?Una nueva bandera de Brasil despu¨¦s de Bolsonaro?

Brasil est¨¢ pol¨ªticamente agitado, en altamar, sin saber a¨²n d¨®nde va a desembocar. Si las diferentes encuestas no mienten, parece cada d¨ªa m¨¢s cierto que el actual presidente Jair Bolsonaro, tachado de nazifascista y de genocida por el abandono al que ha dejado al pa¨ªs con su negacionismo de la pandemia, est¨¢ en ca¨ªda vertical. Podr¨ªa ni llegar a la reelecci¨®n de 2022 y en caso de que llegara no solo el expresidente Lula sino varios otros candidatos del centro lo derrotar¨ªan.

Quiz¨¢s por ello, al verse cada d¨ªa m¨¢s acosado, su agresividad aumenta y sigue cada d¨ªa amenazando con no aceptar el resultado de las urnas en caso de derrota. Se arropa en las Fuerzas Armadas y policiales y hasta en las milicias para prepararse para la guerra. Y lo m¨¢s grave como acaba de escribir Eliane Brum en su reciente columna en este diario -Bolsonaro es un mito, s¨ª - no basta derrotar al presidente a trav¨¦s de un impeachment, por urgente e importante que sea. Lo m¨¢s importante y urgente es acabar con la ¡°criatura m¨ªtica¡±, ya que el mito del capit¨¢n va a continuar a¨²n con ¨¦l fuera del poder.

Para destronar no solo al presidente sino acabar con el mito ser¨¢ necesario, seg¨²n Eliane Brum, ¡°refundar a Brasil¡±. Y es cierto que el Brasil actual, el del mar de v¨ªctimas de la pandemia, en el que se hayan humilladas y pisoteadas la cultura, la educaci¨®n, el medio ambiente, los derechos humanos esenciales y perseguidos los diferentes y los medios de comunicaci¨®n, ha sido no solo humillado sino destruido y pisoteado. Y como afirma Eliane, para destruir no solo el poder de Bolsonaro sino al misticismo al mito ser¨ªa preciso ¡°refundar a Brasil¡±. Y es que el pa¨ªs ha hecho rebrotar con el bolsonarismo lo peor de su historia, sus instintos m¨¢s primitivos, su persecuci¨®n a los diferentes, su racismo y su abismo de desigualdades sociales.

La bandera de un pa¨ªs ha sido siempre el emblema de su esencia, lo mejor y lo peor de su historia pasada y presente. Y el mito bolsonarista ha ensuciado la bandera de este pa¨ªs al apoderarse de ella, un gesto que ha significado tambi¨¦n la ruptura de la gente, la divisi¨®n que es siempre algo sat¨¢nico. Es como si hoy existieran dos pa¨ªses y la bandera que era de todos hubiera sido usurpada por el mito.

Durante las ¨²ltimas manifestaciones de protesta del ¡°Fuera Bolsonaro¡±, el pasado s¨¢bado d¨ªa 3 de junio, uno de los presentes en S?o Paulo, Paulo Cesar, dijo algo muy gr¨¢fico a mi colega Regiane Oliveira que cubr¨ªa el acto. Seg¨²n ¨¦l: ¡°la bandera de Brasil ahora representa a la muerte, ya no es orden y progreso sino desorden y regreso¡±.

Existe, en efecto, un consenso de que el bolsonarismo ra¨ªz ha asesinado la bandera que era de todos los brasile?os al adue?arse de ella como s¨ªmbolo de destrucci¨®n y muerte. Por ello, si como afirma Eliane Brum para librarnos no solo de Bolsonaro, por urgente que sea, ser¨ªa necesario tambi¨¦n refundar al pa¨ªs. Y una de las primeras cosas ser¨ªa que naciera una nueva bandera que fuera el reflejo de un pa¨ªs tambi¨¦n nuevo liberado de los demonios que el bolsonarismo ha exacerbado envenenando al pa¨ªs.

Esa nueva bandera podr¨ªa ser el s¨ªmbolo de un pa¨ªs no solo reconciliado que consiga rescatar de los escombros sus esencias perdidas sino que acogiese tambi¨¦n lo que hoy le falta a los s¨ªmbolos de su bandera actual. Un nuevo Brasil necesitar¨ªa incorporar a la sociedad con todos los derechos, a los descendientes de los esclavos, todas las personas de color que hoy representan la mayor¨ªa del pa¨ªs y los ind¨ªgenas, los verdaderos herederos que siempre estuvieron apartados y despreciados y que hoy el mito intenta exterminar para adue?arse de las pocas tierras que le han quedado ya que todo Brasil era suyo.

S¨ª, un nuevo Brasil necesitar¨ªa una nueva bandera que no est¨¦ contaminada por el virus bolsonarista. As¨ª como despu¨¦s de una larga dictadura los pa¨ªses que recuperan la democracia suelen rehacer su Constituci¨®n, del mismo modo muchos rehacen sus banderas. ?Por qu¨¦ no hacerlo en Brasil? Bastar¨ªa una constituyente especial formada con personas de todas las clases sociales, artistas, pensadores, trabajadores, ind¨ªgenas. Y hasta por los ni?os que ser¨¢n quienes hereden esa nueva bandera.

He estado analizando el mapa de todas las banderas del mundo, y la actual de Brasil es de las pocas en la que no figura el color rojo que suele significar la sangre derramada en las conquistas. Brasil no ha sido un pa¨ªs de hablar de sus grandes conflictos sangrientos y ha privilegiado los colores de la vida y de la felicidad, como el verde, el azul, el amarillo y el blanco.

La nueva bandera de un nuevo Brasil deber¨ªa ser pensada para que refleje y resalte todas las lagunas de la sociedad, todos los atropellos a los m¨¢s humildes, el desprecio por los diferentes sexualmente, los derechos humanos pisoteados y el relieve que deben tener los afrodescendientes a los que la cultura de Brasil tanto les debe. Ser¨ªa como arrojar de dicha bandera todos los demonios del bolsonarismo genocida y su predilecci¨®n por la violencia y la muerte, la divisi¨®n y la falta de humanidad. Brasil, el m¨¢s genuino, el de sus esencias mejores, el envidiado fuera, el que con raz¨®n o sin ella se identifica con los valores de la felicidad, la alegr¨ªa, la acogida y su riqueza de culturas, necesita de una bandera que sea su mejor espejo en el que no haya rastro de las bajezas y desgarros del bolsonarismo que est¨¢ destruyendo el alma de este pueblo.