Lorenzo C¨®rdova: ¡°Decir ¡®el INE debe morir¡¯ recuerda el tono de los peores experimentos antidemocr¨¢ticos¡±
El presidente del organismo y el periodista Ernesto N¨²?ez reflexionan con EL PA?S sobre los procesos electorales: ¡°Para que la democracia no se acabe hay que cuidarla¡±
Cada proceso electoral es el punto de partida para un ciclo pol¨ªtico, pero al mismo tiempo representa el balance de una etapa de crecimiento de una sociedad. La salud de una democracia, escribi¨® Jos¨¦ Ortega y Gasset, depende en ¨²ltima instancia de un ¡°m¨ªsero detalle t¨¦cnico¡±. Esto es, el procedimiento electoral. Ese mecanismo es la principal garant¨ªa para una convivencia pac¨ªfica y, por eso, reflexionar sobre unas elecciones y sus reglas supone tambi¨¦n tomar el pulso al Estado de derecho. Es lo que hacen Lorenzo C¨®rdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), y el periodista Ernesto N¨²?ez en La democracia no se construy¨® en un d¨ªa (Penguin Random House), un libro que bucea en la celebraci¨®n de las elecciones de 2018, que cerraron el primer ciclo de la reforma de 2014 y auparon al poder al actual presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador.
Los autores repasan la historia reciente entremezclando cr¨®nica y ensayo en un texto que, en definitiva, es un alegato a favor de la democracia y una invitaci¨®n a cuidarla. Sobre todo ahora, cuando falta menos de un mes para los comicios de junio y en medio de las presiones del poder ejecutivo, los ataques directos del presidente y del partido de Gobierno, Morena, contra las instituciones electorales. En conversaci¨®n con EL PA?S, C¨®rdova y N¨²?ez analizan el proceso de 2018 y hablan del clima de polarizaci¨®n por el que atraviesa M¨¦xico.
2018 y ¡°la tercera alternancia¡±
¡°Las elecciones del 2018 son el proceso electoral no solamente m¨¢s grande en su momento y m¨¢s complejo en muchos sentidos, sino que adem¨¢s son las que cierran el primer ciclo de vida de la reforma electoral de 2014, que da origen a una transformaci¨®n muy importante en t¨¦rminos institucionales¡±, explica el presidente del INE. ¡°Entonces, 2018 no solamente es emblem¨¢tico porque se propicia la tercera alternancia en la presidencia de la Rep¨²blica, porque por primera vez una fuerza pol¨ªtica sedicente de izquierda llega al poder, sino adem¨¢s porque de alguna manera el 2018 sirve para cerrar y hacer el primer balance de la reforma de 2014 y del rol del INE como rector del sistema nacional de elecciones¡±. N¨²?ez resalta la idea de que esas elecciones cierran m¨¢s bien ¡°varios ciclos hist¨®ricos¡±, uno de ellos de cincuenta a?os, si se toma como referencia el movimiento de 1968.
El mismo t¨ªtulo da la idea de ese viaje progresivo. Decir que la democracia no se construy¨® en un d¨ªa, en opini¨®n de C¨®rdova, ¡°no es neutro¡±. ¡°Es tambi¨¦n una toma de posici¨®n frente a aquellas posturas que nosotros definimos como creacionistas de la democracia, que creen que la democracia naci¨® en un momento determinado por generaci¨®n espont¨¢nea, por alg¨²n evento... El 2018 tiene relevancia para otros temas, no para la construcci¨®n de la democracia. Es un punto de partida para otras cosas, nuevas pol¨ªticas p¨²blicas, de manera de afrontar grandes problemas estructurales de pobreza, desigualdad corrupci¨®n, impunidad, inseguridad. En t¨¦rminos de construcci¨®n democr¨¢tica, el 2018 es un punto de llegada, no de partida¡±. contin¨²a el presidente de la autoridad electoral, que en las ¨²ltimas semanas ha sufrido el acoso del presidente, de la c¨²pula de Morena y de pol¨ªticos como el exaspirante al Gobierno de Guerrero, F¨¦lix Salgado Macedonio, por unas resoluciones desfavorables para el partido.
Cambia el pa¨ªs, no las reglas
Seg¨²n C¨®rdova, con vistas a la votaci¨®n de junio, en la que los mexicanos renovar¨¢n la C¨¢mara de Diputados, las gubernaturas de 15 de las 32 entidades federativas y miles de cargos locales, el clima ha cambiado solo en parte. ¡°Estamos a la mitad de nuevo Gobierno, de una nueva pol¨ªtica p¨²blica para afrontar los problemas nacionales. Desde ese punto de vista, las elecciones son lo que son los procesos electorales en un contexto democr¨¢tico: es decir un espacio donde no solamente los ciudadanos eligen a sus representantes y a sus gobernantes, sino que tambi¨¦n premian las pol¨ªticas p¨²blicas. En esto lo que ha cambiado es el propio pa¨ªs, lo que no ha cambiado es la calidad y las condiciones de nuestro sistema democr¨¢tico en estricto sentido del sistema electoral¡±.
El jurista recuerda el paradigma de la Transici¨®n espa?ola, en la que, tras la muerte del dictador, en pocos a?os los dos principales partidos de ese momento, el PSOE y el PP, llegaron al poder por la v¨ªa de las urnas. ¡°En M¨¦xico hemos tardado m¨¢s, la l¨®gica de la transici¨®n mexicana es mucho m¨¢s pausada, gradual, pero ello no significa que no haya habido una transici¨®n tan profunda como en otros casos. En nuestro tiempos y con nuestros ritmos, pero M¨¦xico en t¨¦rminos electorales es un M¨¦xico radicalmente distinto al de hace 30 a?os. Lo que el libro se propone, sobre todo ahora que hay quien est¨¢ hablando de reformas electorales, es una reconstrucci¨®n hist¨®rica de nuestro pasado reciente. Cuando uno discute su futuro como sociedad son muy importantes los asideros hist¨®ricos¡±.
-Y precisamente ahora que hay un ambiente de reforma de los ¨®rganos electorales, ?temen esos cambios o les parecen oportunos?
-D¨¦jeme jugar con el t¨ªtulo: la democracia no se construye en un d¨ªa, pero s¨ª se puede acabar muy r¨¢pido, y la verdad que es que ejemplos a lo largo de la historia del ¨²ltimo siglo abundan. Para que la democracia no se acabe hay que cuidarla, y creo que el libro en buena medida muestra tambi¨¦n, parafraseando a Hes¨ªodo, que la construcci¨®n de nuestra democracia es ¡°el trabajo y los d¨ªas¡±. Es decir, todo lo que nos cost¨® construir esto, que no fue sencillo, que no fue lineal, pero que en t¨¦rminos generales sigui¨® esa estrella polar de transitar hacia la democracia y asentar un r¨¦gimen que es el ¨²nico r¨¦gimen que la humanidad en t¨¦rminos civilizatorios ha encontrado para convivir de manera pac¨ªfica, pero eso se nos puede acabar en cualquier momento.
Los ataques al INE
A estas palabras de C¨®rdova N¨²?ez a?ade una reflexi¨®n sobre la discusi¨®n p¨²blica. ¡°Creo que lo que ha cambiado es el ambiente de intolerancia, de crispaci¨®n, que habr¨¢ que ver c¨®mo se resuelve¡±. En medio de este clima, el INE y su presidente han sido blanco de ataques feroces del oficialismo. El responsable de la autoridad electoral no quiere en absoluto convertirlo en una cuesti¨®n personal, aunque reconoce que ¡°cuando empiezan a cundir y a volverse de uso cotidiano expresiones, referidas a instituciones que no son de uno, como ¡®el INE debe morir¡¯ o ¡®el INE debe ser exterminado¡¯, eso recuerda el tono o el discurso que se fue poco a poco generalizando en los momentos que antecedieron a los peores experimentos antidemocr¨¢ticos de la historia reciente de la humanidad.¡±
-?Y es pertinente una reforma electoral?
-Para empezar llama mucho la atenci¨®n que en plena campa?a electoral est¨¦n planteando reformas electorales y, sobre todo, como respuesta a una serie de decisiones. Cuando un ¨¢rbitro tiene que tomar decisiones siempre genera incomodidad, a m¨ª me gusta citar a Galeano cuando dice que el ¨¢rbitro est¨¢ condenado a quedar mal con todos. Si desde las gradas algunos simpatizantes de un equipo, ahora, por utilizar el s¨ªmil, de alguna fuerza pol¨ªtica, creen que las decisiones del ¨¢rbitro les favorecen, entonces desde la tribuna se grita ¨¢rbitro justo. En cuanto no, desde la tribuna se grita ¨¢rbitro vendido. Y es muy curioso c¨®mo los mismo pasaron de celebrar las decisiones a gritar ¨¢rbitro vendido¡±, reflexiona C¨®rdova, para quien deber¨ªa haber al menos cuatro condiciones para acometer una reforma. En primer lugar, ¡°que las reglas sean producto de un debate informado¡±; en segundo lugar, que la reforma no sea una simple contrarreforma para echar al traste lo conseguido hasta ahora; en tercer lugar, un diagn¨®stico que ahora no se tiene; y en cuarto lugar, que la mejora del sistema sea fruto de un consenso amplio.
Con todo, la observaci¨®n de C¨®rdova y N¨²?ez no arroja un panorama catastrofista. ¡°Se pretende valorar ese esfuerzo que no es de una persona, no de un partido, no es de un movimiento, no es de una ideolog¨ªa, es un esfuerzo de una sociedad al igual que muchas otras que han transitado a la democracia que en alg¨²n momento de su historia deciden apostar por la construcci¨®n de ciertas condiciones que son las ¨²nicas que permiten convivir¡±.
La presi¨®n no es una novedad
-?Tiene el clima de presi¨®n alg¨²n precedente?
-De entrada, s¨ª. Absolutamente, s¨ª. No debe perder de vista que este es un sistema presidencial. Recuerda que el primer Instituto Federal Electoral (IFE), que nace en 1990 durante seis a?os fue presidido por el secretario de Gobernaci¨®n. L historia de la autoridad electoral pasa precisamente por eso, por sustraer al Ejecutivo la capacidad de incidir en los procesos electorales. As¨ª que la respuesta es clara: s¨ª. Casos hay much¨ªsimos... Toda la historia de nuestra transici¨®n ha sido justamente frenar al Ejecutivo. Lo que hoy estamos viendo no es nada in¨¦dito. Claro que tenemos a un Ejecutivo bastante proclive a intervenir en los procesos electorales, pero el IFE en dos ocasiones determin¨® que Felipe Calder¨®n, siendo presidente, hab¨ªa violado la Constituci¨®n. El INE, en 2015, determin¨® que Pe?a Nieto, siendo presidente, hab¨ªa violado la Constituci¨®n. Lo que hoy estamos viviendo es, dig¨¢moslo as¨ª, una etapa nueva, pero congruente con todo lo que ha venido pasando en t¨¦rminos de funcionalidad.
¡°En el libro¡±, concluye el presidente del INE, ¡°decimos que la democracia es una construcci¨®n colectiva. Creo que valdr¨ªa la pena un corolario, la defensa de la democracia tambi¨¦n es una labor colectiva¡±. Y en su opini¨®n ¡°hay razones para ser optimistas¡±. ¡°Lo importante es lograr vencer esa intolerancia, esa divisi¨®n que se est¨¢ provocando en la propia sociedad, que no es propia de nuestro pa¨ªs, y que sin lugar a dudas, es un riesgo para la regresi¨®n de la democracia, pero creo que hay suficientes elementos para ser optimistas. Somos optimistas¡±.
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