China impulsa una ¡°nueva cultura de matrimonio y maternidad¡± para lograr tres hijos por hogar
Pek¨ªn afronta la crisis de natalidad y fertilidad mediante t¨¢cticas que van de celebrar bodas colectivas a las llamadas telef¨®nicas para animar a las parejas a procrear
En el coraz¨®n del parque, que discurre junto al r¨ªo, se ha colocado una escultura de propaganda. Promociona lo que las autoridades chinas llaman la ¡°nueva cultura de matrimonio y maternidad¡±. Muestra las siluetas a tama?o real de un padre, una madre y sus tres hijos cogidos de la mano. Un eslogan anima: ¡°Casarse y tener hijos a la edad adecuada, fertilidad ¨®ptima y cuidado de los hijos¡±. Tambi¨¦n reclama a los progenitores una implicaci¨®n igualitaria en la crianza. Pocas familias en China tienen tantos miembros. Pero este es el objetivo oficial declarado: tres hijos por hogar. La Rep¨²blica Popular sufre por primera vez desde las hambrunas de los a?os sesenta una ca¨ªda de la poblaci¨®n; se enfrenta a una baj¨ªsima tasa de fertilidad. Y quiere que sus ciudadanos comiencen de nuevo a procrear. Las t¨¢cticas van de celebrar bodas colectivas a las llamadas telef¨®nicas para animar a las parejas a que se metan en faena.
Miyun, este distrito de medio mill¨®n de habitantes ubicado al noreste de Pek¨ªn, es una zona piloto designada por el Gobierno para implantar el nuevo dogma. El parque forma parte del programa. La escultura y los numerosos paneles que jalonan el paseo con dudas frecuentes sobre la infancia (c¨®mo prevenir la miop¨ªa o lavarse los dientes) est¨¢n destinados a que ¡°el p¨²blico en general pueda aceptar la nueva cultura matrimonial y de procreaci¨®n en su vida cotidiana y de forma sutil¡±, seg¨²n un art¨ªculo de la Asociaci¨®n de Planificaci¨®n Familiar local. El distrito ha puesto adem¨¢s a punto un equipo de casi 500 personas dedicadas a la ¡°propaganda de la nueva cultura de matrimonio y maternidad¡±, a?ade. Y el texto asegura que el 54% de las ¡°familias elegibles¡± recibieron en m¨¢s de seis ocasiones ¡°la promoci¨®n de nuevos conceptos culturales sobre el matrimonio y la maternidad y orientaci¨®n cient¨ªfica sobre la crianza de los hijos¡±.
Estas c¨¦lulas de promoci¨®n de la nueva cultura no son nada del otro mundo: una de ellas, visitada por este peri¨®dico, consist¨ªa en un equipo de tres mujeres que atienden y realizan llamadas desde una peque?a oficina ubicada en la quinta planta de uno de los centros locales del Partido Comunista dedicado a los servicios comunitarios. La entrada del edificio est¨¢ presidida por el conocido eslogan de Mao Zedong: ¡°?Servir al pueblo!¡±.
¡°Si el Gobierno no lo fomenta, en 20 o 30 a?os habr¨¢ mucha menos poblaci¨®n, y muchas carencias: falta de trabajadores, casas vac¨ªas¡ Pero por la presi¨®n de la vida estos d¨ªas hay muchos que ni siquiera quieren tener un hijo¡±, valora una abuela de 64 a?os que pasea a su nieta, de tres, junto a la escultura de los tres hijos en Miyun. Su hijo y su nuera, explica, trabajan, y es ella la que se hace cargo entre tanto. Tienen tambi¨¦n otro hijo, de seis a?os. Pero no quieren un tercero: ¡°Los costes son muy altos¡±, dice mientras la ni?a corretea hasta la escultura y observa la silueta de la ni?a como si fuera un espejo. A ella, en cambio, le impact¨® la pol¨ªtica del hijo ¨²nico: ¡°Nosotros quisimos tener m¨¢s, pero no fue posible¡±.
Pol¨ªtica de hijo ¨²nico
Pek¨ªn abandon¨® la pol¨ªtica del hijo ¨²nico en 2016, despu¨¦s de tres d¨¦cadas y media de control extremo de poblaci¨®n que han marcado profundamente al pa¨ªs. La China de hoy es un reino de hijos ¨²nicos. Pero, adem¨¢s, ha dejado huellas tr¨¢gicas, especialmente en las mujeres, debido a los abortos selectivos y el abandono de reci¨¦n nacidas. El anuncio de la pol¨ªtica de los dos hijos fue recibido en China con ¡°entusiasmo y esperanza¡±, cuenta la antrop¨®loga Susan Greenhalgh, catedr¨¢tica em¨¦rita de Sociedad China en el Centro Fairbank de Estudios Chinos de la Universidad de Harvard, en un art¨ªculo reciente. Parec¨ªa la se?al de que el Gobierno ¡°hab¨ªa escuchado las demandas de la poblaci¨®n y abierto el c¨ªrculo de la libertad tras un largo invierno de descontento reproductivo¡±. El anuncio en 2021 de la pol¨ªtica de los tres hijos, en cambio, ¡°supuso un duro golpe¡±, prosigue. ¡°Ahora estaba claro que, en lugar de que los ciudadanos tuvieran voz en sus propios asuntos, la gente era mero objeto pasivo de control por parte de un gobierno autoritario preocupado ¨²nicamente por las cifras agregadas¡±, dice en el texto publicado en Made in China Journal.
La aplicaci¨®n de la pol¨ªtica est¨¢ prevista por etapas. Y el Gobierno ha decretado que las fuerzas armadas tomen la iniciativa. Pek¨ªn ha aprobado medidas que instan a que ¡°los militares se casen y tengan hijos a edades adecuadas y considerando la posibilidad de tener tres¡±, seg¨²n recogi¨® el a?o pasado Diario del Pueblo, el ¨®rgano de propaganda del Partido Comunista. ¡°?Qu¨¦ ocurrir¨¢ cuando el Estado extienda la aplicaci¨®n de la ley m¨¢s all¨¢ de las fuerzas armadas a sectores de la sociedad en los que la pol¨ªtica es profundamente impopular?¡±, se pregunta la citada antrop¨®loga. ¡°?C¨®mo responder¨¢n las feministas chinas y otros j¨®venes que buscan la libertad cuando las presiones sobre ellos empiecen a crecer?¡±.
El a?o pasado, el presidente chino, Xi Jinping, inst¨® ante la c¨²pula directiva de la Federaci¨®n Nacional de Mujeres de China a ¡°guiar a las mujeres para que desempe?en un papel ¨²nico en la promoci¨®n de las virtudes tradicionales de la naci¨®n china y el establecimiento de buenas costumbres familiares¡±. ¡°Solo cuando las familias son armoniosas, est¨¢n bien educadas y tienen una cultura familiar decente, pueden los hijos crecer sanos y la sociedad desarrollarse adecuadamente¡±, subray¨®. El tono de su discurso era mucho m¨¢s conservador que el de su encuentro anterior con esta organizaci¨®n, en 2018. Entonces, no mencion¨® el ¡°matrimonio¡± ni la ¡°maternidad¡±, sino que se refiri¨® hasta en seis ocasiones a la ¡°igualdad¡± entre hombres y mujeres. Pero, en 2023, las tornas hab¨ªan cambiado, y el Partido deb¨ªa dejar claro que familia y tradici¨®n eran los nuevos ejes centrales de la agenda.
Vida privada
Del mismo modo que el discurso del l¨ªder chino se ha vuelto m¨¢s tradicionalista, el nivel de intromisi¨®n estatal en la vida privada de las mujeres se ha intensificado. En 2022, el rotativo hongkon¨¦s South China Morning Post (SCMP) se hizo eco del aumento de parejas reci¨¦n casadas que recib¨ªan llamadas de las autoridades anim¨¢ndolas a tener hijos, una pr¨¢ctica que, seg¨²n han informado otros medios, contin¨²a a la orden del d¨ªa. ¡°El gobierno [de Nank¨ªn] quiere que las reci¨¦n casadas se queden embarazadas en menos de un a?o y su objetivo es llamarlas cada trimestre¡±, denunci¨® una usuaria de Weibo (plataforma china similar a X). Su publicaci¨®n se llen¨® de comentarios que detallaban experiencias similares: ¡°Me dijeron, est¨¢s casada, ?por qu¨¦ no est¨¢s prepar¨¢ndote para quedarte embarazada?¡±; ¡°La primera vez, me preguntaron si estaba tomando ¨¢cido f¨®lico y si me estaba preparando para concebir. La segunda, fueron directos al grano: ?est¨¢s ya embarazada?¡±, recog¨ªa el SCMP.
En una naci¨®n donde los medios de comunicaci¨®n est¨¢n f¨¦rreamente controlados por el Gobierno, las redes sociales dejan algo de espacio para que la ciudadan¨ªa exprese sus preocupaciones y debata sobre temas de inter¨¦s p¨²blico. Al menos, hasta que llega la censura. As¨ª han trascendido a nivel nacional las estrategias que algunos ayuntamientos han adoptado recientemente para promover ¡°el matrimonio y la maternidad a una edad apropiada¡±; por ejemplo, ofrecer el equivalente a 130 euros si la novia que se casa no es mayor de 25 a?os o enviar mensajes de texto deseando ¡°dulce amor, matrimonio y fertilidad¡± por el d¨ªa de los enamorados. Otras iniciativas se publicitan en los medios chinos, como las bodas colectivas. Una de las ¨²ltimas se celebr¨® en Ningbo, donde una decena de parejas recibi¨® la bendici¨®n de un matrimonio que festejaba sus bodas de diamante (60 a?os casados) y ley¨® unos votos conjuntos en los que se comprometieron a cumplir con los valores de casamiento y crianza.
Ying, de 36 a?os, tuvo su primer hijo en agosto. En el Hospital de Ginecolog¨ªa y Obstetricia de Pek¨ªn, donde ha acudido con su marido para una revisi¨®n del beb¨¦, comenta que no descarta tener otro ¡°pronto¡±. Es consciente, no obstante, de que no todos pueden permit¨ªrselo: ella cuenta con el apoyo de sus padres y suegros. ¡°Algunas de mis compa?eras no tienen esa suerte¡±, reconoce. ¡°Nunca me hab¨ªa planteado ser madre, pero cuando conoc¨ª a mi pareja, mis prioridades cambiaron¡±, admite. Ying asegura que no ha recibido presi¨®n para tomar la que, en sus palabras, ha sido la decisi¨®n m¨¢s importante de su vida, aunque dice estar al tanto de que el Gobierno est¨¢ ¡°incentivando¡± que se tengan m¨¢s hijos. Ella aplaude que desde el a?o pasado la seguridad social de Pek¨ªn cubra la reproducci¨®n asistida, a la que tuvo que recurrir. Pero concede que debe ser ¡°accesible para todas, para evitar frustraciones¡±. El sistema solo permite a las mujeres casadas el acceso a esta tecnolog¨ªa.
Es un jueves por la ma?ana y el mencionado hospital est¨¢ concurrido; en la puerta, una mujer reparte libros sobre maternidad y otra intenta colar a todos los pacientes productos para beb¨¦s, como toallitas, o vitaminas para las madres. Lili, de 34 a?os, est¨¢ embarazada de cinco meses. ¡°La situaci¨®n es mejor, menos incierta¡±, expone, ¡°por eso creo que ahora es el momento adecuado¡±. A la pregunta de si ha recibido presiones por parte de su comunidad o del centro de salud se limita a responder: ¡°Todos est¨¢n muy contentos por m¨ª¡±.
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