El inagotable debate sobre la cancelaci¨®n
EL PA?S re¨²ne en la FIL de Guadalajara a Clara Obligado, Ariana Harwicz y Mar¨ªa Galindo para reflexionar sobre un tema que no tiene respuestas f¨¢ciles
D¨ªas antes de que empezara la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, la editorial Siglo XXI anunci¨® en Twitter que suspend¨ªa la presentaci¨®n del libro Cuando lo trans no es transgresor porque su autora, Laura Lecuona, hab¨ªa recibido ¡°amenazas¡±. La escritora mexicana dej¨® entender en la red social que se hab¨ªa sentido cancelada. Ya iniciada la feria, la periodista L¨¢urel Miranda, que hab¨ªa instado a la editorial a no ser ¡°c¨®mplice de discursos discriminatorios¡±, respond¨ªa desde el escenario a una persona del p¨²blico que le preguntaba si ¡°considera adecuado callar las voces de las mujeres¡±: ¡°La libertad de expresi¨®n no es absoluta, tiene un l¨ªmite y este l¨ªmite tiene que ver con el momento en el que se atenta contra los derechos humanos¡±.
El debate sobre cancelaci¨®n ¨Cen la literatura, el cine, el teatro, el arte en general¨C est¨¢ abierto y no tiene respuestas f¨¢ciles. EL PA?S ha reunido a tres autoras para reflexionar sobre un tema que no se agota en los 30 minutos que ha durado la conversaci¨®n: la narradora argentina Clara Obligado, de 72 a?os, que vive en Espa?a desde que se exili¨® en los setenta e introdujo en el pa¨ªs los primeros talleres de escritura creativa ¨Csu libro m¨¢s reciente es el ensayo Todo lo que crece, que edita P¨¢ginas de espuma¨C; la escritora argentina Ariana Harwicz, de 45 a?os, que en su libro Degenerado (Anagrama, 2019) da voz a un ped¨®filo feminicida sentado en el banquillo de los acusados, y la ensayista Mar¨ªa Galindo, de 58 a?os, anarcofeminista y escritora autogestiva que este a?o public¨® Feminismo bastardo con las editoriales Mantis y Canal Press.
La conversaci¨®n organizada por este peri¨®dico se realiz¨® el viernes al mediod¨ªa. Galindo ya hab¨ªa presentado el Manifiestxs Cuir, una antolog¨ªa de ¡°escrituras sexodisidentes latinoamericanas¡±; Harwicz hab¨ªa hablado con los lectores sobre su novela La d¨¦bil mental, que junto con Matate, amor y Precoz conforman una trilog¨ªa sobre las relaciones materno-filiales; Obligado participar¨ªa al d¨ªa siguiente, este s¨¢bado, en el encuentro internacional de cuentistas. La conversaci¨®n fue tensa e inc¨®moda para las autoras, que discreparon en casi todo y coincidieron, si acaso, en una cosa: el debate sobre la cancelaci¨®n es dif¨ªcil y requiere profundidad. Harwicz hizo un descargo p¨²blico en Twitter tras la entrevista: ¡°Me quisieron educar, me explicaron que pienso mal, se fue sin saludar y me cancelaron por no hablar la ¨²nica lengua posible, la de ellas¡±.
Pregunta. ?Qu¨¦ entiende cada una por cancelaci¨®n?
Ariana Harwicz. No soy experta, pero simplemente voy viendo, en Europa sobre todo, c¨®mo va mutando la figura del autor. Lo que veo en el cine y en la literatura es una especie de autocomplacencia y de actitud servil o, como est¨¢ de moda por Houellebecq, de sumisi¨®n absoluta a la doxa del momento, a la lengua oficial. Es m¨¢s f¨¢cil atacar una lengua oficial en dictadura que decir que hay una lengua oficial fascista hoy porque estamos en democracia en los pa¨ªses occidentales. Cada vez que yo dec¨ªa esto me insultaban y me dec¨ªan que no estamos con [Augusto] Pinochet, que [Jorge Rafael] Videla se fue, que yo exagero, que lo digo desde el confort de mi sill¨®n burgu¨¦s en mi casa (no tengo sill¨®n burgu¨¦s, pero presuponen eso).
Y no es tan f¨¢cil. Me dicen: ¡°?Pero qu¨¦? ?Viene tu editor y te dice no pongas que la madre es incestuosa o prostituta? No, esos mecanismos tan evidentes y r¨²sticos no existen. Es mucho m¨¢s sutil, es un coqueteo entre los autores y lo que se vende en el mercado, es aceptar propuestas de escribir libros que sean placenteros y seductores para la conformaci¨®n de cat¨¢logos. Es una especie de seducci¨®n mutua. Eso es lo que m¨¢s me impresiona, la docilidad que adoptan los artistas. Que el mercado nos pida eso no me asombra, es el mercado, a nadie nunca le gust¨® el arte. Que el artista haya cambiado, ese giro, me parece traum¨¢tico.
Clara Obligado. Tengo un discurso menos extenso probablemente. Yo veo la cultura de la cancelaci¨®n desde Espa?a, que es donde vivo. Creo que es importante desde d¨®nde vemos las cosas. Me parece que es una palabra que ha aparecido en la escena con mucha potencia. Yo la pienso m¨¢s bien dentro de feminismo y dentro de lo social. Creo que toca la literatura, evidentemente, pero a m¨ª me interesa m¨¢s el debate del feminismo. Lo veo como uno de los tantos debates y de nuestras ambig¨¹edades, que son profundamente creativas bajo mi punto de vista. Yo no estoy de acuerdo con la cultura de la cancelaci¨®n, ni tampoco estoy de acuerdo con que se pueda decir cualquier cosa. Con lo cual estoy en un punto muy intermedio. Creo que es un debate interesante, pero tampoco podemos negar una cultura que tenemos inscrita en el cuerpo.
Mar¨ªa Galindo. Yo estoy cancelada. Estoy aqu¨ª por un azar absoluto. La cancelaci¨®n se puede entender de muchas maneras. Yo creo que la cancelaci¨®n, como se la est¨¢ entendiendo solitamente, es una especie de hijo menor de la cultura del Facebook, que no es una red social, sino una red transnacional empresarial que administra las relaciones sociales. Ahora en el mundo editorial y de la cultura ?qu¨¦ hay? Hay censura, hay racismo, hay transfobia, hay exclusi¨®n, hay omisi¨®n, hay borramiento.
Y creo que eso es importante decirlo. ?A qui¨¦n mi¨¦rcoles estamos leyendo? ?A qui¨¦n mi¨¦rcoles estamos publicando? Es un c¨ªrculo vicioso que ha desencajado el lugar de los, entre comillas, las y les intelectuales y creativos de un papel pasolineano a un papel burgu¨¦s. Tengas el div¨¢n o no lo tengas. ?En qu¨¦ lugar estamos en Guadalajara? ?Estamos en el puto hotel Hilton! ?Por qu¨¦ estamos en el hotel Hilton? Porque hay una especie de sobamiento egoc¨¦ntrico y burgu¨¦s a la ¨¦lite cultural.
P. En la pr¨¢ctica, ?qui¨¦n cancela y qui¨¦n es cancelado?
Clara Obligado. Me parece interesante lo que dice ella [Mar¨ªa Galindo], que m¨¢s all¨¢ de la cultura de la cancelaci¨®n, la cancelaci¨®n est¨¢ y est¨¢ inserta en la sociedad. Cuando se habla de cultura de la cancelaci¨®n parece que hubo un mont¨®n de locas, en general, que son las que se dedican a cancelar a los que nos cancelan. Entonces se invierte el discurso y es muy dif¨ªcil hablar as¨ª. A m¨ª lo que no me gusta es, personalmente, situarme en un lugar donde s¨¦ que voy a ser atacada y no entendida de ninguna manera y por eso opto por actitudes que yo llamar¨ªa de debate, actitudes que nos permitan encontrarnos. Por eso soy menos taxativa. Para m¨ª ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil un discurso decidido, me parece m¨¢s f¨¢cil de decir tambi¨¦n.
Mar¨ªa Galindo. Coincido plenamente: donde no hay debate y donde no hay pluralismo, ese el lugar est¨¢ muerto. Ahora, ?vamos a aceptar racismo como algo debatible? ?Vamos a aceptar transfobia como algo debatible? ?Vamos a aceptar amenaza de muerte como algo debatible? Hay que diferenciar la necesidad fundamental de un lugar muy plural para debatir de lo que es este fen¨®meno del racismo, clasicismo, colonialismo, transfobia, homofobia y misoginia en los escenarios.
Ariana Harwicz. [Cuando habla de] la transfobia, ?se refiere al campo pol¨ªtico, a la vida, a la sociedad o en los textos literarios?
Mar¨ªa Galindo. Me refiero a cualquiera de estos fen¨®menos en t¨¦rminos de canon para establecer los marcos de definici¨®n donde vamos a debatir o donde vamos a crear. No estoy yendo al texto, no estoy haciendo una polic¨ªa moral¡ No voy a agarrar un texto y decir ¡°aqu¨ª hay un personaje racista¡± [porque] probablemente ese personaje racista es imprescindible para generar cualquier discurso. Otra cosa es definir los escenarios bajo un canon racista o clasista o transf¨®bico. Eso nos est¨¢ pasando todos los d¨ªas, ahora dicen que hay cancelaci¨®n. Esas formas de borramiento son formas de muy larga datas.
Ariana Harwicz. S¨ª, hay una g¨¦nesis enorme. Yo estoy en el campo literario solo hace 10 a?os. En 10 a?os, yo observo que creci¨® esta cancelaci¨®n como modus operandi cotidiano, casi como banal. Al principio ¨Chablo de las obras¨C el autor mexicano, colombiano, argentino, chileno o sueco que era cancelado suscitaba indignaci¨®n. Por ah¨ª era una impostura, pero ocurr¨ªa. Ahora es de una banalidad... Desaparece uno, desaparecen dos, desaparecen tres. ?Qui¨¦n puede ser cancelado? Cualquiera. En ese sentido, un poco c¨ªnicamente lo digo, es democr¨¢tico. No s¨¦ si van a cancelar al que vende m¨¢s.
Mar¨ªa Galindo. A Vargas Llosa, por ejemplo.
Ariana Harwicz. He visto autores cancelados que nunca me hubiera imaginado. Eran bien heteronormativos, blanquitos, heteropatriarcales¡
Clara Obligado. En Espa?a ahora hay un caso de cancelaci¨®n reciente en el teatro [una obra sobre Teresa de Jes¨²s, de Paco Bezerra, vetada por la Comunidad de Madrid]. No hay que olvidar que hay claramente una cancelaci¨®n de los que no son ni tocables ni jam¨¢s cuestionan su ideolog¨ªa. Entonces la cancelaci¨®n se aplica al rev¨¦s.
Ariana Harwicz. Pero no solamente.
Clara Obligado. No, pero se le ha prohibido su obra teatral. Eso es censura.
Mar¨ªa Galindo. Es muy importante volver a la palabra censura.
Ariana Harwicz. Despu¨¦s todos tenemos miedo. Porque a m¨ª me dijeron: ¡°No te saques una foto con tal autor de Bogot¨¢ porque dicen que es transf¨®bico, u odia a las mujeres, u odia a los hombres¡± o ¡°No te juntes con tal autora de Francia porque est¨¢ siendo cancelada por el comentario que hizo respecto a las mujeres trans o los hombres trans¡±. Entonces, hay una l¨®gica¡
Mar¨ªa Galindo. Ah¨ª yo discrepo enormemente. Yo no quiero que se banalice la transfobia ni la homofobia ni el racismo. No es una tonter¨ªa. No es en todas las direcciones. En la presentaci¨®n de Manifiestxs Cuir entre los y les escritores hab¨ªa mucho miedo de que gente viniera a querer hacer cualquier tipo de manifestaci¨®n en contra.
Ariana Harwicz. ?No lo cancelaron?
Mar¨ªa Galindo. No. Pero hab¨ªa de antemano mucho miedo. No es lo mismo el acto transf¨®bico que el acto antitransf¨®bico¡
Clara Obligado. Como machismo y feminismo no son opuestos. Exactamente.
Ariana Harwicz. El caso en Francia fue al rev¨¦s. Sali¨® un libro, El ni?o trans, o algo as¨ª, y quer¨ªan hacer toda una serie de conferencias sobre una postura que ten¨ªan ellas sobre las pol¨ªticas trans. Fueron amenazadas y fueron levantadas todas las conferencias. Es decir que s¨ª existen de los dos lados una especie de censura respecto de posiciones totalmente distintas. Pas¨® con Carolina San¨ªn en Colombia, fue terrible la grieta que se dio. Eso existe, es real. Hay cancelaciones en todas las direcciones. Despu¨¦s cada uno piensa cu¨¢l es m¨¢s justa.
Mar¨ªa Galindo. Si t¨² quieres hay dos bandos. Pero no se pueden comparar porque no son lo mismo. ?Por qu¨¦ no son lo mismo? Porque una postura de odio, de exclusi¨®n, de segregaci¨®n, de racismo, de misoginia no es equivalente a una postura feminista o cuir.
P. Mar¨ªa Galindo propon¨ªa volver a la palabra censura. ?Qu¨¦ diferencia ven entre cr¨ªtica, cancelaci¨®n y censura?
Clara Obligado. Las palabras se vac¨ªan de significado con much¨ªsima rapidez. Entonces cuando decimos cancelaci¨®n en el fondo no sabemos lo que decimos. A m¨ª me gusta usar la palabra censura, me parece que es m¨¢s directa. Ahora: no me niego a la idea de la cancelaci¨®n porque me parece que es un concepto nuevo y que nos sirve. Pero habr¨ªa que pensar que la cancelaci¨®n podr¨ªa ser en un sentido o en el otro. ?Estoy de acuerdo yo con esos modus operandi en una sociedad? Personalmente no estoy de acuerdo con que de manera caprichosa en las redes yo pueda opinar y masacrar una persona sin ning¨²n tipo de fundamento. Con ese mismo criterio se quemaron a las brujas. Pero s¨ª estoy totalmente de acuerdo con que no se pueden comparar algunas cosas. Unas cosas est¨¢n del lado de los derechos humanos y las otras no, son lo contrario. Entonces el debate tiene que ser m¨¢s profundo, no se puede mantener en ese nivel.
Ariana Harwicz. Yo insisto en la docilidad porque estoy de acuerdo con la referencia de la caza de brujas, que parece una cosa de otro tiempo y sin embargo est¨¢ ah¨ª. Vivo cerca de los pueblos y aldeas medievales donde se quemaban concretamente. La historia est¨¢ ah¨ª y el que no la quiere ver es porque le gusta negar la historia. Cuando uno dice cancelar parece una cosa muy del algoritmo, pero no: arruina las vidas. No vas a picar hielo a Siberia, pero hay gente que se suicida, las y los dejan de publicar... Es decir, que las cancelaciones son actos que perturban y arruinan las vidas. A m¨ª lo que me impresiona es que mucha gente acepta esa l¨®gica y acepta no decir tal cosa para no molestar a tal colectivo o tal movimiento o tal persona o tal derecho humano. Acepta no escribir tal cosa, no publicar tal cosa, no reeditar... Creo que en otras ¨¦pocas hab¨ªa m¨¢s esp¨ªritu combativo.
Mar¨ªa Galindo. Yo vuelvo al tema de racismo, clasicismo, colonialismo, homofobia, misoginia. Estamos hablando de eso, porque cancelaci¨®n es un t¨¦rmino muy lavado, que termina, como algunas personas lo hacen, relativizando. Es decir, cuando t¨² como lesbiana, como marica, como mujer del sur te revelas contra un canon racista, te est¨¢s defendiendo de una censura, de un borramiento hist¨®rico. Y te van a decir: ¡°No, es que t¨² quieres venir a imponer¡±. No queremos ense?ar nada, pero creo que es muy importante debatir. No es lo mismo un texto para excluir y demonizar a las trabajadoras sexuales que un texto de trabajadoras sexuales que se reivindiquen y que, por ejemplo, cuestionen que alguien hable de ellas sin ellas. Aqu¨ª estamos en el relativismo neoliberal, pero llam¨¦moslo con su nombre.
Clara Obligado. Ese es el peligro de la palabra cancelaci¨®n, que no sab¨¦s qu¨¦ demonios es.
P. ?Cu¨¢l es el lugar de las editoriales? ?Una editorial puede dejar de publicar a un autor por sus posturas o por comentarios pol¨ªticos que est¨¦n fuera de su obra?
Clara Obligado. En general las editoriales van a cancelar a un autor que no se vaya a vender bien. O sea, si sacamos el tema econ¨®mico de esa pregunta, no se puede analizar. La verdadera pol¨ªtica es a qui¨¦n se elige para publicar y cu¨¢nto vale esa publicaci¨®n, y ah¨ª se est¨¢n jugando las cosas en la literatura. Yo trabajo en peque?os grupos, con lo cual tengo otra batalla, no quiero esa batalla. Pero no confundamos ideolog¨ªa con dinero.
Mar¨ªa Galindo. Adem¨¢s hay editoriales y editoriales. Est¨¢ surgiendo algo que es una rebeli¨®n muy interesante desde hace muchos a?os, el libro autogestivo; est¨¢ surgiendo la editorial cartonera (si vamos a Buenos Aires, Uruguay, incluso Brasil); est¨¢ surgiendo con mucha fuerza la editorial peque?a independiente que necesita ir contra los grandes monstruos, empezando en Planeta, pasando por Anagrama y por supuesto Penguin Random House, que est¨¢n en una corriente de manejo mercantil capitalista, colonial, clasista del libro. Las l¨®gicas de lo que se publica y de lo que no se publica no es una clasificaci¨®n de calidad.
Ariana Harwicz. Obviamente no coincidimos en nada. Hay mucho cinismo en las editoriales, much¨ªsimo, pero no estamos descubriendo nada. No vamos a descubrir la p¨®lvora ahora o Am¨¦rica dos veces.
Mar¨ªa Galindo. Am¨¦rica no fue descubierta.
Ariana Harwicz. Por eso fue el chiste. Todo el tiempo nos infantilizan, nos corrigen en el modo, hay palabras que se pueden decir, palabras que no... Macartismo ?no? La lengua oficial, lo empec¨¦ diciendo.
Pero lo que quer¨ªa decir es que conozco las editoriales por dentro, las cartoneras y las grandes, y es verdad que hay mucho cinismo. Yo he escuchado off the record a un mont¨®n de editores diciendo ¡°vamos a publicar mujeres porque venden¡±. ?Con esto qu¨¦ quiero decir? ?Quiero que no publiquen a mujeres porque venden? No, quiero que publiquen a mujeres y a todos los que estaban invisibilizados, pero no hay que ser inocentes. Es un negocio y hay una instrumentalizaci¨®n. Hay una instrumentalizaci¨®n tambi¨¦n de los discursos de defensa de lo marginal. Es normal, es el mercado. No ser el idiota ¨²til es no entrar tambi¨¦n en eso. Es muy dif¨ªcil. Esta nota, si para algo sirve, es para mostrar lo dif¨ªcil que es.
P. ?Quieren agregar algo m¨¢s?
Ariana Harwicz. Que el arte no es una ONG; que estoy de acuerdo con la justicia social ¨Cmilit¨¦ toda mi vida por la justicia social¨C, y que estoy de acuerdo en que hay que tener conciencia social, en que estamos aburguesados, y en que es una cat¨¢strofe el neoliberalismo. Solo que no le adjudico al arte el poder de hacer justicia o tener misiones humanitarias. Justo el arte no, todo lo dem¨¢s s¨ª. No lo hace ahora, no lo hizo nunca.
Clara Obligado. Me parecen s¨²per dif¨ªciles todos los temas que hemos tratado de una manera tan sencilla. Parece imposible ponernos de acuerdo en serio porque no sabemos del todo de qu¨¦ hablamos. Yo creo que me acerco a una peque?a opini¨®n personal, no mucho m¨¢s.
Mar¨ªa Galindo. Yo invitar¨ªa a leer a [Pier Paolo] Pasolini. Creo que ubic¨® muy bien las cosas, para qu¨¦ escribir, por qu¨¦ escribir. Adem¨¢s, en un ¨¢mbito que reedita varios de los conflictos en los que estamos, que es el ¨¢mbito del fascismo, porque fue asesinado por el fascismo.
Ariana Harwicz. Y lo intentaron censurar varias veces, la Iglesia, y no cedi¨®.
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