C¨®mo educar a tu hijo sin recurrir a los castigos durante el confinamiento
La convivencia, estar encerrados y salir solo una hora al d¨ªa generan estr¨¦s en los ni?os y en los padres. Es natural que se tenga menos paciencia, pero hay que favorecer la empat¨ªa
![Una mujer, una ni?a y un ni?o en el primer d¨ªa en el que los menores de 14 a?os pueden salir a la calle, en Bilbao.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7RSC44MLWVP3YN3CKPQMMIRWKY.jpg?auth=1e16be9982565116acf9f673c4b1d8b14631adcf05f96212e0b1c2577e4fc25f&width=414)
Durante el confinamiento hemos podido experimentar como en los ni?os afloran emociones como el miedo, el enfado o la tristeza. A todo esto, es posible que se hayan sumado conflictos entre hermanos, que hayamos atendido m¨¢s rabietas de las habituales o nos hayamos encontrado con desmotivaci¨®n y oposici¨®n para realizar tareas escolares, as¨ª como una mayor dependencia de la figura del adulto.
El hecho de haber instaurado una nueva rutina o din¨¢mica en la familia tiene un proceso de adaptaci¨®n y no es de extra?ar que estemos experimentando muchas dificultades como compaginar el teletrabajo, el colegio en casa, las tareas del hogar, con el cuidado de los menores. Y ahora se le a?ade otro factor, tras semanas de encierro: los m¨¢s peque?os de la casa, menores de 14 a?os, pueden salir a la calle a dar un paseo una hora, una vez al d¨ªa y acompa?ados de un adulto.
Ante todas estas situaciones que nos generan estr¨¦s y tanto tiempo en confinamiento, es natural que seg¨²n avanzan los d¨ªas tengamos menos paciencia y sea m¨¢s complicado mantener la calma.
Hemos de aceptar que es un momento arduo para todos y tratar de abandonar la culpa, pero esto no impide que nos cuestionemos, si para solucionar estos peque?os conflictos que estamos viviendo, el castigo es la mejor herramienta que podemos utilizar.
Se trata de un momento crucial en el que los ni?os necesitan nuestro acompa?amiento emocional. Es esencial que durante este periodo respondamos a sus necesidades y establezcamos un v¨ªnculo emocional fuerte. La infancia necesita m¨¢s que nunca, conexi¨®n, sentir que los tenemos en cuenta, que son queridos de manera incondicional, aceptados, protegidos y cuidados.
El rinc¨®n de pensar, el castigo m¨¢s da?ino
Uno de los castigos que se utiliza con mayor frecuencia es ser el rinc¨®n de pensar, el castigo que ahora mismo podr¨ªa resultar especialmente da?ino.
Cuando un ni?o se enfada y consideramos que se ha portado mal y a consecuencia de ello lo mandamos al rinc¨®n de pensar, le acabamos transmitiendo la idea de rechazo y trasladando el mensaje de que no queremos que est¨¦ cerca cuando est¨¢ disgustado o se ha equivocado.
Es probable que el ni?o sienta m¨¢s ira, enfado y mayor deseo de revancha. En los momentos de conflicto nuestro cerebro no se encuentra integrado, sino en un estado reactivo predominando el miedo y la huida, impidiendo as¨ª el aprendizaje y centrarse en la soluci¨®n de problema.
Ahora m¨¢s que nunca debemos flexibilizar, ser m¨¢s emp¨¢ticos y entender que detr¨¢s del mal comportamiento hay una necesidad que debe ser atendida, entender que detr¨¢s de esa conducta hay una solicitud de ayuda.
Parece dif¨ªcil, pero hemos de descartar la idea de que si no somos lo bastante duros con nuestros hijos ¡°se nos ir¨¢n de las manos¡± e invertir la energ¨ªa en encontrar soluciones en un entorno de equidad.
Alternativas al castigo que favorecen el respeto mutuo:
- Llevar a cabo reuniones familiares, acordar reglas entre todos, sobre aspectos que generan conflictos en el hogar, y llegar a un consenso sobre las consecuencias del incumplimiento de las mismas. De esta manera, desarrollaremos el sentido de pertenencia, trasladando la idea de que su contribuci¨®n es valiosa y nos interesa.
- Considerar los errores o conductas desafiantes como una oportunidad para aprender y desarrollar habilidades, permitir que se equivoquen y ejerciten esa habilidad seg¨²n vaya pasando el tiempo.
- Ayudarles a entender y poner nombre a sus emociones mediante juegos, canciones o cuentos.
- Manifestar nuestras expectativas y expresar como nos sentimos. Si nuestro hijo rompe algo que nos pertenece: ¡°Estoy muy disgustado cuando te presto algo, espero que me lo devuelvas en las mismas condiciones en las que te lo entregue¡±
- Conexi¨®n: conectar con ellos les proporciona ayuda para calmarse, de esta manera, estar¨¢n m¨¢s receptivos y aceptaran nuestra ayuda para tomar mejores decisiones, tambi¨¦n les ayudar¨¢ a identificar y recuperar el control sobre sus emociones.
- Resolver conjuntamente los problemas, confiando en su capacidad para aportar soluciones: ¡°?Qu¨¦ crees que podr¨ªamos hacer para resolver esta situaci¨®n?¡±
Si alguna vez tenemos dudas, no nos olvidemos de una regla que nunca falla, ponernos en su lugar y tratarlos de la manera que nos hubiera gustado a nosotros ser tratados en esa misma situaci¨®n. En los momentos dif¨ªciles los ni?os tambi¨¦n necesitan ser tratados con respeto y amor.
*Ruth Alfonso Arias es educadora de familias de Disciplina Positiva.
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