C¨®mo afrontar que tu hijo se vaya a estudiar al extranjero
Cuando un adolescente se va de casa se deben abordar las dudas y preocupaciones que surgen, desde la adaptaci¨®n al nuevo pa¨ªs hasta la comunicaci¨®n a distancia. Mientras est¨¦ fuera, es importante permitirle vivir su propia vida, cometer errores, frustrarse y asumir las consecuencias de sus acciones
Con la llegada de la adolescencia y la etapa de Educaci¨®n Secundaria algunos j¨®venes consideran la posibilidad de estudiar un cuatrimestre o incluso un curso completo en otro pa¨ªs. Estudiar en el extranjero es una oportunidad incre¨ªble que no siempre est¨¢ al alcance de todos, aunque existen programas de intercambio cultural m¨¢s asequibles, como el de Rotary. Independientemente del programa y del destino escogido, vivir y formarse en una cultura diferente es una experiencia extraordinaria. Si los j¨®venes sienten curiosidad por tener una vivencia internacional, seguramente encontrar¨¢n oportunidades en alg¨²n momento de sus vidas. Durante sus estudios superiores, por ejemplo, a trav¨¦s de programas como el Erasmus o de otro tipo, ya que muchas universidades ofrecen planes de intercambio en el extranjero. En cualquier caso, cuando los hijos se marchan de casa por un periodo largo esto supone un proceso de ajuste tanto para la familia como para el estudiante. Surgen emociones y dudas que no pueden ser ignoradas.
?Se adaptar¨¢ al nuevo pa¨ªs, a las nuevas costumbres, amigos y sistema educativo? ?C¨®mo se enfrentar¨¢ a vivir con una nueva familia, en caso de ser menor? ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ con su habitaci¨®n y las cosas que deja atr¨¢s en casa? ?Con qu¨¦ frecuencia mantendr¨¢ contacto? ?Qu¨¦ se puede esperar que aprenda durante su estancia? ?Volver¨¢ muy cambiado? Estas son preguntas leg¨ªtimas y sus respuestas variar¨¢n dependiendo del momento en que se marchen.
Los ajustes emocionales que tanto los padres como los hermanos y el estudiante deben hacer son necesarios e importantes. Personalmente, he experimentado estas sensaciones en varias ocasiones: cuando mis hermanos se marcharon a cumplir con el servicio militar, cuando me fui a estudiar a la universidad compartiendo piso con otras estudiantes, en los a?os en que hemos acogido au pairs y estudiantes de intercambio, y ahora que ha llegado el momento de que mis hijos abandonen el hogar. Las experiencias previas, ya sean como protagonistas o como espectadores, pueden ayudar a los padres a anticipar lo que ocurrir¨¢ durante el tiempo que su hijo vivir¨¢ en el extranjero. Si vive con una nueva familia, tendr¨¢ que aceptar sus costumbres y muy probablemente asumir responsabilidades que no se les suelen exigir a los ni?os en las familias espa?olas, como lavar su ropa o preparar su comida.
Cuando se marchan, dejan atr¨¢s a sus amigos, su habitaci¨®n (que para algunos es todo un santuario), sus consolas y objetos preciados. Que los hermanos utilicen sus cosas sin su permiso puede generar conflictos, por lo que es importante acordar desde el principio qu¨¦ suceder¨¢ con sus pertenencias durante su ausencia. Los propios hermanos tambi¨¦n necesitar¨¢n ajustarse emocionalmente. A veces se pierde la conexi¨®n que ten¨ªan, dejan de hablarse o, si ten¨ªan una mala relaci¨®n, pueden sentir alivio (y al mismo tiempo culpabilidad) por la partida del hermano.
En la actualidad, los m¨®viles facilitan enormemente la comunicaci¨®n, pero eso no significa que los padres deban convertirse en una interrupci¨®n constante en la vida de sus hijos. Aceptar su ritmo de comunicaci¨®n, estar ah¨ª cuando lo necesiten y esperar a que respondan o hablen cuando les parezca bien puede resultar complicado para algunos. Por otro lado, estar permanentemente conectados, escuchando quejas o sentimientos de nostalgia de los hijos puede generar bastante estr¨¦s e incluso arrepentimiento. Mientras est¨¦n fuera, es importante permitirles vivir su propia vida, cometer errores, frustrarse y asumir las consecuencias de sus acciones. Un intercambio representa un paso acelerado hacia la vida adulta, aderezado con choques culturales y ling¨¹¨ªsticos. Aprenden un nuevo idioma, pero, sobre todo, ampl¨ªan sus horizontes y se abren a la interculturalidad. Se convierten en personas diferentes, tanto f¨ªsica como intelectualmente.
La llamada ¡°regla de las 4 Ds¡± (derivada de las palabras inglesas Drugs, Driving, Dating y Decorating) establece lo que est¨¢ prohibido para los menores mientras est¨¢n en el extranjero. Esto es: consumir drogas y alcohol, conducir, mantener relaciones sexuales o sentimentales y hacerse tatuajes o piercings. Sin embargo, como madre anfitriona, s¨¦ que existe una alta probabilidad de que estas reglas se incumplan en alg¨²n momento. Esperar que los hijos las cumplan todas al marcharse es tal vez poco realista. Estas reglas m¨¢s bien parecen dise?adas para ser desobedecidas. De hecho, desde el momento en que se le proh¨ªbe algo a un adolescente eso, a menudo, se convierte en m¨¢s atractivo. No es raro que regresen con un tatuaje, un piercing o habiendo tenido alg¨²n rollete.
Cada uno conoce a su hijo o hija y sabe qu¨¦ esperar. Si en casa son reservados, es poco probable que llamen a diario. Si sol¨ªan salir de fiesta, considerando la permisividad hacia el alcohol en Espa?a, es probable que hayan probado bebidas antes de su partida. Sin embargo, en otros pa¨ªses, como Estados Unidos, donde la edad legal para consumir alcohol es de 21 a?os, incumplir esa norma puede llevar a la expulsi¨®n del programa.
Ver la habitaci¨®n vac¨ªa, asumir su ausencia y permitirles vivir su propia vida requiere aceptaci¨®n y ajuste. Al regresar, los j¨®venes encontrar¨¢n cambios en el hogar y en las relaciones familiares. Reencontrarse con amigos antiguos sabiendo que no volver¨¢n a ver a aquellos que conocieron en el extranjero puede generar inicialmente cierto choque y sensaci¨®n de extra?eza. En pocos d¨ªas todo se normalizar¨¢.
En definitiva, cuando un hijo se marcha, tanto la familia como el estudiante enfrentan desaf¨ªos y deben realizar ajustes emocionales. Es importante anticipar y abordar las dudas y preocupaciones que surgen, desde la adaptaci¨®n al nuevo pa¨ªs hasta la gesti¨®n de pertenencias y la comunicaci¨®n a distancia. Permitirles vivir su propia experiencia, aceptar su crecimiento y abrirse a nuevas culturas y aprendizajes son aspectos clave durante el proceso. Aunque puede haber momentos de nostalgia y choque, incluso al regresar, la experiencia deja una huella profunda en la vida de los j¨®venes que sin duda merece la pena.
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