El bono de g¨¦nero, la promesa ausente en las campa?as de las candidatas mexicanas
Las mujeres mexicanas son las que menos trabajan de manera remunerada en Latinoam¨¦rica, despu¨¦s de las guatemaltecas. Igualar su participaci¨®n laboral a la masculina incrementar¨ªa el PIB anual en 3,6%
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En una contienda electoral liderada por dos candidatas mujeres en M¨¦xico, se siente la ausencia de un tema con importantes implicaciones econ¨®micas: el bono de g¨¦nero. Las mujeres mexicanas son las que menos trabajan de manera remunerada en toda Am¨¦rica Latina, despu¨¦s de las guatemaltecas, seg¨²n datos del Banco Mundial. A finales del a?o pasado, el 59% de la poblaci¨®n econ¨®micamente activa eran hombres. El 41% eran mujeres.
Esto no quiere decir que las mujeres mexicanas no trabajan. La labor dom¨¦stica no remunerada equivale al 27,6% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. Tampoco quiere decir que no est¨¢n trabajando fuera del hogar. En realidad, la situaci¨®n es que una gran parte de las mujeres trabajan en la informalidad, con la precariedad e inestabilidad que eso conlleva.
Si M¨¦xico lograra incrementar la participaci¨®n laboral femenina hasta igualarla a la masculina, el PIB anual del pa¨ªs crecer¨ªa al menos en 3,6%, seg¨²n estimaciones del Centro de Estudios Espinoza Iglesias (CEEY). Es decir, en diez a?os, el PIB incrementar¨ªa 43%. Este es el bono de g¨¦nero no explotado que tiene M¨¦xico y ninguna de las candidatas lo ha tomado como un proyecto sexenal que pudiera tener atractivos resultados.
Para una feminista como yo, es sumamente frustrante que en el a?o 2024 todav¨ªa tengamos que explicar c¨®mo el acceso a un sistema de cuidados, el cual se define como el conjunto de pol¨ªticas, programas y acciones articulados para garantizar los derechos de aquellos que necesitan y brindan cuidados, es un tema econ¨®mico de g¨¦nero. Si bien hay familias monoparentales en las que la madre est¨¢ ausente, la gran (?gran!) mayor¨ªa de los hijos en M¨¦xico son responsabilidad de las mujeres de la familia, ya sea las madres o las abuelas. Por cuidar de sus hijos o nietos, hay millones de mexicanas que no terminan su educaci¨®n, por lo que no pueden aspirar a un empleo formal y bien pagado.
Lo que es m¨¢s triste, en mi opini¨®n, es que muchas han cre¨ªdo que su trabajo en el hogar lo deben hacer gratis porque son buenas mujeres y las buenas mujeres se sacrifican para cuidar de todos sin esperar nada a cambio. Esta basura ideol¨®gica no solo limita a las mujeres, sino al pa¨ªs.
El camino hacia el empleo formal para las mujeres ya era cuesta arriba en este pa¨ªs, y L¨®pez Obrador lo hizo a¨²n m¨¢s dif¨ªcil. En mi libro Suerte o desastre: el azar como modelo econ¨®mico de AMLO, escribo una provocadora tesis que pinta a L¨®pez Obrador como un neoliberal de cl¨®set. Si consideramos que dos de los pilares de esta ideolog¨ªa son la austeridad del Estado y retraerse de los distintos sectores para abrir espacio a los privados, L¨®pez Obrador fue un neoliberal cl¨¢sico cuando del sector de cuidados se trata.
Utiliz¨® la tragedia en la Guarder¨ªa ABC en 2009, en la que 49 ni?os murieron y 106 resultaron heridos en un incendio en Sonora, para justificar el fin del esquema de instancias infantiles en el que el Estado otorgaba un permiso a privados y pagaba un subsidio por cada ni?o que atend¨ªa. Lo reemplaz¨® con transferencias en efectivo para padres. Sin la certidumbre de que tendr¨ªan suficientes clientes en sus jardines de ni?os, muchos privados cerraron, por lo que los padres de familia se encontraron con dinero en la bolsa y sin opciones de d¨®nde dejar a sus hijos durante el horario de trabajo.
Bajo esta Administraci¨®n ocurrieron, por lo menos, cinco incidentes comparables a la tragedia de la Guarder¨ªa ABC. En Tlahuelilpan (Hidalgo), 137 habitantes murieron cuando explot¨® un ducto de gasolina. En El Pinabete, diez mineros perdieron la vida cuando la mina se derrumb¨®. En Ciudad de M¨¦xico, 26 pasajeros murieron cuando un tren del metro colaps¨®. En Tuxtla, 55 migrantes perdieron la vida cuando viajaban dentro de un tr¨¢iler que circulaba a exceso de velocidad. En Ciudad Ju¨¢rez, un incendio en un centro de detenci¨®n cobr¨® la vida de 38 migrantes. Todos exhibieron corrupci¨®n, negligencia, incompetencia, ausencia de Estado de Derecho o desv¨ªo de recursos. Pero L¨®pez Obrador no se deshizo de los ductos de gasolina, ni de las minas, ni de los tr¨¢ileres, ni mucho menos de los centros de detenci¨®n como se deshizo de las estancias infantiles.
La idea es que la transferencia vaya al abuelo o familiar que cuida de los ni?os, explic¨® en 2019 el secretario de Hacienda. Esto, a pesar de que la familia en M¨¦xico es, en muchos casos, un n¨²cleo de violencia y abuso en donde se repiten nocivos patrones culturales. (El 90% de las violaciones contra ni?as sucede en el entorno familiar). Adem¨¢s, desde un an¨¢lisis econ¨®mico, esta pol¨ªtica mantiene a las familias en la pobreza. Un estudio del CEEY encontr¨® que las familias parte del 25% de la poblaci¨®n m¨¢s pobre que tienen acceso a alg¨²n tipo de servicio de seguridad social ¡ªya sean asilos, guarder¨ªas u otro tipo de servicios¡ª, tienen el doble de probabilidades de tener movilidad social que aquellas que no tuvieron ese acceso.
Siendo justos con L¨®pez Obrador, el sistema de cuidados en M¨¦xico ya era insuficiente y de baja calidad, lo que hace el vac¨ªo de las dos candidatas mujeres en torno al tema a¨²n m¨¢s alarmante. Ambas hablan, en sus propias palabras, de restablecer las estancias infantiles y de incrementar los recursos para las mujeres a manera de ¡°empoderamiento¡±, pero ninguna de las dos se ha comprometido a un dise?o nacional que asegure cobertura a todos los ni?os, y, por lo tanto, a sus madres cuidadoras.
En el debate de este domingo, la candidata puntera Claudia Sheinbaum reconoci¨® que ¡°no se ha logrado reducir todav¨ªa la brecha salarial entre hombres y mujeres¡±, y asegur¨® que ser¨ªa un elemento central en su Gobierno. Pero no habl¨® de propuestas concretas (ni abstractas) para lograrlo. En sus intervenciones, brevemente mencion¨® que la ciudadan¨ªa ¡°contar¨ªa¡± con un sistema nacional de cuidados, sin entrar en detalles.
Estamos ante una generaci¨®n de mujeres j¨®venes con mayor conciencia de c¨®mo se ve y se siente la violencia en sus distintas formas, desde la f¨ªsica y verbal hasta la econ¨®mica. Pero falta mucho por entender, como sociedad, que existe una deuda hist¨®rica con las personas cuidadoras. Cuidar y educar son labores tan valiosas para cualquier econom¨ªa como los servicios financieros o el desarrollo de nuevas tecnolog¨ªas. ?En d¨®nde est¨¢n los sistemas que aseguran su sostenibilidad y calidad? En las propuestas de las candidatas mujeres, por lo menos, no.
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