Mi hijo suda mucho: ?por qu¨¦ y c¨®mo puede ayudarle?
Los padres deben mostrarse cercanos al adolescente si este entiende la transpiraci¨®n como un problema, y ayudarle a afrontar la situaci¨®n. Los expertos recomiendan poner en pr¨¢ctica unas pautas adecuadas de higiene y cuidado de la piel, y aplicar medidas terap¨¦uticas en caso de transpiraci¨®n excesiva
El paso de la infancia a la madurez es una etapa de transici¨®n entre la ni?ez y la edad adulta. Durante este periodo, que abarca entre los 10 y los 18 a?os, suceden cambios hormonales que conllevan, entre otras cosas, modificaciones en la estructura de la piel. ¡°Se produce un desarrollo de las gl¨¢ndulas seb¨¢ceas y sudor¨ªparas que provocan un cambio en el pH de nuestra epidermis¡±, se?ala la doctora Olivia L¨®pez Barrantes, del Hospital Universitario Infanta Sof¨ªa, en Madrid. Una circunstancia que hace de la pubertad una etapa en la que muchos adolescentes comienzan a notar una mayor transpiraci¨®n.
Durante la adolescencia se producen cambios f¨ªsicos, hormonales, intelectuales, sociales y emocionales. El autoconcepto a estas edades se rehace en relaci¨®n con el mundo que rodea al adolescente. ¡°Esto es lo que nos hace valorarnos m¨¢s o menos. Si me sit¨²o dentro de mi grupo normativo y destaco por cualidades socialmente valoradas como la belleza, sociabilidad o habilidades de liderazgo, me sentir¨¦ bien conmigo mismo. Pero si, por el contrario, percibo que alguna caracter¨ªstica me desv¨ªa de mis iguales, y creo que es socialmente negativa, la autoestima comienza a decrecer¡±, detalla Mara Cuadrado, psic¨®loga cl¨ªnica experta en ni?os, adolescentes y familia. Esto es, precisamente, lo que sucede con la aparici¨®n del sudor, un elemento que pasa desapercibido durante la infancia. ¡°El adolescente ¡ªsobre todo las chicas¡ª estima que el sudor es sucio y desagradable, lo que hace que se sienta mal pensando que los dem¨¢s tambi¨¦n lo consideran as¨ª. Si adem¨¢s conlleva olor o transpiraci¨®n excesiva, puede llegar a suponer un problema y generarle inseguridad¡±, sostiene Cuadrado.
Cuando el adolescente entiende el sudor como un problema, el entorno m¨¢s cercano, es decir, los padres y madres, debe afrontarlo como tal. Se trata de una situaci¨®n que requiere de su participaci¨®n con el objetivo de ayudar a su hijo a valorar sus cualidades, pero sin minimizar aquello que le hace sentir mal. ¡°Habr¨ªa que evaluar si la transpiraci¨®n excesiva est¨¢ asociada a una disfunci¨®n f¨ªsica, buscando, por tanto, ayuda m¨¦dica, o, por el contrario, si se asocia a situaciones sociales donde el adolescente se siente inh¨¢bil, torpe o poco aceptado, exagerando la importancia que da a lo que los dem¨¢s piensen de ¨¦l y lo que hace en esas situaciones en las que el sudor est¨¢ presente¡±, sostiene Cuadrado.
A veces, seg¨²n explica esta psic¨®loga, el adulto quita importancia a lo que su hijo piensa y siente, y lo califica como balad¨ª y pasajero: ¡°Sin embargo, es importante que los padres trasladen a sus hijos que en esta ¨¦poca uno aprende a quererse y tiene que verse y sentirse bien con su cuerpo, sin que tenga que responder a los c¨¢nones est¨¦ticos imperantes¡±. Para esta experta, hay que hacerles ver que el cuerpo y sus caracter¨ªsticas son las que son con base en nuestra gen¨¦tica ¡ªhecho que no podemos modificar¡ª y bas¨¢ndose en los h¨¢bitos ¡ªque s¨ª podemos mejorar¡ª. ¡°Pero el cuerpo que se tenga hay que cuidarlo y quererlo como es, alto, bajo, con su forma, con su funcionamiento, su sudor y su olor¡±, sentencia Cuadrado.
Con la aparici¨®n de la transpiraci¨®n, los adolescentes intentan disfrazar su olor con perfumes. ¡°De esta manera, no solo sienten que huelen bien, sino que tambi¨¦n lo asocian con los valores que dicho perfume anuncia en su publicidad: belleza, admiraci¨®n, etc¨¦tera¡±, declara Cuadrado. Para reducir los efectos nocivos que la sudoraci¨®n puede ocasionar, durante la adolescencia los expertos recomiendan poner en pr¨¢ctica unas pautas adecuadas de higiene y cuidado de la piel. ¡°A partir de la pubertad se debe incorporar el uso de desodorantes o antitranspirantes adecuados a la piel del menor¡±, a?ade L¨®pez.
Cristina Rubio Flores, dermat¨®loga pedi¨¢trica del Hospital Universitario Infanta Sof¨ªa (Madrid), se?ala que en aquellos casos en los que existen problemas serios, por ejemplo un exceso de sudor en las manos, hay un conjunto de medidas terap¨¦uticas muy protocolizadas para mejorar esa situaci¨®n: ¡°El uso local de antitranspirante en forma de toallitas, geles o cremas. Tambi¨¦n terapias f¨ªsicas como la iontoforesis ¡ªproceso del paso de una corriente el¨¦ctrica d¨¦bil a trav¨¦s de la piel¡ª o el tratamiento con neuromoduladores locales inyectados ¡ªsimple y eficaz, se aplica a nivel local y bloquea las gl¨¢ndulas sudor¨ªparas y la producci¨®n de sudor¡ª¡±. ¡°Tambi¨¦n se cuenta con otro tipo de tratamientos para combatir ese exceso de sudoraci¨®n¡±, prosigue Rubio, ¡°como son los f¨¢rmacos orales que la disminuyen, aunque tienen algunos efectos colaterales que pueden limitar su uso, as¨ª como t¨¦cnicas quir¨²rgicas complejas (simpatectom¨ªa) a nivel tor¨¢cico, en los casos m¨¢s graves¡±.
En algunas situaciones, es necesaria la ayuda de un psic¨®logo para afrontar los inconvenientes que ocasiona el sudor en chicos y chicas. La soluci¨®n pasa por un abordaje individualizado que valore de manera minuciosa las variables contextuales (c¨®mo lo abordan los padres, hermanos, los y las amigas, el profesorado), las variables org¨¢nicas asociadas (rubor, sudoraci¨®n excesiva en frente y manos) y las variables psicol¨®gicas (ansiedad anticipatoria a situaciones sociales, autoconcepto, miedos, inseguridades). Cuadrado recuerda que es necesario valorar en qu¨¦ situaciones aparece ese exceso de sudor y qu¨¦ hace el adolescente ante las primeras se?ales para dar la mejor respuesta a cada caso: ¡°Hay que ofrecerle seguridad en s¨ª mismo y t¨¦cnicas de control emocional que le ayuden a manejar, en la medida de lo posible, este problema¡±.
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