La gran oportunidad de la izquierda
Unidas Podemos y PSOE deber¨ªan ser conscientes de que pueden acompa?ar la salida de la crisis con reformas de calado en el ¨¢mbito econ¨®mico y de los derechos sociales
El presidente S¨¢nchez dice en el Congreso que la sociedad ¡°est¨¢ exhausta¡± y apela a ¡°la unidad de la pol¨ªtica¡±. Ciertamente, embadurnados por la pandemia, atrapados en las restricciones de derechos impuestas para combatirla, la vida no es f¨¢cil y menos cuando buena parte de los rituales que nos construyen como personas en la relaci¨®n con los dem¨¢s est¨¢n limitados. La apelaci¨®n a la unidad es un recurso ret¨®rico del que manda, que puede ocultar una elisi¨®n de responsabilidades. El desconcierto reinante en una derecha fragmentada, con Ciudadanos en ca¨ªda libre y Vox amenazando la hegemon¨ªa del PP, da un respiro al presidente. Pero no se vive indefinidamente de promesas incumplidas, que se traducen en un aumento de las tensiones en el Gobierno de coalici¨®n que han pasado del estado de latencia al de manifestaci¨®n permanente.
Por m¨¢s que el PSOE y el PP sigan viviendo en la melancol¨ªa del bipartidismo, ahora mismo es pasado. Las cartas est¨¢n repartidas de modo m¨¢s complejo y hay que asumirlo. Y todo ello en un trasfondo de fisuras en el orden constitucional que obligan a puestas en escena sorprendentes. ¡°Es desconcertante celebrar un golpe de Estado¡±, ha dicho con sabia iron¨ªa Aitor Esteban. El acto de celebraci¨®n del fracaso del 23-F ten¨ªa todos los indicios de un rito de paso: el recuerdo del momento ic¨®nico sobre el que se construy¨® la legitimidad del monarca ca¨ªdo como fundamento de legitimidad de la corona que vincula el pasado con el presente, dejando en el olvido todo lo que se acumul¨® por el camino.
El Gobierno de coalici¨®n lleg¨® con un programa reformista ambicioso del que queda casi todo por hacer. Sin duda, la pandemia ha traspuesto todos los planes, pero ha puesto al alcance unos fondos europeos que ofrecen un gran potencial si se es capaz de repartirlos de manera eficiente y equitativa. No dudo que las querencias ideol¨®gicas, ret¨®ricas y personalistas de Unidas Podemos y las pulsiones conservadoras de un partido institucional como el PSOE no facilitan los acuerdos. Pero unos y otros deber¨ªan ser conscientes de la gran oportunidad que tienen de acompa?ar la salida de la crisis con reformas de calado en el ¨¢mbito econ¨®mico y de los derechos sociales (como el caso ahora en discusi¨®n sobre el alquiler y la vivienda p¨²blica), pero tambi¨¦n de derechos y libertades civiles, de regeneraci¨®n democr¨¢tica, y de superaci¨®n de la regresi¨®n de los ¨²ltimos a?os del PP. Y al mismo tiempo aprovechar el momento que viene de las elecciones catalanas para devolver este conflicto al espacio pol¨ªtico.
Captar la oportunidad es la principal virtud del gobernante. Desaprovecharla puede ser letal para Unidas Podemos, pero tambi¨¦n puede tener costes para un Partido Socialista que corre el riesgo de poner en evidencia sus l¨ªmites y sus dependencias. Si la izquierda no rompe el miedo al cambio que atenaza la democracia, ?qui¨¦n lo har¨¢?
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