Las reformas institucionales y los juristas
En las presentaciones de diversos libros en la FIL Guadalajara coincidimos en que las publicaciones deb¨ªan constituirse en puntos de partida de una nueva conversaci¨®n y una exigencia ciudadana al oficialismo dominante
La trig¨¦simo octava edici¨®n de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) tuvo una peculiaridad en su vinculaci¨®n con el derecho. Como en otros a?os, se presentaron diversos libros para dar cuenta del estado de los derechos humanos, las instituciones y otros temas jur¨ªdicos relevantes de actualidad. Al preparar mis presentaciones, pens¨¦ que el papel de los autores y comentaristas ser¨ªa dar cuenta de la defunci¨®n de algunos de los m¨¢s importantes ¨®rganos y funciones del constitucionalismo democr¨¢tico mexicano; que nos limitar¨ªamos a narrar los logros que, penosa e incompletamente, hab¨ªamos alcanzado, para luego dar cuenta de la manera en la que estaban desapareciendo con los cambios constitucionales de los ¨²ltimos tres meses.
En el orden de las presentaciones en que particip¨¦, consider¨¦ que primeramente dar¨ªamos cuenta de la manera en la que se est¨¢ devastando al Poder Judicial Federal y al de las entidades federativas; que adem¨¢s de decir ¡ªcomo de hecho lo hicimos¡ª que los innegables problemas de la funci¨®n judicial en cuanto a acceso, corrupci¨®n e ineficacia ten¨ªan que enfrentarse decididamente, y advertir¨ªamos que los cambios a que est¨¢ dando lugar la reforma en marcha, se traducir¨¢n en la completa destrucci¨®n de la judicatura para quienes menos tienen. Pens¨¦ que en otra intervenci¨®n los presentadores nos limitar¨ªamos a se?alar que la funci¨®n de defensa de los derechos humanos por los ¨®rganos constitucionales aut¨®nomos quedar¨ªa subordinada al Ejecutivo Federal y a su administraci¨®n p¨²blica. En otro ejercicio m¨¢s, que nuestro papel ser¨ªa constatar el abusivo uso que del concepto de seguridad p¨²blica se est¨¢ haciendo por parte de las instituciones gubernamentales civiles y militares en materia de transparencia. Finalmente, imagin¨¦ que en otra presentaci¨®n nos limitar¨ªamos a cotejar los avances de la militarizaci¨®n que nuestro pa¨ªs vive y sufre desde hace a?os y, particularmente, en el ¨²ltimo sexenio presidencial.
Lo que parec¨ªa que iba a traducirse en meros actos de certificaci¨®n mortuoria, termin¨® adquiriendo un sentido distinto en quienes participamos en los actos acad¨¦micos de presentaci¨®n de, al menos, cuatro libros. Cada uno expuso y todos convenimos en que los libros y las consiguientes presentaciones eran y deb¨ªan ser algo m¨¢s. Algo que nos apartara de los rituales necrol¨®gicos a que las reformas constitucionales parecen querernos conducir. De un modo espont¨¢neo, pero, al mismo tiempo, curiosamente concurrente, consideramos que los libros que presentamos deb¨ªan constituirse en puntos de partida de una nueva conversaci¨®n y, sobre todo, de una exigencia ciudadana al oficialismo dominante.
Los libros en los que tuve la oportunidad de participar ¡ªy estoy seguro de que muchos otros actualmente en publicaci¨®n¡ª est¨¢n presentando las condiciones en las que la imperfecta democracia actual le est¨¢ entregando a la nueva clase gobernante una parte importante de la institucionalidad nacional. En estos libros constan las buenas y malas condiciones en que se encuentran los poderes judiciales, los ¨®rganos constitucionales aut¨®nomos, la protecci¨®n de los derechos humanos, la divisi¨®n de poderes, el sistema federal, las responsabilidades p¨²blicas, el combate a la corrupci¨®n, el control de las finanzas p¨²blicas y, aqu¨ª s¨ª, un largo etc¨¦tera.
Si tenemos a la vista el contenido de los libros que reportan las actuales y, desde luego, dif¨ªciles condiciones de operaci¨®n y los problemas que se est¨¢n dando en cada una de esas materias, hay mucho que hacer con ellos para no limitarnos a constatar la muerte de la institucionalidad existente. Los libros a los que me refiero deben ser considerados como actas de entrega de lo que se les est¨¢ dando a las nuevas autoridades gubernamentales para, a partir de ellos, exigirles que cumplan con todas las promesas de mejoramiento que han hecho para justificar los cambios que ellas mismas nos han impuesto.
Para llevar a cabo sus muchas y arriesgadas reformas, el oficialismo nos ha dicho que en adelante habremos de tener mejor impartici¨®n de justicia, mayor protecci¨®n a los derechos humanos, m¨¢s eficacia en los recursos p¨²blicos y, una vez m¨¢s, otro muy largo etc¨¦tera. Con independencia de que en la actualidad podamos creer o no en esas promesas ¡ªy yo desde luego no lo hago¡ª, lo cierto es que los libros presentados en la FIL ¡ªy muchos otros del mismo tenor¡ª nos permiten elaborar un amplio y detallado listado a partir del cual las tan celebradas reformas debieran implicar sustanciales y notorias mejor¨ªas. Los libros como los presentados deben constituirse en la base de distintos observatorios respecto a lo que las reformas vayan deparando y finalmente proporcionen.
Las autoridades actuales han hecho uso de su aplastante mayor¨ªa para modificar a su gusto y necesidades la Constituci¨®n y las leyes. En esos ejercicios le han negado participaci¨®n a quienes pensaban diferente o, al menos, propon¨ªan soluciones distintas. Han querido y han podido decidir por s¨ª y ante s¨ª, la futura estructura institucional de nuestro pa¨ªs. Al hacerlo no han operado en el vac¨ªo. Han recibido una realidad imperfecta a la que aspiran perfeccionar. Democr¨¢ticamente les es exigible que, habiendo impuesto su voluntad, en el futuro pr¨®ximo, todos o al menos muchos m¨¢s que antes, se vean beneficiados por las instituciones que quisieron y pudieron transformar. El papel que en estas justas y necesarias tareas de exigencia y control ciudadano habr¨¢n de cumplir los juristas, fue patente en la FIL de Guadalajara y, espero que desde ah¨ª, en otros muchos lugares, personas y afanes.
@JRCossio
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