacia la ansiada autonom¨ªa estrat¨¦gica que persigue la UE.
Europa sabr¨¢ por fin a partir de ahora qu¨¦ significa Brexit. Nadie celebra la p¨¦rdida como socio de una potencia comercial y diplom¨¢tica como el Reino Unido, si bien la UE s¨ª se zafa de la principal traba que frenaba una mayor integraci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica. No pocos en Bruselas dudan de que proyectos de la envergadura del fondo de recuperaci¨®n econ¨®mica de la pandemia se hubieran podido sacar adelante con el Reino Unido sentado en la mesa.
Acostumbrada a las end¨¦micas divisiones entre norte y sur y este y oeste, el Brexit ha resultado ser un potente pegamento que ha unido a los Veintisiete durante los tres a?os y medio de negociaciones. ¡°La UE queda liberada del Brexit, que llevaba pegado en los zapatos desde 2016, con el ¨¦xito de haber mantenido juntos a todos los socios. Ahora Bruselas encara un a?o para ver c¨®mo se hace realidad su car¨¢cter geoestrat¨¦gico¡±, sostiene el exvicepresidente de la Comisi¨®n Europea Joaqu¨ªn Almunia.
La UE parece por fin decidida a dar pasos hacia una ¡°autonom¨ªa estrat¨¦gica¡±, es decir, la capacidad de tomar sus propias decisiones, despu¨¦s de haber ¡°dormido durante mucho tiempo bajo el paraguas protector de Estados Unidos¡±, en palabras del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, en una reciente entrevista a EL PA?S. La firma del acuerdo de inversiones con China sin esperar a que Joe Biden se siente en el Despacho Oval ¡ªpese a que su equipo pidi¨® tiempo¡ª apunta a esa din¨¢mica. ¡°Ya dimos un ejemplo de ese salto al crear un fondo econ¨®mico para ayudarnos, lo cual sorprendi¨® a algunos fuera de la Uni¨®n. El acuerdo con China tambi¨¦n es otra muestra de ese empuj¨®n para perfilar la posici¨®n de la UE¡±, asegura Javier Solana, ex alto representante para la Pol¨ªtica Exterior de la Uni¨®n y presidente del centro de reflexi¨®n EsadeGeo.
Bruselas se reafirma en su apuesta por aprovechar el movimiento aperturista de Pek¨ªn y conf¨ªa en que no pese en las futuras relaciones con Washington. La Comisi¨®n Europea mantiene desde casi el primer d¨ªa contactos con el equipo de transici¨®n de Biden para poner en marcha una agenda que garantice una gobernanza mundial multilateral socavada por Donald Trump al bloquear la Organizaci¨®n Mundial del Comercio o sacar a EE UU de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. ¡°La UE debe tener un papel activo de defensa del multilateralismo y en los foros mundiales internacionales¡±, a?ade Almunia.
La pandemia tambi¨¦n impone la urgencia de hallar esa autonom¨ªa. ¡°La UE debe construir una nueva econom¨ªa que pueda hacer frente a los desaf¨ªos comunes. No podemos ser tan dependientes de las importaciones de China en algunos sectores, por ejemplo¡±, afirma el excomisario europeo de Econom¨ªa Pierre Moscovici. No es ese el ¨²nico motivo por el que la gesti¨®n de la actual crisis es crucial. Del ¨¦xito de la estrategia de reconstrucci¨®n depender¨¢ si se ampl¨ªa la brecha entre el norte y el sur, poniendo incluso en riesgo la integridad del mercado ¨²nico. ¡°Los planes de recuperaci¨®n no son el final de la historia, sino el principio¡±, advierte Moscovici.
La aprobaci¨®n de la vacuna de Pfizer-Biontech, cuya campa?a arranc¨® de forma simult¨¢nea en casi toda la UE, ha supuesto un b¨¢lsamo en un continente que supera los 15 millones de contagios y los 350.000 fallecidos. Sin embargo, las capitales son incapaces de calibrar a¨²n el alcance de la actual ola de infecciones ni de los cuellos de botella de los que advierten las farmac¨¦uticas.
Transformaci¨®n econ¨®mica
El excomisario de Empleo y Asuntos sociales L¨¢szl¨® Andor destaca que el fondo de recuperaci¨®n (750.000 millones de euros) es un gran ¡°salto adelante¡±, pero podr¨ªa quedarse corto a la vista de las medidas de restricci¨®n que se han impuesto en la UE. ¡°Habr¨¢ que pensar en ir m¨¢s all¨¢ con un fondo de seguro de desempleo comunitario que pueda paliar una eventual implosi¨®n de la pobreza o la exclusi¨®n a causa de la pandemia¡±, afirma. Moscovici, que destaca el ¡°nuevo esp¨ªritu de solidaridad¡± que imprime ese fondo de recuperaci¨®n, apunta que una de las mayores tareas de Europa pasa por reducir las desigualdades entre pa¨ªses y regiones.
Bruselas, de hecho, vincula recuperaci¨®n con modernizaci¨®n. Y modernizaci¨®n con reformas. A cambios estructurales, pero tambi¨¦n a la transformaci¨®n hacia una econom¨ªa verde y digital. Bruselas no quiere perder el liderazgo mundial en la batalla contra el cambio clim¨¢tico, a la vez que espera estar a tiempo de poder subirse al tren de la batalla digital. Y ah¨ª est¨¢ dispuesta a usar todas sus armas, tambi¨¦n para plantar cara a los grandes gigantes tecnol¨®gicos norteamericanos y chinos, cuyas cuotas de poder no han hecho sino crecer durante la pandemia. ¡°La UE debe seguir siendo una potencia regulatoria respecto a los gigantes tecnol¨®gicos o en el ¨¢mbito clim¨¢tico. Muchos otros pa¨ªses est¨¢n siguiendo su modelo¡±, afirma Solana.
La potencia de fuego de esos planes, sin embargo, est¨¢ limitada a un periodo de seis a?os, que podr¨ªa ser insuficiente para una transformaci¨®n de esas dimensiones. Ante la asignatura pendiente de un arma fiscal para la zona euro, el Banco Central Europeo ya ha pedido que ese fondo sea permanente. El economista de la London School of Economics Paul De Grauwe est¨¢ convencido de que ese instrumento anticrisis est¨¢ para quedarse. ¡°La Comisi¨®n Europea emitir¨¢ bonos para sufragar ese gasto. Y cuando lleguen los vencimientos de la deuda, ?qu¨¦ har¨¢? A mi juicio, emitir m¨¢s bonos¡±, plantea.
La marcha del Reino Unido, sin embargo, no desdibuja los bloques. Ni la divisi¨®n norte-sur que marca los debates fiscales y financieros ni la resistencia del este a acelerar el paso hacia una econom¨ªa libre de combustibles f¨®siles. Sin Londres dentro del club comunitario, Varsovia y Budapest se erigen como las dos capitales que tratan de capitalizar la batalla contra Bruselas y el principal escollo para abordar otro de los grandes debates que la UE no puede seguir aparcando, el pacto migratorio, vinculado tambi¨¦n a la renovaci¨®n de un acuerdo con la desafiante Turqu¨ªa de Erdogan. Y m¨¢s que el impacto del Brexit, entre muchos diplom¨¢ticos pesa m¨¢s el interrogante sobre c¨®mo se pilotar¨¢ todo ese proyecto sin la canciller Angela Merkel, que ya no se presentar¨¢ a la reelecci¨®n este a?o, en los mandos de la nave.
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