La amenaza de un ataque qu¨ªmico planea sobre Ucrania
Los expertos respaldan la hip¨®tesis de que Rusia baraja el uso de armamento t¨®xico en la guerra


Las advertencias de distintos l¨ªderes occidentales sobre un posible uso de armas qu¨ªmicas en la guerra en Ucrania se han sucedido en los ¨²ltimos d¨ªas. La ret¨®rica del Kremlin, sumada a las enormes dificultades que el Ej¨¦rcito ruso est¨¢ teniendo para tomar el control de los centros urbanos, inquieta a la OTAN. No hay evidencias de que las Fuerzas Armadas de Rusia hayan utilizado alguna vez sustancias qu¨ªmicas para atacar a una poblaci¨®n civil, aunque el r¨¦gimen sirio, al que protege con una decisiva intervenci¨®n militar desde 2015, s¨ª ha hecho uso de ellas en m¨²ltiples ocasiones en la ¨²ltima d¨¦cada. Oficialmente, Mosc¨² acab¨® de destruir hace casi cinco a?os todo el arsenal qu¨ªmico y biol¨®gico heredado de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
El pasado d¨ªa 11, Vasili Nebenzia, el embajador ruso ante Naciones Unidas, acus¨® a Estados Unidos y a Ucrania de haber estado intentando desarrollar armas biol¨®gicas en laboratorios ucranios. ¡°El objetivo era estudiar la posibilidad de propagar los pat¨®genos de peste, ¨¢ntrax y c¨®lera a trav¨¦s de p¨¢jaros, murci¨¦lagos y personas¡±, dijo el diplom¨¢tico. En los d¨ªas siguientes, el primer ministro brit¨¢nico, Boris Johnson, el canciller alem¨¢n, Olaf Scholz, y el presidente polaco, Andrzej Duda, alertaron de que las acusaciones infundadas de Mosc¨² ¡ª¡°majader¨ªas¡±, seg¨²n la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield¡ª podr¨ªan servir de base para un ataque qu¨ªmico que intentar¨ªan camuflar como una operaci¨®n de falsa bandera al atribuir la responsabilidad al Ej¨¦rcito enemigo. ¡°Es una se?al clara de que [el mandatario ruso, Vlad¨ªmir Putin] est¨¢ sopesando el uso de ambas (armas qu¨ªmicas y biol¨®gicas)¡±, sostuvo Joe Biden, el presidente de EE UU.
Hanna Notte, investigadora del Centro de Viena para el Desarme y la No Proliferaci¨®n, apunta que en caso de se produjera un ataque qu¨ªmico, probablemente ser¨ªa demostrable la responsabilidad de Rusia, pero ¡°no es algo que parezca preocupar al Kremlin, que presentar¨ªa una narrativa radicalmente distinta a su poblaci¨®n¡±.
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, destac¨® el jueves que un ataque qu¨ªmico ruso en Ucrania ¡°cambiar¨ªa enormemente la naturaleza del conflicto¡±. Biden hizo el mismo d¨ªa en Bruselas unas declaraciones ambiguas: ¡°Responderemos si ¨¦l [Putin] las usa, y la naturaleza de esa respuesta depender¨¢ de la naturaleza del uso¡±. Notte considera que afirmaciones como la de Biden reflejan que los pa¨ªses occidentales ¡°no tienen buenas opciones para disuadir a Rusia de emplear armas qu¨ªmicas. Descartada la intervenci¨®n militar, solo les queda imponer sanciones a¨²n m¨¢s duras a Mosc¨² e intensificar su aislamiento internacional¡±.
En 2012, Barack Obama, entonces presidente de EE UU, traz¨® la l¨ªnea roja de una intervenci¨®n militar en Siria en el uso de armas qu¨ªmicas por parte del r¨¦gimen de Bachar el Asad. Un a?o despu¨¦s, centenares de civiles murieron asfixiados tras un ataque del Ej¨¦rcito sirio con gas sar¨ªn en Guta, un suburbio de Damasco. La reacci¨®n anunciada por Obama nunca lleg¨®. Durante el mandato de su sucesor, Donald Trump, s¨ª hubo dos respuestas militares a dos ataques qu¨ªmicos, en 2017 por el de Jan Sheij¨²n y en 2018 ¡ªen coordinaci¨®n con Par¨ªs y Londres¡ª por el de Duma, que se limitaron al lanzamiento de misiles contra supuestos centros de desarrollo o almacenamiento de armas. Esos proyectiles tampoco alteraron el curso de la guerra en Siria. ¡°Como m¨ªnimo, Rusia hizo la vista gorda al uso de armas qu¨ªmicas por parte de El Asad y no le inst¨® a dejar de hacerlo¡±, se?ala Notte.

Las armas qu¨ªmicas est¨¢n prohibidas por un tratado ratificado por todos los miembros de la ONU salvo Egipto, Israel, Corea del Norte y Sud¨¢n del Sur. Las sustancias vetadas son de distintos tipos: algunas afectan al sistema respiratorio o a la circulaci¨®n sangu¨ªnea, otras como el gas mostaza queman la piel y dejan ciegas a las personas, mientras que las m¨¢s letales suelen ser las que da?an el sistema nervioso. Dan Kaszeta, investigador asociado del Royal United Services Institute (RUSI), ve poco probable que Rusia use armas qu¨ªmicas en Ucrania. El experto cree que ¡°hist¨®ricamente no han sido demasiado efectivas para lograr objetivos militares¡±; sin embargo, no descarta que se puedan usar armas convencionales contra plantas industriales que almacenen sustancias t¨®xicas.
En la reuni¨®n de la OTAN del pasado jueves se acord¨® el env¨ªo a Ucrania de material para contrarrestar un hipot¨¦tico ataque qu¨ªmico, biol¨®gico o nuclear. Paul Walker, vicepresidente de la Asociaci¨®n para el Control de Armas y director de la organizaci¨®n ambientalista Cruz Verde Internacional, explica que los instrumentos que pueden mandar los aliados para mitigar los efectos de un ataque qu¨ªmico son ¡°m¨¢scaras antig¨¢s, guantes, agujas hipod¨¦rmicas para inyectar atropina (un ant¨ªdoto) y, en el mejor de los casos, trajes de protecci¨®n individual¡±. Stoltenberg anunci¨® que tambi¨¦n se hab¨ªa dado la orden de activar ¡°las defensas [contra armamento qu¨ªmico, biol¨®gico y nuclear] de las fuerzas desplegadas en los pa¨ªses del este de la Alianza¡±. Daniel Gerstein, investigador de la Corporaci¨®n RAND, detalla que los instrumentos a los que se refer¨ªa el noruego incluyen sensores y veh¨ªculos con capacidad de identificar y tomar muestras ambientales. Gerstein a?ade que las herramientas para detectar ataques biol¨®gicos ¡ªen los que lo que se propaga es un pat¨®geno, como un virus, una bacteria o un hongo¡ª son m¨¢s limitadas que las dise?adas para casos de ataques qu¨ªmicos.
La Uni¨®n Sovi¨¦tica cre¨® en los a?os setenta una gigantesca agencia de armamento biol¨®gico¡ªllamada Biopreparat¡ª que lleg¨® a tener m¨¢s de 30.000 trabajadores. En enero de 1993, apenas 12 meses despu¨¦s de la disoluci¨®n de la URSS, Rusia firm¨® la Convenci¨®n sobre las Armas Qu¨ªmicas, que entr¨® en vigor en 1997. Mosc¨² declar¨® entonces que almacenaba unas 40.000 toneladas de armas con sustancias ilegalizadas tras la ratificaci¨®n del tratado y se comprometi¨® a su completa eliminaci¨®n.
La Organizaci¨®n para la Prohibici¨®n de las Armas Qu¨ªmicas (OPAQ) verific¨® en octubre de 2017 que Rusia hab¨ªa destruido todo su arsenal qu¨ªmico. Y el Kremlin puso en marcha su maquinaria de propaganda. En una ceremonia televisada, Putin, junto a un representante de la OPAQ, se present¨® como un defensor de la paz y de la legalidad y el orden internacional, y critic¨® a Estados Unidos por no haber destruido a¨²n por completo todo su armamento declarado.
Un mes despu¨¦s, Mosc¨² vet¨® en el Consejo de Seguridad la extensi¨®n del mandato del ¨®rgano de expertos encargados de determinar la responsabilidad por los ataques con armas qu¨ªmicas en Siria, un mecanismo conjunto de la ONU y la OPAQ que se hab¨ªa puesto en marcha en 2015 con el respaldo de todas las potencias.
En marzo de 2018, cuando a¨²n no se hab¨ªa cumplido medio a?o desde la ¨²ltima inspecci¨®n de la OPAQ en territorio ruso, Sergu¨¦i Skripal, un antiguo agente doble al servicio del espionaje brit¨¢nico, y su hija Yulia fueron envenenados en la ciudad inglesa de Salisbury con alg¨²n compuesto de la familia novichok, un grupo de agentes nerviosos de fabricaci¨®n sovi¨¦tica y cuya posesi¨®n Rusia jam¨¢s ha admitido. Mosc¨² neg¨® tajantemente cualquier relaci¨®n con el suceso, pero Londres acus¨® al Kremlin e identific¨® a dos ciudadanos rusos como los responsables. Skripal y su hija sobrevivieron tras pasar varias semanas inconscientes, pero casi cuatro meses despu¨¦s una mujer y un hombre se contagiaron con la misma sustancia a trav¨¦s de un frasco de perfume que se hab¨ªan encontrado en un parque a 13 kil¨®metros de Salisbury; ella muri¨® 10 d¨ªas despu¨¦s.

Alex¨¦i Navalni, el principal opositor de Putin, tambi¨¦n fue envenenado con novichok, en agosto de 2020. Tras ser ingresado en un hospital de la ciudad siberiana de Omsk, fue trasladado a Berl¨ªn en estado de coma inducido. Navalni regres¨® a Mosc¨² en enero del a?o pasado y fue detenido nada m¨¢s aterrizar por haber incumplido los t¨¦rminos de su libertad condicional, impuesta tras la suspensi¨®n de una pena de prisi¨®n. El pasado martes fue condenado por un tribunal de Mosc¨² a nueve a?os de c¨¢rcel por ¡°fraude a gran escala¡±.
Los casos de Skripal y Navalni, sin embargo, fueron meros intentos de asesinato, no acciones de guerra indiscriminadas. S¨ª hubo una ocasi¨®n en la que el Gobierno de Putin autoriz¨® un ataque qu¨ªmico a mayor escala, pero fue en una situaci¨®n cr¨ªtica que guarda poca relaci¨®n con el escenario en Ucrania. En octubre de 2002, durante la segunda guerra de Chechenia, un comando de terroristas cauc¨¢sicos se encerr¨® en un teatro moscovita con 850 rehenes. Tres d¨ªas despu¨¦s, minutos antes de que las fuerzas especiales asaltaran el recinto, se bombe¨® una sustancia qu¨ªmica (nunca se esclareci¨® cu¨¢l) por el sistema de ventilaci¨®n con la finalidad de anestesiar a los secuestradores. Al menos 130 civiles murieron por la inhalaci¨®n del gas.
En la guerra en Ucrania, en la que la poblaci¨®n de las ciudades sitiadas por las tropas invasoras como Mariupol o Chern¨ªgov resiste los continuos bombardeos sin gas ni electricidad y sin apenas agua ni alimentos, Walker opina que las armas qu¨ªmicas podr¨ªan ser efectivas como ¡°un arma de terror contra los civiles¡±. El experto incide en que los ciudadanos que resistan en refugios subterr¨¢neos, agotados f¨ªsica y psicol¨®gicamente, podr¨¢n sentirse relativamente protegidos de las explosiones y la artiller¨ªa enemiga, pero no de los gases que provocan muertes ag¨®nicas.
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