La ministra de Econom¨ªa del Reino Unido promete que ¡°no habr¨¢ un regreso a la era de la austeridad¡±
El Gobierno intenta acallar las cr¨ªticas internas, entre ellas las dirigidas al recorte de ayudas a los pensionistas, e inyectar optimismo en el congreso del Partido Laborista
La ministra de Econom¨ªa del Reino Unido, Rachel Reeves, necesitaba m¨¢s que nunca los aplausos y el cari?o de los miembros del Partido Laborista. Su pol¨ªtica de rigor fiscal, su decisi¨®n de eliminar las ayudas universales de gas y electricidad para los pensionistas, y el hecho de que tambi¨¦n ella destin¨® unos miles de euros de donantes de la formaci¨®n pol¨ªtica para renovar su vestuario, seg¨²n ha admitido, le hab¨ªan convertido en el pararrayos de unas bases irritadas y pesimistas, poco m¨¢s de dos meses despu¨¦s de una victoria electoral hist¨®rica.
¡°Dejadme decir algo con total claridad: no habr¨¢ un regreso a la era de la austeridad. Los a?os de austeridad conservadora fueron completamente destructivos para nuestros servicios p¨²blicos, para la inversi¨®n y tambi¨¦n para el crecimiento¡±, ha proclamado este lunes Reeves en el congreso que el partido celebra en Liverpool, entre los aplausos de centenares de delegados que respiraban aliviados al escuchar un mensaje de firmeza.
La mujer m¨¢s poderosa del Gobierno, despu¨¦s del primer ministro, no ha podido evitar un ligero rictus de p¨¢nico cuando un activista ha interrumpido a gritos su discurso, minutos despu¨¦s de que hubiera comenzado. ¡°Seguimos vendiendo armas a Israel¡±, o ¡°La cat¨¢strofe clim¨¢tica est¨¢ a nuestras puertas¡±, ha proclamado el hombre, antes de que los servicios de seguridad se lo llevaran a la fuerza.
Los aplausos de los delegados hac¨ªan lo necesario para acallarlo. Los laboristas necesitaban con urgencia una inyecci¨®n de optimismo, y no una imagen de divisi¨®n. La estrategia de Reeves ha funcionado, si el ¨¦xito ha de medirse por todas las veces en que los aplausos han interrumpido su discurso.
El equipo de Starmer ha entendido finalmente que la estrategia para salir del bache en que se encuentra consta de tres pasos que necesitan ser explicados y repetidos. En primer lugar, cargar contra el legado de 14 a?os de gobiernos conservadores. En segundo, justificar las decisiones duras que deban tomarse. Y en tercero, sin duda la parte m¨¢s importante, anunciar un futuro m¨¢s optimista que el proclamado hasta ahora.
Reeves hac¨ªa las delicias de los compromisarios al anunciar el nombramiento de un Comisionado para la Investigaci¨®n de la Corrupci¨®n durante la Pandemia. ¡°No voy a mirar para otro lado ante todos aquellos que usaron una emergencia nacional para llenarse los bolsillos. No les voy a dejar que se escabullan¡±, ha asegurado la ministra, que cifraba en ¡°miles de millones de euros las cantidades regaladas a amigos y donantes del Partido Conservador¡±.
Golpe econ¨®mico para los pensionistas
Reeves se ha esforzado en explicar su estrategia econ¨®mica y en asegurar que pronto llegar¨ªan mejores tiempos. Pero no ha dado su brazo a torcer con la decisi¨®n que m¨¢s ha irritado a miles de laboristas. El Gobierno de Starmer, que acusa a los conservadores de dejar tras de ellos un agujero extraordinario de m¨¢s de 26.000 millones de euros, ha puesto fin a las ayudas universales en la factura del gas y la electricidad que recib¨ªan los pensionistas brit¨¢nicos. Solo se mantendr¨¢n para poco m¨¢s de un mill¨®n de ellos, los m¨¢s vulnerables econ¨®micamente. El resto, cerca de 10 millones, dejar¨¢ de percibir una subvenci¨®n que oscilaba entre los 240 y los 360 euros durante el invierno.
¡°S¨¦ que no todos, en este centro de convenciones, o en el pa¨ªs, est¨¢ de acuerdo con esa decisi¨®n. Pero no voy a echarme atr¨¢s por puro ventajismo pol¨ªtico o por conveniencia personal¡±, ha afirmado Reeves. ¡°Creo que es la decisi¨®n correcta, dadas las circunstancias econ¨®micas que hemos heredado¡±, a?ad¨ªa.
Algunos de los m¨¢s cr¨ªticos con la decisi¨®n decid¨ªan tender la mano a la ministra despu¨¦s de escucharla. Como el alcalde de M¨¢nchester, Andy Burnham, muy popular entre las bases laboristas. ¡°Creo que ha logrado elevar el ¨¢nimo de los afiliados, y eso es bueno¡±, admit¨ªa Burnham a EL PA?S nada m¨¢s salir del plenario. ¡°Ahora conf¨ªo en que, para el Presupuesto que debe presentar en octubre, tenga alg¨²n gui?o con los pensionistas que aplaque sus ¨¢nimos¡±, suger¨ªa.
Una lluvia cruel e inclemente ha ayudado al Gobierno, al reducir a unas pocas decenas el n¨²mero de pensionistas que hab¨ªan acudido a manifestarse ante el congreso laborista, convocados por el poderoso sindicato Unite. ¡°Tienen que darse cuenta de que han cometido un error. Todos cometemos errores. En pol¨ªtica se puede elegir y rectificar. Deben dar marcha atr¨¢s en esta decisi¨®n desastrosa¡±, aseguraba Joe Rowan, uno de los organizadores del poderoso sindicato, mientras asent¨ªan unos pocos manifestantes, apenas protegido con paraguas y chubasqueros.
Los afiliados laboristas que representan a Unite en el congreso laborista han registrado una moci¨®n en la que exigen que se frenen los recortes de las ayudas, pero la direcci¨®n del partido ha maniobrado para que la votaci¨®n de la propuesta, que tiene visos de triunfar aunque no sea vinculante, se realice el mi¨¦rcoles, cuando muchos delegados ya habr¨¢n comenzado a regresar a sus casas.
¡°Yo soy ministro de Sanidad y, por tanto, el m¨¢s indicado para entender que los pacientes pueden quejarse del sabor de la medicina, pero tambi¨¦n son capaces de entender que deben tomarla para que su salud mejore¡±, explicaba en los pasillos del palacio de congresos, con un ejemplo poco improvisado, Wes Streeting, uno de los miembros del Gobierno m¨¢s populares y seguidos por los militantes laboristas.
El discurso de Reeves ha intentado recuperar el mensaje que llev¨® a la victoria electoral a los laboristas el pasado 4 de julio: la promesa de crecimiento econ¨®mico. ¡°Mi presupuesto ser¨¢ un presupuesto de crecimiento econ¨®mico y de inversi¨®n¡±, aseguraba la ministra, para disipar la idea de un futuro de recortes. ¡°Deb¨¦is creerme cuando os digo que tengo m¨¢s optimismo por el futuro del Reino Unido que nunca¡±, proclamaba entre aplausos.
Pasaba de ese modo la pelota al primer ministro, que aplaud¨ªa desde la mesa de presidencia del Congreso. Starmer deber¨¢ rematar este martes la faena y explicar a los suyos, y a todos los brit¨¢nicos, cu¨¢l es su visi¨®n del pa¨ªs para los pr¨®ximos a?os. Y convencer a los que votaron al Partido Laborista de que pretende poner en marcha una ¡°renovaci¨®n nacional¡±, como prometi¨®, y no simplemente, como le acusan sus cr¨ªticos, recomponer la herencia econ¨®mica de los conservadores.
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