Radiograf¨ªa de la China menguante: pandemia, envejecimiento y ralentizaci¨®n econ¨®mica
El descenso demogr¨¢fico del gigante asi¨¢tico refleja la intenci¨®n de Pek¨ªn de transitar hacia una sociedad moderna. Sus efectos, derivados de la esperada desaceleraci¨®n de su PIB, ser¨¢n globales
Este domingo arranca el A?o Nuevo chino, el del conejo, y China se adentra en ¨¦l a trompicones, con un bagaje turbulento, y esa sensaci¨®n propia de quien acaba de salir de la madriguera tras tres largos a?os: el pa¨ªs est¨¢ a punto de cumplir ¡ªeste lunes¡ª el tercer aniversario de aquel primer confinamiento que asombr¨® al mundo, en Wuhan, cuando la pandemia era solamente un virus que, seg¨²n se acababa de confirmar, se contagiaba entre humanos; hace apenas mes y medio, el Gobierno puso fin abruptamente a la estricta estrategia antipand¨¦mica que ha llevado al l¨ªmite a la poblaci¨®n y la econom¨ªa todo ese tiempo. Desde diciembre, el gigante asi¨¢tico sufre la mayor oleada de infecciones de covid, con decenas de miles de muertos. En medio del tsunami de contagios, Pek¨ªn ha presentado esta semana dos datos que reflejan los estragos de la pol¨ªtica de covid cero y plantean interrogantes sobre la nueva China que asoma tras el letargo y sobre sus posibles implicaciones geopol¨ªticas: en 2022, la segunda potencia global y el pa¨ªs m¨¢s habitado del mundo ha perdido poblaci¨®n por primera vez en 61 a?os y ha tenido un calendario econ¨®micamente negro, creciendo un 3%, lejos del 5,5% que se hab¨ªa fijado como objetivo y a¨²n m¨¢s lejos de las cifras de dos d¨ªgitos de d¨¦cadas previas. Es el segundo peor dato de crecimiento del PIB desde 1976, esto es, desde la muerte de Mao Zedong y el final de la convulsa Revoluci¨®n Cultural.
?Bum! En las calles suena de vez en cuando alg¨²n petardo que anuncia la llegada del a?o nuevo. En una cafeter¨ªa de Wuhan, Jessica Wang, nombre ficticio de una mujer de 29 a?os, curtida en el sector de la producci¨®n audiovisual, soltera y sin hijos, se r¨ªe cuando se le pregunta por qu¨¦ la poblaci¨®n china ha entrado en una fase menguante: ¡°Yo he estado bajo confinamiento¡±, dice con iron¨ªa Wang, que se toma la cuesti¨®n como algo personal. ¡°No he tenido oportunidad de pasarlo bien y celebrar con los amigos; solo hablamos de las cosas tristes que suceden en la ciudad¡±.
La pandemia ha acelerado un proceso demogr¨¢fico que ya estaba en marcha desde hace a?os fruto, en gran medida, de una estrategia de Estado: la pol¨ªtica del hijo ¨²nico que rigi¨® entre 1980 y 2015 con el objetivo de frenar de forma artificial el auge explosivo de una poblaci¨®n que creci¨® un 160% desde la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Popular en 1949 hasta alcanzar su pico el a?o pasado. Desde 2021, el Gobierno permite incluso tener hasta tres hijos a las parejas casadas e incentiva la procreaci¨®n para moderar la tendencia. Pero el contexto no parece el id¨®neo: la falta de ingresos por una econom¨ªa gripada debido a los continuos cierres de edificios, distritos, ciudades y megal¨®polis han marcado un 2022 en el que el n¨²mero de nacimientos por cada mil habitantes se ha reducido de los 7,52 a los 6,77, un m¨ªnimo hist¨®rico en la China comunista. La ONU ha adelantado a 2023 el instante en que la India superar¨¢ a China como pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo.
En la desaceleraci¨®n demogr¨¢fica influyen muchos factores. Est¨¢ el financiero: ¡°Mi trabajo ni siquiera me da para mantenerme a m¨ª misma. ?C¨®mo voy a gastar dinero en un hijo?¡±, dice Wang. Y tambi¨¦n el existencial: ¡°Viviendo sola soy suficientemente feliz. Tengo tantos problemas y tantas preguntas y un futuro tan incierto¡±. Ella, que ha estudiado en el extranjero y ans¨ªa volver a viajar ahora que el pa¨ªs ha reabierto las fronteras, representa una China con una visi¨®n mucho menos tradicional de las estructuras familiares, expuesta a la influencia exterior y a internet, a la televisi¨®n y a las series del resto del globo. Esto, dice, les ha mostrado que hay otros caminos adem¨¢s de mantener una ¡°relaci¨®n aprobada por el Gobierno [casarse]¡± y criar hijos. En sus palabras: ¡°Tambi¨¦n puedo ser soltera y cool¡±.
Vida moderna
Ding Yifan, investigador principal de Taihe, un centro de an¨¢lisis con sede en Pek¨ªn, y exsubdirector del Instituto de Desarrollo Mundial, dependiente del Centro de Investigaci¨®n para el Desarrollo del Consejo de Estado (el Ejecutivo chino), cree que el pa¨ªs sigue algo similar a una ¡°regla universal¡±: ¡°Cuando la econom¨ªa se desarrolla, la gente tiene cada vez menos hijos. Ha sucedido en Europa, en Estados Unidos, en Jap¨®n, en Corea del Sur. Tambi¨¦n en China¡±. Es el reflejo de un ¡°estilo de vida moderno¡±, asegura, en el que la gente joven ha pasado a ¡°querer disfrutar de la vida¡±. En un sondeo de la empresa cultural china What You Need realizado en mayo de 2022 a m¨¢s de 20.000 personas, en su mayor¨ªa mujeres de entre 18 y 31 a?os, dos tercios de los encuestados afirmaron que no deseaban tener hijos.
Tras d¨¦cadas de crecimiento econ¨®mico sustentado en buena medida por una populosa mano de obra barata, la potencia asi¨¢tica se enfrenta al reto de mantener el ritmo con una sociedad envejecida ¨Dlos mayores de 65 a?os han pasado del 5,5% en 1990 al 14,9% en 2022¨D y con menos ni?os. El analista de Taihe no cree que la deriva vaya a poner en riesgo ni el modelo econ¨®mico ni la presencia del pa¨ªs en el teatro geopol¨ªtico. ¡°El nuevo modelo de desarrollo no est¨¢ basado en el crecimiento demogr¨¢fico¡±, asegura. China crece menos, dice, siguiendo la narrativa oficial del Gobierno, porque ha alcanzado una ¡°nueva etapa¡± tras superar el escal¨®n primario de la industrializaci¨®n. A partir de ahora, prosigue, ¡°el desarrollo chino se centrar¨¢ en el crecimiento de calidad¡± y ¡°en la mejora de la innovaci¨®n tecnol¨®gica¡±, una estrategia ¡°totalmente distinta a la anterior de crecimiento r¨¢pido¡±.
Este experto afirma que, aunque el pa¨ªs pierda poblaci¨®n, ¡°su tama?o no tiene comparaci¨®n¡± y seguir¨¢ manteniendo esa ¡°ventaja¡± demogr¨¢fica sobre Estados Unidos durante mucho tiempo. Solo India puede competir en esta liga. Pero su pa¨ªs, insiste, juega otras bazas: ¡°No puedes encontrar una poblaci¨®n tan coherente como la china [...] M¨¢s del 92% de la poblaci¨®n es [de etnia] han; habla y escribe el mismo idioma, tiene las mismas ideas sobre la familia y sobre el pa¨ªs¡¡±. Tampoco ve el riesgo de que vaya a caer en un periodo de estancamiento similar al de Jap¨®n. ¡°China es el mayor mercado en el mundo¡±, afirma.
Cuando el pa¨ªs nip¨®n comenz¨® a tener una sociedad envejecida, argumenta, su mercado era ¡°demasiado limitado¡± y sus industrias no pudieron mantener un ¡°desarrollo aut¨®nomo sin un mercado exterior¡±. Con la guerra comercial frente Estados Unidos en marcha desde la era de Donald Trump en la Casa Blanca, Pek¨ªn busca potenciar lo que denomina la ¡°circulaci¨®n dual¡±, una mezcla de autonom¨ªa estrat¨¦gica (estimulando el consumo interno) mientras mantiene la conexi¨®n con el resto del mundo.
Envejecimiento y vitalidad
Contrario al discurso oficialista, Yi Fuxian, investigador en Ginecolog¨ªa y Obstetricia de la Universidad Wisconsin-Madison, enfatiza que el Gobierno ¡°deber¨ªa preocuparse por la rigidez y p¨¦rdida de vitalidad de la sociedad¡±. ¡°El envejecimiento de la poblaci¨®n, la reducci¨®n de la fuerza laboral y el aumento de la censura est¨¢n provocando que tanto la sociedad como la econom¨ªa sean menos din¨¢micas¡±, apunta. El autor de Big country with an empty nest (Un gran pa¨ªs con un nido vac¨ªo) considera que la crisis demogr¨¢fica del gigante asi¨¢tico provocar¨¢ un cambio en la estructura geopol¨ªtica y demogr¨¢fica del mundo, puesto que habr¨¢ que recalcular muchas de las pol¨ªticas que se han hecho en materia de defensa, diplomacia y econom¨ªa.
La doctora Peng Xiujiang, investigadora s¨¦nior en el Centro de Estudios Pol¨ªticos de la Universidad de Victoria, llama a la calma: ¡°La noticia est¨¢ teniendo mucho impacto porque es la primera vez que ocurre, pero no vamos a notar sus efectos de manera inmediata¡±. Aun as¨ª, considera que los cambios en la arena internacional son innegables: ¡°La econom¨ªa china se ralentizar¨¢, y eso afectar¨¢ a sus socios comerciales y a los pa¨ªses que dependen mucho de ella¡±. ¡°La reducci¨®n de la mano de obra¡±, agrega Peng, ¡°y, en consecuencia, su encarecimiento, acelerar¨¢ la tendencia existente entre muchas empresas de trasladar sus f¨¢bricas a otros pa¨ªses¡±.
La ONG brit¨¢nica Population Matters (La poblaci¨®n importa) ve con buenos ojos el decrecimiento poblacional, por su contribuci¨®n a frenar el cambio clim¨¢tico, pero tambi¨¦n alerta del riesgo de que Pek¨ªn ¡°apriete las tuercas¡± de los derechos reproductivos de las mujeres, igual que hizo durante la pol¨ªtica del hijo ¨²nico, pero esta vez para impulsar el crecimiento demogr¨¢fico.
En opini¨®n de la dem¨®grafa Peng, si bien la crisis de fertilidad es compartida por las econom¨ªas desarrolladas, el caso de China es particular por los estragos provocados precisamente por esa estrategia estatal. ¡°El impacto de la pol¨ªtica del hijo ¨²nico va m¨¢s all¨¢ del control de los nacimientos; se oblig¨® a las familias a acostumbrarse a ello. Las generaciones ahora en edad de procrear, que han crecido sin hermanos, necesitan tiempo para asimilarlo¡±, apostilla esta experta.
Tres hijos
¡°Sobre el papel, se permiten tres hijos, pero en la pr¨¢ctica son necesarios m¨¢s incentivos¡±, expresa Peng, quien adem¨¢s se?ala que es ¡°imperativo¡± promover la igualdad ¡°tanto dentro como fuera de casa¡±. En 2021, el Gobierno se comprometi¨® a mejorar las leyes contra la discriminaci¨®n de g¨¦nero y reforzar su aplicaci¨®n, despu¨¦s de que numerosas mujeres relatasen sus malas experiencias en entrevistas de trabajo o la fuerte discriminaci¨®n que han enfrentado por quedarse embarazadas. El liderazgo del pa¨ªs tampoco resulta un ejemplo. Tras el XX Congreso del Partido Comunista, celebrado en octubre, no queda ninguna mujer en los m¨¢ximos ¨®rganos de poder (antes solo hab¨ªa una).
Coco ¨Dpseud¨®nimo de una treinta?era¨D ha sido madre recientemente y asegura querer m¨¢s hijos en el futuro. ¡°Soy una privilegiada y me lo puedo permitir. Criar hijos en las ciudades de primer nivel de China es extremadamente caro y es muy dif¨ªcil para una mujer tener hijos y mantener su trabajo. El pa¨ªs ofrece bajas de maternidad largas, pero es muy complicado obtener ascensos e, incluso, conservar el mismo puesto cuando nos reincorporamos¡±, cuenta en Pek¨ªn. Esta empleada de una multinacional dice encontrarse ante una encrucijada, porque, aunque su trabajo ¡°es muy gratificante¡±, no le ofrece ¡°ninguna flexibilidad¡±. ¡°Probablemente lo deje y me dedique a criar a mi hijo durante dos o tres a?os y despu¨¦s emprender¡±, prosigue. ¡°Mi marido me anima a hacerlo, porque no necesito ahora mismo el dinero¡±.
Aunque, asegura, siempre quiso ser madre, Coco considera que la p¨¦rdida de inter¨¦s entre los j¨®venes por tener hijos viene de que muchos no desean casarse. Esta opini¨®n la comparte un hombre de 40 a?os que prefiere no revelar su identidad: tanto ¨¦l como sus amigos han quedado marcados por los matrimonios de ¡°padres infelices¡± y regidos ¡°por el dinero¡± que vieron de peque?os.
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