El preso pol¨ªtico m¨¢s famoso de Egipto cumple 100 d¨ªas en huelga de hambre
El egipcio-brit¨¢nico Alaa Abdelfat¨¢, un icono de la revoluci¨®n de 2011 y de su represi¨®n, protesta por las condiciones a las que ha sido sometido en la c¨¢rcel. Su familia pide que Londres intervenga para conseguir su libertad
Hijo de una reputada familia de activistas y defensores de derechos humanos, Alaa Abdelfat¨¢ (El Cairo, 40 a?os) es un ingeniero inform¨¢tico m¨¢s conocido por ser uno de los iconos de la revoluci¨®n de 2011 en Egipto y uno de los intelectuales m¨¢s prestigiosos del mundo ¨¢rabe. Debido a su actividad pol¨ªtica y como escritor, sin embargo, ha sido encarcelado por todos los dirigentes del pa¨ªs desde que naci¨®. Y ha permanecido alrededor de tres cuartas partes de la ¨²ltima d¨¦cada entre rejas, hasta convertirse en el preso pol¨ªtico de mayor perfil del pa¨ªs.
El pasado 2 de abril, ante las duras condiciones a las que ha sido sometido los ¨²ltimos dos a?os y medio, Abdelfat¨¢ tom¨® la decisi¨®n de iniciar una huelga de hambre como ¨²ltimo resorte para protestar por su detenci¨®n, el trato inhumano que ha recibido y la vulneraci¨®n sistem¨¢tica de sus derechos m¨¢s b¨¢sicos. Este domingo cumpli¨® 100 d¨ªas, y su entorno alerta de que se encuentra en una fase muy delicada.
¡°El principal riesgo de una huelga de hambre es la muete, pero incluso si eso no ocurre, puede tener todo tipo de consecuencias a largo plazo¡±, se?ala Omar Robert Hamilton, primo de Abdelfat¨¢.
El ¨²ltimo periplo carcelario de Abdelfat¨¢ comenz¨® a finales de 2019, apenas seis meses despu¨¦s de haber vuelto a pisar el asfalto tras cuatro a?os en prisi¨®n. Mientras cumpl¨ªa con un estricto r¨¦gimen de libertad condicional, el ingeniero fue arrestado y permaneci¨® en detenci¨®n preventiva hasta octubre de 2021. Fue solo entonces, poco antes de que se levantara el estado de excepci¨®n en Egipto, cuando fue procesado por un tribunal de emergencia acusado de publicar informaciones falsas en las redes. Y fue condenado tras un juicio expr¨¦s a cinco a?os de prisi¨®n, de los que no se descuentan los dos que ya hab¨ªa pasado entre rejas.
Seg¨²n ha denunciado su familia, la situaci¨®n de Abdelfat¨¢ en prisi¨®n empeor¨® de forma preocupante con respecto a anteriores ocasiones desde su ¨²ltimo arresto. El ingeniero ha sufrido m¨²ltiples agresiones f¨ªsicas y ha sido privado de derechos b¨¢sicos como hacer ejercicio, disponer de libros o una radio, o poder ver a su hijo en un espacio seguro. El pasado 25 de junio cumpli¨® 1.000 d¨ªas encarcelado.
¡°Todo el mundo siente que Alaa es un s¨ªmbolo de la supresi¨®n de la revoluci¨®n. Y por eso no quieren liberarlo. ?l era una figura importante, pero [las autoridades] lo han convertido en el s¨ªmbolo que cre¨ªan que era¡±, desliza Hamilton.
A mediados de abril, poco despu¨¦s de empezar la huelga de hambre, la familia de Abdelfat¨¢ anunci¨® que hab¨ªa obtenido la nacionalidad brit¨¢nica gracias a su madre, Laila Soueif, una prominente activista de derechos humanos nacida en el Reino Unido, por lo que pidieron a Londres intervenir para velar por su integridad y su liberaci¨®n.
Presi¨®n desde el Reino Unido
Hasta ahora, la campa?a de solidaridad ha conseguido que el todav¨ªa primer ministro Boris Johnson ¡ªel 7 de julio anunci¨® que se mantendr¨ªa en el cargo hasta que su partido eligiera a un nuevo l¨ªder¡ª abordara su situaci¨®n con el presidente de Egipto, Abdelfat¨¢ al Sisi, a finales de marzo. Tambi¨¦n la secretaria de Exteriores, Liz Truss, se ha comprometido a intervenir en junio y el representante de Exteriores del pa¨ªs para el norte de ?frica, Tariq Ahmad, habl¨® sobre ¨¦l recientemente con el ministro de Exteriores egipcio, Sameh Shoukry.
¡°La embajada ha sido muy atenta desde el principio, y sentimos que est¨¢n trabajando para sacarlo. En Londres creemos que est¨¢n presionando y que hay gente en el Ministerio de Asuntos Exteriores que realmente quiere sacar a Alaa. Solo nos preocupa que no se est¨¦ actuando con la suficiente urgencia¡±, afirma su primo.
Gracias a la presi¨®n, Abdelfat¨¢ fue trasladado a mediados de mayo de una prisi¨®n de m¨¢xima seguridad en El Cairo a una c¨¢rcel a las afueras, donde su situaci¨®n ha mejorado, por lo que decidi¨® pasar de ingerir solo agua y sal a 100 calor¨ªas al d¨ªa y dar m¨¢s margen a quienes est¨¢n haciendo campa?a por ¨¦l sin romper la huelga de hambre. Su entorno, sin embargo, denuncia que las autoridades siguen bloqueando a discreci¨®n muchos de los objetos que le env¨ªan, incluidas cartas, y que contin¨²an impidiendo una visita consular.
Adem¨¢s, las autoridades penitenciarias y judiciales no han reconocido que est¨¦ en huelga de hambre, evitando as¨ª tener que asumir sus responsabilidades. ¡°Hay un sistema en el que cuando un preso entra en huelga de hambre se supone que hay que registrarlo y hacer revisiones y pruebas peri¨®dicas, pero nada de eso est¨¢ ocurriendo¡±, asegura Hamilton.
El trato a Abdelfat¨¢ coincide con una campa?a de El Cairo para mejorar la imagen de su sombr¨ªo historial de derechos humanos, y en los ¨²ltimos meses han liberado a decenas de presos pol¨ªticos y reactivado un comit¨¦ de indultos. Pero grupos de derechos humanos notan que la campa?a brilla por su opacidad y por excluir a presos pol¨ªticos islamistas y liberales de alto perfil, como Abdelfat¨¢. ¡°Ha sido el mensaje desde que Al Sisi asumi¨® el poder¡±, expresa Hamilton. ¡°Lo que ¨¦l representa debe ser aplastado¡±, agrega.
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