La empresa del sumergible ¡®Titan¡¯ anuncia el fin de sus operaciones comerciales y de exploraci¨®n submarina

OceanGate, la empresa que gestionaba el sumergible tur¨ªstico Titan, cuya implosi¨®n hace dos semanas durante una inmersi¨®n al pecio del Titanic cost¨® la vida a sus cinco ocupantes, ha suspendido todas las operaciones de exploraci¨®n y comerciales, seg¨²n su p¨¢gina web. La empresa, con sede en Washington, no ha facilitado m¨¢s detalles que el banner rojo que avisa del fin de su actividad. OceanGate ten¨ªa previsto realizar en junio de 2024 dos ¡°misiones de exploraci¨®n¡± a los restos del transatl¨¢ntico hundido en 1912 en su viaje inaugural, mientras su oferta (¡±Le invitamos a unirse a nosotros en una aventura en alta mar para explorar el 95% del fondo marino que los ojos humanos rara vez han visto. Explore los restos del Titanic en 2023¡å) ha quedado congelada en un presente hist¨®rico.

Bajo la direcci¨®n unificada de la Guardia Costera de EE UU, con participaci¨®n de la agencia de seguridad en el transporte canadiense y observadores de Francia y el Reino Unido -pa¨ªses de origen de cuatro de las v¨ªctimas-, la investigaci¨®n en curso intenta determinar la causa de la implosi¨®n del sumergible, del que se han recuperado restos materiales y otros posiblemente humanos en el lecho marino, a una profundidad de 3.800 metros. El efecto de la implosi¨®n, causada por la presi¨®n externa de la cabina, desintegr¨® los cuerpos de los pasajeros.

La compa?¨ªa que seg¨²n Stockton Rush, su consejero delegado y piloto de la inmersi¨®n mortal, pretend¨ªa convertirse en una suerte de SpaceX submarino -en referencia a la empresa de Elon Musk que ha popularizado los viajes espaciales- hab¨ªa sido objeto de las cr¨ªticas y de reiteradas advertencias por la falta de homologaci¨®n de los certificados de seguridad, adem¨¢s de alimentar el debate sobre los riesgos excesivos de las nuevas modalidades de turismo extremo o de aventuras. El Titan, un cilindro de titanio y fibra de carbono de apenas 6,5 metros de largo, inici¨® su inmersi¨®n para visitar el pecio del Titanic el domingo 18 de junio en aguas del At¨¢ntico norte, a unos 700 kil¨®metros al suroeste de Terranova (Canad¨¢), desde donde el aparato fue trasladado a alta mar por un buque nodriza. El descenso y la vuelta a la superficie deb¨ªan durar siete horas.

Cuando a¨²n no hab¨ªan pasado dos horas del inicio de la inmersi¨®n, se perdi¨® contacto con la nave, lo que dio lugar a una colosal operaci¨®n de rescate, rodeada de una intensiva cobertura medi¨¢tica. Cuatro d¨ªas despu¨¦s, el hallazgo de restos materiales en el lecho marino, a apenas 500 metros de la proa del Titanic, confirm¨® los peores pron¨®sticos, dado que el estado de las piezas apuntaba a la implosi¨®n, o desintegraci¨®n violenta, de la cabina. Los cinco ocupantes -el citado Stockton, un explorador brit¨¢nico, un navegante franc¨¦s especializado en inmersiones al Titanic y un padre y su hijo brit¨¢nico-paquistan¨ªes- fueron dados por muertos en el acto. La Guardia Costera anunci¨® pocos d¨ªas despu¨¦s que las piezas localizadas y recuperadas por robots submarinos hab¨ªa posiblemente restos humanos.

A la espera de conocer las conclusiones de la investigaci¨®n, que puede demorarse meses por la complejidad del lecho marino y de la propia b¨²squeda, la hip¨®tesis m¨¢s plausible sobre lo ocurrido es la apuntada por la Armada de EE UU, que el mismo domingo 18 de junio detect¨® una anomal¨ªa congruente con la posibilidad de la implosi¨®n. Por lo tanto, el Titan se habr¨ªa desintegrado al inicio de su viaje, si bien el operativo de b¨²squeda se prolong¨® cuatro d¨ªas m¨¢s, dando lugar a un costos¨ªsimo rescate cuya factura a¨²n no est¨¢ claro a qui¨¦n corresponde pagar.

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