La Casa de las ?guilas del Templo Mayor reabre tras m¨¢s de un a?o de trabajos
El retiro y remplazo del techo de la zona arqueol¨®gica, que cay¨® tras una violenta tormenta de granizo en abril de 2021, ha demorado m¨¢s de un a?o y medio
La Casa de las ?guilas, el recinto que serv¨ªa a la nobleza mexica, el tlatoani y su corte, construido por etapas, igual que su imponente vecino, el Templo Mayor, por fin tiene techo. La lluviosa noche del 29 de abril de 2021, la techumbre de acero que proteg¨ªa el edificio del siglo XV, ricamente decorado y de primera importancia en la vida religiosa de Tenochtitlan, se hab¨ªa aplastado en forma de libro sobre el piso, despu¨¦s de una granizada violenta. Gracias a los dioses, la tormenta no da?¨® nada fundamental de la estructura arqueol¨®gica. Ha pasado un a?o, seis meses y 17 d¨ªas para que el techo fuese retirado y despu¨¦s remplazado. Este martes, la Casa de las ?guilas ha reabierto al p¨²blico con una nueva cubierta e infraestructura modernizada.
Tambi¨¦n ha sido renovada la reja perimetral. Las techumbres del Templo Rojo, Norte y Sur, los inmuebles con m¨¢s pintura mural de la zona arqueol¨®gica, y el que cubre la segunda etapa constructiva de la vieja pir¨¢mide del Templo Mayor, el Huey Teocalli, est¨¢n siendo remplazadas y permanecen cubiertos en lo que transcurre su mantenimiento. La cubierta de los guerreros ¨¢guila, que ahora es m¨¢s grande, resistente y ligera, cost¨® unos 14 millones de pesos (unos 722.600 d¨®lares), pagados por la aseguradora contratada por el INAH. Mientras que se destinaron siete millones de pesos (m¨¢s de 350.000 d¨®lares) para la sustituci¨®n preventiva de las cubiertas de los Templos Rojos y de la segunda etapa del Huey Teocalli.
¡°Tras 19 meses de un trabajo excepcional del Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (INAH), la Casa de las ?guilas abre sus puertas para recibir al p¨²blico. Como nunca en nuestro pa¨ªs se ha invertido en la preservaci¨®n y conservaci¨®n de estos espacios que representan la Grandeza Cultural de M¨¦xico. Gracias al presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador por el compromiso con las huellas del pasado arqueol¨®gico e hist¨®rico de M¨¦xico¡±, dijo la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, en una conferencia ofrecida en el Museo del Templo Mayor, donde estaba presente, adem¨¢s, el director general del INAH, Diego Prieto Hern¨¢ndez, as¨ª como de autoridades del Museo y de la Zona Arqueol¨®gica del Templo Mayor.
¡°El Templo Mayor y todo nuestro Centro Hist¨®rico forman un gran espacio vivo, org¨¢nico y que siempre se estar¨¢ manifestando. Lo que nos corresponde en nuestro tiempo es preservarlo y legarlo a las futuras generaciones¡±, dijo la secretaria de Cultura. El antrop¨®logo Jos¨¦ Luis Perea, secretario t¨¦cnico del INAH reconoci¨® el trabajo multidisciplinario que permiti¨® que ahora la Casa de las ?guilas cuente con una nueva cubierta, la cual ¡°no solo lega al edificio prehisp¨¢nico una infraestructura que soporta de mejor manera los eventos naturales, gracias a su pendiente y sus drenes, sino que, incluso, usa materiales m¨¢s resistentes y, a su vez, ligeros¡±. Las cubiertas fueron ideadas por el c¨¦lebre arquitecto Pedro Ram¨ªrez V¨¢zquez, art¨ªfice de piezas arquitect¨®nicas emblem¨¢ticas de M¨¦xico ¡ªcomo el Estadio Azteca, el Museo de Antropolog¨ªa, la nueva Bas¨ªlica de Guadalupe o el Palacio Legislativo de San L¨¢zaro¡ª y hab¨ªan soportado los grandes terremotos de 1985 y 2017, pero las granizadas y sus 40 a?os de vida han hecho que los tubos que sostienen los techos est¨¦n angulados y obsoletos.
¡°Les informamos que a partir de hoy est¨¢ abierta al p¨²blico la Casa de las ?guilas para su visita, mientras que la Etapa II y los Templo Rojos, Norte y Sur, estar¨¢n cubiertos por mantenimiento de la infraestructura moderna. Agradecemos su comprensi¨®n¡±, dijo en un comunicado el Museo del Templo Mayor. El Templo Rojo, Norte y Sur, los inmuebles con m¨¢s pintura mural de la zona arqueol¨®gica; y el que cubre la segunda etapa constructiva de la vieja pir¨¢mide del Templo Mayor, el Huey Teocalli, el m¨¢s grande despu¨¦s del que cubr¨ªa la Casa de las ?guilas, est¨¢n en espera de un nuevo techo, inspirado tambi¨¦n en el trabajo del arquitecto Ram¨ªrez V¨¢zquez.
El proceso de retirar un techo especializado en una zona de Patrimonio de la Humanidad ¨C todo el Centro Hist¨®rico de Ciudad de M¨¦xico lo es, desde 1987 ¡ª, sobre un edificio de m¨¢s de 500 a?os de antig¨¹edad, en un suelo lacustre, en zona s¨ªsmica, con lluvias recurrentes, en medio de una pandemia y con un estuco hecho con baba de nopal, piedras y un poco de arena sin da?arlo apenas ha sido una aut¨¦ntica proeza. En la tarea se involucraron, por ejemplo, Patricia Ledesma, directora del Templo Mayor; Mariana D¨ªaz de Le¨®n Lastras, jefa de restauraci¨®n del Museo; Michelle Rogel, arquitecta restauradora del Templo Mayor; Mar¨ªa del Carmen, Coordinadora del Patrimonio Cultural de INAH; la urbanista Iris Infante, responsable de obras del Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (INAH); la jefa de restauraci¨®n, Maricarmen Castro y los c¨¦lebres arque¨®logos Eduardo Matos Moctezuma y Leonardo L¨®pez Luj¨¢n. El director del INAH, Diego Prieto, y la coordinadora Nacional de Monumentos Hist¨®ricos, Valeria Valero Pi¨¦. Se sumaron arque¨®logos, restauradores, ingenieros, arquitectos y geot¨¦cnicos para tomar las decisiones sobre las maniobras para retirar y definir la nueva cubierta sin olvidar las regulaciones art¨ªsticas e hist¨®ricas del recinto.
M¨¢s que el techo, lo realmente importante para los arque¨®logos, conservadores e historiadores eran los estucos, muy fr¨¢giles y porosos. Monitorear la humedad era vital. ¡°A los propios mexicas les costaba trabajo mantener el recubrimiento en buenas condiciones¡±, resume a este diario Patricia Ledesma, directora del Templo Mayor. ¡°Tambi¨¦n nos preocupaba la policrom¨ªa al interior, de hecho, la cubierta hab¨ªa ayudado a evitar el paso de los rayos ultravioleta y resguardar los colores de los adornos¡±, explica Mariana D¨ªaz de Le¨®n Lastras, jefa de restauraci¨®n del Museo y la zona arqueol¨®gica del Templo Mayor. La primera decisi¨®n que tomaron los especialistas consisti¨® en poner un tapanco en todo el piso de la Casa de las ?guilas, un recinto que destaca por ¡°su aislamiento del exterior, su escasa iluminaci¨®n y sus reducidas dimensiones¡±, como lo describe el arque¨®logo L¨®pez Luj¨¢n, lo que nos habla de ¡°un ambiente de recogimiento adecuado para actividades como la oraci¨®n, la meditaci¨®n y la penitencia. Adem¨¢s, la rica decoraci¨®n interior nos indica que la ofrenda de sangre era una de las principales ceremonias que all¨ª se llevaban a cabo¡±. La restauradora Mariana D¨ªaz dijo que, en lo que resta de este a?o, se realizar¨¢ el cambio de las cubiertas de los Templos Rojos. El cambio de la cubierta de la Etapa II, dada la complejidad t¨¦cnica de su ejecuci¨®n, se har¨¢ en dos fases. En lo que resta de este 2022 se retirar¨¢ la cubierta actual, mientras que la nueva de 460 metros cuadrados se colocar¨¢ en el primer semestre de 2023.
La techumbre quiz¨¢ no solo proteg¨ªa la Casa de las ?guilas, sino el mito que cuenta que los mexicas recibieron la se?al de Huitzilopochtli para construir la gran Tenochtitlan. Seg¨²n la cosmovisi¨®n azteca, Huitzilopochtli ¡ªse?or de la guerra y dios del sol¡ª representado muchas veces como un guerrero ¨¢guila, condujo a los hombres hasta la tierra prometida desde Aztl¨¢n. La se?al para fundar la nueva ciudad era encontrar un ¨¢guila sobre un nopal devorando una serpiente. El lugar estar¨ªa en lo que hoy es el Z¨®calo, sobre un ojo de agua. En el contexto prehisp¨¢nico de un tiempo c¨ªclico, el fin coincid¨ªa con el principio, por lo que Aztl¨¢n ten¨ªa que ser una imagen de Tenochtitlan o viceversa. La gram¨¢tica mitol¨®gica de los tiempos en la cosmogon¨ªa azteca conjuga pasado, presente y futuro. Aztl¨¢n representa el origen y el comienzo de un recorrido inici¨¢tico que conducir¨¢ a los migrantes aztecas (luego mexicas) a Tenochtitlan, lugar de su asentamiento definitivo. El fin que justifica el medio: la Peregrinaci¨®n, consistir¨ªa en seguir al sol, representado por Huitzilopochtli, hasta el lugar de predilecci¨®n que el dios hab¨ªa escogido para su asentamiento definitivo: M¨¦xico-Tenochtitlan.
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