Acelerar la reforma fiscal

Tras unas semanas de anuncios y contradicciones, en una carrera sin l¨ªmite aparente para ver qu¨¦ comunidad aut¨®noma promete y realiza m¨¢s bajadas de impuestos, la ministra de Hacienda avanz¨® el jueves un paquete fiscal pactado con Unidas Podemos y dirigido a aligerar la carga impositiva de las rentas m¨¢s bajas y a incrementar la aportaci¨®n de las grandes fortunas, eliminando de esta manera el efecto de las bonificaciones totales del Impuesto de Patrimonio, que los gobiernos aut¨®nomos del Partido Popular hab¨ªan tomado como bandera en su particular versi¨®n de la pol¨ªtica fiscal. El paquete recurre a la reducci¨®n por rendimientos del trabajo para aliviar a las rentas medias y bajas, elev¨¢ndola de los 18.000 hasta los 21.000 euros, e incrementa adem¨¢s el l¨ªmite necesario para hacer la declaraci¨®n, de los 14.000 a los 15.000 euros.

La raz¨®n de usar esos l¨ªmites viene determinada por su funcionalidad: 21.000 euros es el salario mediano en nuestro pa¨ªs ¡ªesto es, la mitad cobra menos, la mitad cobra m¨¢s¡ª, de manera que la medida concentra sus efectos en el 50% con rentas m¨¢s bajas, al tiempo que la subida del m¨ªnimo exento est¨¢ destinada a no obligar a los perceptores del salario m¨ªnimo interprofesional a hacer la declaraci¨®n. En contraposici¨®n, el Gobierno propone un impuesto temporal dirigido a las grandes fortunas y una subida de la imposici¨®n a las rentas del capital y del Impuesto de Sociedades para grandes empresas. El efecto neto estimado total es un ingreso adicional de 3.144 millones de euros para las cuentas p¨²blicas, cifra que deber¨ªa destinarse directamente a aquellos que, dadas sus circunstancias, no se van a ver beneficiados de ning¨²n modo por estas modificaciones tributarias, porque sus rentas son tan bajas que no llegan a pagar IRPF.

Se mejora de esta manera la progresividad, puesta en tela de juicio con algunas de las medidas tomadas por las comunidades aut¨®nomas, y se obtiene un resultado neto que permite, al menos temporalmente, seguir manteniendo la senda de consolidaci¨®n fiscal tras los altos d¨¦ficits p¨²blicos de 2020 y 2021. Debe recordarse que Espa?a cuenta con una deuda p¨²blica del 117% del PIB y que esa deuda pesar¨¢ como una losa en las generaciones presentes y futuras, m¨¢xime con tipos de inter¨¦s crecientes.

En un pa¨ªs que mantiene una presi¨®n fiscal por debajo de la media europea, la decisi¨®n del Gobierno parece razonable y probablemente desactive la carrera hacia el abismo que se estaba produciendo. Sin embargo, este paquete no puede ni debe sustituir la acometida del problema estructural de nuestras cuentas p¨²blicas, que no es otro que este sistema impositivo disfuncional e insuficiente, hecho a base de parches electorales y transitorios. Comprometido con Bruselas, el Gobierno tiene el deber ineludible de acelerar una reforma fiscal en profundidad que otorgue estabilidad y suficiencia al sistema, desterrando las subastas electoralistas de los ¨²ltimos d¨ªas. El informe de los expertos para la reforma tributaria, presentado en marzo de este a?o, duerme el sue?o de los justos. Quiz¨¢ ha llegado el momento de sacarlo de su letargo y construir, de una vez por todas, el sistema fiscal que Espa?a merece y necesita.