La disputa pol¨ªtica antiaborto en Am¨¦rica: la falacia del ¡°nuevo comunismo¡± como pretexto para dinamitar derechos
Los movimientos ultra y las iglesias evang¨¦licas posicionan la lucha contra los derechos reproductivos en el centro de la confrontaci¨®n pol¨ªtica tras la estela de la sentencia del Supremo de EE UU. As¨ª funciona la guerra cultural que amenaza con un retroceso de d¨¦cadas
En septiembre de 2021, un d¨ªa despu¨¦s de que en el Estado de Texas entrara en vigor la ley antiaborto m¨¢s estricta de los Estados Unidos ¡ªque penaliza la interrupci¨®n del embarazo despu¨¦s de las seis semanas de gestaci¨®n¡ª, el semanario sat¨ªrico The Onion public¨® una noticia que reflejaba un esp¨ªritu de ¨¦poca: ¡°Nueva ley de Texas permite a los ciudadanos mantener a mujeres embarazadas como rehenes hasta que den a luz¡±. La clave de la legislaci¨®n que empez¨® a regir en Texas aquel mes era, justamente, que trasladaba la persecuci¨®n del aborto del Estado a los particulares: la estrategia fue convertirlo en un asunto civil, ofrecer una base legal para que cualquier ciudadano pudiera demandar a toda persona que hubiera ayudado a otra a abortar.
Un a?o y dos meses despu¨¦s, en el otro extremo del continente, aquella broma brutal de The Onion se volv¨ªa profec¨ªa tambi¨¦n en otras latitudes. En diciembre de 2022, en la ciudad argentina de Santa Fe, una ni?a de 12 a?os que hab¨ªa sido violada por su padre solicit¨® junto a su madre la interrupci¨®n legal del embarazo. Pero el d¨ªa programado para el procedimiento no se present¨® en el hospital. Tras una b¨²squeda de m¨¢s de 24 horas, la ni?a fue encontrada en una casa de la organizaci¨®n cat¨®lica Gr¨¢vida, donde la reten¨ªan para evitar que abortara. ¡°Queremos que se investiguen los v¨ªnculos pol¨ªticos y econ¨®micos de Gr¨¢vida, qui¨¦n est¨¢ bancando el posible secuestro de una ni?a¡±, dijo a EL PA?S una activista por los derechos reproductivos.
Entre un extremo y otro de la geograf¨ªa y de la legalidad, entre las estrategias jur¨ªdicas y la acci¨®n ciudadana directa, entre 2021 y 2023, el escenario de la lucha por los derechos reproductivos ya no es el mismo en Am¨¦rica. La disputa no es nueva, pero se ha expandido y ha ocupado un lugar en las batallas pol¨ªticas de la regi¨®n gracias a un largo proceso de alianzas, financiamiento y desarrollo de estrategias de lobbies ultraconservadores e iglesias evang¨¦licas. Para Jos¨¦ Mor¨¢n, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Cient¨ªficas y T¨¦cnicas (Conicet) de Argentina, una de esas estrategias pasa por descalificar las posiciones progresistas tradicionales identific¨¢ndolas con una suerte de ¡°nuevo comunismo¡±. Esto es, un modelo de enemigo planteado por el conservadurismo en el que la pelea no est¨¢ abocada a la lucha de clases como en el siglo XX, sino a una batalla cultural que concentra el enfrentamiento en los temas de g¨¦nero y sexualidad.
¡°Desandar ese camino tambi¨¦n va a tener que ver con desandar construcciones discursivas¡±, explica Mor¨¢n. ¡°Han intentado asociar los derechos sexuales y reproductivos con una cosa que va mucho m¨¢s all¨¢ del g¨¦nero y la sexualidad, una especie de neomarxismo¡±. Este discurso ha estado omnipresente en las contiendas electorales del continente en la ¨²ltima d¨¦cada: desde la victoria del no en el plebiscito por los acuerdos de paz con las FARC en Colombia en 2016 ¡ªaquella campa?a encabezada por el expresidente ?lvaro Uribe en la que se difundieron falsedades como que los acuerdos amenazaban la ¡°familia tradicional¡± o pretend¨ªan introducir ¡°la ideolog¨ªa de g¨¦nero¡± en la Constituci¨®n, y en cuya victoria result¨® clave el voto evang¨¦lico¡ª hasta la segunda vuelta presidencial de Brasil en octubre del a?o pasado. Entonces Lula da Silva, en un giro desesperado por ganarle el voto evangelista a Jair Bolsonaro, envi¨® una carta a l¨ªderes de iglesias explicando que su proyecto ten¨ªa ¡°un compromiso con la vida plena en todas sus etapas¡±, porque para ¨¦l ¡°la vida es sagrada, obra de las manos del Creador¡±. Bolsonaro se burl¨® entonces del cambio de postura de Lula respecto del aborto para conquistar los votos evang¨¦licos y, de manera inconsciente, se?al¨® una arista del problema: ¡°La izquierda vive de hablar mal de nuestras banderas, pero en ¨¦poca de elecciones se apasiona por ellas¡±, dijo.
En los ¨²ltimos a?os, la alianza entre pol¨ªticos conservadores y grupos cat¨®licos y evang¨¦licos ¡ªrivales hist¨®ricos que encontraron una agenda com¨²n en la oposici¨®n a los derechos reproductivos, el matrimonio igualitario y la educaci¨®n sexual¡ª ha logrado poner representantes en Parlamentos, ha impulsado movilizaciones para prohibir libros que abordan la sexualidad en las escuelas y ha presionado para frustrar los avances de los derechos LGBTI. El triunfo reciente de Gobiernos progresistas en el continente no ha disuelto el problema, sino que ha revelado su magnitud: aunque el miedo agitado por la derecha no haya sido suficiente para obtener victorias en sociedades aquejadas por necesidades sociales m¨¢s apremiantes, ha construido un n¨²cleo de poder capaz de condicionar pol¨ªticas p¨²blicas y, en algunos casos, de revertir avances.
En la campa?a presidencial de Honduras que termin¨® con la victoria de Xiomara Castro a finales de 2021, por ejemplo, la oposici¨®n hizo viral una pancarta con una caricatura de pol¨ªtica apu?alando el vientre de una mujer embarazada. Durante su intensa campa?a por el rechazo de la nueva Constituci¨®n en Chile en 2022, el pol¨ªtico ultraderechista Jos¨¦ Kast ¡ªque perdi¨® las elecciones presidenciales y ha recuperado terreno con el triunfo en los ¨²ltimos comicios de consejeros constitucionales¡ª afirm¨® falsamente que la Convenci¨®n Constituyente permit¨ªa el aborto ¡°hasta los nueve meses de embarazo¡±.
El fen¨®meno no es nuevo, pero a lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas, a medida que empezaban a perder influencia en Estados Unidos, los lobbies ultraconservadores ampliaron su campo de batalla en el continente: extendieron redes en Am¨¦rica Latina, donde encontraron mayores probabilidades de obtener resultados en pol¨ªticas p¨²blicas y una tierra f¨¦rtil para incidir en la regulaci¨®n de los derechos reproductivos. ¡°Estamos viendo que a las iglesias evang¨¦licas conservadoras les est¨¢ siendo bastante f¨¢cil conseguir adeptos¡±, indica el investigador Javier Corrales, docente en Amherst College.
Durante el ¨²ltimo Congreso Mundial de Familias celebrado en octubre 2022 en Ciudad de M¨¦xico, Joe Grogan, exdirector del Consejo de Pol¨ªtica Interior de los Estados Unidos y asistente del expresidente Donald Trump, habl¨® de ¨¦l como ¡°un gran defensor de la vida¡±, ¡°un gran agente de cambio¡± y a quien habr¨ªa que agradecerle ¡°las tres rocas s¨®lidas de la Suprema Corte de Justicia para la anulaci¨®n de Roe contra Wade¡±.
De Washington a Latinoam¨¦rica
El fallo del 24 de junio de 2022 no debi¨® ser una sorpresa; un borrador ya se hab¨ªa filtrado. Aun as¨ª, Rebeca Ramos, directora general de Grupo de Informaci¨®n en Reproducci¨®n Elegida (GIRE), una organizaci¨®n mexicana, afirma que cuando la revocaci¨®n del dictamen se materializ¨® ¡°fue un balde de agua fr¨ªa¡±. En ese momento se encontraba en Lima, en una reuni¨®n donde a muchas mujeres se les llenaron los ojos de l¨¢grimas de dolor y rabia. Muchos pa¨ªses en Am¨¦rica Latina llevan d¨¦cadas empujando leyes por la justicia reproductiva. Para describir este panorama, EL PA?S habl¨® con acad¨¦micos, activistas y abogadas para entender los efectos del fin de una sentencia que por casi cincuenta a?os fue una referencia en la lucha por los derechos reproductivos.
Tania Reneaum, secretaria ejecutiva de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos, alerta de los riesgos a largo plazo de la sentencia del Supremo, que cumple un a?o este s¨¢bado. ¡°Esta resoluci¨®n pone directamente en riesgo la autonom¨ªa reproductiva de las mujeres y personas gestantes en Estados Unidos¡±, se?ala. En su opini¨®n, la decisi¨®n no repercute solo en la realidad estadounidense, sino tambi¨¦n en el resto del continente y refleja una tendencia de retrocesos y amenazas para los derechos reproductivos. ¡°Lo que sucedi¨® en Estados Unidos no fue algo que se trabaj¨® en cinco o diez a?os, han trabajado desde los 70 para revertir el fallo de Roe, imagino que esa ser¨¢ la estrategia en Am¨¦rica Latina¡±, razona.
La Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n de M¨¦xico consagr¨® en septiembre de 2021 la despenalizaci¨®n del aborto, pero el acceso a la interrupci¨®n legal del embarazo es todav¨ªa hoy muy precario en algunos territorios. En Guerrero, por ejemplo, le fue negado en 2022 a una ni?a me¡¯phaa de 10 a?os v¨ªctima de violaci¨®n. Despu¨¦s de una denuncia ante la fiscal¨ªa, la menor logr¨® llevar a cabo la interrupci¨®n del embarazo.
Que sea ley
La gran diferencia entre los avances en pa¨ªses latinoamericanos y Roe contra Wade en Estados Unidos, adem¨¢s de la iniciativa del poder judicial, es que la organizaciones feministas y de la sociedad civil est¨¢n promoviendo cambios en los c¨®digos penales. Jenny Dur¨¢n, integrante de Cat¨®licas por el Derechos a Decidir y del Frente de Mujeres Evita, explica que en Argentina es una ley que tiene que ser incorporada al plan m¨¦dico del pa¨ªs de forma obligatoria, pero hay otros retos. ¡°Hoy por hoy estamos empujando que esta ley sea conocida, que el Ministerio de Salud informe que tambi¨¦n esta ley sea parte de los contenidos b¨¢sicos de la educaci¨®n sexual integral¡±.
Argentina fue un pa¨ªs pionero. Adem¨¢s de los derechos sexuales y reproductivos, son una prioridad la identidad de g¨¦nero, el matrimonio igualitario o los distintos marcos normativos que integran estos contenidos de la educaci¨®n sexual integral. Para el pa¨ªs, agrega Dur¨¢n, Roe contra Wade solo representa un alboroto en el discurso de ciertos sectores ultra, pero las bases legales ya son irrefutables.
Algo parecido ocurri¨® en Colombia gracias a plataformas como Causa Justa por el aborto, el movimiento que impuls¨® en 2022 la eliminaci¨®n del aborto del C¨®digo Penal. Para Mariana Ardila, exabogada de la organizaci¨®n Women¡¯s link Worldwide en el pa¨ªs andino y directora de Justicia Transnacional, Roe contra Wade fue muy importante en su momento, cuando en Am¨¦rica Latina no hab¨ªa nada, pero hoy hay ¡°muchas decisiones incluso de poderes judiciales que son de admirar en Am¨¦rica Latina y el Caribe y tambi¨¦n en otros lugares del sur global¡±. Los argumentos por los que ha habido progreso han sido muchos m¨¢s avanzados. El fallo estadounidense daba la libertad, pero no garantizaba el acceso al aborto, en cambio, estas decisiones en Am¨¦rica Latina han sido muy conscientes de las diferencias entre mujeres. ¡°No es lo mismo una mujer ind¨ªgena o afro o migrante que una mujer rica, privilegiada, blanca, de una ciudad. Y nuestros avances han tenido en cuenta el impacto del uso del derecho penal para regular el aborto tienen esas mujeres y han garantizado no solo despenalizaci¨®n, sino legalizaci¨®n del aborto¡±. Pero no hay que bajar la guardia: una sentencia de la Corte Constitucional conocida la semana pasada vuelve a amenazar el acceso al aborto al negar que exista ese derecho. El fallo, de por s¨ª, no sienta jurisprudencia, aunque es una se?al de alarma.
Las activistas en Argentina, Colombia y M¨¦xico coinciden en que es ahora cuando deben aliarse y buscar aplicar lo aprendido en otros pa¨ªses. Porque mientras Argentina logr¨® que pasara la Ley 27.610 en 2020, que consagra el derecho de las mujeres a acceder a una aborto hasta la semana 14, M¨¦xico ha conseguido la despenalizaci¨®n a escala nacional y Colombia logr¨® la despenalizaci¨®n hasta la semana 24, esta no es la realidad de toda la regi¨®n. Hay pa¨ªses como Cuba, donde si bien existe sobre el papel acceso al aborto, no hay acceso a anticonceptivos, y pa¨ªses sumamente restrictivos como El Salvador, Hait¨ª, Honduras, Guatemala, Nicaragua o Rep¨²blica Dominicana, donde impera la criminalizaci¨®n.
El p¨¢ramo centroamericano
Tania Reneaum recuerda que desde la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos han reiterado que la criminalizaci¨®n absoluta del aborto ¡°expone a las mujeres y personas con capacidad de gestaci¨®n a pr¨¢cticas peligrosas e incluso mortales que ponen en riesgo su salud y vida, de manera particular de quienes est¨¢n en situaci¨®n de pobreza y vulnerabilidad¡±. Los pa¨ªses centroamericanos han sufrido todo el impacto de las reacciones de grupos antiderechos. Han hecho de estos pa¨ªses su laboratorio porque los poderes judiciales no son independientes, los movimientos sociales est¨¢n muy atacados, perseguidos, criminalizados, y los vuelve el caldo de cultivo perfecto para pasar sus leyes restrictivas.
El Salvador castiga con algunas de las penas m¨¢s duras en el mundo a las mujeres que abortan, incluso en caso de abortos espont¨¢neos. La Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos present¨® el caso de Beatriz, que busca responsabilizar al Estado por la prohibici¨®n al acceso temprano de una interrupci¨®n de embarazo en una situaci¨®n de riesgo grave a la vida de la mujer y de inviabilidad del feto, con la esperanza de sentar un precedente.
A una legislaci¨®n hist¨®ricamente muy restrictiva se suma la falta de voluntad pol¨ªtica. El presidente salvadore?o, Nayib Bukele, cambi¨® radicalmente su discurso. As¨ª lo explica Marcia Aguiluz, estratega legal de Women¡¯s link Worldwide. Antes de ganar las elecciones en 2019 apoyaba las tres causales, pero ahora se manifiesta en contra del aborto con la idea de mantener a las iglesias contentas. Lo mismo ocurri¨® en Nicaragua con la alianza que Daniel Ortega fragu¨® con la Iglesia cat¨®lica antes de emprender una embestida sin precedentes contra las libertades religiosas. El c¨®digo penal de ese pa¨ªs centroamericano mantiene la prohibici¨®n del aborto bajo cualquier circunstancia, incluida la vida de la mujer.
Otro ejemplo: en Costa Rica se aprob¨® en 2019 una normativa para permitir el aborto terap¨¦utico, lo cual gener¨® malestar entre los partidos m¨¢s vinculados a las iglesias. Y Guatemala, por su parte, fue declarada por un congreso cristiano en marzo del a?o pasado como ¡°capital provida de Iberoam¨¦rica¡±, despu¨¦s de aprobar una pol¨¦mica ley que eleva las penas de c¨¢rcel en caso de aborto de entre 1 y 3 a?os a 5 como m¨ªnimo. Xiomara Castro, en Honduras, asegur¨® en campa?a que estaba a favor de la despenalizaci¨®n del aborto por las tres causales, pero de momento nada ha cambiado.
Los equilibrios parlamentarios tambi¨¦n afectan a pa¨ªses como Chile. Ver¨®nica ?vila, experta en g¨¦nero y pol¨ªticas p¨²blicas, explica que los obst¨¢culos en el pa¨ªs sudamericano se generan m¨¢s en los engranajes del Estado que por la presi¨®n de grupos detractores. La nueva Constituci¨®n, que brindaba entre otros los derechos sexuales y reproductivos como la interrupci¨®n voluntaria del embarazo, fue rechazada por una amplia mayor¨ªa el pasado septiembre. El Gobierno de Gabriel Boric, joven presidente de izquierdas, volvi¨® a poner en marcha el proceso constituyente. No obstante, el pasado 7 de mayo la elecci¨®n del nuevo Consejo Constitucional encargado de redactar un nuevo texto a partir del borrador redactado por una comisi¨®n de expertos inclin¨® la balanza hacia la extrema derecha, la gran ganadora de esa votaci¨®n.
El fantasma del ¡°nuevo comunismo¡±
Cada uno de estos casos confirma que los derechos reproductivos en Latinoam¨¦rica son una moneda de cambio de la pol¨ªtica y tienen el poder de modificar el destino de un candidato, de una campa?a o de un proyecto. Es la estrategia del ¡°nuevo comunismo¡±, como lo define Jos¨¦ Mor¨¢n. Grupos evang¨¦licos asesoraron la campa?a de Sebasti¨¢n Pi?era en Chile y buscan determinar los equilibrios pol¨ªticos en Per¨², a la izquierda y a la derecha del tablero. El miedo es el gran motor de este tipo de movilizaci¨®n. Los provida, agrega este acad¨¦mico, agitan a la poblaci¨®n con una mezcla que ¡°amalgama la radicalizaci¨®n de la gente¡± y un discurso que asocia los derechos sexuales y reproductivos con el miedo hist¨®rico que ha tenido la derecha al comunismo.
Hace una d¨¦cada, los movimientos progresistas luchaban por las conquistas sociales como ahora lo hacen los movimientos antiderechos, quienes han convertido el matrimonio igualitario y el aborto en el coraz¨®n de su agenda con fines pol¨ªticos. El temor, por ejemplo, a que un pol¨ªtico de izquierdas como Boric llegara a implantar, como ment¨ªan a sabiendas sectores de la ultraderecha, una ¡°dictadura gay¡±. M¨¢s que una falsedad eso era una caricatura, pero ese tipo de calumnias sin ning¨²n sustento siguen el mismo modus operandi de los movimientos antivacunas y en contra de la inmigraci¨®n.
Las organizaciones afiliadas a Vida Humana Internacional y Heartbeat International tambi¨¦n operan en un frente pol¨ªtico, en paralelo a la estrategia de desinformaci¨®n. Heartbeat, que tiene estrechos v¨ªnculos con el exvicepresidente estadounidense Mike Pence y otros pol¨ªticos del Partido Republicano, asiste a las asambleas de la OEA para hacer lobby en contra de los derechos reproductivos. Y no es la ¨²nica: existen diferentes movimientos han surgido en contra de los derechos reproductivos. El Congreso Hemisf¨¦rico de Parlamentarios, una plataforma que re¨²ne a m¨¢s de 700 legisladores de 18 pa¨ªses, ha denunciado al organismo multilateral por tener una agenda abortista y de g¨¦nero. En un documento de 2017 llamado Declaraci¨®n de M¨¦xico dejan negro sobre blanco su ¡°consternaci¨®n ante los agresivos y continuados esfuerzos¡± de organismos internacionales por imponer a los estados miembros pol¨ªticas ¡°en contra de la vida¡±. Entre los firmantes se encuentran Jair y Eduardo Bolsonaro de Brasil, Jos¨¦ Antonio Kast de Chile, el excandidato evangelista a la presidencia de Costa Rica Fabricio Alvarado o Julio Rosas de Per¨².
Mariana Ardila, abogada experta en derechos de las mujeres, menciona tambi¨¦n la alianza promovida por Mike Pompeo durante el Gobierno de Donald Trump: el Consenso de Ginebra. Un club antiderechos de gobernantes al que recurri¨® el expresidente colombiano Iv¨¢n Duque en busca de un ¨²ltimo intento por imponer su agenda provida. ¡°Justo despu¨¦s de que en Colombia se diera la decisi¨®n hist¨®rica de Causa Justa por el aborto, se convierte en el pa¨ªs que m¨¢s avanza en la regi¨®n, y ¨¦l mete a Colombia en este club¡±.
Y aunque la revocaci¨®n de Roe contra Wade preocupe a todas las organizaciones de Causa Justa por el aborto, Ardila afirma que ¡°hay que desmitificar esa aproximaci¨®n colonizadora¡± porque, en ¨²ltima instancia, los pa¨ªses en Am¨¦rica Latina tienen sus propias constituciones, jueces y democracias. Seg¨²n Mor¨¢n, en cambio, el riesgo existe, porque la organizaciones cristianas antiderechos que proliferan en Estados Unidos se articulan tambi¨¦n en Am¨¦rica Latina, donde ¡°no solamente tienen un impacto social, a nivel de las mentalidades, sino tambi¨¦n el impacto pol¨ªtico, en niveles cada vez m¨¢s altos de las c¨²pulas de poder¡±. Una nueva modalidad de batalla pol¨ªtica en la que, adem¨¢s de un modelo de gesti¨®n, est¨¢n en juego el progreso y los derechos de las mujeres.