Las ciudades enterradas de Tlatelolco
El Centro Cultural Universitario inaugura un espacio para reinterpretar todas las vidas del m¨ªtico barrio del norte de Ciudad de M¨¦xico
El arquitecto Mario Pani cambi¨® para siempre el norte de Ciudad de M¨¦xico, pero no puso la primera piedra. Visionario del orden en una ciudad inabarcable, su proyecto de edificios multifamiliares en Tlatelolco abri¨® las puertas de M¨¦xico al futuro del urbanismo en los sesenta, pero tambi¨¦n enterr¨® parte de la memoria de una antigua ciudad mexica. Entre las ruinas del ¨²ltimo basti¨®n de la resistencia anticolonial, Tlatelolco se levanta como uno los barrios m¨¢s tradicionales del norte de la capital. Su Plaza de las Tres Culturas tiene fama mundial por mezclar las ruinas de la ciudad mexica, uno de los templos cat¨®licos m¨¢s antiguos de la ciudad, y los edificios del ansia moderna de mediados del siglo XX. Pero Tlatelolco tambi¨¦n es famosa por sus fantasmas. La memoria de la masacre al movimiento estudiantil en v¨ªsperas de las Olimpiadas de 1968 es su cicatriz m¨¢s visible.
Hoy, el Centro Cultural Universitario de Tlatelolco (CCUT) busca poner en disputa la fama de Tlatelolco como aquel lugar l¨²gubre. ¡°Tlatelolco nunca ha sido un espacio vac¨ªo. A pesar de la tragedia y sus conflictos, siempre ha estado habitado¡±, cuenta Luc¨ªa Hern¨¢ndez, arque¨®loga y coordinadora de muestras del CCUT. ¡°?Por qu¨¦ Tlatelolco sigue llam¨¢ndose as¨ª y la gente que la habita se dice tlatelolca? Nadie en el centro se hace llamar tenochca, y a un habitante del sur no se le cruza por la cabeza llamarse cuicuilca. Hay una permanencia en el esp¨ªritu del barrio, y eso es lo que buscamos representar¡±, dice Hern¨¢ndez, cuyo equipo inaugura este 30 noviembre el Xaltilolli, un espacio cultural que huye de la palabra museo y propone una interpretaci¨®n viva del barrio.
¡°Yo odi¨¦ a Pani durante mucho tiempo, despu¨¦s lo empec¨¦ a entender¡±, dice Hern¨¢ndez, que no esconde un amor profundo por la zona. ¡°?l pens¨® en arrasar con la zona arqueol¨®gica. Su l¨®gica era la modernidad¡±.
Tlatelolco, al borde del gran pantano que hoy entierra la capital mexicana, se fund¨® en 1338, 13 a?os despu¨¦s de Tenochtitlan. En su centro ceremonial, Cuauht¨¦moc mantuvo el ¨²ltimo basti¨®n mexica, antes de la ca¨ªda del imperio ante la colonia espa?ola. Hoy, 67 estructuras de la que un d¨ªa fue una imponente ciudad mexica hacen su zona arqueol¨®gica, y cuatro museos de la ciudad se reparten algunos de sus restos.
La colonizaci¨®n empez¨® a borrar esa herencia con la construcci¨®n del Camino Real de tierra adentro, que articul¨® el comercio y la miner¨ªa entre la capital y hasta lo que hoy es Santa Fe, en Estados Unidos, saliendo de Tlatelolco v¨ªa Guanajuato, Zacatecas, Quer¨¦taro y Chihuahua. Uno de sus puentes permanece hoy en la avenida Flores Mag¨®n, frente a un supermercado.
El siglo XX marc¨® el barrio entre la construcci¨®n de los gigantes urban¨ªsticos, la masacre del movimiento estudiantil en la v¨ªspera de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1968, y el temblor de 1985 que colapso edificios como el Nuevo Le¨®n, 15 pisos de viviendas familiares. El espacio Xaltilolli propone un recorrido entre las alianzas y tensiones que marcaron cada momento de la historia del barrio. ¡°Nuestro eje es entender su vida para resignificarlo¡±, afirma Hern¨¢ndez. ¡°No queremos la narrativa de siempre: el ¨²ltimo basti¨®n de Cuauht¨¦moc, la masacre del 68, el lugar donde se cay¨® el Nuevo Le¨®n. ?Qu¨¦ m¨¢s es Tlatelolco fuera de esta historia? Deber¨ªa ser un concepto vivo. Es un lugar donde hubo muerte, pero tambi¨¦n hay mucha tradici¨®n cultural y mucha vida¡±.
Xaltilolli, explica el subdirector acad¨¦mico del CCUT, Ander Azpiri, es una palabra n¨¢huatl que significa mont¨ªculo de arena. Ante una maqueta de m¨¢s de cinco metros que recoge las cinco vidas del barrio ¡ªsus lagos, la ciudad mexica, la urbanizaci¨®n de la colonia, un centro econ¨®mico ferrocarrilero y el barrio que hoy todav¨ªa muta en los edificios sesenteros¡ª Azpiri defiende que Tlatelolco es mucho m¨¢s que la masacre de estudiantes y la panacea del mestizaje posterior a la colonia. ¡°Tlatelolco es una historia entrelazada entre su suelo, sus transformaciones urbanas y sus crisis sociales¡±, dice este artista visual y coordinador de proyectos culturales. ¡°La maqueta busca crear un espacio de interacci¨®n para poner en disputa el espacio que habitamos y su transformaci¨®n en historias, memorias y resistencias¡±.
¡°La memoria es algo que se construye continua y pluralmente¡±, zanja Aspiri. ¡°Uno la hace no por recordar, sino para enfrentar el presente. Por eso nos interesa la memoria antes que la historia¡±.
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