Ser las v¨ªctimas y buscar a las v¨ªctimas
Dennisse se ech¨® al hombro la tarea que ten¨ªan las autoridades: encontrar a su vecina desaparecida. La encontr¨® muerta. Ahora carga con el dolor del feminicidio y de la negligencia estatal
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Alegre y espont¨¢nea es como define Denisse a Yajaira. Lo cuenta, toma aire, calla unos segundos y sostiene el llanto. Yajaira Isabel Herrera era su vecina y ten¨ªa 24 a?os cuando encontr¨® su cuerpo en una morgue de la ciudad de Medell¨ªn, en el departamento colombiano de Antioquia. A la joven, que dur¨® cuatro d¨ªas desaparecida, la asesin¨® su expareja de un disparo por la espalda.
Dennisse Partidas, de 43 a?os, conoci¨® a Yajaira hace cuatro a?os cuando emigr¨® a Medell¨ªn, desde Barquisimeto, Venezuela. A la capital antioque?a lleg¨® sin nada porque lo que ten¨ªa lo vendi¨® para comenzar de cero en Colombia junto a sus hijos de 27, 17 y 13 a?os.
Un par de pisos encima del suyo viv¨ªa Yajaira sola. Sus dos hijos iban a visitarla de manera peri¨®dica. Como era oriunda de la costa Caribe, en la ciudad no ten¨ªa un n¨²cleo cercano aparte de sus hijos. Con el tiempo, entre Dennisse, su hija mayor y Yajaira naci¨® una amistad basada en el apoyo mutuo. Recuerda de manera especial una ocasi¨®n en la que Yajaira se enter¨® de que sus vecinas no ten¨ªan comida para el d¨ªa: ¡°Me regal¨® huevitos y arrocito. Una comidita para que tuviera mientras resolv¨ªa¡±. Esa red de cuidados siente que fue lo que la motiv¨® para ir en una b¨²squeda incansable tan pronto supo de su desaparici¨®n.
Yajaira desapareci¨® el 8 de julio de 2022, una semana despu¨¦s de su cumplea?os. Tras pasar d¨ªas sin noticias de su paradero, Denisse inici¨® una traves¨ªa por encontrarla. Camin¨® por m¨¢s de una hora, fue a hospitales y finalmente lleg¨® a Medicina Legal. Su peor presentimiento se hizo realidad y all¨ª la encontr¨®. Fue la primera en reconocer el cuerpo y en avisar a la familia. ¡°Lo primero que pens¨¦ fue en sus ni?os que la estaban esperando. Yo la ve¨ªa como una hija. Para m¨ª fue muy duro¡±, evoca con la voz quebrada.
En medio de la incertidumbre y las nulas respuesta por parte de las entidades competentes, Denisse encontr¨® a Buscarlas Hasta Encontrarlas (BHE), una estrategia del movimiento pol¨ªtico feminista Estamos Listas que, a trav¨¦s de diferentes herramientas, acompa?a y hace seguimiento de la desaparici¨®n de ni?as y j¨®venes en Medell¨ªn y los municipios aleda?os. En estos a?os, su labor se ha vuelto cada d¨ªa m¨¢s imprescindible y BHE se han convertido en una articulaci¨®n clave para las familias de las v¨ªctimas.
A la par, han sido testigos de los numerosos obst¨¢culos que tienen que sortear quienes buscan a sus amigas, hermanas, y madres desaparecidas. Seg¨²n menciona Gihorama Aristizabal, una de las voluntarias que integra la iniciativa, uno de los principales retos en estos procesos es superar la desinformaci¨®n que en muchos casos tambi¨¦n se extiende desde la misma institucionalidad. La activista explica que es muy com¨²n que las entidades repliquen el mito de 72 horas que dicta que se debe esperar alrededor de tres d¨ªas para reportar una desaparici¨®n.
Incluso cuenta que muchas veces a los familiares no les explican que existe un mecanismo de b¨²squeda urgente que resulta vital en esas situaciones. Aristizabal detalla que, si bien no en todos los casos de desaparici¨®n las mujeres son asesinadas, la violencia machista se materializa de otras formas, como la violencia sexual y psicologica. De hecho, se?ala que hay casos que ni siquiera logran resolverse.
Recuerda la historia de Leidy Andrea Restrepo Goez, quien lleva desaparecida seis meses, y la de Luz Leidy Vanegas, desaparecida el 1 de enero de 2020. En ning¨²n caso hay informaci¨®n clara sobre qu¨¦ pas¨® con las mujeres. Ante un panorama cada d¨ªa m¨¢s tr¨¢gico, Aristizabal hace un llamado al Estado inoperante: ¡°Buscarlas Hasta Encontrarlas existe para recordarles a las instituciones que no est¨¢n haciendo su trabajo y que nosotras tenemos que denunciar todas las barreras que les ponen a las familias. Deber¨ªan poner todos los mecanismos existentes al servicio de la b¨²squeda¡±, reclama Aristizabal, y a?ade que es urgente que, a la hora de investigar el fen¨®meno de la desaparici¨®n, el componente de g¨¦nero sea tenido en cuenta de manera particular. Precisamente, una lucha feminizada, donde la mayor¨ªa de quienes asumen la b¨²squeda de sus familiares han sido mujeres.
Luego del feminicidio de Yajaira, Denisse ha tenido que tramitar el duelo del crimen y la zozobra que implica vivir en una ciudad donde a diario desaparecen y matan mujeres. ¡°Me siento como traumatizada. Ahora mi ni?a sale hacia el colegio y me da mucho miedo que alguien la suba a un carro y no vuelva a verla. Medell¨ªn es muy violenta para las mujeres¡±, dice. Los datos respaldan su miedo. Solo en lo corrido del 2023, en Medell¨ªn se han registrado 15 homicidios de mujeres, entre ellas una mujer transg¨¦nero. En el 2022, la cifra ascendi¨® a 27 homicidios, de los cuales 14 de ellos fueron tipificados como feminicidios y, en todo el pa¨ªs, Medicina Legal registr¨® 594 denuncias de mujeres desaparecidas.
Ante el doloroso panorama, diferentes movimientos de mujeres y oeneg¨¦s feministas han exigido medidas urgentes y pol¨ªticas p¨²blicas eficientes que permitan afrontarlo estructuralmente. Una de esas voces ha sido la de Dora Saldarriaga, concejala por el movimiento Estamos Listas y quien impuls¨® la declaraci¨®n de crisis humanitaria por violencia machista en Medell¨ªn hace dos a?os. A trav¨¦s de esta, instaba al Alcalde Daniel Quintero a implementar acciones urgentes, pero la respuesta gubernamental ha sido insuficiente. La concejala habla de la necesidad de poner en marcha iniciativas como el seguimiento a las medidas de protecci¨®n sobre violencia intrafamiliar y asignar presupuesto amplio que fortalezca los instrumentos ya existentes como la l¨ªnea 123 mujer. A los diferentes tipos de violencia que sufren las mujeres, se le suma la imposibilidad de garant¨ªas reales de justicia. En el caso del feminicidio de Yajaira, ya han pasado seis meses y el proceso no muestra avances sustanciales y la informaci¨®n que reciben sus seres queridos es m¨ªnima. A esto se le suman las dificultades econ¨®micas de la familia que obstaculiza su asistencia a diligencias judiciales, lo que ha redundado en una posibilidad de libertad para el feminicida. Y eso se ha vuelto un temor latente para Dennisse: ¡°Si lo liberan, no s¨¦ con qu¨¦ intenciones salga. En especial porque fui de las primeras que dije que ¨¦l ten¨ªa algo que ver. Yo lo intu¨ª¡±.
Carmen, hermana de Yajaira y quien junto Dennisse ha estado al frente del caso, sostiene que el feminicidio impact¨® profundamente a su familia. ¡°Dos ni?os quedaron hu¨¦rfanos, mi mam¨¢ est¨¢ muy desorientada. Fue muy doloroso e inesperado. Lo ¨²nico que pedimos es que se haga justicia, es nuestro mayor deseo¡±. Una exigencia apremiante en un pa¨ªs como Colombia donde la impunidad en delitos como el feminicidio ronda el 90%, de acuerdo con ONU Mujeres.
Dennisse va m¨¢s lejos y afirma que no va a estar en paz hasta que la justicia llegue para Yajaira. ¡°Si tuviera la plata, me ir¨ªa hasta all¨¢ donde est¨¢ llevando el caso y har¨ªa todo para que el cr¨ªmen se esclarezca y sepamos la verdad¡±, indica con decisi¨®n. Para Denisse, lograr justicia en el caso de Yajaira es una deuda con la amiga que le ense?¨® el poder de la uni¨®n entre mujeres.
Estos son nuestros art¨ªculos recomendados de la semana:
Hacer pol¨ªtica, ser mujer. Lo que ellos no entienden
Petro exige investigar los casos de acoso sexual en el Congreso de Colombia
Mar¨ªa Elena R¨ªos: ¡°Tengo miedo de que mi agresor termine lo que empez¨® y me mate¡±
El feminicidio de Valentina Trespalacios: los tres indicios contra su pareja
La resistencia de las periodistas afganas ante la mordaza talibana: ¡°Nos dirigimos a un lugar terrible¡±
Brooke Shields desvela que fue violada a los 20 a?os: ¡°No pele¨¦ mucho. Me qued¨¦ congelada¡±
Emma Dabiri, soci¨®loga: ¡°El peinado es un buen indicador del clima pol¨ªtico¡±
Mar¨ªa Marte: ¡°Me llamaban negra. Cuando me hicieron chef, recuper¨¦ mi nombre¡±
Jo van Gogh-Bonger: la mujer que lanz¨® a Van Gogh al estrellato del arte
Y una sugerencia para acabar:
? Una pel¨ªcula:
Ruido, de Natalia Beristain. Por Sally Palomino
No esperaba que fuera una pel¨ªcula para pasarla bien. Sab¨ªa que la historia de una madre desesperada que busca a su hija y su lucha contra un Estado indolente volver¨ªa a tocar eso que duele cada vez que escuchamos que otra mujer ha sido desaparecida, que otro joven que sali¨® de su casa nunca m¨¢s volvi¨®, que hay familias buscando hasta debajo de las piedras, como pueden, a sus hijas o a sus hermanos. La cineasta Natalia Beristain logra estremecer al espectador con un personaje -Julia, la madre- que representa el dolor y la valent¨ªa de cientos de mujeres en Am¨¦rica Latina. Ruido retrata la realidad de M¨¦xico, pero podr¨ªa ser Colombia, donde la guerra entre el Estado y las guerrillas ha dejado m¨¢s de 100.000 personas desaparecidas, o alg¨²n pa¨ªs del Cono Sur, donde las dictaduras desaparecieron a miles.
Es una pel¨ªcula desgarradora, pero necesaria. Un llamado para exigirles respuestas a los gobiernos y tambi¨¦n para recordarles a las mujeres que no est¨¢n solas. Desde su estreno en Netflix, el 11 de enero, la cinta acumula m¨¢s de 10 de millones de horas vistas, seg¨²n ha dicho la directora en redes, y en Twitter, la etiqueta #HagamosM¨¢sRuido ha reunido voces que cuentan historias como las de Julia, la madre interpretada por la estupenda actriz mexicana Julieta Egurrola.
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