?Bienvenido de nuevo, Mr. Cameron?
El ex primer ministro que propici¨® con su refer¨¦ndum el divorcio del Reino Unido de la UE regresa al Gobierno para ocupar la cartera de Exteriores. Le reciben una d¨¦cada de austeridad y un Partido Conservador radicalizado por el Brexit
Las colas del hambre ya no dan verg¨¹enza. Ante las puertas de la parroquia anglicana de Emmanuel, en la multicultural avenida londinense de Harrow Road, un grupo de personas ¡ªla mayor¨ªa, mujeres¡ª charlaban entre ellas este viernes, aferradas a sus carros de la compra, mientras esperaban que se abrieran las puertas del recinto. Emmanuel Pantry (La Despensa Emmanuel) es una iniciativa de caridad que permite comprar, por cinco libras (unos 5,70 euros), productos de primera necesidad por valor de unas 20 (casi 23 euros). ¡°A m¨ª y a mi familia nos lleva salvando la vida desde hace a?os¡±, admite Aisha, cubierto su pelo por el hijab isl¨¢mico. Zhade, de origen afrocaribe?o, asiente y sonr¨ªe.
Catorce a?os despu¨¦s de que el Gobierno conservador de David Cameron impusiera las pol¨ªticas de austeridad en el Reino Unido, dise?adas para rebajar la deuda p¨²blica y remontar la crisis de 2008, el ex primer ministro ha vuelto a la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica ¡ªcomo responsable de la cartera de Exteriores en el Ejecutivo de Rishi Sunak¡ª para encontrarse un pa¨ªs que todav¨ªa no se ha recuperado del deterioro de los servicios p¨²blicos y de los bolsillos privados que trajo consigo aquella pol¨ªtica. Y parad¨®jicamente, el rescate de Cameron es, adem¨¢s, un intento de reconducir hacia el centro y la moderaci¨®n a un Partido Conservador completamente transformado y radicalizado por el Brexit que el ex primer ministro provoc¨® en 2016 con un refer¨¦ndum temerario mal concebido y de peor resuelto.
¡°La austeridad desapareci¨® del ideario conservador en 2019, con el programa electoral de Boris Johnson en el que se renegaba del concepto y se promet¨ªa un aumento de la inversi¨®n p¨²blica, pero las consecuencias de aquello las seguimos arrastrando¡±, explica a EL PA?S Anand Menon, profesor de Pol¨ªtica Europea y Asuntos Exteriores en el King?s College de Londres, y director de UK in a Changing Europe, la organizaci¨®n acad¨¦mica que sigue analizando con rigor las consecuencias del Brexit. ¡°La base sobre la que empezamos a recuperarnos era muy baja, y no hemos sido capaces de realizar la inversi¨®n en capital necesaria¡±, a?ade.
Fue la tormenta perfecta. Lleg¨® la pandemia, y los brit¨¢nicos dispon¨ªan de unos servicios asistenciales, sobre todo la sanidad p¨²blica, reducidos a los huesos por culpa de las medidas de austeridad de los a?os de Cameron. Por eso, la figura del ex primer ministro acab¨® por convertirse en una de las m¨¢s odiadas en el imaginario colectivo de los brit¨¢nicos.
¡°Cameron rezuma fracaso por cada poro de su piel. Brexit, Libia, la econom¨ªa... todos los problemas a los que ya ten¨ªan que enfrentarse nuestros servicios p¨²blicos fueron agravados por a?os de austeridad. La designaci¨®n de Cameron como ministro de Exteriores solo puede significar que Sunak se est¨¢ quedando sin cuerda¡±, asegura el fil¨®sofo y analista John Gray en la revista The New Statesman. ¡°?Por qu¨¦ diablos est¨¢n recuperando a este perdedor, que es un resto del pasado?¡¯, se debe estar preguntando el grueso de los votantes conservadores¡±, remata Gray.
Nostalgia de un pasado conservador
Rishi Sunak tiene por delante un a?o para intentar remontar unas encuestas que hoy son demoledoras para los tories. Todas ellas conceden al menos 20 puntos porcentuales de ventaja al Partido Laborista en unas elecciones generales previstas para finales de 2024. El primer ministro, relativamente nuevo en la pol¨ªtica y con fama de tecn¨®crata eficaz, ha jugado en los ¨²ltimos meses a cultivar un mensaje de derecha extrema que, en teor¨ªa, deb¨ªa contentar los o¨ªdos de las bases y los votantes del partido.
El Brexit y la victoria electoral de Boris Johnson en 2019 terminaron de transformar por completo a un Partido Conservador escorado ya del todo hacia el populismo, el mensaje antinmigraci¨®n y anti-Europa, y un autoritarismo social de corte casi reaccionario totalmente enfrentado con lo que ellos definen como woke: cualquier denuncia de un pasado colonial, un racismo institucional latente o una actitud intolerante hacia las pol¨ªticas de g¨¦nero.
No era el terreno de juego de Sunak, que de hecho se ve¨ªa cada vez m¨¢s desbordado por el ¡°enemigo interno¡±: la ya exministra del Interior, Suella Braverman, arropada por el ala dura de los tories, abanderaba de manera cada vez m¨¢s descarada una rebeli¨®n contra el primer ministro que, despu¨¦s de ser expulsada del Gobierno esta semana, ha elevado a una clara declaraci¨®n de guerra.
Frente a estos movimientos, Sunak ha elegido finalmente sus cartas. La incorporaci¨®n de Cameron es un gui?o a esos votantes de centroderecha, liberales en lo econ¨®mico y abiertos en materia social, que se sent¨ªan hu¨¦rfanos ante un Partido Conservador radicalizado. Cameron lleg¨® a Downing Street con un equipo de colaboradores pertenecientes a ¨¦lites urbanas cosmopolitas y modernas. Los Notting Hill Boys ¡ªen alusi¨®n al barrio chic londinense de restaurantes y librer¨ªas¡ª vend¨ªan un ¡°conservadurismo compasivo¡±, una defensa del medio ambiente y avances sociales como el matrimonio homosexual.
Cameron pudo forjar una coalici¨®n de Gobierno con los liberales dem¨®cratas en su primer mandato, y obtuvo una sorprendente mayor¨ªa absoluta en sus segundas elecciones, en 2015. Pero su ministro de Econom¨ªa, George Osborne, ya hab¨ªa instalado la semilla del descontento con la aplicaci¨®n a rajatabla de una pol¨ªtica de austeridad que retir¨® de los servicios p¨²blicos decenas de miles de millones de libras en inversiones necesarias.
¡°La austeridad nunca fue una necesidad, sino m¨¢s bien una elecci¨®n de pol¨ªtica econ¨®mica muy mala cuyas consecuencias han quedado ahora claramente expuestas. Cualquier regreso a nuevos recortes de gastos, para remontar la crisis de la pandemia, supondr¨ªa otro coste dram¨¢tico a un pa¨ªs que apenas se ha recuperado de la ¨²ltima ronda de recortes¡±, advierte Robert Calvert, profesor del Instituto de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la Universidad de Greenwich y autor de un demoledor informe sobre las huellas de la austeridad realizado para el Foro de Pol¨ªticas Econ¨®micas Progresistas.
Se refiere Calvert a las medidas fiscales restrictivas que impusieron Sunak, y su ministro de Econom¨ªa, Jeremy Hunt, para remontar el hundimiento de la credibilidad del Reino Unido que provoc¨® su predecesora, Liz Truss. Despu¨¦s de meses de huelgas de enfermeros, m¨¦dicos, transportistas, personal de ferrocarril y profesores, la idea de remontar la popularidad con quien muchos se?alan como el principal causante de unos a?os de penuria tiene un vuelo muy corto.
Es cierto que Cameron ha sido nombrado ministro de Asuntos Exteriores. No tiene por qu¨¦ influir en el debate de pol¨ªtica nacional propio de un a?o electoral. Pero poner al frente de la imagen internacional del Reino Unido a quien aisl¨® m¨¢s esa isla de sus vecinos y socios, con la consulta del Brexit de 2016, tampoco ser¨¢ del agrado del n¨²cleo de votantes conservadores partidarios de permanecer en la UE.
Econ¨®micamente, un mal recuerdo. Como intento de resucitar un Partido Conservador que ya no existe, un espejismo. Rara vez son buenas las segundas oportunidades en pol¨ªtica. El ¨²nico acierto logrado esta semana por Sunak, con su decisi¨®n, ha sido tapar en cierta medida, por unas horas, el ruido y la furia de la rebeli¨®n encabezada por Braverman con el exotismo y la sorpresa que ha supuesto para muchos brit¨¢nicos ver a Cameron entrar de nuevo en Downing Street.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.