Afrontemos el reto
Los temores sobre la ampliaci¨®n de El Prat se basan en una visi¨®n inmovilista del medio ambiente; con los recursos necesarios se pueden renaturalizar entornos alterados
Barcelona, con un aeropuerto a corta distancia del centro, a la vera del mar y en la vecindad del puerto, dispone de un complejo log¨ªstico que es un potente factor de competitividad en un Mediterr¨¢neo donde Espa?a aspira a ser un actor crecientemente importante. Pero Barcelona es una ciudad muy densa, constre?ida entre mar y monta?a, y con una opini¨®n p¨²blica muy viva y sensible a su ordenaci¨®n territorial. Es l¨®gico y saludable que las modificaciones infraestructurales inducidas por la evoluci¨®n del contexto f¨ªsico y econ¨®mico sean siempre dif¨ªciles de encajar y que generen pol¨¦mica. Ahora es la ampliaci¨®n del aeropuerto.
Aena, la empresa gestora, plantea la necesidad de contar con una pista operativa larga (tres kil¨®metros) y que Barcelona pueda ser, en consecuencia, un destino efectivo de vuelos de largo recorrido, incluyendo los transcontinentales. Lo har¨ªa ampliando una pista existente. La capacidad de recibir estos vuelos es m¨¢s que conveniente si Barcelona, y con ella el conjunto espa?ol, ha de mantener y mejorar su posici¨®n competitiva en el mundo. Por ejemplo, la conectividad a¨¦rea es una consideraci¨®n clave en decisiones sobre sedes de congresos o inversiones de gran relevancia econ¨®mica o cient¨ªfica.
La controversia gira sobre tres aspectos:
1. ?Para qu¨¦ ampliar si la crisis clim¨¢tica obligar¨¢ a reducir el tr¨¢fico a¨¦reo? Ciertamente, alcanzar la neutralidad carb¨®nica antes del 2050 precisar¨¢ de muchos ajustes y el transporte a¨¦reo deber¨¢ aportar su parte. Pero el peso del ajuste, probablemente transitorio, recaer¨¢ sobre el radio corto, mientras que nuestro tema concierne a los vuelos largos. Estos se mantendr¨¢n: no son sustituibles. Su eficiencia energ¨¦tica, sin embargo, est¨¢ ya mejorando y todo indica que, por la v¨ªa del biocarburante o del hidr¨®geno verde, volar sin a?adir CO? a la atm¨®sfera ser¨¢ posible. En todo caso, Aena, una empresa, asume los riesgos correspondientes y habr¨¢ hecho los c¨¢lculos pertinentes.
2. Es una apreciaci¨®n muy extendida que el volumen del turismo en Barcelona ha llegado al punto donde sus externalidades negativas no justifican facilitar su crecimiento. Comparto este juicio. Pero el mismo no tiene relaci¨®n alguna con el tema de la pista larga. A diferencia de los decisores sobre congresos o sobre unidades empresariales, los operadores tur¨ªsticos que nos traen visitantes de origen lejano interesados por la Sagrada Familia o la Alhambra no dejar¨¢n de incluirlas en sus itinerarios por ausencia de conexi¨®n directa: est¨¢n avezados a planificar viajes con enlaces intermedios.
3. Alargar la pista puede comportar modificaciones, que deben ser aprobadas por la UE, sobre una zona incluida en la red europea Natura 2000 de protecci¨®n de la biodiversidad y que incluye la laguna de La Ricarda. Aena propone reconstituir lo necesario y extender los h¨¢bitats en terrenos pr¨®ximos ahora no protegidos. Pero la inquietud es grande. Mi parecer: los temores se basan en una concepci¨®n demasiado inmovilista sobre el medio ambiente. Si un observador contempla el delta del Llobregat desde el aire ver¨¢ un paisaje, incluyendo la desembocadura del r¨ªo, que ha estado en continua transformaci¨®n por la acci¨®n humana y por la de la naturaleza misma. Continuar¨¢ est¨¢ndolo: el nivel del mar va a subir en este siglo. Tambi¨¦n percibir¨¢ meridianamente que lo que el delta necesita son recursos para estabilizarlo y mejorarlo. Lo cual no significa el mantenimiento fotogr¨¢fico de una realidad actual que no es la de cien a?os atr¨¢s ni la que tendremos en cualquier caso dentro de cien a?os. Hay que actuar sobre el delta con energ¨ªa y con objetivos claros sobre lo que se pretende. A mi entender: extender la masa verde y sobre todo mantener y, subrayo, ampliar la biodiversidad existente. Se puede hacer y se ha hecho en muchos parajes. Los expertos lo saben hacer. Aena puede y debe hacerlo. No se inquieten: si no se puede, la UE no nos lo permitir¨¢. En una entrevista reciente en el diario Ara el catedr¨¢tico de la UAB y distinguido ec¨®logo Joan Pino se?alaba, despu¨¦s de exponer las dificultades que se presentar¨ªan, que ¡°no es f¨¢cil cambiar una reserva natural por una balsa de nueva construcci¨®n en que intentemos reproducir unos h¨¢bitats¡±. Lo admito. Es seguro que no se llegar¨¢ a ese punto pero, aun si fuera as¨ª, ?qui¨¦n ha dicho que debiera ser f¨¢cil? Lo relevante es si es posible, si nuestros ec¨®logos e ingenieros, acostumbrados ya a naturalizar entornos alterados, lo pueden hacer si disponen de los recursos necesarios. Apuesto a que s¨ª. Los retos dif¨ªciles pero vitales no se esquivan, se afrontan. Nos va mucho en ello.
A d¨ªa de hoy, despu¨¦s de que se insinuase la posibilidad de que consellers del Govern asistieran a la manifestaci¨®n contra la ampliaci¨®n y que la ministra de Infraestructuras anunciase la ruptura de negociaciones, todo pende de un hilo. Pero quedan 20 d¨ªas, muchos, para continuar negociando. Que la historia no diga que unos se han intimidado ante la CUP y Comuns y que los otros han preferido ahorrarse la discrepancia interna con Podemos. Si los gobiernos son tan d¨¦biles que las agendas de CUP, Comuns y Podemos consiguen imponerse me temo que la puerta est¨¢ abierta para el retorno del PP. Al tiempo.
Andreu Mas-Colell es catedr¨¢tico de la Universidad Pompeu Fabra y la Barcelona School of Economics, y presidente del BIST (Barcelona Institute of Science and Technology).
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