Emiliano Monge: ¡°Alguien no enloquece como si se tropezara, eso se va construyendo en el tiempo¡±
El escritor mexicano hila en ¡®Justo antes del final¡¯ un homenaje a la figura de la madre en un viaje al pasado que compone memoria e imaginaci¨®n
De un lado est¨¢n los recuerdos de una mujer, la protagonista de una vida y al mismo tiempo de una novela. Del otro, la memoria del narrador. En medio, el mundo fluye, con sus hallazgos, sus acontecimientos, que son los mismos para todos y, sin embargo, pueden significar algo distinto para cada uno. Y luego est¨¢ la imaginaci¨®n, la literatura. Emiliano Monge (Ciudad de M¨¦xico, 1978) construye en Justo antes del final (Random House) un homenaje a la figura de la madre y la historia que la acompa?¨® desde 1947, o la que ella decidi¨® despu¨¦s en el M¨¦xico de las ¨²ltimas d¨¦cadas. El autor, que este fin de semana participa en el Hay Festival de Quer¨¦taro, bucea en el pasado y explora los l¨ªmites de lo que llama ¡°latencia de la locura¡±, pero tambi¨¦n el valor de los cuidados, el alcance de la vitalidad y la capacidad de volver a empezar. La familia no es un territorio nuevo para Monge, que ya viaj¨® por las vidas de su abuelo y su padre en No contar todo. Pero ahora se atrevi¨® con algo profundamente ¨ªntimo, los alrededores de la mente.
Pregunta. ?Cu¨¢l fue el resorte que dio pie a la narraci¨®n?
Respuesta. Desde antes de escribir No contar todo, dudaba si ah¨ª no hac¨ªa falta el lado materno. Al final, cuando descubr¨ª que era una novela sobre la masculinidad, entend¨ª que ese lado quedaba fuera. Entonces sab¨ªa que en alg¨²n momento escribir¨ªa la otra mitad del c¨ªrculo. Luego vino esta novela y part¨ª, primero que nada, de la idea de distanciarla. Por eso, la decisi¨®n de que no haya nombres propios. Es m¨¢s amplia, pero tambi¨¦n mucho m¨¢s ¨ªntima. Curiosamente, el sacar los nombres me permiti¨® una intimidad mayor. Y si es cierto que el tema de No contar todo, m¨¢s all¨¢ de la relaci¨®n del padre y del abuelo, es la de las violencias y de la masculinidad, ac¨¢ est¨¢ el asunto de la latencia de la locura. Y hay una especie de reconocimiento y homenaje a una figura mucho m¨¢s central que es la de la madre. El reto era escribir lo micro, o sea, la historia m¨¢s peque?ita y as¨ª llegar a la intimidad de una mujer.
P. ?C¨®mo se ha relacionado con los recuerdos y c¨®mo los ha compaginado con la imaginaci¨®n?
R. Me relacion¨¦ de varias maneras, porque de alg¨²n modo el narrador est¨¢ contando lo que le contaron a ¨¦l. Est¨¢n los recuerdos del narrador, est¨¢n los recuerdos de la madre y est¨¢n los recuerdos, que a veces son contradictorios, de los hermanos o del c¨ªrculo cercano de la madre. Es decir, es como un flujo de recuerdos diferentes. Adem¨¢s, yo tengo el m¨ªo, el del escritor, entonces hab¨ªa tamizarlos. Y de alg¨²n modo tambi¨¦n est¨¢ el recuerdo de la historia general, el recuerdo de lo que ha sido, de lo que ha pasado en el mundo. Pero ante cada oraci¨®n, cada p¨¢gina, cada p¨¢rrafo uno est¨¢ tirando volados con una moneda que tiene de un lado la cara de la memoria y del otro la cara de la imaginaci¨®n, y que va cayendo indistintamente. Obviamente yo no habl¨¦ con todas las personas que salen. Hay una construcci¨®n de los recuerdos desde la imaginaci¨®n y hay tambi¨¦n una construcci¨®n de la imaginaci¨®n a partir de los recuerdos que no est¨¢n en la novela, que son los del escritor.
P. Y ah¨ª hay un solapamiento a partir del 78, cuando nace el narrador.
R. Adem¨¢s ¨¦l est¨¢ devolviendo el relato. Es decir, lo que recibi¨® para construir la historia se lo est¨¢ devolviendo de alg¨²n modo al primer emisor o a uno de los primeros emisores, que es la madre. Entonces ah¨ª hay una construcci¨®n de recuerdo, imaginaci¨®n y recuerdo otra vez.
P. Otro personaje sin nombre propio es el de la locura. A menudo se piensa en la locura como estallido, pero aqu¨ª se ve de otra forma.
R. La protagonista habla de esto en uno de los pocos momentos en los que s¨ª aborda de manera frontal ese tema. Dice justo que alguien no enloquece de un d¨ªa para otro. No es algo que sucede como si te tropezaras o te enfermar¨¢s de gripa. Es una cosa que se va construyendo a lo largo del tiempo. Y la locura es as¨ª, es una construcci¨®n mucho m¨¢s larga. Luego los s¨ªntomas pueden aparecer m¨¢s como raptus, pero lo que hay debajo es lo que va ablandando el suelo. El terremoto tira los edificios, pero los tira tambi¨¦n el lago, la memoria del agua en el suelo que lleva reblandeciendo la tierra much¨ªsimo tiempo.
P. ?Por qu¨¦ ese hilo de la locura?
R. A m¨ª el tema me parec¨ªa interesant¨ªsimo, no solamente por el hecho de que mi abuelo fuera el perito del juicio de Goyo C¨¢rdenas [un asesino serial mexicano], o su trabajo en un manicomio, sino sobre todo por pensar que mi madre trabaj¨® toda su vida con otras formas de discapacidad, desde el autismo hasta la sordera. Yo de alg¨²n modo trabajo con personajes que no existen y, al final, construir un personaje tambi¨¦n es dotar de orden a un caos. A m¨ª siempre me ha parecido fundamental que los temas est¨¦n respaldados por la manera en la que los cuentas, que haya un eco, que haya una tensi¨®n entre c¨®mo cuentas y qu¨¦ cuentas. Si en No contar todo estaba buscando trazos de amor, ac¨¢ creo que m¨¢s bien part¨ª desde la certeza de que sab¨ªa donde estaba el amor y qu¨¦ pod¨ªa pasar con eso. Es decir, ac¨¢ el cuidado, el cuidado de s¨ª, de los otros, es central.
P. Eso es uno de los motores de la narraci¨®n, pero tambi¨¦n lo es el miedo, el temor.
R. La latencia de la locura es tambi¨¦n el temor a la locura. Yo sigo y seguir¨¦ marcado por ese temor al enloquecimiento de la gente cercana y de uno mismo. Hay un tema que a m¨ª me cuesta mucho resolver. Ante amigos, las crisis o las tragedias de gente cercana s¨¦ c¨®mo actuar, casi siempre, s¨¦ acompa?ar. Y en cambio, con el tema de la locura me cuesta mucho. Me alejo de la gente que est¨¢ cerca. Es algo que trato de explicarme en esta novela y que he visto que tambi¨¦n le suced¨ªa al personaje principal ?Eso por qu¨¦? ?C¨®mo funciona? No lo s¨¦. Es como la presencia de un abismo, la presencia como de un hueco en la realidad que sabes que est¨¢ ah¨ª, que en cualquier momento podr¨ªa decidir succionarte o succionar a la gente que est¨¢ cerca. Y me aterra.
P. ?Por eso esa amenaza casi siempre est¨¢ sugerida?
R. Eso es lo que siente el narrador, lo que siente el escritor y lo que siento yo. Tambi¨¦n lo que siento yo con ese tema es que es dif¨ªcil de tratar con asertividad o nombrar con grandilocuencia, porque es un tema muy escurridizo. Es decir, la locura no es una persona con camisa de fuerza, eso una caricaturizaci¨®n.
P. Cada descripci¨®n tiene rasgos distintos.
R. Ah¨ª hay un esfuerzo por escribir sobre la locura de un modo particular, y hay tambi¨¦n una voluntad de contar la locura en cada uno de los momentos. Es decir, no es lo mismo como se trataba con electroshocks que como se trata como con las pastillas o con la farmac¨¦utica y c¨®mo se trata con el amor o el cuidado. Es decir, ha ido evolucionando y las reacciones de quienes se enfrentaban a la locura en ciertos momentos son m¨¢s violentas que en otros.
P. Hay una palabra muy desgastada, que es resiliencia. La novela, en cambio, remite m¨¢s a la vitalidad, al apego a la vida.
R. Eso era importante para m¨ª. En medio del momento de mayor oscuridad sigue habiendo un hilo de luminosidad que no es otro que el de la vitalidad de un personaje que una y otra vez, a lo largo de la novela, se rearma, se reconstruye, se impone, vuelve a empezar y ense?a a los dem¨¢s. Pero adem¨¢s, no solamente a s¨ª misma. Reconstruye, rearma y dota de herramientas para enfrentarse al mundo, a muchas m¨¢s personas, no solamente a sus hijos.
P. ?Cu¨¢n desnudo se siente?
R. Mucho m¨¢s que con el otro libro. Mucho m¨¢s. Es curioso. Con el otro libro siento que desnud¨¦ a los dem¨¢s. Y a una parte de m¨ª, por supuesto, s¨ª. Pero con esta, mucho m¨¢s.
P. ?Y qu¨¦ dice la protagonista?
R. La verdad es que as¨ª como me sorprendi¨® la reacci¨®n de mi padre con No contar todo, en un tono cari?oso que nunca me esper¨¦, con mi madre tambi¨¦n me sorprendi¨® de una manera que no esperaba. Primero estuvo mucho tiempo diciendo que no lo iba a leer. Y despu¨¦s se enter¨®, porque alguien se lo dijo, de la escena en la que el personaje principal se caga. Entonces estuvo mucho tiempo dici¨¦ndome ¡®oye, no puede ser, hazme hacer lo que sea, pero esto no¡¯. Y al final se lo ley¨® en dos d¨ªas, no pudo parar. Lo que me sorprendi¨® es que me dijo que desde el principio hab¨ªa podido leer el libro como si no fuera ella. Que la hab¨ªa atrapado, que se hab¨ªa metido tan adentro que de pronto dec¨ªa que quer¨ªa seguir para ver qu¨¦ pasaba. Y luego se acordaba y dec¨ªa: yo s¨¦ qu¨¦ pasa.
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