El misterio de los dolores de crecimiento: sin consenso m¨¦dico ni causa clara
Las molestias suelen aparecer de noche y no afectan a la vida normal, pero no hay unanimidad entre los m¨¦dicos con respecto a ellas; de hecho, ni siquiera est¨¢ demostrado que se deban a que los ni?os crezcan
Es muy posible que a usted, que lee este art¨ªculo, un pediatra o un m¨¦dico de familia le diagnosticase durante su infancia o su primera adolescencia dolores de crecimiento. ¡°Eso es que est¨¢s creciendo¡±, le habr¨¢ a?adido, con menos credibilidad de la que otorga la bata blanca, alg¨²n familiar, repitiendo un lugar com¨²n bastante extendido: que crecer duele. Es muy posible que, si usted tiene hijos, ellos tambi¨¦n hayan recibido el mismo diagn¨®stico; una valoraci¨®n que tambi¨¦n recibir¨¢n con mucha probabilidad los hijos de sus hijos.
Alrededor de uno de cada tres ni?os y ni?as son diagnosticados de dolores de crecimiento. Seg¨²n el doctor Pedro Gorrotxategui, vicepresidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa de Atenci¨®n Primaria (AEPap), estos dolores de crecimiento tienen unas caracter¨ªsticas espec¨ªficas: ¡°Normalmente, afectan a ni?os y ni?as de entre 5 y 12 a?os, que refieren un dolor nocturno mal localizado, sobre todo en los miembros inferiores. Este dolor se pasa solo o con masajes de los padres, no va acompa?ado de otros s¨ªntomas a?adidos y a la ma?ana siguiente ya no est¨¢n, por lo que no impide a los menores hacer vida normal¡±. El pediatra reconoce, eso s¨ª, que este no es un diagn¨®stico como el de una amigdalitis. Aqu¨ª no hay rastro de estreptococo en la garganta. Ninguna bacteria o virus al que agarrarse con certeza.
Esa falta de evidencia siempre ha puesto en entredicho el propio concepto de dolores de crecimiento. Seg¨²n cuenta en un art¨ªculo la doctora Rachel Y. Moon, editora en uno de los blogs de las revistas cient¨ªficas de la Academia Americana de Pediatr¨ªa, cuando era estudiante de Medicina un profesor le explic¨® que los dolores de crecimiento son utilizados en muchas ocasiones como un diagn¨®stico de exclusi¨®n. Es decir, cuando un ni?o refiere s¨ªntomas como los anteriormente citados pero el resto del examen m¨¦dico es normal, se le diagnostica de dolores de crecimiento. Sin embargo, cuenta la doctora que, posteriormente, en su carrera tuvo otros maestros y compa?eros que le ofrecieron definiciones diferentes.
¡°Muchas veces, cuando un ni?o tiene dolor por la noche y no se encuentra una causa clara y, por supuesto, se han descartado otras causas, acaba siendo diagnosticado precisamente por eso, porque no se encuentra otra causa¡±, coincide la doctora Marta Salom, jefa de secci¨®n de la Unidad de Cirug¨ªa Ortop¨¦dica y Traumatolog¨ªa Infantil del Hospital Universitari i Polit¨¨cnic La Fe de Valencia y presidenta de la Sociedad Espa?ola de Ortopedia Pedi¨¢trica (SEOP). Salom destaca que para ese diagn¨®stico es importante que durante el d¨ªa el ni?o no refiera dolor y que pueda hacer una vida completamente normal, tambi¨¦n en el ¨¢mbito deportivo.
La poca especificidad del concepto, unida precisamente a la sensaci¨®n de que se utiliza como diagn¨®stico de exclusi¨®n, llev¨® a un grupo de investigadores australianos a realizar una exhaustiva revisi¨®n cient¨ªfica para intentar discernir de qu¨¦ se habla cuando se habla de dolores de crecimiento. Los resultados de esta revisi¨®n, que analiz¨® casi 150 estudios cient¨ªficos, fueron publicados a finales del pasado julio en la revista Pediatrics con dos conclusiones principales: no hay claridad ni unanimidad en la literatura m¨¦dica respecto a lo que define el dolor de crecimiento y este dolor ni siquiera est¨¢ claro que se deba al crecimiento.
Seg¨²n explican en el art¨ªculo, los autores encontraron un nivel de coincidencia ¡°extremadamente pobre¡± entre los estudios analizados en lo referente a la base para este diagn¨®stico. El componente m¨¢s consistente fue el dolor en las extremidades inferiores, citado en un 50% de las fuentes, seguido por el dolor vespertino o nocturno (48%), el curso epis¨®dico o recurrente de los dolores (42%) y la evaluaci¨®n f¨ªsica normal (35%).
No hay, por tanto, un consenso claro sobre lo que caracteriza a los dolores de crecimiento. Sin embargo, para Mary O¡¯Keeffe, autora principal del estudio, fisioterapeuta e investigadora postdoctoral en el Instituto de Salud Musculoesquel¨¦tica de la Universidad de S¨ªdney, ¡°lo m¨¢s impactante¡± es que, con base en los resultados de la revisi¨®n, todo hace indicar que el concepto ser¨ªa, a todas luces, inapropiado. ¡°Es bastante sorprendente dada la popularidad del t¨¦rmino. Cuando escuchamos el concepto de dolores de crecimiento inmediatamente pensamos en el crecimiento como una causa, pero despu¨¦s de revisar 147 estudios para aclarar el diagn¨®stico ?el 93% de ellos (136 estudios) ni siquiera mencionan el t¨¦rmino crecimiento!¡±, explica por correo electr¨®nico a EL PA?S.
¡°Actualmente, no se sabe cu¨¢l es la causa, pero como ocurre en ni?os en crecimiento se les denomina dolores de crecimiento. En todo caso, no est¨¢ demostrado que sea la causa directa¡±, sostiene tambi¨¦n la doctora Marta Salom, que no obstante considera que el concepto puede ser ¨²til para definir estas dolencias si se tiene en cuenta que solo se produce en ni?os que est¨¢n en desarrollo, aunque esa no sea la causa.
No opina lo mismo O¡¯Keeffe, que sugiere utilizar otros conceptos como dolor inespec¨ªfico o dolor benigno: ¡°Mencionar la palabra crecimiento es incorrecto cuando no hay evidencia para atribuir el dolor al crecimiento. Necesitamos hacer m¨¢s para comprender los factores que contribuyen a este dolor y brindar mejores explicaciones a los ni?os y a los padres, lo que tambi¨¦n incluye realizar investigaciones de alta calidad sobre la relaci¨®n entre el crecimiento y el dolor¡±.
El riesgo para la autora del an¨¢lisis es que este diagn¨®stico enmascare o retrase el diagn¨®stico de otra patolog¨ªa m¨¢s grave. ¡°Si bien es raro, el dolor infantil puede ser un signo de una enfermedad m¨¦dica grave¡±, reconoce O¡¯Keeffe, que considera vital escuchar con atenci¨®n el relato que hacen el ni?o y sus padres sobre la experiencia del dolor. ¡°Los m¨¦dicos deben monitorear cuidadosamente el patr¨®n de dolor y la posible mejor¨ªa. ?Parece agravarse con cierta actividad? ?Sigue un patr¨®n particular a lo largo del d¨ªa o no? ?El ni?o presenta otras enfermedades? Si el dolor de un ni?o no mejora y perturba su vida cotidiana, debe tomarse en serio y tratarse en consecuencia¡±, asegura.
¡°Para poder diagnosticar un dolor de crecimiento lo primero es excluir otras causas de dolor en los ni?os. Para ello, es imprescindible que sean valorados por un especialista en traumatolog¨ªa¡±, coincide Salom. ¡°No podemos hacer una radiograf¨ªa o una anal¨ªtica a todos los ni?os que refieren los s¨ªntomas que atribuimos a los dolores de crecimiento¡±, rebate por su parte el doctor Pedro Gorrotxategui, que es partidario de realizar estas pruebas a aquellos ni?os y ni?as que despierten m¨¢s dudas en el diagn¨®stico y, en todo caso, hacer un seguimiento al resto, pidiendo a madres y padres que ante cualquier signo de alarma vuelvan a consulta.
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