Las amenazas de Trump apagan la esperanza de revitalizar el libre comercio
La imposici¨®n de un arancel universal convertir¨ªa a la primera potencia mundial en un gran laboratorio de pol¨ªticas econ¨®micas: nunca nadie lo ha hecho antes
A Donald Trump se le pueden reprochar muchas cosas, pero no falta de claridad. ¡°Arancel es la palabra m¨¢s bonita del diccionario. M¨¢s hermosa que el amor, m¨¢s hermosa que el respeto¡±, soltaba en campa?a, fiel a su habitual grandilocuencia. Para proponer, a rengl¨®n seguido, un gravamen de entre el 10% y el 20% con car¨¢cter universal: a todos los productos que llegan al pa¨ªs norteamericano desde cualquier rinc¨®n del mundo. Sin distinciones. Esa es solo la base de la propuesta proteccionista del ya presidente electo de Estados Unidos: sobre ella quiere sumar grav¨¢menes adicionales ad hoc por productos o pa¨ªses de origen, con China en el centro de la diana, pero tambi¨¦n con la UE, Canad¨¢ y M¨¦xico en el punto de mira ¨Deste lunes anunci¨® que gravar¨¢ con un 25% a sus socios norteamericanos y con un 10% adicional al gigante asi¨¢tico¨D. Unos planes que, de acabar convirti¨¦ndose en realidad ¡ªalgo que a¨²n est¨¢ por ver¡ª, situar¨ªan los aranceles en niveles no vistos desde la d¨¦cada de los treinta del siglo pasado, los a?os de la Gran Depresi¨®n. Se apagar¨ªan, as¨ª, los ¨²ltimos rescoldos del libre comercio.
No hay precedentes de un recargo universal. Menos a¨²n, en un pa¨ªs del porte de EE UU. La primera potencia mundial, indiscutible adalid del librecambio durante gran parte del siglo pasado, se convertir¨ªa, en fin, en un gigantesco laboratorio de pol¨ªtica econ¨®mica en tiempo real. Llover¨ªa, en cierto modo, sobre mojado, tras un primer mandato de Trump de inconfundible signo proteccionista que ni mucho menos ha revertido su sucesor, el dem¨®crata Joe Biden. Y en un momento en el que el comercio internacional no atraviesa, ni mucho menos, su momento m¨¢s boyante, con las barreras arancelarias copando de nuevo los titulares de los medios econ¨®micos y generalistas, la UE y Mercosur d¨¢ndose calabazas de nuevo y el ¨®rgano de apelaci¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC, uno de los objetivos predilectos de Trump en su primera etapa) inmerso en una interminable crisis que ya dura m¨¢s de un lustro. Empez¨®, claro, con el republicano en la Casa Blanca.
Los precedentes est¨¢n a la vista. Trump inaugur¨® su primer mandato con una enmienda total al multilateralismo: retirando a su pa¨ªs del tratado comercial con los pa¨ªses del Pac¨ªfico (el TPP) e iniciando, con urgencia, la renegociaci¨®n del TLCAN, el acuerdo que desde los noventa un¨ªa a EE UU con M¨¦xico y Canad¨¢, y que ¨¦l mismo convirti¨® en uno de los ejes de su discurso. No par¨® hasta conseguir una actualizaci¨®n, a priori, beneficiosa para los estadounidenses. Aquel ser¨ªa el primero de muchos gui?os mercantilistas: poco despu¨¦s llegar¨ªan los aranceles al acero y el aluminio, dos productos con evidentes reminiscencias hist¨®ricas y de vital importancia en el llamado Cintur¨®n del ?xido. Una de las regiones sobre las que, a la postre, el republicano ha cimentado su segunda victoria electoral.
Manos libres
A diferencia del primer mandato de Trump, ahora los republicanos contar¨¢n con una mayor¨ªa holgada en el Senado y en la C¨¢mara de Representantes, quienes en ¨²ltima instancia debe aprobar cualquier cambio de calado en la pol¨ªtica comercial estadounidense. Manos libres, por tanto, para un presidente que vuelve con fuerzas renovadas y con un n¨ªtido mandato de las urnas. Y que, salvo cambio de ¨²ltima hora, volver¨¢ a situar a Robert Lighthizer, halc¨®n de entre los halcones, como m¨¢xima autoridad estadounidense en materia comercial. Un puesto que ya ocup¨® entre 2017 y 2021.
Como entonces, los planes del magnate neoyorquino despiertan importantes suspicacias entre los que siguen el d¨ªa a d¨ªa del comercio internacional. Motivos hay: si hace ocho a?os sus invectivas ten¨ªan un destinatario claro, casi ¨²nico (M¨¦xico), hoy son indiscriminadas. ¡°La magnitud de los aranceles propuestos va m¨¢s all¨¢ de lo que la mayor¨ªa de los economistas considera una pol¨ªtica comercial prudente¡±, subraya Aur¨¦lien Saussay, de la London School of Economics (LSE), en un reciente monogr¨¢fico sobre el tema. Este lunes, Trump ha dado una muestra m¨¢s de sus intenciones, al anunciar un arancel del 25% sobre M¨¦xico y Canad¨¢ desde el d¨ªa uno de su Administraci¨®n. Una amenaza con una intenci¨®n inequ¨ªvoca: obligarles a negociar, como hace ocho a?os.
¡°Las soluciones unilaterales pueden generar soluciones r¨¢pidas para un pa¨ªs, pero tambi¨¦n disrupciones importantes en el largo plazo¡±, avisa la jefa del brazo de Naciones Unidas para el comercio y el desarrollo (Unctad), Rebeca Grynspan. ¡°La nueva Administraci¨®n en EE UU podr¨ªa generar cambios significativos en la pol¨ªtica comercial internacional y en el r¨¦gimen multilateral de comercio. Las econom¨ªas con super¨¢vit, que han dependido hist¨®ricamente del mercado estadounidense para absorber sus exportaciones, se enfrentar¨ªan a desaf¨ªos de ajuste mucho m¨¢s complejos¡±. El comercio mundial, tercia Leopoldo Torralba, adjunto al economista jefe de Arcano Research, ¡°se deteriorar¨ªa sensiblemente y habr¨ªa un redireccionamiento de flujos¡±.
Las alertas tambi¨¦n proceden de los principales ¨®rganos de poder econ¨®mico del planeta. El 6 de noviembre, pocas horas despu¨¦s de que se confirmara el regreso de Trump a la Casa Blanca, el Banco Central Europeo (BCE) ya alertaba del ¡°enorme¡± impacto de sus promesas arancelarias, m¨¢s all¨¢ del tipo universal. ¡°Puedo asegurarles que los efectos directos e indirectos y las desviaciones del comercio ser¨¢n enormes¡±, deslizaba el vicepresidente del instituto emisor, Luis de Guindos, que expresaba un sentimiento compartido en las capitales del Viejo Continente.
Pocos d¨ªas antes de las elecciones, era el Fondo Monetario Internacional (FMI) el que avisaba de las consecuencias que tendr¨ªa un nuevo repliegue del comercio internacional. Consciente, quiz¨¢, de este escenario, el futuro secretario del Tesoro, Scott Bessent ¡ªla voz m¨¢s moderada de la pr¨®xima Administraci¨®n estadounidense¡ª ya ha dejado caer que la puesta en marcha de los aranceles debe ser ¡°gradual¡± si se quieren evitar shocks en el mercado.
Este nuevo aceler¨®n del proteccionismo y del mercantilismo en EE UU llega, parad¨®jicamente, en el 30? aniversario del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en ingl¨¦s), que asent¨® definitivamente el librecambio como gran paradigma econ¨®mico global. Mucho, much¨ªsimo, han cambiado las cosas desde entonces: el incumplimiento de la promesa que tra¨ªa consigo el comercio sin barreras ¡ªgener¨® prosperidad, y no poca, pero se reparti¨® poco y mal¡ª ha sido el caldo de cultivo perfecto para el triunfo de quienes defienden las barreras entre pa¨ªses.
¡°Las cosas pueden ser diferentes si los aranceles son universales y en niveles nunca antes vistos, pero la historia reciente de los aranceles de 2018 y 2019 ¡ªque significaron el retorno m¨¢s importante al proteccionismo en EE UU desde los a?os treinta¡ª son la referencia m¨¢s cercana¡±, esboza Pablo Fajgelbaum, profesor de Econom¨ªa de la Universidad de California en Los ?ngeles (UCLA) especializado en comercio internacional. Esa es, dice, la mejor piedra de toque de lo que puede estar por venir. ¡°Hubo respuestas fuertes de sus principales socios comerciales: China, la Uni¨®n Europea, Canad¨¢ o M¨¦xico. Y, aunque el comercio en EE UU y China cay¨® fuertemente en los bienes sujetos a aranceles, aument¨® en otros¡±, contrapone por correo electr¨®nico. Resultado: ¡°En general, se mantiene firme¡±.
Clave interna
Un arancel universal del 20% tendr¨ªa un impacto del 8% en el precio final que pagan los estadounidenses por los productos importados, seg¨²n los c¨¢lculos del economista jefe del banco suizo de inversi¨®n UBS, Paul Donovan. ¡°Parte del impacto ser¨¢ absorbido por las cadenas de suministro, con una reducci¨®n de los beneficios [empresariales]. Aumentar¨¢n la inflaci¨®n, pero no tanto la percepci¨®n pol¨ªtica de la misma¡±, aclaraba en un reciente correo electr¨®nico para clientes. Ah¨ª Trump tiene buena parte de la batalla del relato ganada: en el imaginario colectivo, la crisis inflacionaria estar¨¢ inequ¨ªvocamente ligada a la era Biden.
Al margen de los aranceles, el potencial c¨®ctel inflacionario tiene varios ingredientes m¨¢s que podr¨ªan elevar su capacidad inflamable. El mayor de todos ellos es el migratorio, uno de los bloques tem¨¢ticos que han posibilitado el regreso de Trump a la Casa Blanca y donde el republicano mantiene una posici¨®n de mano dura con las llegadas. De aplicar a rajatabla su programa, el descenso en las llegadas de migrantes reducir¨ªa sustancialmente el capital humano disponible, elevando los salarios y alimentando lo que los economistas llaman fuerzas ¡°de segunda ronda¡±.
El proteccionismo comercial tambi¨¦n tendr¨¢ impacto sobre el crecimiento. Un reciente estudio de la Tax Foundation estima que, incluso si se queda en el 10%, el arancel universal reducir¨ªa en un 0,75% el crecimiento de la econom¨ªa estadounidense a largo plazo. Con un impacto sobre el mercado laboral equivalente a 600.000 empleos a tiempo completo. Eso, sin contar con las m¨¢s que probables represalias de sus socios comerciales: la historia dice que nadie se queda de brazos cruzados cuando ve gravadas las exportaciones. Esta vez no ser¨¢ excepci¨®n.
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