Biden se despide con un viaje a Angola para mostrar su alternativa a China en ?frica
El presidente cumple su promesa de visitar el continente, pero lo hace cuando todos est¨¢n ya m¨¢s pendientes de la llegada de Trump
Joe Biden prometi¨® viajar a ?frica antes de terminar su mandato y cumplir¨¢ su palabra. El presidente de Estados Unidos inicia este lunes una visita de tres d¨ªas a Angola en el que es, por ahora, el ¨²ltimo viaje oficial anunciado de su mandato. En cuatro a?os marcados por la retirada de Afganist¨¢n, la guerra de Ucrania y las de Gaza y el L¨ªbano, la pol¨ªtica africana de Biden ha ocupado un lugar menor. Sin embargo, ?frica se ha convertido en terreno de la competici¨®n geoestrat¨¦gica con China (y, en menor medida, con Rusia) y el presidente quiere simbolizar la nueva aproximaci¨®n que su Gobierno ha dado a la relaci¨®n con el continente. Para eso, ning¨²n destino mejor que Angola, donde Estados Unidos y sus aliados impulsan una alternativa africana a la Nueva Ruta de la Seda china que Biden cree que puede tener continuidad con Donald Trump en la Casa Blanca.
Tras su independencia en 1975, Angola entr¨® en la ¨®rbita sovi¨¦tica, vivi¨® una larga y sangrienta guerra civil en la que Estados Unidos apoy¨® a los rebeldes de la Uni¨®n para la Independencia Total de Angola (UNITA) con el fin de derrocar al Gobierno del Movimiento Popular para la Liberaci¨®n de Angola (MPLA). El r¨¦gimen corrupto de Jos¨¦ Eduardo dos Santos, que estuvo 38 a?os en el poder, se entreg¨® luego al dinero chino en forma de pr¨¦stamos que hipotecaron al pa¨ªs. Como ministro de Defensa, primero, y como presidente desde 2017, Jo?o Louren?o tendi¨® puentes con Estados Unidos que el Gobierno de Biden ha reforzado en los ¨²ltimos a?os.
¡°El presidente Biden viajar¨¢ a Angola, donde destacar¨¢ la transformaci¨®n y la profundizaci¨®n de la relaci¨®n entre Estados Unidos y Angola, y tambi¨¦n reafirmar¨¢ nuestro compromiso de reforzar nuestras alianzas en toda ?frica. Se trata de un viaje hist¨®rico. Estamos entusiasmados¡±, se?al¨® un alto cargo del Gobierno estadounidense en una llamada con periodistas.
Se trata de la primera visita de un presidente de Estados Unidos a Angola y la primera a ?frica en casi una d¨¦cada, desde que Barack Obama viaj¨® a Kenia y Etiop¨ªa en 2015. Biden devuelve la visita que hizo Louren?o a la Casa Blanca hace un a?o. El presidente angole?o tambi¨¦n asisti¨® a la Cumbre de L¨ªderes Africanos celebrada en Washington en noviembre de 2022. Antes de llegar a Angola, parar¨¢ brevemente en Cabo Verde, donde saludar¨¢ al primer ministro, Ulisses Correia e Silva.
¡°Este viaje tambi¨¦n tiene un enfoque regional que va mucho m¨¢s all¨¢ de las fronteras angole?as¡±, se?al¨® el alto cargo. Estados Unidos ha defendido que se concedan nuevos puestos a ?frica en el G-20, en el Consejo de Seguridad de la ONU y en los consejos de las instituciones financieras internacionales, dentro de una pol¨ªtica para reforzar las relaciones con un continente del que su diplomacia se ha desentendido durante mucho tiempo. Adem¨¢s de reunirse con Louren?o, Biden pronunciar¨¢ un discurso en el que destacar¨¢ el aumento y la fuerza de las relaciones con Angola y todo el continente.
En la Cumbre de L¨ªderes Africanos de 2022, Estados Unidos se comprometi¨® a invertir 55.000 millones de d¨®lares en ?frica en los tres a?os siguientes y dos a?os despu¨¦s, ya se ha cumplido el 80% de ese compromiso en asuntos como infraestructuras, conservaci¨®n, adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico y energ¨ªa.
En Angola, Biden se centrar¨¢ en el proyecto de inversi¨®n m¨¢s emblem¨¢tico que ha apoyado, el corredor transafricano Lobito. Es el mejor exponente del giro que Biden ha pretendido dar a la pol¨ªtica estadounidense en ?frica para pasar de una relaci¨®n marginal basada en la ayuda y la seguridad a otra centrada en el desarrollo de infraestructuras y la cooperaci¨®n econ¨®mica a largo plazo. Se trata de la construcci¨®n, rehabilitaci¨®n y reconstrucci¨®n de una conexi¨®n ferroviaria y de otras infraestructuras desde el puerto de Lobito hasta la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, con un planteamiento de una segunda fase hacia Zambia y, finalmente, hasta Tanzania, para conectar los oc¨¦anos Atl¨¢ntico e ?ndico.
Estados Unidos y sus socios ven el corredor Lobito como una alternativa a la iniciativa de La Franja y la Ruta, el nombre oficial de la tambi¨¦n conocida como Nueva Ruta de la Seda, el enorme programa de infraestructuras con el que China busca conectarse al mundo y reforzar su posici¨®n geoestrat¨¦gica. China firm¨® en septiembre un acuerdo con Tanzania y Zambia para reactivar una l¨ªnea ferroviaria rival hacia la costa oriental de ?frica. Washington resalta que en este caso las inversiones se est¨¢n realizando mediante procesos de contrataci¨®n transparentes, abiertos y competitivos y con implicaci¨®n del sector privado, con la idea de que la iniciativa sea rentable en s¨ª misma.
Las deudas con China asumidas por muchos pa¨ªses a cambio de las inversiones en infraestructuras han hipotecado a los pa¨ªses, que con frecuencia se ven obligados a pagar con sus recursos b¨¢sicos. El presidente de Angola, Jo?o Louren?o, se queja de ello en una entrevista concedida a The New York Times con motivo de la visita de Biden: ¡°Somos conscientes de que tener esa deuda ligada a una garant¨ªa como el petr¨®leo ha sido perjudicial para el pa¨ªs. Pero en aquel momento aceptamos esa condici¨®n. Y por ello hemos tenido que cumplir nuestra palabra. Y esto es lo que estamos haciendo. Estamos pagando la deuda. Si me preguntaran ahora si aceptar¨ªa un nuevo pr¨¦stamo en las mismas condiciones, les dir¨ªa que no¡±.
Un planteamiento alternativo
El problema es que Estados Unidos y la UE se han desentendido durante mucho tiempo y los pa¨ªses han tenido que aferrarse a la opci¨®n china. Washington quiere que el corredor Lobito sea exponente de que hay una alternativa que, adem¨¢s, cumple con est¨¢ndares m¨¢s exigentes. ¡°Esto no solo transforma las econom¨ªas, sino que lo hace centr¨¢ndose en atraer inversiones de empresas de alto nivel comprometidas con altos est¨¢ndares de trabajo, de igualdad de g¨¦nero, de salud y de protecci¨®n medioambiental. Esa es la opci¨®n que ahora est¨¢ disponible para los pa¨ªses de toda la regi¨®n, [que ahora se preguntan]: ?Tengo que aceptar la inversi¨®n china con bajos est¨¢ndares y el trabajo infantil y la corrupci¨®n? Pero, ?tengo otra oferta con la que compararla? Esto es lo que el presidente Biden quer¨ªa para transformar nuestra relaci¨®n: ofrecer una alternativa diferente, m¨¢s inversi¨®n, pero con est¨¢ndares m¨¢s altos. El viaje a Angola realmente va a poner de relieve esa opci¨®n¡±, se?al¨® otro alto cargo del Gobierno de Biden.
A trav¨¦s de la Asociaci¨®n para la Infraestructura Global y la Inversi¨®n, el G7 ha decidido impulsar este tipo de iniciativas en todo el continente bajo las mismas directrices y reglas de aumento de la inversi¨®n con mayores oportunidades y est¨¢ndares m¨¢s altos. ¡°Tras a?os de no estar sobre el terreno, el presidente Biden nos ha puesto de nuevo en el terreno y compitiendo y ofreciendo esta alternativa. Si, como resultado, otros pa¨ªses, ya sea China o cualquier otro, tambi¨¦n vienen a ?frica y esto les obliga a aumentar los est¨¢ndares de trabajo, de asistencia sanitaria proporcionada a los trabajadores, de defensa del medio ambiente, la protecci¨®n del entorno donde est¨¢n los proyectos y la transparencia frente a la corrupci¨®n, ser¨¢ un gran logro¡±, a?adi¨® el alto cargo.
Para Estados Unidos, la iniciativa es estrat¨¦gica porque le facilita el acceso a minerales cr¨ªticos en los que es rica la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo como el cobalto y el cobre. Adem¨¢s, los promotores pretenden que el corredor de infraestructuras tambi¨¦n aumente la seguridad alimentaria, impulse la producci¨®n agr¨ªcola de zonas que pasen a estar mejor conectadas y sirva de palanca para mejorar las telecomunicaciones y las energ¨ªas renovables.
En septiembre, China prometi¨® 50.000 millones de d¨®lares en ayudas financieras a los pa¨ªses africanos en una cumbre en Pek¨ªn para un extenso programa a tres a?os, aunque parte del dinero procede de antiguas partidas ya anunciadas.
El hecho de que el planteamiento estadounidense sea de inversi¨®n y de que por medio est¨¦ la competencia con China y el acceso a minerales estrat¨¦gicos lleva al Gobierno de Biden a pensar que puede tener continuidad con la llegada de Trump a la Casa Blanca. Los altos cargos de Biden no quieren especular demasiado, pero se muestran optimistas: ¡°Creo que ser¨¢ una pol¨ªtica continuada por las futuras administraciones en los a?os venideros¡±, se?al¨® uno de ellos.
El propio Louren?o tambi¨¦n resta importancia al relevo: ¡°No nos preocupa que se haya producido un cambio en la administraci¨®n estadounidense. No es algo dram¨¢tico. Es algo normal en democracia. Los poderes van y vienen. As¨ª que todo lo que tenemos que hacer es estar preparados para trabajar con los que estar¨¢n en el poder¡±, declara al New York Times.
Habr¨¢ tambi¨¦n anuncios relacionados con la seguridad sanitaria mundial, la agroindustria, la cooperaci¨®n en materia de seguridad y la preservaci¨®n del patrimonio cultural angole?o. El presidente estadounidense destacar¨¢ las inversiones para aumentar el acceso a alimentos nutritivos, reforzar la agroindustria y aumentar la capacidad de almacenamiento de alimentos en el pa¨ªs. Ambos pa¨ªses anunciar¨¢n una nueva asociaci¨®n en materia de seguridad sanitaria para reforzar la capacidad de prevenci¨®n, detecci¨®n y respuesta a las enfermedades infecciosas. Biden expresar¨¢ su apoyo a la candidatura angole?a a patrimonio mundial de la Unesco del Corredor del r¨ªo Cuanza, principal punto de tr¨¢nsito de mano de obra esclava que se oblig¨® a salir del pa¨ªs, en gran parte con destino a Estados Unidos. Biden dar¨¢ tambi¨¦n un discurso en el Museo Nacional de la Esclavitud el martes, donde se har¨¢ eco de esas ra¨ªces hist¨®ricas comunes.
¡°A uno se le perdonar¨ªa preguntarse si la visita es demasiado poco, demasiado tarde. Pero eso ser¨ªa un error. La visita profundizar¨¢ la relaci¨®n de Estados Unidos con Angola, un socio cada vez m¨¢s importante para Estados Unidos en ?frica¡±, sostiene Witney Schneidman, experto de la Brookings Institution, en un art¨ªculo reciente.
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