Ofrendas de arte en serigraf¨ªa para salvar al Jard¨ªn Bot¨¢nico de San Miguel de Allende
Diez obras hechas hace 27 a?os por artistas mexicanos y extranjeros cobran una nueva vida para encumbrar a el Charco del ingenio como lugar en el que confluyen arte, naturaleza y conservaci¨®n
Se podr¨ªa decir que diez serigraf¨ªas de los artistas Jan Hendrix, Joy Laville, Pedro Friedeberg, Sergio Hern¨¢ndez, Miguel Castro Le?ero, Carla Rippey, Mario Palacios Kaim, Martha Helion, Boris Viskin y Roberto Turnbull, son tambi¨¦n algunas de las piezas fundacionales del Jard¨ªn Bot¨¢nico de San Miguel de Allende, llamado El Charco del ingenio. Ellos y ellas ¡ªmexicanos y extranjeros¡ª fueron convocados por Cante A. C. ¡ªla organizaci¨®n que era entonces responsable del espacio¡ª para que con sus trabajos captaran los recursos y la atenci¨®n necesaria para que el jard¨ªn bot¨¢nico se convirtiera en un espacio posible en el que la ciencia, el arte y la biodiversidad convivieran en lo que es ahora un espacio comunitario que conserva los saberes ancestrales, la riqueza del semidesierto de Guanajuato, y el arte y la ciencia.
Quienes conocieron el lugar, all¨¢ por los ¨²ltimos a?os de la d¨¦cada de 1980, lo describen como un p¨¢ramo en el olvido. Un pedazo de tierra abandonado, con marcas mortales que le dej¨® la tala, la extracci¨®n del suelo, cacer¨ªa, pastoreo, incendios, desmonte y monta?as de basura. Era la ¨²ltima ca?ada en San Miguel Allende sin urbanizar, en riesgo de ser engullida por todo lo que vendr¨ªa despu¨¦s. Y fue uno de los lugares emblem¨¢ticos que demuestran el poder de las comunidades cuando se organizan para conseguir beneficios comunes.
Con la colaboraci¨®n de vecinos, artistas, cient¨ªficos y de representantes de las comunidades ind¨ªgenas, el rescate de un lugar que se cre¨ªa a punto de desaparecer fue posible. El artista neerland¨¦s Jan Hendrix; la pintora y escultora inglesa, nacionalizada mexicana, Joy Laville; los artistas mexicanos Pedro Friedeber, Sergio Hern¨¢ndez, Miguel Castro Le?ero, Roberto Turnbull, Boris Viskin, Mario Palacios Kaim y Martha Helion; y la estadounidense Carla Rippey ¡ªherederos de la llamada Generaci¨®n de la Ruptura¡ª acudieron al llamado que los congreg¨® en un mismo escenario art¨ªstico en el que se les pidi¨® que crearan una obra especialmente para los primeros pasos del jard¨ªn bot¨¢nico.
Un semidesierto en todas sus expresiones, as¨ª son las diez formas de honrar y de ver al jard¨ªn bot¨¢nico. C¨¦sar Arias, presidente del consejo directivo de El Charco del Ingenio, cuenta que la carpeta que conten¨ªa las diez serigraf¨ªas hechas por aquellos artistas estuvo perdida durante estos a?os y que encontrarlas ¡ªhace solo dos¡ª le recuerda mucho la grandeza de lo que sucedi¨® hace 27 a?os, cuando el jard¨ªn comenz¨® a convertirse en algo que pasaba las fronteras de solo un espacio con una riqueza natural ¨²nica: ¡°Los artistas eran ya connotados en su ¨¦poca. Respondieron al llamado, y sab¨ªan del proyecto de conservaci¨®n que nac¨ªa¡±, cuenta, emocionado.
De fondo, en la inauguraci¨®n de la exposici¨®n que contiene los diez trabajos, en el centro cultural Bella ?poca ¡ªde la librer¨ªa del FCE, Rosario Castellanos¡ª de Ciudad de M¨¦xico, suena la m¨²sica del ingl¨¦s Michael Hopp¨¦, un nombre m¨¢s que se a?ade en esa larga lista de creadores que decidieron ofrendar su arte al lugar. ¡°El compositor ingl¨¦s y su esposa viv¨ªan en San Miguel de Allende durante la pandemia. Iban ah¨ª a caminar y quedaron tan agradecidos, por lo que ese espacio signific¨® en un momento como ese, que Hopp¨¦ decidi¨® escribir todo un ¨¢lbum en homenaje¡±, cuenta Arias.
Para Marco Barrera Bassols, coordinador de Vinculaci¨®n internacional del Fondo de Cultura Econ¨®mica ¡ªrecinto que acoge la peque?a muestra¡ª, estas expresiones art¨ªsticas se suman a la trayectoria que el Charco del Ingenio ha venido contando desde sus primeros a?os, y asegura que la distinci¨®n que se le ha dado al lugar como ¡°jard¨ªn etnobiol¨®gicos¡± es una nueva manera de entender a los jardines.
En ese espacio de la capital mexicana, rodeada de unos 175.000 libros exhibidos, la exposici¨®n estar¨¢ presente durante todo el mes de enero. ¡°El jard¨ªn bot¨¢nico no puede ser solamente dedicado a la taxonom¨ªa la bot¨¢nica, sino que tiene muchas vertientes, la etnobiol¨®gica, biocultural, no podemos pensar en la gran diversidad biol¨®gica de M¨¦xico si no pensamos que hay una megadiversidad cultural y que esa riqueza ha estado hist¨®ricamente ligada tambi¨¦n con las culturas que aqu¨ª han vivido¡±, ha explicado Arias.
Fernando G¨¢lvez, curador de esta muestra, fue el encargado de dar una relectura a la primera curadur¨ªa que se hizo hace casi 30 a?os. Ahora, con la distancia del tiempo, asegura que la tarea representa tambi¨¦n la forma en la que el jard¨ªn bot¨¢nico fue transform¨¢ndose durante los ¨²ltimos a?os: ¡°Me toc¨® leer la curadur¨ªa anterior y replantearla en los textos que acompa?an cada una de las obras. Lo m¨¢s importante de todo, es que el jard¨ªn madur¨® a la par que los artistas. Muchos de esos nombres cuando hicieron estas piezas eran todav¨ªa artistas emergentes o estaban empezando con ¨¦xito. Para m¨ª, hoy en d¨ªa el jard¨ªn es uno de los m¨¢s relevantes de M¨¦xico, traspasa la idea de jard¨ªn¡±, dice.
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