¡®Round two¡¯: las muchas X¨®chitl G¨¢lvez
La estrategia de G¨¢lvez de atacar de forma constante y sin estrategia aparente fue un harakiri. Ah¨ª, en donde pod¨ªa desmarcarse un poco de sus impopulares patrocinadores y lucir medianamente capaz, se avent¨® al vac¨ªo
La noche del domingo apareci¨® frente a nuestras morbosas pantallas la X¨®chitl G¨¢lvez n¨²mero seis. Luci¨® segura, irritada y dispuesta a matar.
Para el segundo debate, la aspirante del huipil mand¨® a dormir a su versi¨®n empresarial, permitiendo que su faceta m¨¢s aut¨¦ntica y natural se presentara. Un monumento a la inconsistencia. La X¨®chitl de izquierda se apart¨® en esta ocasi¨®n para ceder el paso a su vertiente combativa mientras su lado religioso se persignaba desde el banquillo. Un ej¨¦rcito de X¨®chitles entrenadas para saltar a escena.
Y aquellos que no se convenzan con esta nueva (vieja) personalidad, despreoc¨²pense. Tiene otras tantas. Se distribuir¨¢n en foros y entrevistas estrat¨¦gicamente seleccionadas para ganar en el postdebate lo que en el debate se le escap¨®.
La estrategia de G¨¢lvez de atacar de forma constante y sin estrategia aparente fue ¡ªy se lo hab¨ªamos advertido hasta el hartazgo¡ª un harakiri. Ah¨ª en donde pod¨ªa desmarcarse un poco de sus impopulares patrocinadores y lucir medianamente capaz, se avent¨® al vac¨ªo.
La aspirante asumi¨® ¡ªsin ning¨²n tipo de pesadumbre o verg¨¹enza¡ª su pertenencia a los tres reprobados partidos y, asumiendo el fracaso de su personal aspiraci¨®n, intent¨® avanzar candidaturas locales que conservan alguna esperanza de vida. Se inmol¨® en favor de Taboada (Ciudad de M¨¦xico) y abdic¨® en favor de Yunes (Veracruz).
Los datos eran innegables y alcanzables para todos por igual. Nadie los escondi¨® en una inaccesible gaveta. Desde hace d¨ªas, el 79% del electorado exigi¨® a G¨¢lvez propuestas concretas en lugar de ataques. La encuesta de Enkoll de inicios de semana lleg¨® como cans¨®n remedo: el presidente y su proyecto son tan respetados que hay m¨¢s personas que afirman haber votado por ¨¦l en 2018 que aquellas que verdaderamente lo hicieron.
Cuando tuvo oportunidad de persuadir, X¨®chitl tampoco coron¨®. Su improvisaci¨®n fue latente. Sheinbaum la inmortaliz¨® con la demoledora reprimenda que nos permite asumir ¡ªsin demasiada mala fe¡ª que la campa?a de G¨¢lvez ha sido liderada por camuflados adversarios: ¡°No puede haber almacenamiento de agua en Texcoco. Texcoco es salado¡±.
Sheinbaum Pardo ¡ªtiradora de certera punter¨ªa¡ª ha reiterado el tiro en el blanco. Ha herido de muerte a su adversaria, esa que pregonaba del temor de la exjefa de Gobierno ante un enfrentamiento.
La candidata morenista compareci¨® a la pen¨²ltima batalla acompa?ada de sus dos fieles escuderos: Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador (otrora gran ausente) y su bien afinado sentido com¨²n. A Sheinbaum le bast¨® echar un vistazo por la ventana para comprender que las ideas son m¨¢s persuasivas que las balas y que una buena planeaci¨®n vale m¨¢s que una ocurrencia.
A tan solo 35 d¨ªas de las elecciones, el primer lugar parece cantado. El segundo permanece en veremos. Tras el primer debate presidencial, M¨¢ynez experiment¨® un inusual avance de 5 puntos en las encuestas, mientras que G¨¢lvez extravi¨® 2 puntos. Como resultado, la brecha entre el segundo y el tercer lugar se ha reducido (17 puntos), y ahora es menor que la que separa a Sheinbaum de su principal oponente. Esta tendencia podr¨ªa continuar.
M¨¢ynez, quien antes fue percibido como un aspirante fr¨ªvolo de sonrisa simulada, parece haber madurado. Durante el segundo debate, demostr¨® seriedad, present¨® propuestas concretas y mostr¨® una notable mejor¨ªa. Al finalizar la noche, M¨¢ynez tiene motivos leg¨ªtimos para sonre¨ªr.
Falta el tercer round: la fatal cita ser¨¢ el 19 de mayo. Veremos entonces en que nuevo (viejo) disfraz se enfundar¨¢ X¨®chitl G¨¢lvez. La incongruencia tendr¨¢ una ¨²ltima bala.
Suscr¨ªbase a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y al canal de WhatsApp electoral y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.