La 4T no suelta el discurso desarrollista. Yaak
Los grandes megaproyectos de la actual administraci¨®n se justifican porque llevan ¡°desarrollo¡± a poblaci¨®n largamente condenada a la pobreza
Desde distintas voces del pensamiento de izquierdas latinoamericano y desde los muy diversos movimientos sociales se ha hecho ya una cr¨ªtica profunda a las nociones de ¡°progreso¡± y ¡°desarrollo¡± que guiaron las pol¨ªticas p¨²blicas de la mayor¨ªa de los pa¨ªses del continente durante casi todo el Siglo XX. Podr¨ªa decirse que en los espacios acad¨¦micos de las llamadas Ciencias sociales esta cr¨ªtica es ya un lugar com¨²n. Varias corrientes filos¨®ficas, y no se diga las nuevas corrientes de la antropolog¨ªa, han hecho serios cuestionamientos a la idea misma del ¡°desarrollo¡±. Las ideas del post-desarrollo y los planteamientos desde pueblos ind¨ªgenas que se han agrupado bajo lo que, en muchos lados, se conoce como ¡°el buen vivir¡± han mostrado los terribles efectos que los modelos desarrollistas han tenido sobre el planeta, sobre las personas y sobre nuestros deseos de crear un mundo m¨¢s justo. ?Qu¨¦ beneficio pueden traer estos modelos cuando han sido precisamente los que han provocado la emergencia clim¨¢tica que pone en riesgo la vida misma de la humanidad? ?C¨®mo puede la izquierda en el poder, que presume de vanguardia, repetir una y otra vez la misma f¨®rmula creyendo que esta vez s¨ª van a lograr crear bienestar y justicia social? ?Por qu¨¦ seguir el camino que evidentemente nos lleva al desastre? Parece que hay una desconexi¨®n, en muchos casos insalvable, entre los gobiernos de izquierda y los planteamientos de los intelectuales de izquierda, ya ni decir de los planteamientos contempor¨¢neos del movimiento ind¨ªgena o del movimiento afrodescendiente.
La llamada Cuarta Transformaci¨®n es un movimiento complejo sobre el cual es dif¨ªcil hacer generalizaciones, he escuchado a personas afines a este movimiento hacer cr¨ªticas duras a los modelos desarrollistas y plantear soluciones inspiradas en otras tradiciones de pensamiento en ¨¢reas como la agricultura y la miner¨ªa; lamentablemente la dirigencia parece seguir, mayormente, enamorada de las ideas de ¡°progreso¡± y el ¡°desarrollo¡±. Las descripciones oficiales del proyecto llamado ¡°Tren Maya¡± o el ¡°Proyecto Interoce¨¢nico¡±, por mencionar solo un par de ejemplos, son a menudo justificaciones que dejan claro que el aliento que impulsa la Cuarta Transformaci¨®n sigue con los principios del desarrollismo de siempre.
Los grandes megaproyectos de la actual administraci¨®n se justifican porque llevan ¡°desarrollo¡± a poblaci¨®n largamente condenada a la pobreza, como si la cura a los efectos del desarrollismo fuera llevar m¨¢s desarrollo, como si la ¨²nica posibilidad para combatir la pobreza fuera intensificar la dosis del veneno que la cre¨®. Es perfectamente entendible que cambiar las condiciones que provocaron la pobreza no es algo que se logre de un d¨ªa para otro, pero los pasos que se est¨¢n dando apuntan a la direcci¨®n contraria. No es que se est¨¦ haciendo una apuesta contundente, aunque sea en principio gradual, para acotar el desarrollismo voraz que llev¨® a la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n a la situaci¨®n en la que se encuentra; al contrario, el Tren Maya, que no es s¨®lo un tren, est¨¢ provocando una gran especulaci¨®n de la tierra que va a intensificar los desplazamientos y los problemas que ya exist¨ªan.
Ante los cuestionamientos que hemos realizado varias personas a este tipo de proyectos, intelectuales org¨¢nicos a la Cuarta Transformaci¨®n nos repiten una y otra vez que se trata de un proyecto que lleva justicia social a una regi¨®n ind¨ªgena largamente olvidada. Planes de justicia para los pueblos ind¨ªgenas del norte; megaproyectos, trenes y corredores econ¨®micos para los pueblos ind¨ªgenas del sur, eso parece ser la respuesta. ¡°Si no es desarrollo, ?cu¨¢l es el plan alternativo para el sureste mexicano?¡± Me preguntaron una vez en uno de los debates sobre el tema. De entrada, que los intelectuales org¨¢nicos de la Cuarta Transformaci¨®n ignoren las alternativas que los pueblos y movimientos sociales cr¨ªticos del desarrollismo han planteado me parece ya muy alarmante. Que toda cr¨ªtica al desarrollo se lea como un llamado al retroceso o como el deseo de que la humanidad vuelva a las condiciones del neol¨ªtico (hay quienes nos acusan de primitivismo) evidencia no solo cu¨¢nto se ignora la diversidad de voces y pensamientos que han se?alado otros caminos sino adem¨¢s muestra una muy lamentable falta de imaginaci¨®n pol¨ªtica.
Antes de llevar m¨¢s trenes y hoteles militares a los pueblos del sur, convendr¨ªa comenzar por escuchar, aprender y abrirse a otros modelos que plantean crear ¡°una buena vida¡± adem¨¢s de acotar lo m¨¢s posible la potencia del desarrollismo depredador que, como un virus infect¨® los planes de los pa¨ªses, un virus del que la Cuarta Transformaci¨®n lejos est¨¢ de querer curarse. Es urgente comenzar por lo menos a considerar nuevos principios que gu¨ªen nuestras aspiraciones de una vida mejor, lo que nos dijeron que era desarrollo nunca trajo buen vivir para la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Pero tal vez, ?ser¨ªa ir contra la propia esencia de la llamada Cuarta Transformaci¨®n?
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