Irac¨ª Hassler: ¡°Chile tiene un modelo de abusos y debe poner la dignidad en el centro¡±
El triunfo electoral de la economista abre, por primera vez en la historia, la alcald¨ªa de la capital chilena al Partido Comunista. La dirigente conversa con EL PA?S sobre el resurgimiento de la izquierda en el pa¨ªs
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La economista chilena Irac¨ª Hassler Jacob (Santiago de Chile, de 30 a?os), militante comunista, le arrebat¨® el domingo pasado a la derecha el municipio de Santiago, el de mayor importancia pol¨ªtica y simbolismo de Chile. Su victoria fue una de las grandes sorpresas de la jornada: es la primera vez que su partido liderar¨¢ esta comuna, que por d¨¦cadas fue un basti¨®n conservador y moderado. Admiradora de la diputada estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez, de la gesti¨®n de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y de la fallecida l¨ªder del comunismo chileno, Gladys Mar¨ªn, no era un rostro conocido para buena parte de Chile. La alcaldesa electa pertenece a una generaci¨®n joven de mujeres que ha irrumpido en la escena pol¨ªtica chilena en las elecciones municipales, de constituyentes y de gobernadores regionales del fin de semana.
¡°Es tremendamente significativo en este momento hist¨®rico que la izquierda y la unidad social y pol¨ªtica de los barrios hayamos logrado conquistar el municipio de Santiago¡±, analiza Hassler. Sobre la participaci¨®n electoral, que apenas lleg¨® al 43% a nivel nacional, asegura: ¡°La gente tiene ganas de creer, pero la pol¨ªtica, que no ha dado respuestas en muchos ¨¢mbitos, decepciona¡±.
Cuando asuma el 28 de junio pr¨®ximo, su oficina en la lcald¨ªa quedar¨¢ a un costado de la plaza de Armas y a pocas cuadras del palacio de Gobierno, La Moneda, donde un compa?ero suyo de partido ¨DDaniel Jadue, reelecto alcalde del municipio de Recoleta¨D pretende llegar en marzo de 2022, cuando Sebasti¨¢n Pi?era deje el poder. El triunfo de Hassler y los resultados de la lista del Partido Comunista en la elecci¨®n de convencionales, que super¨® a la centroizquierda, representan un empuj¨®n para la candidatura presidencial del candidato comunista, que se encuentra ahora en una situaci¨®n expectante.
Hassler tiene ascendencia suiza por el padre (de derechas) y jud¨ªo-francesa y brasile?a por la madre (de centroizquierda). ¡°Ambos son lejanos a la pol¨ªtica¡±, cuenta ella, la menor de los tres hijos de la pareja. Su familia materna proviene de Piau¨ª, en el nordeste de Brasil. ¡°Harta mezcla¡±, dice, riendo de su origen diverso. Su nombre, de hecho, proviene de esas tierras: ¡°Irac¨ª es un nombre ind¨ªgena brasilero ¨Ctup¨ª-guaran¨ª¨C que significa reina de las abejas¡±, cuenta la alcaldesa electa, amable, risue?a y de un tono de voz dulce que tampoco cambia cuando se pone seria con preguntas que parecen incomodarle, como cuando se le consulta por la opini¨®n de reg¨ªmenes como el de Venezuela, Cuba o Nicaragua. ¡°Acabo de ser electa alcaldesa de Santiago y mi desaf¨ªo apunta a conducir al municipio hacia un buen vivir¡±, responde Hassler, esquiva, en referencia a que sus objetivos inmediatos apuntan a lo local.
El abuelo paterno de Hassler ¡°fue un empresario importante que vivi¨® la crisis de 1970-1973 y perdi¨® sus activos¡± en el Gobierno de Salvador Allende, seg¨²n cont¨® esta semana el l¨ªder empresarial, Juan Sutil. Su padre y parte de su familia paterna son socios de Frut¨ªcola Olmu¨¦, seg¨²n Sutil, que inform¨® que la futura alcaldesa integra la sociedad de su familia en un 5%. Su madre, en tanto, se dedica al comercio de tejidos en el rubro de vestuario. Hassler, no tiene entre sus familiares a v¨ªctimas directas de la represi¨®n de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). ¡°He le¨ªdo sobre la ¨¦poca y conversado mucho con compa?eros y compa?eras de un partido especialmente marcado por la dictadura c¨ªvico-militar¡±, dice la economista, que utiliza lenguaje inclusivo.
Una infancia en democracia
La nueva alcaldesa naci¨® en Santiago de Chile en noviembre de 1990. Es decir, ocho meses despu¨¦s de terminada la dictadura. Su ni?ez y adolescencia, por lo tanto, transcurrieron en los primeros gobiernos democr¨¢ticos, que ella mira con distancia, como buena parte de su generaci¨®n que se define de izquierda.
¡±Fue una transici¨®n muy lenta¡±, asegura. ¡°Fue una transici¨®n en buena medida pactada, excluyente de sectores que posibilitaron terminar con la dictadura y, lo m¨¢s importante, con muy poca transformaci¨®n del modelo neoliberal a ultranza que mercantiliz¨® todas las esferas de la vida¡±.
Hassler dice que su generaci¨®n ¡°no esperaba vivir de forma generalizada la violaci¨®n a los derechos humanos, como lo hemos visto en Chile desde el 18 de octubre de 2019 [con las revueltas]¡±. ¡°Tampoco vivir el toque de queda con militares en las calles, como lo vivimos desde el estallido social, donde deten¨ªan a personas solo por estar en la calle¡±. La economista habla de las personas con heridas oculares en el marco de las protestas sociales (343 personas, de acuerdo a cifras del Gobierno). Concluye: ¡°Lo que ha sucedido en Chile habla de la transici¨®n que no pudo completarse. Hubo un nunca m¨¢s que no fue arraigado ni institucional ni culturalmente¡±.
Hassler compara a Pi?era con Pinochet, aunque el primero fue elegido democr¨¢ticamente con el 54% y el segundo lleg¨® al poder luego de un feroz golpe de Estado: ¡°Hay similitudes importantes a prop¨®sito de las violaciones de los derechos humanos¡±.
Pregunta. Pero en dictadura lo que hubo fueron violaciones sistem¨¢ticas de los derechos humanos desde el Estado¡
Respuesta. La violaci¨®n a los derechos humanos en este Gobierno ha sido al menos generalizada y los organismos tienen una discusi¨®n jur¨ªdica respecto de lo sistem¨¢tico. Pero lo que hemos visto es que, de manera reiterada, con impunidad, se han violado los derechos humanos en nuestro pa¨ªs desde el 18 de octubre de 2019.
P. Hoy en d¨ªa en Chile rige el Estado de derecho y los tribunales funcionan¡
R. Desde mi perspectiva, un Estado de derecho no es un Estado que viola de manera generalizada los derechos humanos.
De peque?a viv¨ªa en la zona de Pe?alol¨¦n, en el oriente de Santiago, en la precordillera de Los Andes, y estudi¨® siempre en el Colegio Suizo (privado), dada su ascendencia. Desde este lugar observ¨® con inter¨¦s las movilizaciones de los secundarios de los establecimientos p¨²blicos de 2006, la primera gran crisis del Gobierno de Michelle Bachelet, conocida como revoluci¨®n de los ping¨¹inos. En 2009 ingres¨® a la Universidad de Chile y, desde este lugar, se hizo dirigente en espacios amplios de izquierda. Fue el mismo a?o en que vot¨® por primera vez en la presidencial, por Jorge Arrate, candidato de la izquierda extraparlamentaria. Hassler recuerda que el postulante ten¨ªa un eslogan: ¡°Si es tu primera vez, hazlo por amor¡±. Y ella le dio el voto.
Luego fue parte del movimiento estudiantil de 2011, que puso contra las cuerdas al primer Gobierno de Sebasti¨¢n Pi?era. A fines de ese a?o, Hassler ingres¨® junto a otros estudiantes a las filas de las Juventudes Comunistas, donde militaban dos de las principales figuras mujeres de ese movimiento: las actuales diputadas Camila Vallejo y Karol Cariola: ¡°Ambas han abierto espacios para las mujeres en participaci¨®n pol¨ªtica y han sido muy pioneras¡±, cuenta Hassler sobre sus compa?eras.

P. ?Por qu¨¦ se sum¨® un partido doctrinario como el PC y no al Frente Amplio, que aglutin¨® a muchos de su generaci¨®n?
R. Principalmente, a prop¨®sito del papel del PC en el movimiento social. Vi en las Juventudes Comunistas una posibilidad de incidencia en todos los planos y la capacidad de transformar la sociedad en su conjunto. Porque la mercantilizaci¨®n que se da en la educaci¨®n, se observa tambi¨¦n en la salud, en las pensiones y en muchos otros espacios. Chile tiene arraigada la injusticia y la desigualdad. Adem¨¢s, me interesaron los planteamientos del comunismo en la discusi¨®n econ¨®mica-pol¨ªtica. Comprend¨ª lo que es la plusval¨ªa y c¨®mo los due?os del capital y de tierras se apropian del trabajo ajeno.
En la universidad, Hassler hizo su tesis con el economista Oscar Landerretche, militante socialista y expresidente del directorio de la cupr¨ªfera estatal Codelco (2014-2018). ¡°Pero un referente dentro de la facultad fue Ricardo French-Davis, que, incluso siendo democristiano, ha tenido una apertura importante¡±, dice sobre el acad¨¦mico que se educ¨® en Chicago y ha sido uno de los principales cr¨ªticos de las reformas econ¨®micas impulsadas por la dictadura por sus mismos compa?eros de universidad, los Chicago boys.
Fue en la universidad donde Hassler ley¨® El capital y desarroll¨® una mirada cr¨ªtica ¡°sobre la forma en que se ense?a la econom¨ªa¡±. Particip¨® de cursos alternativos sobre los llamados economistas prohibidos y de talleres con expertos comunistas, como Manuel Riesco o Andr¨¦s Varela, ya fallecido. Actualmente, cuenta, le interesa Thomas Piketty y Mariana Mazzucato, aunque sobre todo lee sobre teor¨ªas feministas. Judith Butler, Virginie Despentes o Aleks¨¢ndra Kolont¨¢i son algunas de las autoras que ha estudiado en el m¨¢ster en Estudios de G¨¦nero y Cultura que casi termina en la Universidad de Chile. En narrativa, se declara fan de la argentina Mariana Enr¨ªquez.
Sobre figuras que han marcado a la izquierda chilena, como el expresidente socialista Salvador Allende, se?ala: ¡°Allende representa la posibilidad de que los trabajadores y trabajadoras puedan ser poder. Es una figura que observo y valoro, pero creo que tambi¨¦n hoy tenemos que mirar hacia un nuevo momento de este pa¨ªs, en que recogemos de nuestra historia a liderazgos tan importantes como Allende y tambi¨¦n miramos hacia adelante desde nuestras experiencias cotidianas¡±.
Desde 2016, Hassler ha sido concejal en el municipio de Santiago bajo la administraci¨®n de Felipe Alessandri, el actual alcalde de derecha al que derrot¨® y critica por ¡°avalar una pol¨ªtica represiva y violenta¡±.
P. Y usted, ?c¨®mo controlar¨¢ el orden p¨²blico?
R. La alcald¨ªa no tiene la labor del control del orden p¨²blico, pero el actual alcalde confundi¨® su papel respecto de la relaci¨®n con la movilizaci¨®n social y con carabineros. La democratizaci¨®n que est¨¢ cursando nuestro pa¨ªs representa una esperanza para terminar con estos problemas en nuestros barrios. Pero para terminarlo no con represi¨®n, porque no sirve.
P. ?Devolver¨ªa a su lugar el monumento del general Baquedano, que tuvo que ser sacado del epicentro de las protestas?
R. Hay que preguntar a las personas, aunque mi opini¨®n personal es que no.
?C¨®mo se explica que Santiago, con un alcalde de derecha, se haya vuelto comunista en cuatro a?os? Hassler responde: ¡°No es que Santiago se haya vuelto comunista, sino que tenemos una alcaldesa electa comunista¡±, dice la militante del PC, a la que en medio de la conversaci¨®n le entregan papeles y le entran WhatsApp, en se?al de que le espera un d¨ªa con una agenda apretada. ¡°La ciudadan¨ªa tiene una conciencia respecto del da?o que ha hecho la derecha en nuestro pa¨ªs. Chile tiene un modelo de abusos y debe poner la dignidad en el centro¡±, dice Hassler, que gobernar¨¢ Santiago arropada por un grupo de mujeres concejalas, en una muestra del poder del feminismo en los movimientos sociales en Chile.
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