El millonario mexicano que incendia las redes
Ricardo Salinas Pliego, uno de los hombres m¨¢s ricos de Am¨¦rica Latina, se ha convertido en un fen¨®meno medi¨¢tico con una estrategia en redes que combina las formas de Trump y Bukele con recetas neoliberales
Ser millonario en M¨¦xico era hasta ahora una combinaci¨®n de habilidad empresarial, v¨ªnculos pol¨ªticos y discreci¨®n, mucha discreci¨®n. En un pa¨ªs con profundas desigualdades econ¨®micas y problemas de seguridad por miedo a los secuestros o las extorsiones, los billonarios juegan a esconderse y a no lucir m¨¢s de lo necesario. La publicaci¨®n de la revista Forbes es un dolor de muelas anual de la que no pueden escapar. Si ello se a?ade la pobreza, la discreci¨®n tiene un componente ¨¦tico. Ofender lo menos posible por si alg¨²n d¨ªa el bumer¨¢n del agravio se vuelve contra el se?alado. Todo era as¨ª hasta la irrupci¨®n del empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego. Desde que hace un a?o y medio tom¨® el control de sus redes sociales, Salinas Pliego (Ciudad de M¨¦xico, 1955) el tercer hombre m¨¢s rico de M¨¦xico, despu¨¦s de Carlos Slim y Germ¨¢n Larrea, ha convertido Twitter en su plataforma pol¨ªtica y en el ring de boxeo desde donde distribuye recetas neoliberales, ofrece lecciones de superaci¨®n, salda cuentas con sus enemigos, critica los impuestos, las medidas anticovid o, sencillamente, publica una foto de su yate donde pregunta a sus seguidores hacia qu¨¦ playa apunta la proa.
Desde su cuenta de Twitter, con casi un mill¨®n de seguidores, Salinas Pliego, due?o de empresas como Elektra, dedicadas a la venta de electrodom¨¦sticos a plazos; Banco Azteca, enfocado en personas de bajos recursos; o TV Azteca, la segunda televisi¨®n m¨¢s vista del pa¨ªs, no tiene pudor en criticar a los perdedores que no se levantan tras un fracaso, los que echan la culpa a los dem¨¢s o los presos que comen de sus impuestos y no trabajan. Con esta estrategia, en menos de un a?o ha dejado de ser un millonario m¨¢s a convertirse en un fen¨®meno medi¨¢tico que incendia la red con cada tuit.
Salinas Pliego contesta personalmente a muchos usuarios que le aplauden, le piden consejo, se quejan por un cobro indebido o por la suciedad en una sucursal. En el mismo hilo puede llamar ¡°pendejo¡± a un trabajador despedido, exigir a un alto directivo una soluci¨®n inmediata o burlarse del BBVA o el Citibank por una ca¨ªda del sistema. A muchos responde con argumentos, explicaciones o, directamente, insultos que acompa?a de memes y gifs. Da igual que sea un simple cliente o una inspecci¨®n fiscal. Su estrategia digital dibuja la figura de un l¨ªder resolutivo, que conoce los problemas de la gente, exige responsabilidades a sus subordinados y utiliza el lenguaje de la calle. Sus tuits combinan recetas ultra neoliberales con expresiones como ¡°a chingarle duro¡±, ¡°p¨®ngase a chambear¡± o ¡°desviado¡±, cuando quieren atacar a alguien que considera homosexual. Durante los meses m¨¢s duros de la pandemia, cuando medio mundo estaba confinado, fue la ¨²nica gran empresa que mantuvo siempre abiertas las puertas de sus tiendas.
Su ¨²ltima provocaci¨®n la lanz¨® el 24 de diciembre cuando defendi¨® las bondades de la desigualdad como motor social. ¡°La desigualdad no solo es inevitable, sino que es necesaria para el progreso de la sociedad. Los intentos de transformar a la sociedad para que todos ¡®encajen en el mismo molde¡¯ inevitablemente nos llevaran a la tiran¨ªa¡±, escribi¨® el d¨ªa de Nochebuena una de las diez personas m¨¢s ricas de Am¨¦rica Latina, heredero de un conglomerado fundado por su abuelo y con una fortuna superior a los 12.500 millones de d¨®lares, seg¨²n Forbes.
Las dos frases del multimillonario lo convirtieron en tendencia y la discusi¨®n trascendi¨® las redes. Aunque no fue uno de sus tuits con m¨¢s likes, s¨ª fue de los m¨¢s comentados. El debate surgi¨® entre quienes ven en ¨¦l un exitoso empresario, creador de 180.000 puestos de trabajo, que se atrevi¨® a romper la tiran¨ªa del discurso pol¨ªticamente correcto y quienes le reprocharon que ¡°sin la miseria de la mayor¨ªa, no existir¨ªa la riqueza de la minor¨ªa¡±, le escribi¨® un usuario.
Para muchos fue irritante el mensaje en un pa¨ªs con 53,3 millones de pobres y una gran desigualdad abonada por empresarios como ¨¦l. Seg¨²n el economista Gerardo Esquivel, Salinas Pliego ¡ªbeneficiado por distintas privatizaciones¡ª es parte del ¡°selecto grupo¡± de empresarios que se han favorecido del poco crecimiento de M¨¦xico en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. ¡°Mientras el PIB per c¨¢pita crece a menos del 1% anual, la fortuna de los 16 mexicanos m¨¢s ricos se multiplica por cinco¡±, se?ala Esquivel en el estudio Concentraci¨®n del Poder Econ¨®mico y Pol¨ªtico. Despu¨¦s del pol¨¦mico tuit de Navidad, Mau Ort¨ªz, una seguidora, le reproch¨®: ¡°Tuiteando desde el privilegio¡±. ¡°Y usted desde su miseria¡±, le contest¨® el empresario.
Pero m¨¢s all¨¢ del debate sobre desigualdad, Salinas Pliego se ha convertido un fen¨®meno sociol¨®gico que pone fin al silencio y el oscurantismo que rodea a las grandes fortunas latinoamericanas. Su ostentaci¨®n rompe con la tradici¨®n de las fortunas octogenarias donde la discreci¨®n es un valor. La vulgar exhibici¨®n de Salinas Pliego contrasta con el silencio de los Larrea, Aramburuzabala o Slim, otro billonario que vive a pocos kil¨®metros de su casa. Carlos Slim, de 81 a?os, el rico entre los ricos, conduce su coche, apenas lleva escolta y no oculta que creci¨® tras el mostrador de la mercer¨ªa familiar o que estudi¨® en la universidad p¨²blica (UNAM).
Ese modelo se vino abajo con Salinas Pliego que exhibe sin pudor un perfil que combina el discurso de Friedman, las maneras de Trump y las frivolidades millennial de Bukele. Precisamente Salinas ha encontrado en el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, un aliado en su misi¨®n evangelizadora sobre las virtudes de la criptomoneda ahora que el empresario ha desembarcado en el mundo del Bitcoin. Su estrategia dio resultado y el d¨ªa que anunci¨® que sus tiendas comenzar¨ªan a cobrar en bitcoin, la cotizaci¨®n subi¨® un 6%.
Al margen del provocador tuit del 24 de diciembre, Salinas Pliego utiliza cada martes las redes para hacer recomendaciones literarias para ser feliz, sentirse realizado o alcanzar el ¨¦xito en los negocios. Entre sus ¨²ltimas recomendaciones est¨¢n Di¨¢logo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu, de Maurice Joly, o ?Por qu¨¦ funciona el liberalismo?, de Nansen McCloskey, y su libro favorito es, oh sorpresa, El arte de la guerra. Si es viernes Salinas Pliego escribe sobre los a?os del whisky que est¨¢ saboreando o el sufrimiento de su perrita tras un viaje en helic¨®ptero.
El licuado ideol¨®gico ha calado como una f¨®rmula exitosa que lo ubica en muchas encuestas como presidenciable, el outsider liberal que puede salvar M¨¦xico en las elecciones de 2024 tras el tsunami estatista de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. No hay tuit que publique en el que sus seguidores no lancen siempre la misma pregunta: ?Quiere ser presidente?, a lo que una y otra vez responde con un contundente ¡°NO¡±. ?l, sin embargo, no descansa ni un d¨ªa en lanzar recetas para arreglar la vida de los asalariados, del ¨®rgano electoral (INE), de la pandemia o de los carentes de entusiasmo. Sus recetas combinan consejos econ¨®micos y psicol¨®gicos. Davos con los libros de autoayuda.
La exitosa estrategia parecer¨ªa impecable si no tuviera dos peros. A nivel nacional es uno de los empresarios que m¨¢s dinero debe al Estado en impuestos y en cuanto a su estrategia de redes, se ha descubierto que falsifica likes y retuits.
Este mes se supo que la estrategia digital del empresario tiene truco. A principios de diciembre Twitter elimin¨® decenas de cuentas debido a que operaban como bots para defender a empresas de Grupo Salinas y a su due?o, dijo el Observatorio de Internet de la Universidad de Stanford. El observatorio public¨® un an¨¢lisis en el que detect¨® que gran n¨²mero de estas cuentas publicaban contenido de manera orquestada y que muchas compart¨ªan nombres muy similares. La cuenta m¨¢s citada en la red de bots fue @RicardoBSalinas y al menos desde 134 perfiles se lanzaron mensajes de apoyo al empresario o ataques a los cr¨ªticos.
En lo que a los impuestos se refiere, el Grupo Salinas tiene unos 15 casos abiertos con la hacienda p¨²blica (SAT) y es una de las empresas m¨¢s reacias a ponerse al corriente de pago, reconoci¨® Raquel Buenrostro, la implacable funcionaria encargada de la recaudaci¨®n en el Gobierno de L¨®pez Obrador, en una entrevista con EL PA?S en su despacho. Seg¨²n Buenrostro, que evalu¨® la deuda en unos 40.000 millones de pesos, Salinas Pliego forma parte del peque?o grupo de empresarios d¨ªscolos que no han sucumbido a las presiones y se han negado una y otra vez a pagar enviando todo a tribunales. A quienes le reclamaron en sus redes que pague sus impuestos les respondi¨®: ¡°No pienso pagar un r¨¢bano¡±.
Su respuesta, sin embargo, no ha alterado en nada su cercan¨ªa al poder y el empresario forma parte del grupo de asesores econ¨®micos de L¨®pez Obrador. Una relaci¨®n en la que ninguno de los dos ve nada extra?o.
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