Carta a mi hijo con discapacidad: ?Por qu¨¦ la libertad y la culpa tienen que ir de la mano?
Poder decidir cuidarte y pasar tiempo contigo es la mayor muestra de libertad que existe. ?Cu¨¢ntos desear¨ªan poder hacer lo mismo con sus seres queridos y no pueden por diferentes motivos?
Querido Alvarete,
Muchas veces me siento atrapado por la situaci¨®n que vivimos. Veo c¨®mo la vida va pasando y c¨®mo con ella se van perdiendo oportunidades de disfrutarla, de saborearla. A¨²n me siento joven, rebosante de energ¨ªa y no me faltan ilusiones, pero, sin embargo, no puedo disponer de mi vida como me gustar¨ªa. En definitiva, tengo planes y dispongo de las capacidades para llevarlos a cabo, pero carezco de la libertad necesaria.
Si por un momento flaqueara y me dejara llevar por la melancol¨ªa, esa que insistentemente llama a mi puerta con cada decepci¨®n que vivo, acabar¨ªa entrando en un mundo de tinieblas. Un mundo donde no existe la esperanza, convirti¨¦ndome en una especie de zombi que sobrevive arrastr¨¢ndose por el mundo, pero que dej¨® de vivir en el mismo instante en que perdi¨® la esperanza.
Cuando moment¨¢neamente gozo de esa libertad que a?oro me cuesta horrores disfrutarla, siento como si algo no estuviera bien, como si fallara a mis obligaciones. Me siento desorientado y necesito un tiempo para acostumbrarme a la situaci¨®n, y cuando lo hago he de volver a mi realidad. La experiencia pasa dejando tras de s¨ª una sensaci¨®n compleja de definir, ya que coexisten la alegr¨ªa y la culpa, entrelazadas de tal manera que cuesta separarlas. Toda esta situaci¨®n que limita mis movimientos, que me frustra y que me hace sentir como un reo, me lleva a pensar, como he dicho antes, que carezco de libertad, lleg¨¢ndome incluso a tentar otras vidas m¨¢s sencillas, por disponer, aparentemente, de la libertad de la que carezco. La melancol¨ªa me tienta con lo que m¨¢s deseo para quitarme la esperanza.
?Pero qu¨¦ es la libertad? Seg¨²n el fil¨®sofo franc¨¦s Montesquieu, ¡°la libertad no consiste en hacer lo que uno quiere, sino en tener el derecho de hacer lo que uno debe¡±. Me gusta mucho esta reflexi¨®n porque me ayuda a poner en perspectiva toda la situaci¨®n que vivimos y a darme cuenta de que la libertad trasciende la mera licencia de satisfacer nuestros deseos personales. Deber¨ªa darme cuenta de que poder decidir cuidarte y pasar tiempo contigo es la mayor muestra de libertad que existe. ?Cu¨¢ntos desear¨ªan poder hacer lo mismo con sus seres queridos y no pueden por diferentes motivos? La vida es pura exigencia y solo de este modo la disfrutaremos plenamente. Saber y poder hacer lo que uno debe es un regalo que pocos consiguen apreciar.
¡°Hemos perdido la capacidad de alegrarnos y tenemos que volver a adquirirla, poco a poco¡ todo nos parece irreal¡ ?Cu¨¢ntas veces, en los a?os pasados, nos han enga?ado los sue?os!¡±, sentenci¨® Viktor Frankl, neur¨®logo, psiquiatra y fil¨®sofo austriaco. Precisamente, no ser capaz de distinguir los sue?os de la realidad, no querer buscar un sentido a lo que vivimos y hacerlo en los sue?os, puede llevarnos a un estado de decepci¨®n, en el que perdamos esa capacidad de alegrarnos con las cosas buenas que nos pasan.
No es la ausencia de sufrimiento lo que debemos buscar, ser¨ªa irreal, sino la habilidad para elevarnos por encima de ¨¦l, utiliz¨¢ndolo como una v¨ªa para el crecimiento personal y espiritual. Entonces, y solo entonces, seremos capaces de transformar las tribulaciones en una oportunidad de forjar una vida con significado.
Hoy tengo claro cu¨¢les son mis prop¨®sitos y c¨®mo estos van forjando y dando sentido a mi vida. Sin ese convencimiento todo ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil, puede que imposible, pero, gracias a ¨¦l, la carga es m¨¢s ligera y se lleva con otra actitud. Tu madre, tus hermanas y t¨² sois mi prop¨®sito angular y alrededor de ¨¦l surgen los dem¨¢s, que no dejan de ser metas volantes por las que hay que pasar para poder llegar a la principal.
Recuerdo que, cuando era m¨¢s joven, mis prop¨®sitos eran distintos, m¨¢s centrados en uno mismo, m¨¢s ego¨ªstas. El tiempo me ha ense?ado que todo lo que realmente merece la pena gira alrededor del amor y sin amor nada merece la pena. Por eso, no concibo otro sentido a mi vida que el de servir a mis seres queridos y no puedo imaginar mayor gloria que conseguirlo con ¨¦xito.
Ahora, por fin, puedo decir bien alto que no hay persona m¨¢s libre que yo.
Te quiero,
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