¡®Melonomics¡¯
En circunstancias econ¨®micas normales, lo m¨¢s probable es que un Gobierno de Meloni desarrolle una pol¨ªtica econ¨®mica continuista, pero las duras condiciones podr¨ªan obligarle a renegar de su programa en favor de uno m¨¢s intervencionista
Se prev¨¦ un terremoto electoral en Italia el 25 de septiembre. Por primera vez desde 2008, es probable que una coalici¨®n de derechas gane las elecciones generales. Debido a que los partidos de izquierda compiten por separado y gracias a una ley electoral que atribuye un tercio de los esca?os disponibles a trav¨¦s de un sistema de mayor¨ªa simple, la derecha se encamina a una mayor¨ªa parlamentaria aplastante. Con el partido nacionalista de extrema derecha Hermanos de Italia superando el 25% de los votos nacionales, se espera que su l¨ªder Giorgia Meloni se convierta en la pr¨®xima primera ministra italiana.
En Italia y en otros pa¨ªses se especula sobre las consecuencias pol¨ªticas de este resultado electoral. Pero en un pa¨ªs en el que el PIB real per capita en 2019 segu¨ªa estando por debajo de su nivel de 2000, tambi¨¦n es fundamental explorar las consecuencias econ¨®micas de un futuro Gobierno de Meloni.
A primera vista, el programa econ¨®mico de la coalici¨®n de derechas aparece como una colecci¨®n de propuestas bienintencionadas, como promover una ¡°transici¨®n energ¨¦tica sostenible¡± o gastar el dinero p¨²blico de forma m¨¢s eficiente. En cuanto a las propuestas pol¨ªticas concretas, no difiere mucho de un programa econ¨®mico liberal-conservador t¨ªpico.
El programa hace hincapi¨¦ en la reducci¨®n de la presi¨®n fiscal sobre las empresas y los hogares, mientras que la reforma fiscal m¨¢s controvertida, centrada en la introducci¨®n de un costoso y regresivo ¡°impuesto plano¡± ¡ªel mismo tipo impositivo sobre la remuneraci¨®n de los empleados, independientemente de su salario¡ª, ha sido desechada. El programa tambi¨¦n prev¨¦ reforzar el sistema de subvenciones concedidas a las empresas, sin especificar ninguna orientaci¨®n de la inversi¨®n p¨²blica hacia sectores y tecnolog¨ªas estrat¨¦gicas. Por el contrario, se hace hincapi¨¦ en el apoyo al turismo y en la promoci¨®n estereotipada de la comida italiana y de los productos made in Italy.
Hay que se?alar que Meloni ha expresado y mantenido una postura m¨¢s ¡°intervencionista¡± en relaci¨®n con los expedientes industriales estrat¨¦gicos, especialmente cuando se trata de actores extranjeros. Por ejemplo, se opone a la privatizaci¨®n de la antigua compa?¨ªa a¨¦rea de bandera (ITA) en favor de Air France. Tambi¨¦n quiere poner la red nacional de telecomunicaciones bajo control p¨²blico, a trav¨¦s del banco estatal CDP (Cassa Depositi e Prestiti).
Al contrario que Matteo Salvini, cuando gobernaba con el Movimiento 5 Estrellas en 2018, Meloni siempre ha apoyado el equilibrio de los Presupuestos del Estado, independientemente del ciclo econ¨®mico (no se opuso a la aprobaci¨®n de la enmienda constitucional de equilibrio presupuestario en 2012). Esta promesa podr¨ªa respetarse mediante una combinaci¨®n de recortes en los programas sociales (sobre todo, la popular pol¨ªtica de renta b¨¢sica Reddito di Cittadinanza) y una reducci¨®n de la ya cr¨®nicamente baja proporci¨®n de trabajadores del sector p¨²blico (13% del total de empleados italianos, frente al 18% de media en la UE).
Este conservadurismo fiscal encaja bien con un giro de 180 grados en los asuntos europeos. Meloni ya no quiere el Italexit. De su llamamiento a abandonar la uni¨®n monetaria en 2014, pas¨® a aceptar el euro y un ¡°enfoque confederal¡± de la integraci¨®n europea. El programa de la coalici¨®n avala la ¡°plena adhesi¨®n a la integraci¨®n europea¡± e invoca una revisi¨®n gen¨¦rica de su gobernanza econ¨®mica (como hacen la mayor¨ªa de los partidos italianos).
En circunstancias econ¨®micas normales, lo m¨¢s probable es que un Gobierno de Meloni lleve a cabo una pol¨ªtica econ¨®mica continuista con las dos ¨²ltimas d¨¦cadas (salvo los dos Gobiernos de Giuseppe Conte en los a?os 2018-2020). Melonomics no molestar¨ªa al establishment econ¨®mico italiano, como lo confirma la c¨¢lida acogida de Meloni en el Encuentro de Cernobbio, la reuni¨®n anual de la comunidad empresarial italiana. Por cierto, el primer ministro Mario Draghi ha deseado recientemente que el pr¨®ximo Ejecutivo cuente con un ministro de Econom¨ªa tan competente como Daniele Franco (el actual), insinuando una posible confirmaci¨®n en su cargo. Una opci¨®n que ser¨ªa recibida con satisfacci¨®n por el presidente de la Rep¨²blica, las instituciones europeas y la muy influyente tecnoestructura del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda.
Sin embargo, sean cuales sean las intenciones de Meloni, a corto y medio plazo la crisis energ¨¦tica que se avecina va a dominar la agenda econ¨®mica. El 40% del consumo energ¨¦tico de Italia depende del gas, del que m¨¢s del 45% se importa de Rusia (cuya dependencia est¨¢ lejos de ser erradicada). Meloni ha respaldado recientemente un tope europeo al precio del gas. Aunque esto podr¨ªa reducir el coste de la energ¨ªa, bien podr¨ªa disminuir la ya reducida cantidad de gas disponible, lo que llevar¨ªa a un racionamiento forzado y, eventualmente, a un compromiso diplom¨¢tico no deseado con Rusia, a cambio de mantener un flujo suficiente durante el invierno.
Con una recesi¨®n prevista para 2023, impulsada por unos costes de producci¨®n insoportables y una inflaci¨®n que erosiona el poder adquisitivo, la reducci¨®n de los impuestos a las rentas m¨¢s altas y la adopci¨®n de una disciplina fiscal mediante recortes del gasto social podr¨ªan no ser opciones viables. Italia tambi¨¦n necesitar¨¢ que el Banco Central Europeo (BCE) contin¨²e con su programa de compra de bonos (m¨¢s del 25% de la deuda p¨²blica italiana est¨¢ ahora en manos del Banco Central), que tambi¨¦n mantiene los costes de endeudamiento a largo plazo del Gobierno en niveles sostenibles.
En Italia, m¨¢s que en cualquier otro pa¨ªs de la UE, las decisiones econ¨®micas est¨¢n y seguir¨¢n estando influidas por factores externos y limitaciones institucionales. Las duras condiciones econ¨®micas podr¨ªan obligar a un Gobierno de Meloni, en perspectiva, a renegar de su programa econ¨®mico liberal-conservador en favor de uno m¨¢s intervencionista y de orientaci¨®n social, que ir¨ªa en contra de su gen¨¦tica ideol¨®gica y de sus intereses creados.
En ¨²ltima instancia, la popularidad del pr¨®ximo Gobierno depende de c¨®mo afronte la gravedad de la pr¨®xima crisis econ¨®mica inducida por la energ¨ªa. El conservadurismo social de Meloni y sus duras ideas en materia de inmigraci¨®n no podr¨¢n ofuscar este iceberg econ¨®mico que se avecina. El creciente consenso electoral que la coalici¨®n de derechas ha acumulado en m¨¢s de 10 a?os mientras estaba en la oposici¨®n podr¨ªa desvanecerse en unos meses si no aborda r¨¢pidamente las preocupaciones econ¨®micas materiales de los ciudadanos italianos.
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