Bruselas rechaza el primer intento de Londres de beneficiarse de la UE despu¨¦s del Brexit
La Comisi¨®n Europea se opone a la adhesi¨®n del Reino Unido al convenio que garantiza el reconocimiento mutuo de sentencias en materia civil y mercantil

La Comisi¨®n Europea ha rechazado este martes el primer intento del Gobierno brit¨¢nico de Boris Johnson de mantener una relaci¨®n privilegiada con la UE tras su salida del club comunitario. El ejecutivo dirigido por Ursula von der Leyen se ha pronunciado en contra de la petici¨®n cursada por Londres para que el Reino Unido y Gibraltar se sumasen al convenio de la UE y algunos pa¨ªses de la EFTA (asociaci¨®n europea de libre comercio) sobre el reconocimiento y la ejecuci¨®n de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil. El portazo deja al Reino Unido a expensas de aplicar acuerdos multilaterales m¨¢s generales y normalmente menos efectivos, con el previsible impacto en la fluidez de las relaciones comerciales.
Londres solicit¨® en abril de 2020 (tambi¨¦n en nombre de Gibraltar) incorporarse al llamado Convenio de Lugano, suscrito por los pa¨ªses de la UE y tres de los cuatro miembros de la EFTA para garantizar y agilizar la ejecuci¨®n de las resoluciones judiciales, los documentos con fuerza ejecutiva y las transacciones judiciales en materia civil y mercantil. El convenio es trascendental para las relaciones comerciales porque, entre otras cosas, garantiza que empresas o consumidores pueden resolver sus litigios en los tribunales de su propio pa¨ªs, sin verse expuestos a lidiar con varias jurisdicciones.
El Gobierno de Johnson quiere que el Reino Unido y Gibraltar se acojan a ese beneficio, disponible en principio solo para los socios de la EFTA. Pero la Comisi¨®n ha concluido este martes, tras una evaluaci¨®n de varios meses, que la Uni¨®n Europea ¡°no debe dar su consentimiento para la adhesi¨®n del Reino Unido al Convenio de Lugano de 2007¡±, seg¨²n se lee en un comunicado. El per¨ªodo de evaluaci¨®n ha coincidido con una etapa especialmente turbulenta de las relaciones entre Bruselas y Londres, despu¨¦s de que la Comisi¨®n acusase al Ejecutivo de Johnson de violar repetidamente los acuerdos del Brexit.
Bruselas considera que la ruptura total de los v¨ªnculos del Reino Unido con el mercado europeo tras el Brexit impiden reconocerle un derecho que solo est¨¢ disponible para los miembros de la EFTA (incluidos Suiza, Noruega e Islandia, y Liechtenstein) porque mantienen una estrecha relaci¨®n con el mercado ¨²nico europeo.
En cambio, la Comisi¨®n se?ala que desde el 31 de diciembre de 2020 (fin del per¨ªodo transitorio del Brexit), el Reino Unido ha pasado a ser un pa¨ªs tercero, ¡°sin ning¨²n v¨ªnculo especial con el mercado interior¡±. Y, por tanto, no tendr¨ªa derecho a ninguna relaci¨®n privilegiada con el club comunitario m¨¢s all¨¢ de los t¨¦rminos previstos en el Acuerdo de comercio y cooperaci¨®n suscrito por la UE y el Reino Unido a finales de 2020 y que ha entrado en vigor de forma definitiva el 1 de mayo.
La EFTA, curiosamente, surgi¨® en 1960 bajo el impulso del Reino Unido para intentar contrarrestar el ¨¦xito de la reci¨¦n nacida Comunidad Econ¨®mica Europea, que en solo dos a?os desde su nacimiento (1958) se hab¨ªa convertido ya en una referencia para el comercio mundial y hab¨ªa expandido la producci¨®n industrial de sus seis socios (Alemania, Francia, Italia, B¨¦lgica, Pa¨ªses Bajos y Luxemburgo). Londres intent¨® crear un ¨¢rea econ¨®mica alternativa junto a Austria, Dinamarca, Noruega, Portugal, Suecia, Suiza y, algo m¨¢s tarde, Finlandia.
Pero el proyecto fue poco m¨¢s que un vaso comunicante con la UE: a medida que el proyecto comunitario crec¨ªa (con la incorporaci¨®n del propio Reino Unido) la EFTA se vaciaba de socios (Dinamarca, Portugal, Austria y Suecia tambi¨¦n se adhirieron a la Uni¨®n). Los miembros restantes de la EFTA est¨¢n estrechamente vinculados con el mercado interior europeo (caso de Noruega e Islandia) o a trav¨¦s de acuerdos bilaterales (como Suiza).
¡°Esos pa¨ªses [Noruega, Suiza e Islandia] participan, al menos parcialmente, en el mercado interior de la UE, incluida la libre circulaci¨®n de bienes, servicios, capital y personas¡±, recuerda la Comisi¨®n en la comunicaci¨®n en la que rechaza la participaci¨®n del Reino Unido en el convenio de Lugano.
Ca¨ªda de las exportaciones brit¨¢nicas
La participaci¨®n en esa norma facilitar¨ªa las relaciones comerciales con el mercado comunitario, que antes del Brexit eran el destino del 43% de las exportaciones brit¨¢nicas tanto en bienes como en servicios. El Reino Unido puede tener dificultades para mantener esa cuota de mercado siendo un pa¨ªs tercero, como han puesto de manifiesto los dos primeros meses despu¨¦s del final del per¨ªodo transitorio del Brexit.
En enero y febrero de este a?o, las exportaciones brit¨¢nicas hacia la UE han ca¨ªdo un 47% respecto al mismo per¨ªodo en 2020, seg¨²n las cifras de Eurostat. Aunque el dato puede estar distorsionado por la pandemia y por el propio final del Brexit, lo cierto es que la relaci¨®n comercial puede ser menos fluida tras la introducci¨®n de controles aduaneros y la ausencia de una seguridad jur¨ªdica como la aportada por las normas europeas o convenios como el de Lugano.
Londres parec¨ªa dar por supuesto que tras el Brexit podr¨ªa acogerse al mismo convenio que sus antiguos compa?eros de la EFTA para establecer con la UE una conveniente ¨¢rea com¨²n de justicia. El diario brit¨¢nico Financial Times incluso inform¨® a mediados de abril que Bruselas se decantaba por apoyar la adhesi¨®n del Reino Unido al anhelado convenio.
Pero el optimismo se evapor¨® r¨¢pidamente. El mismo diario informaba el mismo d¨ªa que la Comisi¨®n de Von der Leyen se inclinaba por rechazar la petici¨®n de Londres y que las posibilidades de beneficiarse del reconocimiento mutuo de sentencias se complicaba. La ¨²ltima palabra la tienen los miembros del Convenio (los 27 socios de la UE m¨¢s los tres de la EFTA que participan), pero parece muy dif¨ªcil que Londres logre el respaldo necesario teniendo en contra la negativa de la Comisi¨®n Europea. El Brexit y el portazo de Lugano pueden dejar al Reino Unido, en particular, a sus empresas y consumidores, en un peligroso terreno de nadie cuando mantengan relaciones comerciales con la UE.
Para evitar ese vac¨ªo, Bruselas insta a Londres a seguir la v¨ªa alternativa, mucho menos atractiva, de los convenios de La Haya, que son el marco que regulan la cooperaci¨®n de la UE con pa¨ªses terceros en materia de derecho civil. Pero la Comisi¨®n lanza un aviso a todas las partes interesadas, en particular a los abogados involucrados en asuntos contractuales transfronterizos que impliquen a la UE para que tomen en cuenta la situaci¨®n cuando deban elegir una jurisdicci¨®n internacional. El mensaje es claro: m¨¢s vale elegir uno de los 30 pa¨ªses europeos cubiertos por el convenio de Lugano que el Reino Unido, dejado a merced de los convenios de La Haya.
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