Zwickau y la crisis automovil¨ªstica: ?el fin del poder¨ªo industrial alem¨¢n?
El declive del sector automotriz de la mayor econom¨ªa europea retumba en esta ciudad de la antigua RDA dedicada al coche desde hace 120 a?os y que ahora alberga la planta de veh¨ªculos el¨¦ctricos m¨¢s grande de Volkswagen
Una se?al de tr¨¢fico indica por d¨®nde se va al centro de la ciudad. Otra, d¨®nde tomar la autopista que lleva a Chemnitz y a Erfurt. En una tercera solo hay una palabra, f¨¢brica, y un s¨ªmbolo, una V y una W en un c¨ªrculo. No hace falta m¨¢s. Todo el mundo en Zwickau y en muchos kil¨®metros a la redonda sabe de qu¨¦ f¨¢brica se trata. La planta de Volkswagen en esta ciudad del este alem¨¢n es, con diferencia, la mayor industria de la regi¨®n. El principal empleador. Motivo de orgullo y parte integrante del sentimiento colectivo de pertenencia a esta localidad que se identifica como pocas con la historia del autom¨®vil.
En Zwickau siempre se han fabricado coches. Desde que el ingeniero August Horch empez¨® a producir su modelo Horch 14-17 PS en 1904 en la ciudad para despu¨¦s traducir su apellido al lat¨ªn y fundar Audi. De Zwickau sal¨ªan tambi¨¦n los c¨¦lebres Trabant durante el r¨¦gimen socialista de la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Alemania (RDA). Cuando cay¨® el muro, se instal¨® Volkswagen y empez¨® a producir su famoso Polo. ¡°La historia de la ciudad no se entiende sin los coches; es una relaci¨®n que trasciende lo econ¨®mico, es algo cultural¡±, explica Randy K?mpf, comisario del museo que repasa esos 120 a?os de relaci¨®n y explica a la perfecci¨®n la historia de ¨¦xito del autom¨®vil alem¨¢n.
La industria automotriz, en tiempos la joya de la corona de la econom¨ªa alemana, el mejor testigo de la milagrosa recuperaci¨®n de la posguerra, se enfrenta hoy a tiempos dif¨ªciles. La crisis econ¨®mica que azota a Alemania duele especialmente en este sector, clave para un pa¨ªs enfocado a las exportaciones. La primera econom¨ªa de Europa encara su tercer a?o en recesi¨®n, acosada por las crecientes barreras al libre comercio y la feroz competencia de pa¨ªses como China. ?Tiene futuro Alemania como Autoland (pa¨ªs de coches)?, se preguntan muchos. En ese contexto de incertidumbre y pesimismo votan los alemanes el pr¨®ximo domingo.
Una mole blanquecina de la que sobresalen dos chimeneas asoma desde la autopista cuando uno se aproxima a la factor¨ªa de Volkswagen en Mosel, 10 minutos en coche al norte de Zwickau. El orgullo industrial del Estado de Sajonia es tambi¨¦n la planta de veh¨ªculos el¨¦ctricos m¨¢s grande y m¨¢s eficiente del grupo en Europa. Tambi¨¦n la primera, inaugurada en 2020. ¡°Estamos muy orgullosos porque hicimos la transformaci¨®n del motor de combusti¨®n al el¨¦ctrico en dos a?os y medio y sin retrasos, pese a que coincidi¨® con la pandemia y la crisis de los semiconductores¡±, asegura Marc Stephan, jefe de producci¨®n, mientras muestra los distintos pasos del ensamblaje de un veh¨ªculo.
Zwickau encarna el empe?o del sector automotriz alem¨¢n por ponerse al d¨ªa y competir para encarar al futuro: el coche el¨¦ctrico. En la planta convive lo m¨¢s tradicional y lo m¨¢s puntero. Durante el paseo con Stephan tan pronto se cruza uno con un operario en bicicleta ¡ªlas distancias son enormes: 1,8 kil¨®metros cuadrados¡ª como ve aproximarse una carretilla sin conductor cargada de piezas. Hay 2.000 veh¨ªculos de dos ruedas disponibles para los desplazamientos internos. Para reducir el esfuerzo f¨ªsico innecesario est¨¢n los aut¨®matas-carretilla y otros muchos robots que permiten el mayor grado de automatizaci¨®n de todas las f¨¢bricas de Volkswagen. Si normalmente ronda el 10%, aqu¨ª supera el 30%.
Ensamblar y dejar listo un coche para que salga camino del concesionario es un proceso de alrededor de cuatro horas. Zwickau produce uno cada 90 segundos. En un d¨ªa, 1.040, de seis modelos distintos. Pero podr¨ªan ser m¨¢s. La planta no est¨¢ ni mucho menos a plena capacidad. Sol¨ªa haber tres turnos de trabajo, pero el nocturno se suprimi¨® hace meses por la falta de demanda.
El a?o pasado, la demanda d¨¦bil y los altos costes laborales acabaron por explotar. De un d¨ªa para otro, en una asamblea en Wolfsburgo, sede del grupo, en la que los trabajadores esperaban noticias sobre la negociaci¨®n de un aumento salarial, la direcci¨®n anunci¨® por sorpresa medidas dr¨¢sticas: recortes del 10% de los sueldos y cierre de f¨¢bricas. Nunca en los 87 a?os de historia de la compa?¨ªa se hab¨ªa siquiera sugerido clausurar una planta en Alemania, donde se concentra el 45% de la fuerza laboral global (680.000 trabajadores).
El shock fue may¨²sculo. El miedo se extendi¨® como la p¨®lvora por todas las plantas de la compa?¨ªa, tambi¨¦n la de Zwickau, que se rumore¨® que podr¨ªa ser una de las tres afectadas. La presi¨®n sindical y pol¨ªtica -el Gobierno de Olaf Scholz mostr¨® enseguida su preocupaci¨®n- dio marcha atr¨¢s a la medida en diciembre, pero se impusieron restricciones salariales y la eliminaci¨®n de 35.000 empleos hasta 2030, de manera gradual y sin despidos obligatorios.
¡°El ambiente es de pesimismo en Zwickau¡±, reconoce Christian Sommer, el director de comunicaci¨®n. ¡°Europa es lenta; el mundo va r¨¢pido. De momento, Alemania no est¨¢ siendo competitiva¡±. Ah¨ª est¨¢ la clave para el futuro del sector. C¨®mo producir mejor y m¨¢s barato. ¡°Necesitamos reducir los costes de producci¨®n y tenemos por delante dos a?os complicados. Pero esta planta es un buen ejemplo de que es posible ser competitivos¡±, afirma.
A pocos pasos de la casa natal del compositor Robert Schumann, el otro icono, junto con Audi, de Zwickau, la alcaldesa de la ciudad, Constance Arndt, recibe a EL PA?S en su despacho con vistas a la plaza principal, flanqueada por edificios hist¨®ricos que dan testimonio del pasado industrial del municipio. ¡°La construcci¨®n de autom¨®viles forma parte del ADN de la regi¨®n. Es una relaci¨®n muy estrecha. Si las cosas van mal all¨ª, tambi¨¦n van mal aqu¨ª. Es m¨¢s que puestos de trabajo; es tradici¨®n, estilo de vida. No sabr¨ªa con qu¨¦ compararlo. Es como el Real Madrid para Madrid¡±.
En una estanter¨ªa destaca una copia de la Ley Fundamental (la Constituci¨®n alemana) y una miniatura de un Trabi, el peque?o y resistente coche de pl¨¢stico por el que esperaban a?os los alemanes orientales. ¡°Me gusta verlo aqu¨ª. El 25% de los empleos de la regi¨®n dependen de la producci¨®n de autom¨®viles. No estamos en ese punto, pero el cierre de la planta ser¨ªa un desastre, una cat¨¢strofe que obligar¨ªa a mucha gente a irse a vivir a otro sitio y a nosotros, a reinventarnos¡±, asegura. Hoy Zwickau tiene 87.000 habitantes, pero lleg¨® a tener 120.000 en tiempos de la RDA, cuando la f¨¢brica de Trabant estaba a m¨¢xima capacidad.
Hay muchas esperanzas puestas en el pr¨®ximo Gobierno que salga de las urnas el 23 de febrero, y muchos reproches al actual, el tripartito de socialdem¨®cratas, verdes y liberales ¡ªhasta la salida de los liberales en noviembre, que propici¨® el adelanto electoral¡ª. Berl¨ªn cort¨® de forma repentina las ayudas a la compra de coches el¨¦ctricos a finales de 2023, despu¨¦s de una sentencia del Tribunal Constitucional que oblig¨® al Ejecutivo a rehacer sus cuentas. El efecto fue demoledor: las ventas se desplomaron un 48%. La ca¨ªda de las exportaciones y la competencia china han acabado de hundir al sector.
La crisis de la industria automotriz se refleja en el declive de toda la industria, que ha sufrido los altos precios de la energ¨ªa. ¡°Claro que se puede hablar de la desindustrializaci¨®n en Alemania¡±, afirma J¨¹rgen Matthes, economista del Instituto Econ¨®mico Alem¨¢n (IW). Las cifras del sector manufacturero van a la baja y la situaci¨®n ha empeorado tras la crisis energ¨¦tica y las constantes peleas del Gobierno, que se acab¨® rompiendo precisamente por diferencias irreconciliables en pol¨ªtica econ¨®mica. ¡°Hace falta que termine la incertidumbre. Se necesita un Gobierno estable, con una direcci¨®n clara en su pol¨ªtica econ¨®mica¡±, a?ade.
En la f¨¢brica, Stephan lamenta el tiempo perdido: ¡°Ellos [los chinos] tienen una estrategia y eso es algo que no veo en Europa. El Gobierno alem¨¢n no ha tomado decisiones claras. Pero no se trata solo de que haya subvenciones, de que el kilovatio hora sea m¨¢s barato o de reducci¨®n de impuestos; tambi¨¦n nosotros tenemos que ser capaces de fabricar coches a buen precio¡±.
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