Un delito que nos discrimina
La despenalizaci¨®n del aborto en Colombia solo podr¨¢ venir por las Cortes y no por el Congreso, que representa en su gran mayor¨ªa a un pa¨ªs patriarcal y machista que se mira al ombligo
Es hora de que en Colombia se elimine de una vez por todas el delito del aborto del c¨®digo penal. Sobran los argumentos para pedir que se despenalice el aborto. Para comenzar, se trata de un delito que nos discrimina, hecho exclusivamente para nosotras y que tiene el agravante de que nos echa a la hoguera desde que nacemos. Es un delito no solo infame sino injusto porque convierte nuestro derecho a decidir por nosotras mismas en un acto criminal.
Por eso, porque es tiempo de derribar los muros que nos han impuesto a las mujeres los poderes patriarcales ya decr¨¦pitos, es que el movimiento de mujeres Causa Justa present¨® el a?o pasado una demanda ante la Corte Constitucional para pedir que se suprima el delito del aborto del c¨®digo penal. La Corte estar¨ªa a punto de fallar esa demanda y, seg¨²n mis fuentes, estar¨ªamos a un voto de lograr que ese alto tribunal le diga s¨ª a la despenalizaci¨®n del aborto en Colombia. Si eso sucede, ser¨ªamos el primer pa¨ªs de Am¨¦rica Latina en establecer de manera clara y evidente que el aborto no es un delito y nos pondr¨ªamos a tono con lo que acaba de suceder en la Corte Suprema de M¨¦xico que declar¨® inconstitucional la criminalizaci¨®n del aborto.
Esta sucesi¨®n de hechos en el continente demuestra que en Am¨¦rica Latina hay cortes librepensadoras que est¨¢n a la vanguardia de la sociedad porque nos consideran seres sujetos de derechos y no parte de la costilla de Ad¨¢n, como de hecho sostiene hasta hoy Alejandro Ord¨®?ez, actual embajador de Colombia en la OEA.
En el caso colombiano, la Corte Constitucional estudia dos ponencias. Una presentada por el magistrado Alberto Rojas y la otra por el magistrado Antonio Jos¨¦ Lizarazo, que est¨¢ sustentada en los argumentos presentados por el movimiento Causa Justa. Las dos ponencias tienen argumentaciones distintas, pero ambas est¨¢n a favor de suprimir del C¨®digo Penal el delito del aborto. Seg¨²n las cuentas, habr¨ªa cuatro votos ya fijos de los cinco que se necesitan para obtener la mayor¨ªa de cinco contra cuatro. ?Obtendremos ese voto que nos falta? Espero que s¨ª.
Hasta ahora, la despenalizaci¨®n del aborto ha sido parcial y en casi todo el mundo se ha hecho a trav¨¦s de dos mecanismos. El primero es a trav¨¦s de la imposici¨®n de plazos, que es el t¨¦rmino que se establece por ley para que la mujer pueda abortar. En Europa, una mujer puede abortar antes de la semana 12. Lo mismo sucede en Uruguay y en Argentina. En Texas, el plazo se acaba de reducir a seis semanas, lo cual es lo mismo que prohibir el aborto, porque muchas mujeres no saben que est¨¢n embarazadas a las seis semanas.
En Colombia no existe el sistema de plazos, pero s¨ª el de las causales, las cuales fueron establecidas desde el 2006 y que permiten el aborto en tres casos espec¨ªficos: cuando el embarazo haya sido producto de una violaci¨®n, cuando la madre corre peligro de muerte y cuando el feto tenga malformaciones. Sin embargo, en el caso de los plazos y de las causales el delito del aborto sigue vigente. Es decir, si la mujer aborta por fuera de los plazos o de las causales, incurre en un delito y puede ir a la c¨¢rcel.
Por eso es necesario despenalizar el aborto totalmente. Porque es la ¨²nica v¨ªa para que las mujeres puedan decidir sin enfrentar consecuencias penales.
El hecho de que hoy las mujeres puedan abortar en tres casos espec¨ªficos es un avance en materia de derechos. Sin embargo, no es suficiente. Estas tres causales no le han hecho la vida m¨¢s f¨¢cil a las mujeres m¨¢s vulnerables porque muchas de ellas han terminado abortando en sitios inadecuados o teniendo hijos no deseados. Siguen encarcelando a mujeres que abortan y a las que cumplen los requisitos exigidos por las causales se les niega en muchos casos el procedimiento debido a que los m¨¦dicos y los hospitales invocan la objeci¨®n de conciencia. Tras bastidores est¨¢ ah¨ª asech¨¢ndonos la Iglesia Cat¨®lica con su doble moral y los evang¨¦licos. Quieren mantenernos en el redil, pero ya no pueden.
Tengo claro tambi¨¦n que la despenalizaci¨®n del aborto en Colombia solo podr¨¢ venir por las Cortes y no por el Congreso. Los congresistas representan en su gran mayor¨ªa a ese pa¨ªs patriarcal y machista que se mira al ombligo; el mismo que se define como provida pero que no se inmuta con las masacres, ni con las ejecuciones extrajudiciales que han sido nuestro pan de cada d¨ªa.
Los pol¨ªticos sean de derecha o de izquierda han querido evitar el tema y lo han abordado con pinzas. La candidata de la derecha Mar¨ªa Fernanda Cabal dice que ninguna mujer deber¨ªa ir a la c¨¢rcel por abortar, pero no esta de acuerdo con la despenalizaci¨®n total del aborto. Ella se conforma con las tres causales. Gustavo Petro, el candidato de izquierda que puntea en las encuestas, dice que ninguna mujer deber¨ªa ir a la c¨¢rcel y propone una pol¨ªtica de ¡°aborto cero¡± que ha sido entendida por muchas feministas como un llamado a la abstinencia sexual.
A todos ellos, a los pol¨ªticos de izquierda, a los de centro y a los de derecha hay que notificarles: el tiempo en que gobernaban sobre nuestros cuerpos ha terminado. Y si no han entendido se los repito: es hora de que saquen los rosarios de nuestros ovarios. Ya no m¨¢s.
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