Luiza Rom?o, la brasile?a que hizo una relectura de la ¡®Il¨ªada¡¯ y la convirti¨® en poes¨ªa contestataria
La poeta y actriz hace una gira por Am¨¦rica Latina con presentaciones en varios pa¨ªses en los combates de poes¨ªa callejeros y presenta su libro ¡®Tambi¨¦n guardamos piedras aqu¨ª¡¯
Poco importa que la actriz y poeta Luiza Rom?o (Ribeir?o Preto, 31 a?os) diserte su poes¨ªa en su natal portugu¨¦s, y que quien la escuche no sepa una sola palabra en ese idioma, porque la brasile?a habla con el cuerpo, con el tono de su voz, con el empuje poderoso de su acento y con una avasalladora fuerza sobre temas que pueden adivinarse apenas ella comienza a hablar y a moverse en el escenario. ¡°La literatura occidental comenz¨® con una masacre...¡±, dice en las primeras p¨¢ginas de su libro Tambi¨¦n guardamos piedras aqu¨ª (C¨ªrculo de Poes¨ªa Ediciones, 2023), una reinterpretaci¨®n de varios personajes y situaciones de la obra cl¨¢sica de la Il¨ªada llevada a los escenarios sociales y convulsos de la actualidad, pero sobre todo de la historia de Am¨¦rica Latina y Brasil.
Rom?o viajaba por el interior de Bolivia, justo en el lugar en donde el Che Guevara hab¨ªa sido asesinado, cuando le¨ªa por primera vez la Il¨ªada. No pod¨ªa dejar de pensar en c¨®mo aquel cuerpo con una importancia tan simb¨®lica para la regi¨®n y el mundo hab¨ªa podido permanecer d¨¦cadas desaparecido. ¡°Yo estaba terminando de leer el libro y la ¨²ltima escena es muy conmovedora porque acaban de matar a H¨¦ctor y Pr¨ªamo quiere el cuerpo de vuelta, as¨ª que Pr¨ªamo, un se?or muy mayor, muy anciano, cruza durante la noche el campamento de los griegos, de los enemigos, y pide el cuerpo de vuelta. Entonces tenemos a este se?or besando las manos del hombre que mat¨® a su hijo, y Aquiles, que estaba lleno de ira, finalmente se compadece y se lo devuelve. La guerra es suspendida y, por un lado, los griegos pueden hacer los rituales f¨²nebres de Patroclo y los troyanos pueden finalmente enterrar con dignidad a H¨¦ctor. Yo pensaba entonces que, por m¨¢s violenta que fuera la Il¨ªada al menos eso les fue permitido a los troyanos. Si miramos la historia de Am¨¦rica Latina, este derecho ha sido violado muchas veces¡±, relata la autora.
Rom?o cuenta que, adem¨¢s del periodo colonial o de las dictaduras militares en Sudam¨¦rica, la actualidad es un ejemplo todav¨ªa muy claro sobre aquellas pr¨¢cticas de guerra o ¡°de muerte¡± a las que polic¨ªas militarizadas, como la de su pa¨ªs, siguen acudiendo en nombre del orden y del progreso. En el poema Homero, Rom?o reescribe parte de esa relectura: ¡°En el ¨²ltimo canto de la Il¨ªada, Aquiles devuelve a Pr¨ªamo el cuerpo de su hijo H¨¦ctor, en ese momento aqu¨ª en el sur del sur del mundo todav¨ªa no se tiene noticia de los m¨¢s de doscientos desaparecidos en la dictadura militar, un cuerpo es un testimonio de barbarie, hasta los griegos ten¨ªan piedad¡±.
Ya en 2017, Rom?o hab¨ªa hecho un ejercicio similar en su libro de poemas Sangr¨ªa (Selo Doburro, 2017), en el que reinterpret¨® la historia de Brasil, en 28 poemas, y desde una perspectiva feminista. Quer¨ªa ¡°revisitar la historia de Brasil desde la perspectiva de un ¨²tero¡±, como ha dicho en una entrevista para el medio brasile?o Esquerda Di¨¢rio. Ahora, en Tambi¨¦n guardamos piedras aqu¨ª, la autora vuelve a plantearse ¡ªen una versi¨®n distinta a la establecida¡ª temas como la violencia policial y las pr¨¢cticas represivas que durante d¨¦cadas y hasta ahora contin¨²an ocupando el espacio p¨²blico y privado de los hogares latinoamericanos: ¡°...por cada germen de insurrecci¨®n, una pastilla del d¨ªa siguiente¡±, dice en el poema Dia 2. Data de nascimento, relacionado con la historia reciente de su pa¨ªs, en el libro que public¨® ¡°en un momento en el que Dilma Rousseff hab¨ªa sufrido un golpe en el poder, la ultraderecha se lanz¨® y a?os despu¨¦s tuvimos a Jair Bolsonaro con un Gobierno fascista y genocida¡±, dice.
Rom?o es actriz de formaci¨®n. Cuando era estudiante, en 2013, viaj¨® a M¨¦xico a un festival de teatro en el que participaba junto a su grupo para interpretar una obra basada en una canci¨®n del grupo brasile?o Karnak, cuenta, en la que se relata la historia de una mujer que asesina a su marido en defensa personal. El esposo es polic¨ªa y tras el asesinato, es perseguida por compa?eros de su expareja y por todo un sistema que la ha castigado y la revictimiza. A finales de ese mismo a?o, la brasile?a comenz¨® a ir a competencias de poes¨ªa callejeras y descubri¨® que era lo que realmente le apasionaba.
¡®Poetry slam¡¯
Luiza Rom?o ten¨ªa 23 a?os cuando fue por primera vez a un ¡®poetry slam¡¯ o a una competencia de poes¨ªa. Le gust¨® que ese tipo de expresiones tuviera lugar en la calle y que las reglas, dentro de lo sencillas, permitieran que el texto se expresara ¨²nicamente con el cuerpo y la voz. ¡°Tienen lugar solo poemas autorales de hasta tres minutos, y no puedes usar nada de vestuario ni nada objetos esc¨¦nicos ni acompa?amiento musical. Es solo la persona y el micr¨®fono, y eso si hay micr¨®fono, porque particularmente en Brasil la mayor¨ªa de las veces sucede en la calle, ocupando los lugares p¨²blicos, principalmente en barrios perif¨¦ricos, donde el Estado no ha creado bibliotecas ni espacios culturales como teatros ni cines¡±, explica.
Al a?o siguiente, en 2014, Rom?o ya estaba participando en las competencias y hab¨ªa alcanzado, incluso, el lugar de vicecampeona en su pa¨ªs: ¡°Yo fui la primera mujer en llegar a una semifinal, obviamente que eso ya cambi¨® mucho por la marea feminista en todo el continente¡±, cuenta.
La autora brasile?a tiene solo poes¨ªa publicada, una poes¨ªa contestataria que ha resultado de su experiencia acad¨¦mica y vital en observar y querer contar su entorno desde formas distintas y cercanas. ¡°Hay algo de un espanto y de un horror frente a la violencia y una vez que esa violencia sigue existiendo, la poes¨ªa para m¨ª es una forma de hacerle frente. Durante mucho tiempo esa violencia no fue nombrada. Por ejemplo, la cuesti¨®n del feminicidio hasta hace dos o tres d¨¦cadas eran tratados como cr¨ªmenes de amor o cr¨ªmenes pasionales. Mucha de mi producci¨®n es motivada por este asombro y esa apuesta de un mundo menos violento¡±, concluye.
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