Eduardo S¨¢enz de Cabez¨®n, profesor de Matem¨¢ticas: ¡°Los deberes no tienen que desaparecer, pero hay que evitar que se vivan con angustia¡±

El aprendizaje es una habilidad que se puede aprender. Y aunque parezca una redundancia, es as¨ª. ¡°Para conseguir una buena adquisici¨®n del conocimiento se necesita un proceso, y adem¨¢s este proceso puede ser divertido¡±, explica Eduardo S¨¢enz de Cabez¨®n (Logro?o 51 a?os), doctor en Matem¨¢ticas, docente y autor de Invitaci¨®n al aprendizaje. El placer de aprender durante toda la vida (Somos B, septiembre 2023). Este jueves 5 de octubre es el D¨ªa Mundial del Docente, una jornada en la que S¨¢enz de Cabez¨®n hace un llamamiento para que familias y maestros disfruten de aprender con sus hijos y alumnos.

Para ayudar a los menores en este proceso, los padres y madres pueden hacer tres cosas. ¡°La primera es que los ni?os y ni?as vean que t¨² disfrutas aprendiendo¡±, se?ala S¨¢enz de Cabez¨®n, tambi¨¦n presentador del canal de YouTube Derivando, en el que busca el lado divertido de las matem¨¢ticas y cuenta con m¨¢s de 1,3 millones de suscriptores. Adem¨¢s, este matem¨¢tico explica que el segundo punto es que los progenitores valoren las cosas que tienen que ver con el aprendizaje de sus hijos: ¡°No solamente sus propios esfuerzos, sino todo lo que lo rodea: la escuela, los amigos, el material¡±. Y el ¨²ltimo punto ser¨ªa, seg¨²n prosigue, proporcionar est¨ªmulos que fomenten la adquisici¨®n de conocimientos: ¡°Estos est¨ªmulos pueden ser preocuparse por lo que hacen en el cole o hacer cosas juntos que propicien y alimenten su curiosidad¡±.

¡°Los estudios han demostrado que la falta de est¨ªmulos afecta al aprendizaje, lo que no se ha demostrado es que un exceso de los mismos, una sobreestimulaci¨®n, haga que los ni?os y ni?as aprendan m¨¢s y mejor¡±, asegura rotundo. ?l tiene otra cosa clara: ¡°Si en una casa no se conversa, si a los padres y madres les da igual lo que hacen sus hijos en la escuela, o no valoran lo que hacen, todo esto va a afectar directamente a su capacidad de aprender¡±. Para S¨¢enz de Cabez¨®n lo ideal es acompa?arles en las tareas, ir a un museo, comentar una pel¨ªcula que hayan visto en el cine o en casa: ¡°En definitiva, es esencial que los ni?os y ni?as nos cuenten las cosas que hacen¡±.

PREGUNTA. ?C¨®mo se puede trabajar o fomentar esa conversaci¨®n?

RESPUESTA. Pongo un ejemplo. He sido profesor de instituto durante muchos a?os. En cuarto de la ESO, que son chavales de 15 a?os, en las tutor¨ªas les preguntaba que me contaran su pel¨ªcula favorita. Y no sab¨ªan hacerlo. Te contaban an¨¦cdotas o lo que hab¨ªan visto en la tele, pero eran incapaces de hacer un resumen, y me sorprend¨ªa mucho que chavales de esa edad no tuviesen la capacidad de sintetizar porque es una habilidad b¨¢sica. Porque una de las formas que tenemos todos de aprender es contarnos a nosotros mismos y a los otros aquello que hemos aprendido.

P. ?Desde cu¨¢ndo se deber¨ªa adquirir esa estructuraci¨®n del aprendizaje?

R. Desde que nacemos tenemos un instinto natural para aprender. Se han hecho muchos estudios con beb¨¦s que han demostrado que los ni?os y, sobre todos, las ni?as tienen un instinto muy desarrollado para comunicar muy temprano a otros lo que saben. Y es una habilidad que tienen desde muy peque?os, antes de hablar, incluso. Tienen esa necesidad de compartir con el otro lo que necesita saber. Por ejemplo, se?alan cosas cuando el otro no puede encontrarlo, en cambio, no lo hacen cuando el otro lo puede encontrar. Y cuando adquieren el lenguaje, los menores mantienen esa vocaci¨®n de querer ense?ar a los dem¨¢s que saben cosas. Entonces es esencial mantener ese instinto con est¨ªmulos para que ellos nos sigan contando, y no solo por el v¨ªnculo emocional, que es fundamental, sino con el objetivo de aprender. De esta forma ellos son capaces de estructurar el conocimiento que tienen y que van adquiriendo. Y este es el lugar en el que me parece que podemos estar m¨¢s sinton¨ªa docentes y familias.

P. ?El ritmo fren¨¦tico de la vida actual ha hecho que los padres escuchen menos a sus hijos?

R. Normalmente, cuando estamos con nuestros hijos, tendemos a escucharles y darles el espacio que necesitan. Lo que pasa es que es verdad que muchas veces las ocupaciones de la vida, el cansancio, etc¨¦tera, hacen que no podamos dedicarles el tiempo y la calidad que necesitan. Y creemos que hay fines formativos que pueden sustituir ese tiempo, pero, en la elaboraci¨®n del propio conocimiento y de la reflexi¨®n sobre el mismo, es clave tenerlo.

P. ?Cu¨¢l es su opini¨®n sobre los deberes y su relaci¨®n con la adquisici¨®n de aprendizaje?

R. Creo que est¨¢ bien que los ni?os y ni?as tengan un recuerdo, un refuerzo de lo que hacen en la escuela, y lo tengan en casa, aunque yo considero que ahora son demasiados y, por esto, muchas veces son vistos como una carga. Como refuerzo de lo aprendido me parece correcto, pero solo como refuerzo. Pero para esto se necesita que se dise?en bien, de forma individualizada, seg¨²n las necesidades del alumno. En definitiva, no considero que los deberes tengan que desaparecer por completo, pero desde luego s¨ª que hay que evitar que se vivan con angustia.

P. ?Cu¨¢l es el papel clave del maestro en el aprendizaje?

R. El papel del maestro es fundamental, y no solo en cuanto a motivaci¨®n, sino tambi¨¦n en cuanto al dise?o de los recorridos del aprendizaje. En c¨®mo ir adaptando y poniendo en contacto a ni?os y ni?as con el conocimiento. Y practicar la retroalimentaci¨®n siempre. Un menor que est¨¢ aprendiendo cualquier cosa debe saber qu¨¦ progreso est¨¢ haciendo, qu¨¦ errores est¨¢ cometiendo y c¨®mo solucionarlos. De esta manera, se hace un feedback informativo a tiempo que ayudar¨¢ a detectar los problemas que est¨¢ habiendo. Y esto es clave para aprender de forma correcta.

P. Cuando en su libro habla de los aliados del aprendizaje, menciona al olvido; ?c¨®mo ayuda?

R. Una de las claves del aprendizaje es detectar patrones, ser capaces de extraer la informaci¨®n que es importante. Entonces para esto hay que ser capaces de obviar, olvidar, muchas veces los detalles y quedarse con lo esencial. Hay que aprender a discernir lo valioso de lo que no lo es. El cerebro una de las cosas que hace es seleccionar, digamos filtrar, los aprendizajes que hemos ido adquiriendo durante el d¨ªa. Despu¨¦s recoge los que considera m¨¢s relevantes y va a ayudar a que se mantengan. Los otros simplemente los va a olvidar.

P. Otro de los puntos que se?ala es el aburrimiento, ?tambi¨¦n ayuda a aprender?

R. El aburrimiento no nos gusta nada, pero nada. Hay un experimento que le¨ª para escribir este libro que me fascin¨®. En ¨¦l, los investigadores met¨ªan a los sujetos en una habitaci¨®n durante 15 minutos sin hacer nada. Y, adem¨¢s, se les daba la opci¨®n de pulsar un bot¨®n que daba una carga el¨¦ctrica muy desagradable. Pues la mitad de los participantes prefiri¨® presionarlo, se aburr¨ªan. Pero hay que saber que el aburrimiento permite que nuestro cerebro explore y que la gente que se lo permite suele ser m¨¢s solidaria, m¨¢s creativa. Otra tendencia que tenemos para suplir el aburrimiento es la distracci¨®n, pero esto no favorece el aprendizaje. Cuando nos aburrimos cogemos el m¨®vil, por ejemplo, y empezamos a ver fotos, entonces nos distraemos. Y esto est¨¢ bien porque nos sirve para descansar y nos libera de cierto estr¨¦s, pero no debe ser la ¨²nica medida frente al aburrimiento.

P. La ¨²ltima pregunta es obligada, ?por qu¨¦ les cuesta tanto a los ni?os aprender matem¨¢ticas?

R. Esta afirmaci¨®n no es cierta. A los ni?os peque?os les encantan las matem¨¢ticas y, adem¨¢s, est¨¢n preparad¨ªsimos para ellas. El cerebro est¨¢ preparado para ellas, digamos, que nuestro nivel de matem¨¢ticas b¨¢sico como especie es fant¨¢stico. Es a partir de los 10 a?os donde todo esto cambia, y esto sucede porque contamos las matem¨¢ticas fuera de contexto. Es como si los conceptos nos llegasen como meteoritos ca¨ªdos del cielo, por lo que es muy dif¨ªcil que los menores se motiven para estudiarlas. Luego otro de los problemas es que muchos nos preocupamos solo por los resultados, no por el proceso, lo que hace que muchos alumnos flaqueen porque fallan y se frustran. Y por ¨²ltimo, est¨¢n las creencias sociales, los mitos, en torno a las matem¨¢ticas como, por ejemplo, que son dif¨ªciles, que a las ni?as se les da peor, que les cuesta mucho todos. Todas estas ideas lo que provocan es un sentimiento negativo que en muchas ocasiones lleva a la aversi¨®n a esta materia.

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