Los estudiantes turcos sacan los colchones a la calle para protestar por el precio de la vivienda
Los alquileres se han disparado en Turqu¨ªa con la vuelta de la educaci¨®n presencial y la burbuja inmobiliaria, poniendo a muchas familias en dificultades. El Gobierno ha prometido actuar por temor a una nueva revuelta juvenil como la de 2013
Las im¨¢genes de j¨®venes durmiendo sobre los bancos de parques en Esmirna, frente a la universidad de Sakarya, en los asientos de los transbordadores que comunican las orillas europea y asi¨¢tica de Estambul y otros rincones de Turqu¨ªa han recorrido las redes sociales en los ¨²ltimos d¨ªas. Son parte de una protesta iniciada a mediados del pasado mes contra las dificultades de acceder a una vivienda o a una plaza en residencias universitarias en un momento en que los alquileres se han disparado entre un 50% y un 300% respecto a los precios de hace un a?o. Cerca de un centenar de estudiantes han sido detenidos aunque posteriormente fueron puestos en libertad.
¡°Publicamos un v¨ªdeo en el que se ve¨ªa que varios estudiantes dorm¨ªamos en un parque. Al d¨ªa siguiente, cuando ¨ªbamos a hacer lo mismo, la polic¨ªa lo hab¨ªa acordonado y hab¨ªa desplegado a decenas de agentes y un veh¨ªculo blindado. Nosotros les preguntamos si el problema era que 20 estudiantes durmiesen a la intemperie o las circunstancias que nos obligan a dormir en la calle¡±, explica Mert Batur, uno de los portavoces del movimiento Barinamiyoruz (No tenemos alojamiento) y estudiante de Derecho en la Universidad de Estambul. ¡°El v¨ªdeo tuvo mucha repercusi¨®n y al final la polic¨ªa se retir¨®. Desde entonces hemos dormido todas las noches en varios parques de Estambul¡±, explica. Las protestas se han reproducido de diferentes formas en 24 provincias de las 81 del pa¨ªs, seg¨²n datos del Ministerio de Interior.
Sakarya'da ¨¹niversite ??rencisi yurt ¨¹cretlerini ve ev kiralar?n? protesto ederek kamp¨¹s ?n¨¹nde yatt?.
— Bar?nam?yoruz Hareketi (@barinamayanlar) September 15, 2021
Bar?namayanlar sessiz kalmayacak. Sesimizi her yerde, her ?ekilde y¨¹kseltece?iz.
Sen de Bar?namayanlar Hareketi'ne kat?l birlikte m¨¹cadele edelim. https://t.co/PxwOKCPklr pic.twitter.com/1kkqJIcjtb
Septiembre y octubre son meses de gran actividad en el mercado inmobiliario turco. Con la apertura del curso escolar, estudiantes universitarios y profesores buscan alojamiento y los propietarios tienden a aprovechar la mayor demanda para subir los precios. Este a?o, una conjunci¨®n de factores ha hecho que esas subidas se conviertan en astron¨®micas: la educaci¨®n ha vuelto a ser presencial por primera vez desde el inicio de la pandemia con lo que millones de estudiantes que hab¨ªan retornado a sus lugares de origen han regresado a las grandes ciudades del pa¨ªs como Estambul, Ankara y Esmirna, donde est¨¢n casi la mitad de las 200 universidades del pa¨ªs, adem¨¢s de las m¨¢s grandes y m¨¢s solicitadas. En Estambul, por ejemplo, se concentra un mill¨®n de los ocho millones que cursan estudios universitarios en Turqu¨ªa.
Otros pa¨ªses del mundo se enfrentan a una burbuja de precios en el mercado inmobiliario a medida que se recupera la normalidad interrumpida por la pandemia, pero ¡°en Turqu¨ªa este hecho se ha agravado por la pol¨ªtica monetaria del Gobierno¡±, sostiene el economista Ugur G¨¹rses. En 2020, explica, el Gobierno presion¨® a los bancos, especialmente a aquellos p¨²blicos, para extender cr¨¦ditos hipotecarios a toda costa. Los bancos telefoneaban a posibles clientes para convencerles de que contratasen hipotecas a precios ventajosos (entonces, la tasa de inter¨¦s de referencia se hallaba en el m¨ªnimo de los ¨²ltimos cuatro a?os, al 8,25%, ahora est¨¢ en el 18%), y estos eventuales clientes no eran necesariamente aquellos que necesitaban una vivienda con m¨¢s urgencia, sino aquellos con un perfil m¨¢s id¨®neo a la hora de devolver el cr¨¦dito, es decir, con mayores ingresos.
Depreciaci¨®n de la lira
El volumen de cr¨¦ditos aument¨® en pocos meses un 40% y las ventas se dispararon. ¡°Pero como los costes de construcci¨®n han aumentado much¨ªsimo por la depreciaci¨®n de la lira turca, tambi¨¦n ha aumentado much¨ªsimo el precio de vivienda nueva, as¨ª que esas compras se han dirigido a pisos de segunda mano¡±, apunta G¨¹rses. Si antes de la pandemia los pisos de segunda mano representaban poco m¨¢s de la mitad de las compraventas del mercado inmobiliario, ahora son el 70%. Y esas eran viviendas cuyos propietarios sol¨ªan dedicar al alquiler, con lo que se ha producido una importante reducci¨®n de la oferta en el mercado de alquiler y un r¨¢pido incremento de la demanda.
Por ley, los propietarios no pueden exigir incrementos anuales del alquiler superiores a la cifra de inflaci¨®n oficial (19,25% actualmente), pero no hay una regulaci¨®n sobre el precio de partida en viviendas vac¨ªas. Los precios medios que se exigen por un piso de dos habitaciones cerca de una universidad en Estambul est¨¢n entre las 2.000 y 4.000 liras (unos 200-400 euros), y las becas y cr¨¦ditos estatales que permiten estudiar a un mill¨®n y medio de alumnos son solo de 650 liras mensuales (63 euros).
Otro problema es la falta de residencias universitarias. En los ¨²ltimos a?os se han reducido las plazas en las residencias p¨²blicas (son menos de 700.000, a un precio de unas 400 liras por estudiante en habitaciones de cuatro a ocho personas) y se han incrementado las privadas, que cuestan dos y tres veces m¨¢s y, en muchos casos, est¨¢n gestionadas por cofrad¨ªas religiosas cercanas al partido del presidente Recep Tayyip Erdogan. ¡°Es parte del proyecto neoliberal del Gobierno de reducir la financiaci¨®n p¨²blica de la educaci¨®n y convertirla en un negocio¡±, denuncia Batur.
Yurtsuzlar olarak fahi? ev kiralar?na, yurt ¨¹cretlerine, niteliksiz yurtlara kar?? bug¨¹n vapurdan sesimizi y¨¹kselttik:
— yurtsuzlar (@yurtsuzlar_) September 28, 2021
Dinleyin ey vakti duymak doru?una varanlar
Fallar? grafiklerde bak?lanlar siz de i?itin..#YurtsuzlarGoezalt?nda#BARINAMIYORUZ pic.twitter.com/u2CKE6CSmK
El ministro de Interior, S¨¹leyman Soylu, respondi¨® a las protestas alegando que la mayor¨ªa de los participantes ¡°no son estudiantes¡± sino ¡°miembros de organizaciones marginales de izquierda¡±. E incluso de ¡°grupos terroristas¡± como el Partido de los Trabajadores de Kurdist¨¢n (PKK) y el Partido Comunista Marxista-Leninista (MLKP, en sus siglas en turco) ¡°o esos miembros de (colectivos) LGTB que me quieren tanto¡±, a?adi¨®, utilizando las siglas del colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales como si fueran una organizaci¨®n armada. Tambi¨¦n Erdogan carg¨® contra ellos acus¨¢ndoles de querer ¡°crear un segundo Gezi¡±, en referencia a las multitudinarias protestas juveniles que agitaron Turqu¨ªa en 2013.
Con todo, los ayuntamientos del partido gobernante ¨Dtambi¨¦n los de la oposici¨®n¨D han abierto instalaciones municipales para alojar sin coste a los estudiantes con problemas de vivienda durante un mes y el Ejecutivo ha anunciado la creaci¨®n de nuevas residencias universitarias p¨²blicas con 110.000 nuevas plazas, lo que ha llevado a los colectivos estudiantiles a reducir las protestas. ¡°Veremos si esta soluci¨®n es suficiente, pero si no, aumentaremos nuestras movilizaciones¡±, explica Batur: ¡°El problema de la vivienda no afecta solo a los universitarios. De hecho, durante nuestras protestas nos han contactado cientos de obreros y desempleados con el mismo problema¡±.
Victoria y descontento
Para el movimiento estudiantil, esta es una peque?a victoria de las que no est¨¢n acostumbradas a saborear en un pa¨ªs que ha visto c¨®mo las protestas eran prohibidas o disueltas a palos y con gases. Y adem¨¢s no es la ¨²nica que se produce en los ¨²ltimos meses. Las movilizaciones que comenzaron a principios de a?o en la Universidad del B¨®sforo, la m¨¢s prestigiosa del pa¨ªs, han logrado que Erdogan destituyese al rector que ¨¦l mismo hab¨ªa nombrado a dedo seis meses antes y, aunque el sustituto tampoco es del agrado de los universitarios ni de los profesores, la protesta ha servido para galvanizar al movimiento estudiantil y hacerle consciente de su fuerza.
En los pasillos del poder en Ankara, la posibilidad de unas protestas juveniles m¨¢s amplias, similares a las de Gezi, supone una verdadera pesadilla. En las pr¨®ximas elecciones, si se celebran en su fecha prevista (junio de 2023), habr¨¢ unos seis millones de nuevos votantes, y los sondeos indican que no ven favorablemente a un Erdogan que ha gobernado ininterrumpidamente desde 2003.
Las encuestas indican que el nivel de descontento entre los j¨®venes es mayor que entre otros segmentos de la poblaci¨®n, puesto que su precarizaci¨®n es cada vez mayor, igual que en econom¨ªas m¨¢s desarrolladas. Hasta hace pocos a?os, un t¨ªtulo universitario era en Turqu¨ªa un billete seguro a un empleo garantizado y mejor remunerado que la media. Ya no es as¨ª.
Adem¨¢s, dos tercios de las becas que se conceden son en realidad cr¨¦ditos, ¡°con lo que un licenciado empieza la vida laboral con una deuda de m¨ªnimo 30.000 liras¡±, apunta Batur. Esto les obliga a buscar trabajos peor remunerados en un mercado con cada vez menos posibilidades de empleo (un 30% de los titulados superiores est¨¢n en paro). ¡°El Gobierno no est¨¢ atendiendo los problemas de los j¨®venes. Hay un gran problema de desempleo. Los salarios son muy bajos y muchos de los licenciados se mueven al segmento de los que cobran el salario m¨ªnimo [2.826 liras o unos 280 euros]. En toda Turqu¨ªa, en torno al 40% de los trabajadores cobra el salario m¨ªnimo, y, adem¨¢s, desde el inicio de la pandemia se ha incrementado mucho el trabajo a tiempo parcial¡±, sostiene G¨¹rses. Es decir, la vivienda es solo la punta del iceberg de los problemas a los que se enfrenta la juventud turca.
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