?Un pr¨ªncipe caprichoso o un ni?o normal? Los expertos analizan la conducta del pr¨ªncipe Luis de Cambridge durante el Jubileo de Isabel II
El peque?o, de cuatro a?os, sorprendi¨® a todos con su comportamiento espont¨¢neo durante la celebraci¨®n. Los expertos destacan su corta edad, lo riguroso del protocolo y el papel impecable de su madre, Kate Middleton
La foto es la siguiente: un ni?o de cuatro a?os asiste a la celebraci¨®n que se organiza para conmemorar los 70 a?os de vida laboral de su bisabuela, una fiesta que dura un total de cuatro d¨ªas. Sin duda, para cualquier peque?o, estarse quieto durante los eventos es una proeza de aguante y de buenos modos. Si no, que se lo pregunten a los padres y a las madres con hijos peque?os. Pero si, adem¨¢s, eres el pr¨ªncipe Luis de Cambridge, hijo de Guillermo, duque de Cambridge, y Kate Middleton, duquesa, y tu bisa es Isabel II, cualquier gesto fuera del protocolo que marca la celebraci¨®n del Jubileo de Platino de la reina se va a notar. Y as¨ª ha sido. ?Luis actu¨® como cualquier ni?o de su edad, o fue caprichoso e irrespetuoso con el protocolo? La pol¨¦mica est¨¢ servida.
¡°Luis tiene cuatro a?os y ha actuado como un ni?o de cuatro a?os¡±, afirma tajante Silvia ?lava, especialista en Psicolog¨ªa General Sanitaria y en Psicolog¨ªa Educativa. ¡°A esta edad¡±, prosigue, ¡°el peque?o no tiene el suficiente desarrollo madurativo a nivel cognitivo, de pensamiento y de reflexi¨®n, para entender que su bisabuela es la reina Isabel II, que lleva 70 a?os en el trono y que va a asistir a un mont¨®n de festejos donde tiene que estar sentadito, calladito y sin moverse. Esto no lo puede comprender por su propio desarrollo evolutivo¡±.
Seg¨²n explica ?lava, al final lo que est¨¢ haciendo el peque?o es expresar a su manera un ¡°Me aburro¡±. ¡°Por lo que pone las t¨ªpicas caras de cansancio, saca la lengua o hace rabiar a su prima. Y, adem¨¢s, para Luis no ha sido solo este acto; lleva un c¨²mulo de festejos que le han ido dejando agotado¡±. Al peque?o se le pudo ver el jueves en el balc¨®n de Buckingham, el s¨¢bado en un concierto nocturno y el viernes en un desfile de dos horas y media. La psic¨®loga incide en que el peque?o no deja de ser un ni?o, por muy pr¨ªncipe que sea.
La pedagoga Sonia L¨®pez Iglesias coincide con ?lava en que ¡°el comportamiento de Luis fue totalmente normal¡±. Y agrega un dato: ¡°Es muy dif¨ªcil que un peque?o de cuatro a?os pueda mantener la atenci¨®n m¨¢s de 20 minutos. As¨ª que ¨¦l se comport¨® de forma excepcional en una celebraci¨®n tan larga. Adem¨¢s, no podemos olvidar que el peque?o pr¨ªncipe llevaba d¨ªas fuera de su rutina habitual y eran unos actos con un estricto protocolo de los que ¨¦l no entend¨ªa su significado¡±.
¡°Aqu¨ª lo m¨¢s importante es la edad, los cuatro a?os¡±, retoma ?lava. ¡°No hemos visto a un peque?o con problemas de conducta, sino a un ni?o cansado, teniendo comportamientos muy normales, de chiquillos. Un ejemplo claro fue cuando su madre Kate le dijo algo y ¨¦l cogi¨®, se levant¨® y se sent¨® en las rodillas de su abuelo Carlos¡±. En esta ocasi¨®n ocurre lo mismo: Luis no se sent¨® en las rodillas del heredero al trono, se sent¨® en las de su abuelo: ¡°Decidi¨® irse con otra figura de referencia para ¨¦l. Y no pens¨® en protocolos, ni en realezas¡±.
I'm sure Prince Charles has a special relationship with his grandchildren but with Prince Louis you can tell it's different. You can see how close they are. There's a certain connection between them that is beautiful to see. It's beautiful to see Charles being a grandfather. pic.twitter.com/CUWrljHjaG
— Isa (@isaguor) June 5, 2022
Un ejemplo claro en el desarrollo evolutivo, propio de su edad, se puede ver en la diferencia de comportamiento con su hermana Carlota, de siete a?os: ¡°Esto se debe a que en el caso de la peque?a, esta ya tiene bastante desarrollada la funci¨®n ejecutiva, mientras que ¨¦l, con cuatro, la est¨¢ empezando a madurar¡±. ¡°La peque?a¡±, prosigue ?lava, ¡°ya es capaz de dirigir su conducta; de entender un poco lo que tiene que hacer y de anticiparse a las consecuencias de sus actos. Esto se suele dar a partir de los seis a?os y no termina de madurar hasta los 28¡å. En definitiva, ¡°con siete a?os empiezas a entender un poquito, no del todo. El desarrollo cerebral es muy diferente a los siete que a los cuatro a?os¡±.
Por su parte, el psic¨®logo infantil Rafael Guerrero, autor de varios libros como Educaci¨®n emocional y apego (2018) y El cerebro infantil y adolescente (2021), comienza citando el problema principal seg¨²n su criterio: ¡°El ni?o no deber¨ªa estar ah¨ª, deber¨ªa estar en un parque, con sus amigos pele¨¢ndose, disfrutando en el tobog¨¢n. Tiene que estar en otro contexto, no en un acto protocolario. Aun as¨ª, el peque?o lo gestion¨® estupendamente¡±, subraya. ¡°Yo no le puedo exigir a un ni?o de cuatro a?os que se est¨¦ quieto¡±, prosigue Guerrero, ¡°que no se le satisfagan sus necesidades en el momento inmediato y menos que respete un protocolo tan exigente como es el de la Casa Real Brit¨¢nica¡±.
¡°Los ni?os no tienen que estar en esta clase de eventos. Es como cuando doy un curso de formaci¨®n y una madre me pregunta si puede venir su hijo; obviamente no le digo que no, pero s¨ª que le explico que no es un lugar para ni?os¡±, a?ade el psic¨®logo. Todo esto le lleva a pensar que a lo mejor no es tanto que el ni?o se est¨¦ portando bien o mal, sino que ¡°somos nosotros, los adultos, los que nos estamos portando mal con ¨¦l. El ni?o se comport¨® de maravilla porque actu¨® como un ni?o. Y expres¨® sus emociones libremente¡±. Seg¨²n expresa, los peque?os no se portan ni bien ni mal: ¡°Los ni?os se manifiestan de manera natural, de forma sincera. Si se mueve es porque est¨¢ inquieto, si est¨¢ chof, es porque est¨¢ triste o aburrido. Son transparentes¡±, argumenta el psic¨®logo.
El papel de su madre, Kate Middleton
Los expertos tambi¨¦n destacan que la madre de Luis, Kate Middleton, actu¨® muy bien ante el comportamiento de su hijo. Muchos han resaltado la paciencia y empat¨ªa con las que trat¨® al peque?o. ¡°Por supuesto que lo hizo bien, ?por qu¨¦ deber¨ªamos rega?ar a un ni?o de cuatro a?os que debe participar en una celebraci¨®n larga y aburrida para ¨¦l si no est¨¢ preparado?¡±, se pregunta L¨®pez Iglesias. Para la experta, su madre fue muy comprensiva y respetuosa.
¡°Los adultos debemos ser muy conscientes de las necesidades de nuestros hijos y jam¨¢s debemos exigirles un comportamiento para el que no est¨¢n preparados¡±. ¡°Kate lo bord¨®¡±, incide ?lava, ¡°cada vez que el peque?o se dirig¨ªa a ella, ella se agachaba; lo miraba y le cog¨ªa de la mano¡±. De esta forma, y seg¨²n explica la experta, se consigue que los ni?os se sientan escuchados y atendidos.
¡°Partiendo de la idea de que el ni?o no deber¨ªa estar ah¨ª, Kate lo hizo lo mejor que pudo¡±, recalca Guerrero. ¡°En las im¨¢genes que he visto creo que trata al peque?o con todo el cari?o del mundo; tratando de tranquilizarle y de reconducirle. En definitiva, esta madre lo hizo bastante bien, dadas las presiones, las limitaciones protocolarias, y que hab¨ªa que pasar el trago lo mejor posible. Aunque incido en que el problema de base es que el ni?o nunca deber¨ªa haber estado ah¨ª¡±, insiste Guerrero.
?Afecta el orden de nacimiento al comportamiento del pr¨ªncipe Luis?
Para las expertas consultadas, el orden de nacimiento no es determinante. “Los hijos tienen una personalidad distinta que no tiene tanto que ver con el orden en que han nacido, sino un poco con los genes, por así decirlo”, sostiene la psicóloga Silvia Álava. “Esa combinación de genes que nos ha tocado, y también un poco por el ambiente en el que vivimos. Pero al final la personalidad es un compendio de tu parte genética. Es la lotería de genes que te ha tocado. Además, influye el ambiente en el que están viviendo, la forma de educar, de cómo se relacionen sus padres con ellos. Que sí, que es verdad que en determinadas cosas, sí que el orden puede afectar a la personalidad”. Pero, según explica, tiene más que ver con la responsabilidad, que a los primeros hijos se les suele cargar más con ella, por ejemplo.
Por su parte, Sonia López Iglesias, pedagoga, destaca que el orden de nacimiento puede afectar, “pero lo que determina el comportamiento es la personalidad de cada niño y los límites que está acostumbrado a respetar. Él demostró ser un niño muy espontáneo, cariñoso, curioso y expresivo".
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