Emmanuel Macron y Curro Jim¨¦nez
En vez de activar la colaboraci¨®n con Andaluc¨ªa, el PSOE se ancla al inmovilismo del ¡°Do?ana no se toca¡±. Y el PP se abona a las promesas electoralistas
Hoy hay que mirar al pasado, a Primo de Rivera. Pero no a Jos¨¦ Antonio, cuyos restos fueron exhumados este lunes del Valle de Cuelgamuros, sino a su padre Miguel, promotor de las cuencas hidrogr¨¢ficas, el dictador que impuso una gesti¨®n casi asamblearia del agua, hace 100 a?os. Las preguntas que deber¨ªamos estar haci¨¦ndonos son: ?C¨®mo adaptamos el modelo de confederaciones hidrogr¨¢ficas a los retos del siglo XXI? ?No necesitar¨ªamos un Pacto Nacional del Agua para afrontar la desertizaci¨®n que amenaza a tres cuartos del territorio nacional? Pero los pol¨ªticos est¨¢n m¨¢s preocupados del estr¨¦s electoral que del h¨ªdrico. Con el agua, el PSOE peca de inacci¨®n, desde Do?ana, en cuyos problemas es responsable tras d¨¦cadas al frente de la Junta y a?os al frente del Gobierno nacional, a la sequ¨ªa en Catalu?a. Y el PP de meter la pata, del controvertido Plan Hidrol¨®gico Nacional de Aznar a la pol¨¦mica propuesta para legalizar regad¨ªos en Huelva.
Todo queda sometido a la l¨®gica electoralista. En vez de activar la colaboraci¨®n con Andaluc¨ªa, el PSOE se ancla al inmovilismo del ¡°Do?ana no se toca¡±. Y el PP se abona a las promesas electoralistas, que pagar¨ªamos todos en forma de multa de la Comisi¨®n y cuyos beneficios son inciertos. Moreno Bonilla crea en los agricultores onubenses las mismas expectativas dudosas que S¨¢nchez en los j¨®venes espa?oles con los pisos de la Sareb. Ni una propuesta ni la otra mejorar¨¢n sustancialmente la vida de sus potenciales destinatarios.
?Hay alternativa a esta miop¨ªa pol¨ªtica? S¨ª, al otro lado de los Pirineos, en la aldea gala del El¨ªseo, un pol¨ªtico resiste ahora y siempre al electoralismo f¨¢cil: Macron. Con todo el pa¨ªs levantado contra su reforma para elevar la edad de jubilaci¨®n de los 62 a los 64 a?os, Macron contrapone su f¨®rmula m¨¢gica: la narrativa de una gran visi¨®n nacional. Macron habla como, dicen, hablaba Napole¨®n, con solemnidad y precisi¨®n, una combinaci¨®n tan extra?a como m¨¢gica para inspirar a las masas; y tiene la misma contagiosa determinaci¨®n que el general corso. Pero padece tambi¨¦n su misma dolencia: la arrogancia, la sordera a los consejos cautelosos. Con lo que, a la postre, el Napole¨®n Macron no produce mejores resultados que nuestros pol¨ªticos Curro Jim¨¦nez que, sin grandes planes, van asaltando electores por caminos y huertas. Como m¨ªnimo, son mejores que un autoritario Primo de Rivera. @VictorLapuente
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