A qu¨¦ nos referimos cuando decimos verde
El compromiso de la UE de reducir las emisiones de CO? puede ser otro ejemplo de palabras vac¨ªas
La Uni¨®n Europea que me gusta es una UE que hace bien los trabajos aburridos y no habla demasiado de ellos. Por ejemplo, no necesitamos que nadie pregone sus bondades para saber que la Uni¨®n tiene una pol¨ªtica de competencia de primera categor¨ªa. En lo que se ha equivocado la UE en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas ha sido en asumir competencias sin tener la competencia para ello. La austeridad fue mala, pero tambi¨¦n est¨²pida. La Comisi¨®n Europea no deber¨ªa haber aceptado nunca la tarea de adquirir vacunas sin un cambio formal del Tratado que le otorgase los poderes y los medios para hacer el trabajo como es debido.
Cuando las personas se meten en camisas de once varas, se desv¨ªan. A menudo cito el fondo de inversi¨®n de 315.000 millones de euros de Juncker como ejemplo de bombo propagand¨ªstico sin nada detr¨¢s. Me temo que el compromiso de la UE de reducir un 55% las emisiones de CO? ¡ªtras haber acordado previamente un 40%¡ª acabe resultando otro ejemplo de palabras vac¨ªas. Los empresarios saben que los objetivos no tienen sentido, a menos que se sepa c¨®mo alcanzarlos. Hubo una ¨¦poca en la que los l¨ªderes europeos y los funcionarios de la Comisi¨®n compart¨ªan las mismas categor¨ªas de pensamiento. No es el caso de los pol¨ªticos actuales. Estos pueden existir felizmente en un mundo et¨¦reo de humo y espejos, una realidad paralela en la que los objetivos existen por derecho propio.
Lo mismo se puede decir del otro objetivo clim¨¢tico de la UE, a saber, que el 30% de todos sus gastos tenga contenido ¡°verde¡±. Si nos lo tom¨¢semos en serio, habr¨ªa que reformar la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n. Pero la Uni¨®n fue incapaz de hacer precisamente eso cuando tuvo la oportunidad el a?o pasado. En lugar de ello, recurre a las trampas. La Comisi¨®n clasifica las inversiones seg¨²n el contenido verde ¡ª0%, 40% o 100%¡ª y redondea las cifras al objetivo inmediatamente superior. As¨ª, 1% se convierte en 40%, y 41% en 100%.
Los objetivos son importantes porque los tribunales pueden obligar a que se cumplan. Fue lo que ocurri¨® en Alemania cuando el Gobierno no pudo anular las prohibiciones al di¨¦sel impuestas por las autoridades locales. Pero, por s¨ª solos, generan resentimiento y no resuelven el problema. El trabajo duro llega cuando se invierte en tecnolog¨ªa. Una reducci¨®n del impacto clim¨¢tico del 40% respaldada por una estrategia de inversi¨®n a largo plazo en investigaci¨®n y desarrollo ecol¨®gico dar¨ªa mejores resultados que un objetivo del 60% por s¨ª solo. Lo mismo ocurrir¨ªa con una cuota del 20% de gasto en la lucha contra el cambio clim¨¢tico debidamente aplicada.
La UE perdi¨® la oportunidad de convertirse en l¨ªder mundial en tecnolog¨ªa digital. A pesar de tener una importante industria farmac¨¦utica, la UE no est¨¢ a la cabeza en medicamentos de pr¨®xima generaci¨®n. Sin embargo, tiene la posibilidad de llegar a ser l¨ªder mundial en tecnolog¨ªa contra el cambio clim¨¢tico. Los europeos somos ingenieros y especialistas en ciencias aplicadas, pero no ser¨¢n los objetivos los que nos lleven hasta all¨ª. Necesitamos inversiones.
Como informamos en Eurointelligence la semana pasada, la inversi¨®n del sector privado en la zona euro se ha reducido a la mitad desde que empez¨® la pandemia. Aunque los gobiernos han proporcionado ayudas econ¨®micas y l¨ªneas de cr¨¦dito a los afectados por la crisis, la inversi¨®n del sector p¨²blico no ha logrado cubrir ese vac¨ªo, como muestran los datos del BCE. El fondo de recuperaci¨®n de la UE va dirigido precisamente a la contracci¨®n de la inversi¨®n, pero solo representa una parte min¨²scula del dinero perdido. Los ¨²ltimos datos de EE UU muestran que la inversi¨®n empresarial nacional tambi¨¦n se hundi¨®, pero se recuper¨® r¨¢pidamente y con fuerza.
Lo mejor que puede hacer la UE es justo aquello que sus l¨ªderes rechazaron en la cumbre de julio: proporcionar a las empresas capital en vez de pr¨¦stamos, y concederles generosas desgravaciones a la inversi¨®n para reducir sus obligaciones en concepto de impuesto de sociedades. El fondo de recuperaci¨®n va dirigido sobre todo a la inversi¨®n del sector p¨²blico, que tambi¨¦n es importante, pero el esfuerzo principal recaer¨¢ en el sector privado.
El a?o pasado, la Comisi¨®n propuso un proyecto piloto para permitir inversiones de estilo valor. El Consejo lo elimin¨®, junto con otros programas, para salvaguardar el total del fondo de recuperaci¨®n que promet¨ªan los titulares. Los l¨ªderes de la Uni¨®n nunca defraudan cuando se trata de poner las apariencias por delante del contenido.
Tras la crisis de la zona euro, las inversiones tardaron mucho en recuperarse. Al final lo hicieron, pero la pandemia se llev¨® lo ganado. Al igual que la ¨²ltima vez, a los gobiernos les costar¨¢ trabajo aumentar las inversiones y crear un entorno empresarial favorable a la inversi¨®n, ya que est¨¢n atados de pies y manos por la normativa fiscal. Tampoco han avanzado mucho hacia la esperada uni¨®n de los mercados de capitales, que permitir¨ªa a un sector de capital riesgo canalizar el exceso de ahorro hacia las una nueva generaci¨®n de empresas emergentes.
La reforma de la normativa fiscal, la uni¨®n de los mercados de capitales y los cambios en la pol¨ªtica impositiva generar¨ªan m¨¢s inversiones y m¨¢s empleo en el sector del medio ambiente que una competencia sin sentido por los objetivos num¨¦ricos contra el cambio clim¨¢tico.
Tampoco creo que esta farsa funcione pol¨ªticamente. Cuando la mentira de la pol¨ªtica clim¨¢tica de la UE se vuelva evidente, el centro no habr¨¢ perdido solo a las v¨ªctimas de la crisis econ¨®mica, sino tambi¨¦n a toda una generaci¨®n de j¨®venes votantes.
Eso es lo que pasa con el humo y los espejos: cuando el humo se disipa, se ve con claridad.
Wolfgang M¨¹nchau es director de eurointelligence.com
Traducci¨®n de News Clips.
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