Misofon¨ªa: por qu¨¦ mi hijo odia algunos sonidos y qu¨¦ puedo hacer
El s¨ªndrome de sensibilidad selectiva al sonido no es una man¨ªa, es un trastorno que se inicia alrededor de los 12 a?os y puede causar una respuesta emocional muy intensa y negativa as¨ª como s¨ªntomas fisiol¨®gicos, condicionando la vida tanto de quien lo sufre como de sus familiares
¡°Algunos sonidos cotidianos, como el masticar, tragar, toser, respirar, teclear o arrastrar los pies, pueden generar una intolerancia extrema en las personas que tienen misofon¨ªa¡±, explica Celia Incio del R¨ªo, psic¨®loga sanitaria especializada en este trastorno. El tambi¨¦n conocido en el ¨¢mbito cl¨ªnico como s¨ªndrome de sensibilidad selectiva al sonido (SSS) es un fen¨®meno poco estudiado cuyo inicio se da alrededor de los 12 a?os y puede causar en quienes lo sufren, seg¨²n esta profesional, ¡°una respuesta emocional muy intensa y negativa, caracterizada por una elevada ira y ansiedad acompa?ada de s¨ªntomas fisiol¨®gicos, como aumento de la tasa card¨ªaca, sudoraci¨®n, rigidez muscular, presi¨®n y calor en el pecho¡±.
¡°Adolescentes y j¨®venes en consulta relatan que los primeros episodios los recuerdan asociados a un sonido y a un familiar concretos: un hermano al respirar, el padre al comer, silbar¡¡±, detalla Incio. Mientras que algunos obtuvieron comprensi¨®n en sus familiares y ayuda, seg¨²n la experta, un porcentaje m¨¢s alto refiere haber recibido burlas o broncas frente a sus manifestaciones. Asimismo, resalta que los padres, madres o hermanos que deciden buscar ayuda profesional se topan con un total desconocimiento por parte de los profesionales de la salud. ¡°Es importante estar atentos a las conductas de ira, ansiedad o evitaci¨®n que puede sufrir el menor y, sobre todo, analizar el modo de actuar tanto emocional como fisiol¨®gico que presenta el sujeto y respecto a qu¨¦: un sonido, un gesto u otro disparador¡±, se?ala Incio. Seg¨²n enfatiza, la misofon¨ªa no es un capricho ni una man¨ªa: ¡°Quien experimenta estas sensaciones sufre y merece atenci¨®n. Sin juicios ni reproches podremos actuar de sost¨¦n y encontrar las respuestas que nos permitan buscar ayuda especializada¡±.
Incio explica que la percepci¨®n del est¨ªmulo desencadena una respuesta autom¨¢tica de lucha o huida. En los casos m¨¢s graves, ni?os y j¨®venes tienen conductas violentas hacia el emisor de ese sonido o hacia s¨ª mismos. ¡°Muchas personas que sufren misofon¨ªa optan por aislarse en la medida de lo posible, desencadenando graves consecuencias en la vida familiar, social y laboral, as¨ª como en su salud mental¡±, contin¨²a. La especialista expone que en Espa?a se han realizado algunos estudios preliminares sobre su prevalencia, aunque el n¨²mero de participantes y su corto alcance hace que a¨²n no existan datos representativos. Mientras, seg¨²n se?ala, de otros pa¨ªses se obtienen datos m¨¢s fiables: ¡°En Alemania, un estudio titulado La prevalencia de la misofon¨ªa en una encuesta poblacional representativa en Alemania, de 2024, concluye que un 12% de los participantes report¨® s¨ªntomas de misofon¨ªa que interfieren significativamente con su calidad de vida¡±. Y otro elaborado en 2023 en el Reino Unido, explica la experta, denominado Misofon¨ªa en el Reino Unido: prevalencia y normas del S-Five en una muestra representativa del Reino Unido, determin¨® que el 18% de la poblaci¨®n podr¨ªa estar afectada por este s¨ªndrome.
David Ezpeleta Ech¨¢varri, neur¨®logo en el Hospital Universitario Quir¨®nsalud de Madrid, detalla que los ni?os con esta condici¨®n reaccionan con respuestas desmedidas de desagradado, sudoraci¨®n y elevaciones de la tensi¨®n arterial o temperatura. S¨ª puede haber s¨ªntomas anticipatorios y de evitaci¨®n: ¡°Si un ni?o tiene misofon¨ªa en relaci¨®n con el ruido que hace un familiar al masticar, los s¨ªntomas pueden aparecer minutos antes de sentarse a la mesa. Por esa circunstancia, pueden comer a una hora distinta del resto de la familia o hacerlo en otra habitaci¨®n¡±, ejemplifica.
Seg¨²n indica Ezpeleta, los sonidos que m¨¢s les perjudican suelen ser los de familiares cercanos (padres, hermanos, abuelos), aunque en algunos casos tambi¨¦n derivan de animales u objetos ¡ª¡°como el ruido de un motor lejano o el pasar de un avi¨®n, pero es lo menos habitual¡±¡ª. El doctor asegura que este s¨ªndrome puede aparecer aislado o ser s¨ªntoma de otras enfermedades, como el trastorno obsesivo-compulsivo, el s¨ªndrome Gilles de la Tourette, ciertos tipos de autismo, la ansiedad, la depresi¨®n o el consumo de sustancias. ¡°Es importante remarcar que, frente a algunas circunstancias, como situaciones de estr¨¦s, alto consumo de caf¨¦ o falta de sue?o, podemos tener se?ales misof¨®nicas de forma puntual. No obstante, el odio a los sonidos es una patolog¨ªa que se mantiene en el tiempo, consistente y que condiciona su vida y la de sus familiares¡±, aclara.
¡°Es una patolog¨ªa bastante desconocida para la gente en general que suele confundirse con la hiperacusia¡±, comparte Sergio Arques Egea, psiquiatra del Centro M¨¦dico de Vithas Castell¨®n. ¡°En la misofon¨ªa las reacciones intolerantes y desproporcionadas a ciertos sonidos son independientes de la intensidad. La hiperacusia sucede cuando se perciben sonidos de volumen muy elevado y hay dolor en los o¨ªdos. Tambi¨¦n conviene distinguirlo de la fonofobia, que se trata del miedo a determinados sonidos¡±, incide el especialista.
Para Arques, quienes presentan esa condici¨®n suelen tener unos rasgos de personalidad m¨¢s ananc¨¢sticos u obsesivos y rumiadores. ¡°Algo les molesta, se centran en eso, se agobian m¨¢s y entran en un c¨ªrculo vicioso¡±, apunta. Seg¨²n explica tambi¨¦n el psiquiatra, cuando se experimenta esa hipersensibilidad al ruido se produce una mayor irritabilidad, enfado, nerviosismo y pueden aparecer trastornos de conducta o inhibiciones. Y subraya que los ni?os con este s¨ªndrome tienen menos control en sus rabietas o ira.
Incio explica que el tratamiento de este s¨ªndrome se basa en t¨¦cnicas espec¨ªficamente dise?adas para paliarlo: ¡°Entrenamiento de la atenci¨®n, manejo de las reacciones emocionales y fisiol¨®gicas asociadas al sonido/movimiento, y el cambio de estrategias de evitaci¨®n como el uso de tapones o auriculares (promueven la sensibilizaci¨®n y mayor focalizaci¨®n en los sonidos desencadenantes) por estrategias m¨¢s adaptativas que no limiten la vida de la persona¡±. Con estas t¨¦cnicas, seg¨²n se?ala, se podr¨ªa conseguir pr¨¢cticamente su desaparici¨®n, acabando con las limitaciones que hasta entonces hab¨ªa supuesto. ¡°Adem¨¢s, se precisa una intervenci¨®n individualizada que permita identificar y trabajar en las variables personales que agravan la misofon¨ªa, como la presencia de emociones asociadas a la culpa, injusticia o frustraci¨®n; la flexibilizaci¨®n de aquellas caracter¨ªsticas de personalidad obsesivas y perfeccionistas, ansiedad y/o bajo estado de ¨¢nimo¡±, prosigue, ¡°y erradicar las estrategias inadecuadas para su regulaci¨®n o una autoimagen negativa relacionada con su sufrimiento¡±.
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